miércoles, 1 de mayo de 2024

Política

El Manifiesto Comunista y el Partido de Clase

(4)

Eduardo Ibarra 

COMO HEMOS VISTO, García dice que “el Partido Comunista se debate entre la vida y la muerte”, y que “Atribuir esta situación al revisionismo, oportunismo, escisionismo es quedarse en la superficie del fenómeno.” 

Es decir, tales desviaciones del marxismo son, según García, fenómenos superficiales, surgidos sin concretas determinaciones económicas, sociales, políticas e ideológicas, fenómenos surgidos casualmente en el movimiento comunista internacional y, además, sin consecuencias negativas para la lucha por la toma del poder y para la construcción del socialismo. 

Con absoluta razón, Lenin señaló lo siguiente con respecto al revisionismo (y al anarquismo): 


… no es posible explicarse dichas desviaciones como meras casualidades o equivocaciones de tales o cuales personas o grupos y ni siquiera por la influencia de las particularidades o tradiciones nacionales, etc. Tiene que haber motivos fundamentales, inherentes al régimen económico y al carácter del desarrollo de todos los países capitalistas, que engendren constantemente estas desviaciones. (Contra el revisionismo, p. 126). 

Esos “motivos fundamentales, inherentes al régimen económico” que engendran “constantemente” el revisionismo (y el anarquismo), son, según el mismo Lenin, los siguientes: el revisionismo tiene sus causas en el régimen económico y en el carácter del desarrollo del conjunto de los países capitalistas; es el producto social de toda una época histórica, de la época del imperialismo y de la revolución proletaria; es un fenómeno inevitable por estar condicionado por determinadas raíces de clase; tiene por base social la pequeña producción, la pequeña burguesía; resulta de la influencia de la ideología burguesa entre el proletariado; deriva de la movilidad social de la pequeña burguesía hacia el proletariado (ver “Las divergencias en el movimiento obrero europeo” y “La bancarrota de la II Internacional”). 

        Pero, como hemos visto, haciendo a un lado la dialéctica, García silencia esos “motivos fundamentales” que engendran el revisionismo con aquello de que el revisionismo es un fenómeno superficial. Para él, el browderismo, por ejemplo, es nada más que el personal descarrío de Browder, es solo la expresión de su extravío cognitivo, que copiaron otros tan extraviados como él mismo. 

        Así, pues, García encubre las causas y las consecuencias del revisionismo. 

Lenin señala: 


Las fundamentales divergencias tácticas en el movimiento obrero de nuestros días, en Europa y en América, se reducen a la lucha contra dos importantes corrientes que se desvían del marxismo… Estas dos corrientes son: el revisionismo (el oportunismo, el reformismo) y el anarquismo (el anarcosindicalismo, el anarcosocialismo).

… las tendencias principales que engendran determinadas desviaciones respecto de la táctica marxista se manifiestan también en nuestro país…

… la burguesía en todos los países establece, inevitablemente, de sistema de gobierno, dos métodos de lucha por sus intereses y en defensa de su dominio, métodos que van alternándose o que se entrelazan en distintas combinaciones. Es, en primer término, el método de la violencia, el método que no admite concesión alguna al movimiento obrero… El segundo método es el del “liberalismo”, el de dar pasos en el sentido del desarrollo de los derechos políticos, en el sentido de las reformas, de las concesiones, etc.

Cuando en Alemania imperaba [el sistema de gobierno “liberal”], el eco unilateral de este sistema de gobierno burgués se manifestó en el incremento del anarcosindicalismo, o, como lo llamaban entonces, del anarquismo en el movimiento obrero… Cuando en 1890 se produjo el viraje hacia las “concesiones”, éste resultó ser, como siempre, aún más peligroso para el movimiento obrero, engendrando un eco igualmente unilateral de la política burguesa “de reformas”: el oportunismo [léase revisionismo] en el movimiento obrero.

Los revisionistas declaran “anticuada” la doctrina de la lucha de clases o comienzan a aplicar una política que, de hecho, significa una renuncia a la lucha de clases. Los zigzags de la táctica burguesa originan un reforzamiento del revisionismo en el movimiento obrero y muchas veces provocan en el seno de éste discrepancias que llevan hasta la escisión. (“Las divergencias en el movimiento obrero europeo”). 

Como vemos, esclareciendo la relación entre doctrina y táctica, Lenin revela que “la cuestión central”, el fondo del problema es lo doctrinal, pues el marxismo implementa una táctica y el revisionismo implementa otra táctica; es decir, Lenin considera que la táctica es una cuestión derivada de la tendencia ideológica que la implementa. Así, la tendencia marxista aplica la táctica insurreccional en una situación revolucionaria y la táctica de la lucha electoral en una situación no revolucionaria (en el siglo XIX aplicó esta táctica como la forma principal de lucha y, a partir del siglo XX, como forma de lucha complementaria de la lucha directa de las masas). Por su parte, el revisionismo aplica la táctica de la pasividad en una situación revolucionaria (como se ha visto decenas de veces) y la lucha electoral como la forma principal de lucha, como el camino al socialismo (no obstante el desarrollo catastrófico del capitalismo desde, redondeando, la aparición del imperialismo con el inicio del siglo XX hasta hoy mismo). 

        Sin embargo, como hemos constatado, torciendo los hechos García intenta hacer creer que “la cuestión central” es la táctica, dejando así en la sombra la fidelidad a los principios del Manifiesto, en unos casos (marxismo) y, en otros, la traición a los mismos (revisionismo), como las causas de dos tácticas diferentes y opuestas. De este modo mezcla marxismo y revisionismo, es decir, disuelve la diferencia radical entre uno y otro. Además, califica al Partido Comunista de “partido insurreccional” a efecto de declarar su caducidad sobre la base de amputar la historia de las crisis capitalistas y, a la vez, para postular el “partido electoral” como el tipo de partido que se requiere, lo que hace minimizando la lucha directa de las masas. 

Ciertamente solo una persona que cierra los ojos a la realidad del revisionismo, a su contenido de clase, a sus causas y a sus consecuencias, puede decir el dislate que dice García. Pero García dice lo que dice no sin intención. ¿Cuál es esta intención? Primero, silenciar el revisionismo como la negación de los principios expuestos por Marx y Engels en el Manifiesto; por eso dice que “El Partido Comunista tiene una historia paralela” con respecto al Manifiesto, sugiriendo así que la misma se debe, como hemos visto ya, a una cuestión exclusivamente táctica. De este modo deja en la nebulosa la relación entre doctrina y táctica. García, pues, al sostener su “historia paralela” como determinada por una cuestión puramente táctica, encubre la relación entre la doctrina revisionista y su táctica reformista, es decir, encubre el hecho de que, por un lado, el revisionismo reniega de la necesidad de la violencia en una situación revolucionaria, y, por otro, el hecho de que convierte la lucha electoral en el camino de la revolución.

Pero, como hemos visto, contrariando el correcto análisis de Lenin, García grita: ¡el revisionismo, el oportunismo y el escisionismo son fenómenos superficiales! ¡“La cuestión central” es la táctica!

De esa forma descalifica la lucha del PCCh, del PTA y de todos los partidos marxista-leninistas del mundo, incluido el PCP, contra el revisionismo contemporáneo y en defensa de los principios del Manifiesto, en defensa de la pureza de la doctrina del proletariado.

García habla del browderismo para eludir hablar del revisionismo surgido sobre el terreno del socialismo y liderado primeramente por Jruschov. Dice él:

Después [de la disolución de la Comintern], ante el surgimiento del browderismo, revisionismo que difundía el PC de EUA, en los años 50-60 surgieron diversas escisiones y así ahora en la escena política peruana actúan el PC-U (Unidad), PC-BR (Bandera Roja), PC-PR (Patria Roja), PC-SL (Sendero Luminoso) y otros más. (“Los partidos comunistas hoy”)

Puesto que, por razones obvias, García no puede dejar de utilizar el término revisionismo, sugiere, como acabamos de ver, que el browderismo determinó el surgimiento de “diversas escisiones” en el PCP, cuando la verdad histórica es que tales escisiones (que comenzaron a producirse a partir de 1964) tuvieron sus causas internas en la lucha entre las dos líneas en dicho partido y sus causas externas (de enorme gravitación por haber proporcionado argumentos contundentes a los marxista-leninistas) en la lucha entre el marxismo-leninismo representado sobre todo por el PCCh y el PTA y el revisionismo contemporáneo representado sobre todo por el PCUS. Pero García silencia esta realidad debido a que, según su parecer, el revisionismo en la URSS se limitó al período que va del XX Congreso del PCUS hasta la destitución de Jruschov (ver el número 1 de la revista Punto de Vista), no obstante lo cual la dictadura del proletariado no fue subvertida y el socialismo siguió construyéndose tranquilamente desde el mismísimo Jruschov hasta el propio Gorbachov.

        Sin embargo, todo marxista sabe que el ascenso del revisionismo al poder en la URSS y otros países significó el ascenso de la burguesía al poder, la subversión de la dictadura del proletariado y, sobre esta base, la restauración del capitalismo. Los antecedentes del revisionismo jruschoviano fueron las posiciones de los Browder, los Togliatti, los Thorez, principalmente. Pero el revisionismo jruschoviano tuvo una influencia incomparablemente mayor que el browderismo, pues dio lugar a la escisión de los partidos comunistas de todo el mundo, a la escisión del movimiento comunista internacional. Esta realidad es silenciada por García.

        La posición revisionista de García y, como resultado de ella, el encubrimiento que hace de las consecuencias del ascenso del revisionismo al poder en la URSS, se constata claramente en estas afirmaciones suyas:

Cuando entró en crisis el régimen soviético, circuló la expresión “socialismo realmente existente”, que se difundió masivamente al desintegrarse la URSS. Pero esta expresión tiene dos partes y sólo circuló una. Lo “realmente existente” es expresión coloquial de uso común en ruso. Para el caso, la expresión completa señala: “es el socialismo realmente existente que tenemos. Ustedes, ¿qué tienen para mostrar a cambio?”

En verdad, el movimiento proletario internacional ha criticado y critica el régimen soviético, pero no señala otra alternativa posible en su reemplazo. ¿Qué ha aportado la inteligencia proletaria internacional, por ejemplo la europea, respecto a la comprensión del socialismo, respecto a la organización adecuada a los tiempos actuales? 

Afirmaciones sesgadas, como vemos, primero, porque la frase “socialismo realmente existente” oculta ya, por sí sola, la restauración capitalista y presenta el capitalismo monopolista de Estado como socialismo, y, segundo, porque, para hacer creíble semejante distorsión de la realidad soviética configurada después del XX Congreso del PCUS, recurre al truco de esgrimir un aparente antagonismo entre ese capitalismo monopolista de Estado y el capitalismo occidental con aquello de “Ustedes, ¿qué tienen para mostrar a cambio?”, a la vez que, con la misma finalidad mixtificadora, intenta descalificar la crítica marxista-leninista al revisionismo contemporáneo con aquello de que “el movimiento proletario internacional ha criticado y critica el régimen soviético, pero no señala otra alternativa posible en su reemplazo.”(8) 

Estos deplorables sofismas los esgrimió García en el 2010, o sea, más de veinte años después de que se iniciara el proceso de desintegración de los países con gobiernos revisionistas y que, como se sabe, acabó con la implosión de la URSS. ¡Como si el revisionismo no hubiera preparado durante décadas, con la restauración del capitalismo, el paso de dichos países al capitalismo occidental(9)

La restauración del capitalismo tiene una premisa estructural, el Estado burocrático-militar; y una premisa ideológico-política, el ascenso del revisionismo al poder.

        A fin de terminar por revelar, en toda su envergadura, el truco de García de presentar el revisionismo como marxismo, copio una nota al pie de mi artículo La lucha interna del partido proletario:

Claro que, de cuando en cuando, García utiliza el término revisionismo, como por ejemplo en su artículo «Los partidos comunistas hoy», donde se refiere, de pasada, al browderismo; pero ocurre que su intención de fusionar su grupo con el partido de Jorge del Prado, revela que considera que la condición revisionista de este partido no es para él otra cosa que expresión del estado de ánimo de los antagonistas del mismo; o sea que, aquello de «adjetivo» y «estado de ánimo», le sirve a García para silenciar notorios casos de revisionismo.

Es decir, García generaliza su consideración de que el término revisionismo es un «adjetivo» que expresa el «estado de ánimo» del que lo utiliza.

Pero los hechos son los hechos y, el paso de la URSS y otros países al mundo capitalista occidental, le cayó en los pies a García.

Así se vino abajo su intención de presentar el capitalismo como socialismo.(10)

Este encubrimiento, esta trivialización, este embellecimiento del revisionismo, es la cuarta “falla geológica” del discurso del “profundo” García.

_________

Notas

[8] Esta última afirmación de García revela todo su inútil trucaje, todo su oportunismo. ¿Los marxistas-leninistas del mundo qué “otra alternativa posible” podían proponer sino el socialismo en “reemplazo” del capitalismo monopolista de Estado existente en los países con gobiernos revisionistas? Así, pues, la afirmación de García es confusionista.

[9] Hay que recordarle a García que el paso de la URSS al capitalismo occidental se produjo sin que se disparara un tiro. Es decir, el revisionismo, asentado en el Estado burocrático-militar, no solo restauró el capitalismo, sino que, además, despolitizó a las masas, o, mejor dicho, las politizó en el sentido burgués del término, hasta el punto de que, en el momento dado, aceptaron y hasta desearon “reemplazar” “lo que tenían” por la “alternativa” del capitalismo occidental. Este hecho revela toda la falencia de la afirmación de García examinada en la nota anterior, afirmación sin carne y sin sangre.

[10] O más exactamente, de presentar el capitalismo monopolista de Estado de los países gobernados por el revisionismo, como si hubiese sido socialismo. Hacer pasar el capitalismo monopolista de Estado como socialismo es la “comprensión” que tiene García del socialismo. ¿Y qué es “la organización adecuada a los tiempos actuales” de que habla nuestro liquidador? ¡Pues precisamente el capitalismo monopolista de Estado!

 

10.01.2024.

 

 

La Creación Heroica de Mariátegui y el Liquidacionismo de Derecha 

(Extracto) 

E. I. 

El revisionismo es una desviación del marxismo con profundas raíces en el desarrollo social del mundo contemporáneo. En su fase imperialista, el capitalismo ha exacerbado sus contradicciones y creado otras nuevas, y, por eso, la base económico-social del oportunismo en general y del revisionismo en particular, aparece en toda la extensión del mundo. 

Pero si, económica, política y socialmente, el revisionismo es constantemente engendrado por las condiciones del régimen imperialista, ideológicamente aparece como producto de la influencia de la burguesía sobre el proletariado. Por eso, para los marxistas, analizar el revisionismo significa determinar las causas económicas, políticas y sociales de su surgimiento y, a la vez, revelar concretamente el contenido de aquella influencia. 

Ya en el siglo XIX, la formación de una capa privilegiada en el proletariado, como ocurrió en Inglaterra, sirvió de base al oportunismo. De hecho, el revisionismo apareció como la continuación del oportunismo del siglo XIX. 

A propósito de esa continuidad, Lenin anotó: 


Las dos tendencias, incluso los dos partidos del movimiento obrero contemporáneo, que tan claramente se han escindido en todo el mundo en 1914-1916, fueron observados por Engels y Marx en Inglaterra durante varios decenios, aproximadamente entre 1858 y 1892”. “Ni Marx ni Engels alcanzaron la época imperialista del capitalismo mundial, que sólo se inicia entre 1898 y 1900. Pero ya a mediados del siglo XIX, era característica de Inglaterra la presencia, por lo menos, de dos principales rasgos distintivos del imperialismo: 1) inmensas colonias y 2) ganancias monopolistas (a consecuencia de su situación monopolista en el mercado mundial). En ambos sentidos, Inglaterra representaba entonces una excepción entre los países capitalistas, y Engels y Marx, analizando esta excepción, indicaban en forma completamente clara y definida que estaba en relación con la victoria (temporal) del oportunismo en el movimiento obrero inglés. (“El imperialismo y la escisión del socialismo”). 

Por eso, en abril de 1913, Lenin llegó a decir: 


Incluso en Rusia, donde el socialismo no marxista… se mantuvo más tiempo, incluso en Rusia, este socialismo se convierte claramente, a nuestros ojos, en revisionismo. (“Marxismo y revisionismo”). 

La primera forma de revisionismo surgió en los partidos de la Segunda Internacional (señaladamente en el partido alemán); y el revisionismo contemporáneo surgió en el PCUS, en los partidos en el poder en algunos países de Europa oriental y en no pocos partidos del mundo capitalista (Italia, Francia, USA, Japón, India, etcétera). De hecho, el revisionismo contemporáneo apareció como la continuación del revisionismo de la Segunda Internacional. 

Sin embargo, el revisionismo contemporáneo presenta la nota particular de que surgió en el propio seno de la sociedad socialista. 

Eso quiere decir que, en la nueva sociedad, existe igualmente terreno económico, político y social para tal surgimiento, y que, por eso, tampoco en el socialismo el proletariado es impermeable a la influencia ideológica de la burguesía. La base social del revisionismo en el socialismo fue la pequeña burguesía y la burocracia, tanto partidaria como estatal. 

La experiencia histórica ha demostrado que el revisionismo en el poder es la premisa ideológico-política de la supresión de la dictadura del proletariado y de la restauración del capitalismo. Y ha demostrado, al mismo tiempo, que el paso de la URSS y otros países al capitalismo tipo occidental, no fue sino el resultado de décadas de restauración del capitalismo bajo gestión revisionista. 

Es decir, la estructura burocrático-militar del Estado socialista más el revisionismo en el poder, hizo inevitable la regresión al capitalismo.

 

 

El Centenario de la revolución de Octubre: Conquistas: Distorsiones, Enseñanzas 

(Extracto) 

E. I.

Primera enseñanza. La premisa estructural de la restauración del capitalismo es el Estado burocrático-militar, asentado en la condición inacabada de las relaciones de producción socialistas y en la parálisis de la democracia directa de las clases trabajadoras. 

Segunda enseñanza. La premisa ideológico-política de la restauración del capitalismo es el ascenso del revisionismo al poder. El ascenso del revisionismo al poder es el ascenso de la burguesía al poder, y el ascenso de la burguesía al poder lleva a la restauración del capitalismo. Negar esta realidad es pretender borrar toda oposición entre el proletariado y la burguesía, entre el capitalismo y el socialismo, entre el marxismo-leninismo y el revisionismo. Brevemente, es pretender encubrir la dictadura de la burguesía burocrática y la restauración del capitalismo.


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