domingo, 1 de agosto de 2021

Política

Un Nuevo Sistema o una Nueva Forma de Gobierno 

Otro poco de calma, camarada;

un mucho inmenso, septentrional, completo,

feroz, de calma chica,

al servicio menor de cada triunfo

y en la audaz servidumbre del fracaso.

(César Vallejo) 

César Risso

LA FORMA DE VER y analizar la vida política de nuestro país tiene que variar para entender los cambios que están aconteciendo en estos momentos. Sobre el fondo de la lucha de clases, aparecen con un nuevo rol sectores que antes se encontraban sumidos en la desesperanza, y que carecían de una efectiva representación política.

        Los sectores populares, llamados por la fraseología burguesa sectores vulnerables, por la condición en la que se encuentran, sin señalar la causa de su situación, han elevado a la más alta representación a un hijo del pueblo, salido de entre los suyos. Sin embargo, esto no quiere decir que el Estado haya cambiado su carácter de clase. Es el ejercicio del gobierno de un representante del pueblo que se asienta sobre el Estado burgués.

        El actual presidente, Pedro Castillo, va dejando la huella de su estilo de gobierno, que es un estilo popular, que por ahora consiste, solo en parte, en la designación de los miembros del Consejo de ministros, entre los que se encuentran no connotados profesionales, las “vedettes” políticas e intelectuales de la burguesía, sino personajes, que siendo más o menos invisibles para los analistas políticos de la derecha, han sido elevados a la cúspide de la conducción de los cambios propuestos en el mensaje presidencial.

En la concepción materialista de la historia se considera que la práctica es el criterio de la verdad, sin embargo, en estos últimos días se ha juzgado la presencia de Guido Bellido como inadecuada. La pregunta que debemos hacernos es con qué criterio estamos juzgando el papel de Guido Bellido como premier. Evidentemente la conveniencia o no del actual primer ministro se ha juzgado desde la perspectiva de no levantar sospechas a la burguesía respecto de la preservación de sus privilegios de clase. Es decir, seguimos evaluando a los representantes políticos en el gobierno con la medida de los intereses de la burguesía y los esquemas mentales que en ese marco nos han impuesto.

Pedro Castillo ha señalado en su mensaje presidencial que no pretende expropiar a nadie; que solo busca mejorar las condiciones de vida de los sectores populares; que pretende enfrentar el abuso en los precios de los bienes básicos; que tratará de evitar los altos intereses por los créditos de consumo; que combatirá la evasión y la elusión tributaria; que tratará de mejorar los acuerdos de libre comercio; etc.

El contenido de su mensaje presidencial es pequeño burgués, pero nacionalista y popular. Todas sus propuestas se dan en el marco del sistema capitalista. Es un programa reformista, socialdemócrata. Sin embargo, el programa tiende, aunque sin proponérselo conscientemente, a socavar el funcionamiento del capitalismo.

Según propone Pedro Castillo, la consulta al pueblo será una constante. En consecuencia, la base popular del gobierno garantizará la implementación de las medidas propuestas. Pero para que la consulta popular funcione permanentemente debe de organizarse e institucionalizarse. La forma que esta organización tome dependerá de cuan avanzadas sean las formas de organización popular actualmente existentes y del nivel de conciencia de las masas.

El periodo actual, cuyo desenlace algunos creen vislumbrar, será de concientización de las masas y de su consecuente organización. Esta es la tarea de los socialistas. A la vez, se presentará como una lucha consecuente por defender las conquistas que se han logrado y las que se vayan logrando en el presente gobierno, así como la lucha por nuevas conquistas del campo popular.

No se trata de apoyo crítico a la gestión de Pedro Castillo, sino de luchar por las conquistas que exigen las clases trabajadoras y por su organización.

Es probable que las exigencias de las clases trabajadoras vayan más allá de las propuestas de Pedro Castillo, situación que puede manifestarse de no prosperar la Asamblea Constituyente. Y aun en el caso de que prospere, el contenido de la nueva constitución será materia de arduas discusiones alrededor de los intereses populares en pugna con los intereses de la burguesía.

La forma popular de gestión que se presenta en este periodo inicial puede dar pie a embriones de socialismo, al involucramiento activo de los sectores populares en la gestión pública.

Pedro Castillo respetará la propiedad privada de los medios de producción, lo cual significa que no atacará al capitalismo como sistema económico.


“Lamentablemente durante la campaña electoral se ha tratado de asustar a la población con el cuento que queríamos expropiar los ahorros, las casas, los automóviles, las fábricas y otros bienes de propiedad de los ciudadanos, lo que es totalmente falso. No haremos nada de eso porque queremos que la economía mantenga orden y predictibilidad, que es la base de las decisiones de inversión. La propiedad de las personas, obtenida con esfuerzo y en el marco de la legalidad, está garantizada por el Estado.” (Pedro castillo, Mensaje a la nación).

No hay duda que es el reformismo popular, pequeño burgués, lo que está en curso. Pero el contenido del programa socialdemócrata, de gestión del Estado burgués, se está dando bajo la forma de un gobierno popular.

        En el análisis de Pedro Castillo no aparecen las clases sociales sino las castas: 


“La derrota del incanato, dio inicio a la era colonial. Fue entonces, y con la fundación del virreinato, que se establecieron las castas y diferencias que hasta hoy persisten.” (Pedro Castillo)

 

Además, denuncia la extracción de minerales, poniendo el acento en el objeto, que sirvió de sustento al desarrollo capitalista de Europa, como si lo fortuito de la existencia de ese mineral en nuestras tierras, fuese lo central, en el sentido de que, si no nos hubiesen expropiado de él, podríamos haberlo aprovechado para ser ricos.

 

“Los tres siglos en los que este territorio perteneció a la corona española le permitieron explotar los minerales que sostuvieron el desarrollo de Europa, en gran parte con la mano de obra de los abuelos de muchos de nosotros.”

La verdadera riqueza se encuentra en la fuerza de trabajo, y en lo que esta puede crear. De lo que se trata es de la eliminación de toda forma de explotación.

        El funcionamiento del capitalismo requiere de las ganancias, las mismas que serán garantizadas por el actual gobierno, aunque no en la magnitud en la que espera la burguesía. Será una lucha por arrancar de las manos de los capitalistas una parte del trabajo no remunerado.

        Otro frente de lucha se dará por el aumento de las remuneraciones: 


“Mejorar el nivel de empleo y salarios, condiciones y salarios de acuerdo a lo que señala la Organización Internacional del Trabajo, y que también que los locales accedan a puestos de gestión relevantes.”

La OIT propone mejorar los salarios, pero en el marco del capitalismo, es decir, manteniendo el actual sistema de explotación. Esto encaja con la propuesta del actual gobierno. Sin embargo, mientras la propuesta de la OIT se basa en la necesidad de mantener en buen estado de salud a los trabajadores para extraer de ellos mayores ganancias, la propuesta de Pedro Castillo nace de la necesidad de justicia.

        La tarea permanente para los socialistas es difundir el socialismo y, particularmente en esta situación, elaborar el programa socialista de transformación del capitalismo en socialismo. Se trata de si nos regodeamos en la lucha por mejores condiciones de existencia en el marco de la explotación capitalista, o si avanzamos hacia el socialismo.


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