La
Revolución Rusa y los Trabajadores Chilenos*
Luis Emilio
Recabarren
LAS OBJECIONES QUE SE HACEN qacerca de que Rusia no ha
podido todavía establecer un régimen comunista, están totalmente desprovistas
de razón y de seriedad. Quien lea detenidamente el informe de Trotsky, podrá
darse cuenta de lo que significa edificar un Estado obrero sobre las ruinas de
un régimen capitalista que desaparece entre el torbellino de la más inmensa de
las guerras que han azotado a la humanidad, cono fue la guerra europea que
asoló al mundo durante los años 1914 a 1918; es sobre el montón de ruinas que
acumuló el régimen capitalista durante la guerra, es venciendo las
contrarrevoluciones de los capitalistas que lucharon por reconquistar el poder
hasta 1922, es por encima de todos los inconvenientes de la guerra, de las
contrarrevoluciones, del hambre, de la incultura del pueblo, y de la falta de
cooperación obrera de los demás países, es por encima de todo que la Rusia
obrera y campesina se desenvuelve y triunfa victoriosamente.
Estas
razones y las demás contenidas en diversas páginas de este libro, demostrarán
al lector lo razonable que es exigir a los comunistas la construcción o
edificación rápida de un régimen nuevo
sobre las ruinas y el caos dejados por un régimen que desaparece y sobre los
inconvenientes creados después por el capitalismo desde fuera de Rusia. No
querer creer todas estas cosas ni querer apreciar estas razones es colocarse
fuera de toda realidad.
Queda
demostrado que toda la población trabajadora es la dueña del poder desde el
momento que en sus manos está elegir los elementos del poder, y en sus manos
también está anula el poder. Si es en los sitios del trabajo donde se hacen las
elecciones, si es en verdaderas asambleas donde se eligen los miembros de los
Soviets, estamos en presencia de actos electorales totalmente diferentes de los
demás países. En Rusia es una realidad, una verdadera realidad que el pueblo
elige sus administradores, en Rusia es una verdadera realidad que el pueblo
tiene derechos electorales.
En Chile
carecemos de derechos electorales, desde el momento en que desde la inscripción
en los registros se empieza por molestar a los ciudadanos que no vienen recomendados
por los políticos influencia y de que las inscripciones se hacen al capricho de
los mayores contribuyentes y en horas en que la mayoría de los ciudadanos están
trabajando.
La inscripción en masa de los
inquilinos de los fundos se opone como una fuerza que contrarresta efectivamente
toda influencia de inteligencia que pudiera haber en el electorado de las
ciudades. Per todavía en las ciudades se recurre a comprar el derecho a voto de
los ciudadanos, o se suplantan los electores ausentes o muertos, o se
falsifican las actas o los verdaderos resultados de las elecciones como lo
necesiten los dirigentes políticos de las clases capitalistas.
Esto
una vieja realidad en Chile que nadie puede negar, y estas costumbres
anulan todos los derechos que se han escrito en las leyes y así resulta una
mentira todo lo que se dice de que existan derechos o libertades. Cuando se
dice que Chile es un país donde la democracia es una costumbre establecida, se
dice una mentira exacta. En Chile no ha democracia. El gobierno se hace para
servir los intereses de los grandes capitalistas sin tomar en cuenta para nada
los intereses de los demás habitantes de la nación. Quien examine honradamente los actos del gobierno, tendrá
que reconocer esta verdad.
Para engañar al pueblo se dice: “No
es una verdad que los obreros demócratas están en el gobierno?”. Y nosotros
preguntamos: ¿En compañía de quiénes gobiernan los demócratas? Y todo el pueblo
verá y reconocerá que los demócratas gobiernan juntos y de acuerdo con los
grandes capitalistas del país o con los representantes de esos grandes
capitalistas. Y gobernando en compañía de esos grandes capitalistas tendrán que
servirse preferentemente los intereses de ellos y por lo tanto abandonar los
intereses de la clase trabajadora, pues en el gobierno de un país no se pueden
servir jamás los dos intereses al mismo tiempo. Ésta es la verdad.
Los capitalistas que son muy hábiles
han permitido que pasen hasta el Congreso y hasta el Gobierno algunos
demócratas, pero a condición de que sirvan solamente sus intereses, pero de
esta manera al llevar a los demócratas al gobierno, mantienen la ilusión del
pueblo a quien hacen esperar y creer que así algún día vendrá algún
mejoramiento, y mientras los trabajadores mantienen sus esperanzas no luchan,
se cruzan de brazos esperando el cumplimiento de las promesas, y así sigue tranquila
la clase capitalista explotando y oprimiendo la población.
Eso es lo que se ha conseguido con
la democracia: adormecer a las clases trabajadores bajo la influencia de una
esperanza.
La democracia es algo así como un
juguete con que el explotado capitalista ilusiona y entretiene al pueblo para
calmar sus furores y para desviar su atención. ¿Qué abuso se ha suprimido en el
país desde que están en el Gobierno los demócratas? (…) ¿Ha terminado la
tiranía y los abusos de los carabineros? ¿Ha desaparecido el sistema de fichas
y la supresión del comercio libre en los minerales? ¿Han desaparecido los
procesos calumniosos contra los obreros organizados? ¿Ha desaparecido la
persecución a la prensa obrera y a los obreros federados? ¿Ha desaparecido la violación
a las leyes del descanso dominical, de accidentes del trabajo, la que reprime el
alcoholismo?
¿Qué es lo que han conseguido los
demócratas mientras gobiernan en compañía de los capitalistas y a cambio de su
concurso? Sería bueno saberlo. Sólo han conseguido unos cuantos amigos y la
vanidad de sentirse gobernantes cuando en realidad sólo están para servir los
intereses de los capitalistas y nunca los intereses del pueblo.
En Rusia los trabajadores no
creyeron jamás en las mentiras de la democracia y fueron derechamente por el
camino de la revolución que es más corto y más seguro, y eso les ha dado la
victoria que nosotros los comunistas celebramos.
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