domingo, 1 de enero de 2023

Coyuntura política

 

Las Luchas Populares y la Bancarrota de la Democracia Burguesa

Cesar Risso

NO RESULTA DIFÍCIL ENCONTRAR los móviles que condujeron al golpe de Estado contra Pedro Castillo. No ha sido la lucha de la burguesía como clase, para sostener su dominio, es decir la vigencia del capitalismo en nuestro país. El Estado en ningún momento dejó de ser un Estado burgués, del mismo modo que en ningún momento estuvo en peligro el sistema de trabajo asalariado. El problema, en términos generales, ha sido la disputa por el gobierno del poder, y por retomar el control de todos los hilos del dominio burgués.

        Sin embargo, es necesario hacer una serie de precisiones. La estructura mafiosa del Estado, sus redes, construidas durante décadas, particularmente desde la dictadura de Alberto Fujimori1, se vio seriamente afectada por el desorden causado por el gobierno de Pedro Castillo. Al no ser parte este de la llamada “clase política” (expresión por cierto desafortunada, porque carece de carácter científico), trabajaría, sin darse cuenta, por reemplazar dichas redes por otras nuevas, con otros personajes, sobre todo de su entorno, desabasteciendo así de las pingües ganancias que les reportaba ser parte de la burocracia a los “funcionarios” y “trabajadores” de los cargos clave en el aparato del Estado, y de quienes son los representantes políticos de la burguesía a todo nivel.

        Estos cambios significarían nuevas reglas, y ampliaría el número de intermediarios entre las grandes empresas y el Estado. El desbarajuste se empezaba a sentir, e incluso, aquellos que se aprovecharon de la cercanía a Pedro Castillo, ya sea por comunidad de ideas, por afinidad política, por lazos familiares o amicales, o incluso simples arribistas que conseguían aproximarse por diversos medios, comenzaron a tratar de aprovechar los negocios que se presentaban. Total, el compromiso era de Pedro Castillo y de Perú Libre.

        Probablemente una de las preocupaciones de la burguesía era que la inexperiencia de los nuevos agentes pusiera en evidencia el enorme negocio de la corrupción en sus diversas modalidades. Esto, evidentemente pondría a la burguesía y al sistema con el cual domina en una situación difícil frente a las amplias masas de trabajadores, y frente al pueblo en su conjunto. Es decir, abierta la caja de pandora de la corrupción, aunque ciertamente las manifestaciones de la corrupción se desbordan por todas partes, la “magia” del gobierno del poder se desvanecería, y la burguesía quedaría al descubierto en sus fines: obtener ganancias a costa de lo que sea, incluso del bienestar y la vida de las clases trabajadoras.

        De por medio estaba el hecho de que la gestión de Pedro Castillo (no se trata de la labor del individuo que, por supuesto tiene cierto peso, sino del conjunto de sectores que se beneficiaba con sus políticas y a los cuales representaba), que tenía cierto éxito y que, por ello, podía generar expectativas populares, y en consecuencia presionar para lograr el cambio de la Constitución, y con ello afectar aun más las redes “tradicionales” de corrupción imperantes, así como a sus usufructuarios.

        Hay que considerar, además, que la presencia de Pedro Castillo en el gobierno, sumaba un gobierno más a los que son considerados de izquierda en esta parte de América, aunque en el sentido de tener una política más o menos antimperialista, con medidas socialdemócratas, es decir pequeñoburguesa y nacionalista.

        De otro lado, el tratamiento a la inversión extranjera directa en nuestro país, a través de los llamados contratos de estabilidad tributaria, que bajo el “incentivo a la inversión minera”, entre otros, ha beneficiado a las empresas transnacionales con una serie de exoneraciones y devoluciones, significando en los hechos la entrega de nuestros recursos naturales a precio de remate. Como se sabe, esta política denominada neoliberal, nombrada Consenso de Washington, de carácter planetario, fue implementada durante la dictadura de los 90 del siglo pasado por el títere Alberto Fujimori. Política de expoliación de nuestros recursos naturales, así como de la fuerza de trabajo peruana, ejecutada por medio del retiro del Estado de la actividad económica, y con ello promoviendo y aplicando la eliminación de derechos de las clases trabajadoras.

        Otro aspecto importante en las condiciones que determinaron el golpe de Estado a Pedro Castillo, está dado por la disputa entre los EEUU y China, por la hegemonía económica mundial, que se presenta en la construcción del mega puerto de Chancay2, así como la carretera que permitiría distribuir las mercancías en toda América del sur, iba a otorgarle una presencia considerable a China en el continente, restándole en gran parte el control que sobre nuestros países ejerce el imperialismo norteamericano.

        La estructura del Estado burgués (no la formal), con el “sistema” de coimas, y los diferentes mecanismos de beneficio de los grandes negocios, generó las condiciones para dar curso al desarrollo del narcotráfico. Este enorme negocio planetario, ha encontrado condiciones favorables y “sostenibles” en nuestro país. Es evidente que esta “actividad” requiere de la red de corrupción establecida desde hace muchas décadas, por lo cual necesitaba urgentemente la restitución de los mecanismos y los personajes que agilizaban y facilitaban dicho “negocio”.

        Otro elemento de considerable importancia está en el intento, o la propuesta, del gobierno de Pedro Castillo de formalizar a los informales. Es cierto que la propaganda burguesa ha repetido hasta el cansancio que los problemas de bajo crecimiento económico, baja presión tributaria, etc., se deben a la informalidad, y como consecuencia de ello, la baja productividad, que, según los intelectuales a sueldo de la burguesía, configuran nuestra economía como de baja competitividad. Sin embargo, una peculiaridad del capitalismo peruano consiste en que los informales permiten que los trabajadores puedan sobrevivir a pesar de la miseria que reciben como remuneración. Los informales producen bienes salario baratos, lo cual permite sostener a las clases trabajadoras. En consecuencia, los que hipócritamente acusan como uno de los problemas que detiene nuestro crecimiento económico, es el sustento de la forma de capitalismo que impera en nuestro país, y por ello mismo, no quieren que la informalidad deje de existir.

        Sin duda otros intereses menores jugaron su papel en el conflicto cuyo desenlace aun no se puede predecir, aunque sí está claro que las cotas a las que ha llegado tanto el accionar de la ultraderecha, en el gobierno y en el legislativo, así como la represión de la PNP y de las fuerzas armadas, con el asesinato de más de veinte personas, aunque aun es difícil precisar el número exacto, conducirá la lucha política a niveles superiores, a condición de la materialización de la organización con carácter nacional de las clases trabajadoras y del pueblo en su conjunto.

        En el Perú, el asesinato de manifestantes se va convirtiendo en una suerte de tradición3. El aparato represor del Estado, actúa considerando que el estado de emergencia es la libertad de asesinar impunemente. Por ello, la llamada marcha por la paz, a la que está convocando la policía nacional, no es más que una maniobra propagandística, que tiene por finalidad no que no haya más muertos ni heridos, sino evitar que el pueblo se siga organizando para desarrollar acciones directas que ponga en evidencia que el poder está no solo en el número, sino en la voluntad unificada de las clases populares, y que por ello, llegue a la conclusión que alcanzado cierto nivel de organización y de conciencia, caiga en la cuenta que el verdadero poder ha pasado a sus manos, y su voluntad sea la ley y el ejercicio de la más amplia democracia posible.

        El costo, para los representantes políticos de la burguesía, de dar el golpe de Estado a Pedro Castillo, puede ser muy alto. Este golpe ha motivado las manifestaciones de protesta, y ha inducido a una más rápida y amplia organización de las clases populares.

        Las formas de lucha actualmente desarrolladas están conduciendo al pueblo a tomar conciencia de los intereses que están en juego. Así, se puede apreciar que la organización orquestada para dar el golpe de Estado a Pedro Castillo ha contado con la participación de los congresistas, de algunos ministros, de la prensa, de la CONFIEP, así como de los grupos económicos de poder. Estos hechos han conducido al pueblo a la percepción de que este golpe no es obra solo del Congreso, sino que por encima de ellos están los intereses de la burguesía como clase. En consecuencia, la lucha no es solo porque se cierre el Congreso, o por el cambio de Constitución (habría que ver en qué sentido se propone cambiar la Constitución, aunque por las consignas se puede apreciar que se trata de un contenido pequeño burgués, nacionalista), sino para desplazar a la burguesía del gobierno del poder, aunque sin tener claridad, por ahora, del necesario cambio de sistema. Sin embargo, el déficit de la labor de la izquierda proletaria se hace sentir en estos momentos. La propaganda por el socialismo está prácticamente abandonada. No se establece la ligazón entre la lucha política en la coyuntura actual, y el contenido de la lucha por el socialismo. En consecuencia, las formas de lucha pueden llegar a ser las superiores, pero el contenido puede estar por debajo de los niveles de lucha que se desarrollen.

        Poco a poco el pueblo va cayendo en la cuenta que la Constitución y las leyes son hechura humana y que, en consecuencia, reflejan los intereses de las clases sociales. Pero el asunto no es lineal, es decir, no se trata de que al cambiar la Constitución automáticamente las cosas cambian; se trata de que las cosas cambian, y la Constitución reflejará estos cambios. Sin embargo, en la coyuntura actual, ha prendido en el pueblo la urgencia del cambio de la Constitución. Por ello, es necesario continuar con dicha consigna que resulta unificadora, para a partir de ella orientar hacia los intereses históricos del proletariado y del pueblo.

        La “deslegitimación” del actual gobierno, de continuar la brutal represión de la que hacen objeto al pueblo, conducirá ya no a buscar la aceptación de los órganos de poder para la implementación de la asamblea constituyente y la elaboración de una nueva Constitución, sino a darle curso por los canales populares, gremiales, etc., es decir, por las diversas formas de organización de los sectores populares, desconociendo las formas burguesas de gobierno del poder, para orientarse hacia formas populares de gobierno de poder.

        La propuesta de adelanto de elecciones ha obligado a los representantes de la burguesía en el Congreso a exigirse al máximo intelectualmente para sustentar la necesidad de su continuidad hasta cumplir su mandato el año 2026. Una de las justificaciones está en creer que han sido elegidos por los ciudadanos por sus méritos intelectuales, cosa que por supuesto ni ellos mismos creen.

        La expectativa generada acerca del gobierno de la primera mujer se ha desvanecido. El problema no es de órganos sexuales, ni del uso que se les dé. El problema es de las clases sociales que están en pugna; de la base económica, que en este caso es capitalista.

        El papel que está cumpliendo Dina Boluarte, es el mismo que cualquier mujer u hombre cumpliría como representante político de alguna de las clases sociales vigentes. Así, el papel que ha asumido es el de servir los intereses de la burguesía en el gobierno del poder; la restitución de las ventajas económicas de la burguesía; la feroz represión de los sectores populares que se enfrentan al golpe de Estado ejecutado contra Pedro Castillo.

        Para la burguesía, las formas son lo de menos. Lo importante es el contenido, el logro de su objetivo de desplazar del gobierno del poder a Pedro Castillo y sus allegados. Las leyes pueden retorcerse para que signifiquen siempre lo mismo: el dominio político de la burguesía. Los asesinatos ponen en evidencia que, frente a la propiedad privada de los medios de producción, la burguesía está a favor de la propiedad privada de los medios de explotación para someter a las clases trabajadoras; que los asesinatos tienen por objetivo hacer retroceder al pueblo en su búsqueda de justicia; que no les importa a cuantos tengan que matar, siempre que la burguesía mantenga el poder. A pesar de lo cual, Dina Boluarte, representante de turno de los intereses de la burguesía y defensora de su poder, dice que lamenta las muertes. A este respecto, el artículo uno de la actual Constitución burguesa dice: “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”. Esta declaración es la más grande mentira que propagandiza la burguesía. Ya sabemos la condición de pobreza en la que viven las clases populares; la precariedad de sus condiciones de vida; condiciones que potencian los males en la “persona humana”, según reza la Constitución; todo lo cual llega a su más alta significación en el asesinato de los manifestantes. Es evidente la bancarrota de la democracia burguesa, como propaganda de la más alta expresión de la vida y de las normas de convivencia. En la lucha actual, la democracia burguesa aparece como lo que realmente es: la dictadura de la burguesía.

        El papel de la PNP y de las fuerzas armadas es el de sostener el sistema capitalista. Por eso se les llama “instituciones tutelares” del Estado, porque mantienen el orden burgués y el dominio burgués. Son instituciones políticas, que por la fuerza de las armas controlan a las clases trabajadoras para que continúen sometiéndose al régimen político de la burguesía, plasmado en la Constitución.

        Si las clases populares se deciden a construir una nueva forma de vida, y reflejar esta en una Constitución, tienen que construir sus “instituciones tutelares” que mantengan el nuevo orden y dominio de sus intereses.

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(1) En este caso “dictadura” hace referencia a la forma de gobierno, a diferencia del concepto de dictadura como opresión de una clase por otra. Así, la república democrática es una forma de gobierno en el marco de la dictadura de la clase burguesa.

(2) https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-62746144

(3) https://www.infobae.com/america/peru/2022/12/26/crisis-en-peru-fuerzas-armadas-causaron-167-muertes-durante-protestas-realizadas-entre-2003-y-2020/

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