miércoles, 2 de agosto de 2023

Coyuntura política

Mensaje Presidencial: Entre la Suplica a la Burguesía y el Chantaje al Pueblo

Cesar Risso

NO PODEMOS NEGAR la importancia del número en la lucha política. Sin embargo, en la jornada de lucha del 19 de julio, así como en las de los días 27, 28 y 29, lo que tiene una importancia considerable es en primer lugar el aspecto cualitativo, que consiste en el repudio a los representantes políticos de la burguesía. En este caso lo cuantitativo está representado por el conjunto de manifestantes que participaron en la protesta a nivel nacional. Pero la cantidad se transformará en cualidad, ahora por sus resultados, cuando masivamente, pero esta vez como reflejo de la unidad, se logre desalojar de los poderes Ejecutivo y Legislativo a los mediocres y criminales representas de la burguesía. Por ahora esto es a lo que alcanza la unidad. Por esto es necesaria la propaganda socialista. El triunfo del actual movimiento dejaría en pie el sistema de trabajo asalariado, es decir, la explotación capitalista.

        La presencia de Dina Boluarte en la presidencia de la República es un hecho fortuito, pero el dominio de clase de la burguesía es la esencia de la situación actual, que toma en la presidenta la máscara que ostenta su representación.

        Lo planteado en el mensaje presidencial parece ser una suplica a la burguesía para que le permitan continuar en la presidencia. Los proyectos propuestos constituyen una enorme oferta de negocios para las empresas constructoras. Sin embargo, los intelectuales de la burguesía, con seguridad, habrán ya analizado el contenido del mensaje en el aspecto económico. Los proyectos que ha lanzado Dina Boluarte, y sus sostenedores, requieren de decenas de miles de millones de soles para su ejecución. Esto hace poco creíble el ofrecimiento presidencial.

        De un lado se le ofrece a la burguesía importantes negocios, y, de otro lado, se trata de chantajear a los pobladores de las regiones que han sido víctimas de la represión. Se les ha ofrecido nada menos que la solución de todos sus problemas, tanto en el campo de la salud, los servicios, la educación, las remuneraciones, las pensiones, etc. Es decir, se está tratando de comprar su silencio. Así, la suplica a la burguesía, y el chantaje a las clases trabajadoras, constituyen la política y el programa de Dina Boluarte.

        La cantidad de cosas que se han ofrecido en el mensaje presidencial superan largamente las propuestas en las campañas electorales. Solo que aquí se trata de sostenerse en el cargo. No se da cuenta Dina Boluarte que la realidad es que está con un pie fuera de la presidencia y con el otro pie en la cárcel.

        Lo de “nueva estrategia” de crecimiento económico, como ha planteado en el mensaje a la nación, no tiene nada de nuevo. La novedad está, en todo caso, en que Dina Boluarte cree que sus propuestas son una novedad. Pero, en las circunstancias actuales, parecen más propaganda para generar cierta simpatía en las clases trabajadoras; mientras que por el lado de la burguesía lo que pueden percibir es lo que sus intelectuales han llamado durante muchas décadas “populismo”. En el “manual” de los intelectuales burgueses la “política populista” es propia de gobiernos de izquierda, que genera mayores demandas del pueblo; que, en consecuencia, se promueve una política de excesivo gasto público; situación que conduce a la inflación y a la crisis económica.

        Este es otro síntoma del mensaje a la nación como propaganda electoral del actual régimen, ya que justamente las promesas a la mayoría del pueblo es lo que les permite acceder al gobierno. Pero hacer estas promesas en un gobierno en curso, es un mal síntoma para la burguesía, y un engaño para el pueblo.

        La síntesis del mensaje de Dina Boluarte se encuentra en este párrafo:

“El país necesita avanzar en su ruta hacia un mayor crecimiento económico. En esta línea, anuncio el inicio de una estrategia de desarrollo de la economía peruana basada en el impulso a la infraestructura para la competitividad y el cierre de brechas sociales, cuya acción central corresponderá a la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN), que creamos en esta gestión, y que impulsará los primeros proyectos de alto impacto con mecanismos acelerados para impulsar su ejecución rápida.”

Según sus asesores, para cerrar las llamadas brechas sociales, y aumentar la competitividad, la clave está en el impulso a la infraestructura.

        Pero como el Estado no cuenta con los recursos para la exorbitante inversión que se requiere para financiar los proyectos ofrecidos, entonces se endulza a la misma burguesía para que invierta en un Fondo que les permita obtener ganancias de las obras que se van a realizar. Con esto logran que la propia burguesía financie los proyectos, con lo cual ganará la burguesía dedicada a la construcción, y la burguesía dedicada a las inversiones de mediano y largo plazo. Estos dos sectores de la burguesía no son necesariamente los mismos. Así que, tratando de beneficiar a estos dos sectores de la burguesía, les propone un enorme negocio. Sin embargo, los técnicos de la burguesía no tienen mayores expectativas en dichas propuestas en las circunstancias actuales. La incertidumbre por el fenómeno del niño global, por las protestas sociales y por la situación de la guerra entre Rusia y Ucrania, que probablemente retorne a la interrupción del suministro de granos, se desvíe el interés de la burguesía hacia otros negocios.

        De modo que ni por el lado de la burguesía, ni por el lado del pueblo, la propuesta de Dina Boluarte tiene alguna probabilidad de éxito. Este último entendido no en el sentido del logro en la realización de lo que propone, sino en el sentido de que le crean, y así generar cierta expectativa que le de un pequeño respiro en su gestión.

        El asunto de las llamadas brechas sociales que Dina Boluarte pretende cerrar, aunque, reiteramos, más como propaganda que como voluntad real, es consecuencia del capitalismo. Pero, como es obvio, esto no es mencionado puesto que hacerlo sería poner en cuestión el dominio de la burguesía, a la que ella representa en el momento actual.

        Es necesario indicar lo siguiente. Como se puede apreciar, el gobierno de Perú Libre, con Pedro Castillo a la cabeza, estuvo repleto de arribistas, que fingieron estar de lado del pueblo. Y, aun así, por más honestos que sean los representantes de la socialdemocracia que lleguen al gobierno del poder, su función, objetivamente, más allá de lo que ellos mismos puedan creer, es dar cierto respiro a la burguesía, aflojando un poco las cadenas de la explotación. En el marco de la política pendular de la burguesía nativa e imperialista, la socialdemocracia encaja en el rompecabezas del dominio mundial del capitalismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

CREACIÓN HEROICA