domingo, 1 de diciembre de 2019

Economía


Deuda Pública Como Jugada del Gobierno Burgués

César Risso

UNO DE LOS TEMAS que se ha dejado de lado los últimos años es el de la deuda externa. Esta cobró considerable importancia en la década del 80 del siglo pasado, a raíz de la declaratoria de moratoria unilateral de la deuda por parte de México, y en el Perú en el año 1983, cuando a raíz de la dureza del fenómeno del Niño, Fernando Belaunde Terry simplemente dejó de pagarla.

        Estos hechos pusieron en evidencia que la deuda externa era impagable, y que es una forma de expoliación de los países dependientes o semicoloniales.

        La combinación de tres formas de expropiación de los países imperialistas a nuestras economías y sobre todo a las clases trabajadoras, se da a través de la inversión extranjera directa (IED), el comercio exterior (intercambio desigual) y la deuda externa. La que ha predominado estas últimas décadas es la de la inversión extranjera directa, sobre todo en el caso de la actividad minera. Este predominio se ha expresado no tanto en los recursos de los que se apropian, ni en la explotación de los trabajadores sometidos a las empresas mineras extranjeras, sino al impacto ambiental negativo en las zonas donde se llevan a cabo estas actividades.

        Como se sabe, la deuda externa es una parte de la deuda pública total de un país. Se trata de la necesidad de obtener recursos financieros para el desarrollo de determinadas actividades. Si lo que ingresa al sector público es mayor que lo que se gasta, se podría destinar el exceso de ingresos a ciertos proyectos, que pueden consistir en mejorar la infraestructura del país, o también, en aumentar las remuneraciones de los trabajadores del sector público, como los maestros, etc.

        Si la situación es contraria, esto es, si los gastos son mayores que los ingresos, entonces el Estado tiene que conseguir los recursos que le permitan cubrir dicho déficit. Para ello, puede hacer uso del ahorro interno (deuda interna) o del ahorro externo (deuda externa).

        Una alternativa es que el Estado aumente sus ingresos, dejando de lado las exoneraciones tributarias, así como las devoluciones del IGV a las empresas mineras. Sin embargo, en el marco de la situación actual, de condición de semicolonia, de dominio del imperialismo sobre nuestro país, de dominio de la burguesía peruana que vive de las migajas de los países imperialistas, poco o nada se hará en este sentido.

        Veamos algunas cifras al respecto, y sobre esa base apreciemos el manejo que se ha estado haciendo de nuestra economía.

Desde que se inició el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y Martín Vizcarra, la deuda pública ha aumentado en S/ 55,000 millones, es decir nada menos que US$ 17,000 millones.

Esto, pese a que en este mismo período de tres años, un país pobre como el Perú ha tenido que desembolsar -por deuda pública- la suma de US$20,000 millones para seguir siendo la estrella de la región, con grado de inversión A3 de Moody’s y BBB+ en Standard & Poor’s (que es el reconocimiento de haber sido un extraordinario pagador en las últimas dos décadas).1

Vale decir que nos endeudamos para pagar las deudas. Estos pagos nos posibilitan ser sujetos de crédito a nivel internacional, pues al estar al día, las calificadoras de crédito del imperialismo nos evalúan positivamente como buenos pagadores.

        La deuda pública total asciende a 197 mil millones de soles, habiendo aumentado en 55 mil millones de soles en el gobierno actual (Kucsynski-Vizcarra). Es decir, en este último gobierno, la deuda pública ha aumentado en más de 38%.

        Este aumento responde a los intereses del actual gobierno por favorecer a determinados sectores de la burguesía.

[…] en los tres años de Gobierno Vizcarra-PPK, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha emitido bonos soberanos (en soles) por la astronómica suma de S/ 78,188 millones […] Según la página web del MEF, la parte medular de esta suma -el 80%- se ha destinado a financiar el gasto corriente del presupuesto. […] Es decir, pago de burocracia y compra de bienes y servicios. […] Un exceso de gasto donde brillan con luz propia las consultorías y otros gastos superfluos. […] Únicamente el 20%, o sea, la quinta parte de estos bonos, han servido para financiar proyectos de inversión pública.2

Se trata pues de endeudarse para gasto corriente en su mayor parte. En otras palabras, se trata de pagar a servidores “especiales”, probablemente, como dice el párrafo citado, para consultorías, que estaría cubriendo cierto apoyo político. Esto se evidencia en la falta de aumento de las remuneraciones de los servidores públicos como los maestros, los médicos, las enfermeras, etc.

        Solo un 20% de este endeudamiento es para inversión pública, es decir, para ampliar la capacidad de atención en infraestructura y otros servicios.


El rubro del cuadro Operación de Administración de Deuda, por 36 mil 429 millones de soles, tuvo por objeto transformar las deudas de corto plazo en deudas de largo plazo, y además cambiar la deuda en dólares o euros (Bonos Globales) por deuda en soles (Bonos Soberanos). El problema de esta operación radica en lo siguiente:

¿Por qué en este intercambio de Bonos Soberanos por Bonos Globales aumenta considerablemente la cuenta de Bonos Soberanos en soles de 52 mil a 113,000 millones, mientras que la cuenta de Bonos Globales (en dólares) se mantiene casi inalterable en el período julio 2016-agosto 2019 en US$ 38,000 millones?

Así, se ha usado las finanzas públicas para beneficio de las entidades financieras internacionales que llevaron a cabo estas operaciones.

        Se revela aquí el uso de la deuda pública en general, y de la deuda externa en particular, para beneficiar a las instituciones financieras internacionales a través de las operaciones que se les encarga; además de lo que el endeudamiento externo significa para el control y dominio de nuestro país por parte de los países imperialistas.
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