¡Defender el Pensamiento de Mariátegui de toda Tergiversación y Desarrollarlo en Función de la Realidad Actual!
El Trasfondo de un
Artículo de Carlos Moreno
(Tercera Parte)
Eduardo Ibarra
Moreno dice: “hace decadas (sic) que el c Lastra marco (sic) distancia política del c. Ramón García”.
Pero ocurre que, si exceptuamos un artículo donde defendió el partido de clase ante su negación por Gustavo Pérez (de esto hace ya mucho tiempo, cuando Lastra creía aún en el partido doctrinariamente homogéneo), el hoy también liquidador no deslindó nunca en ninguna cuestión fundamental con el revisionismo liquidacionista de García. Veamos esta falta de deslinde en los cuatro planos de la construcción del partido.
En el plano ideológico, ¿dónde está el deslinde de Lastra con la negación del marxismo-leninismo de García? En ninguna parte. Lo que vemos en esa literatura, es otra cosa: la más incompetente argumentación de un pretendido “marxismo-leninismo-maoísmo”, así como esta barbaridad que causa repugnancia: “Tanto más será mi afecto [por los oportunistas] si compartimos la adhesión a la misma doctrina.”(14)
En el plano teórico, ¿dónde está el deslinde de Lastra con la negación de García del fundamental principio de integrar la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución peruana y dónde su crítica a sus tergiversaciones de cuestiones dirimentes fundamentales de la Creación Heroica de Mariátegui?(15) En ninguna parte.
En el plano político, ¿dónde está el deslinde de Lastra con la línea política del grupo liquidacionista encabezado por García? En ninguna parte. Lo que hay en su literatura es todo lo contrario: la asunción por él de la tesis de García del “nuevo municipio”, copiada incluso al pie de la letra,(16) así como la asunción de la adhesión, de García también, de la “democracia participativa”, etcétera, etcétera.
En el plano orgánico, ¿dónde está el deslinde de Lastra con la propuesta de García de un partido doctrinariamente heterogéneo? En ninguna parte de su literatura, excepción hecha del artículo mencionado arriba que, como es evidente, quedó congelado en el tiempo. Lo que hay en dicha literatura es, justamente, lo contrario: la confesión de que comparte con los liquidadores “un proyecto común”, o sea, el proyecto de un partido-amalgama.(17)
Es un hecho, pues, que Lastra no solo no deslindó nunca con el revisionismo de García en ninguno de los cuatro planos de la construcción del partido, sino que incluso copió muchas de sus posiciones.(18)
Veamos ahora el pretendido deslinde desde el punto de vista de la necesaria defensa de la Creación Heroica de Mariátegui y desde el punto de vista del necesario desarrollo de esta Creación. Veámoslo, primero, desde la necesaria defensa.
¿Dónde está la crítica de Lastra a la tergiversación de García de la verdad histórica de la lucha de Mariátegui por la constitución del PSP?(19) En ninguna parte.
¿Dónde está la crítica de Lastra a la tergiversación de García del proyecto mariateguiano de un partido de masas y de ideas?(20) En ninguna parte.
¿Dónde está la crítica de Lastra a la tergiversación de García de las razones que tuvo Mariátegui de titular Socialista a su partido?(21) En ninguna parte.
¿Dónde está la defensa de la verdad histórica de las Reuniones de La Herradura y de Barranco burdamente tergiversada por Miguel Aragón, tergiversación no objetada nunca por García?(22) En ninguna parte.
¿Dónde está la crítica de Lastra a la falsificación de García de la verdad orgánica del partido de Mariátegui?(23) En ninguna parte.
¿Dónde está la crítica de Lastra a la adulteración de García de la filiación marxista-leninista de Mariátegui y del PSP?(24) En ninguna parte.
¿Dónde está la crítica de Lastra al intento de García de borrar toda diferencia entre el Mariátegui socialista a lo Araquistain y el Mariátegui marxista-leninista, intento con el cual pretende borrar toda diferencia entre el socialismo reformista y el socialismo marxista?(25) En ninguna parte.
¿Dónde está la crítica de Lastra a la negación de la lucha entre las dos líneas y su reemplazo por el concepto de generación en el análisis del proceso histórico del partido y, específicamente, dónde está la crítica a la tendenciosa lista de representantes de la “primera generación”, dizque del Socialismo Peruano, preparada por Aragón y asumida por García?(26) En ninguna parte.
¿Dónde está la crítica de Lastra a la asunción libresca por García de la teoría del termómetro del sufragio de Engels?(27) En ninguna parte.
¿Dónde está la crítica de Lastra a la tergiversación de García de la tesis de Mariátegui sobre la gratuidad de la enseñanza?(28) En ninguna parte.
¿Dónde está la crítica de Lastra a las infames calificaciones con que Aragón intentó mancillar la imagen histórica de Mariátegui, calificaciones nunca refutadas por García?(29) En ninguna parte.
Etcétera, etcétera, etcétera.
Como lo entenderá cualquier marxista, el activista que realmente quiera contribuir a la reconstitución del partido de Mariátegui, tiene que empezar por defender su Creación Heroica, particularmente contra sus mayores falsificadores, como son García y sus congéneres; pero, como acabamos de ver, Lastra no ha realizado esta tarea básica, necesaria, decisiva, sencillamente porque en él se unimisman incapacidad y oportunismo.(30)
Veamos, ahora, la cuestión desde el punto de vista del necesario desarrollo de la Creación Heroica de Mariátegui. Esta Creación comprende muchos temas, pero es posible destacar algunos de ellos que le dan el perfil necesario a la lucha por la Reconstitución: partido, frente unido, carácter de la sociedad peruana, el “problema del indio”, la comunidad campesina, nuestra dualidad histórica, situación actual de nuestra formación nacional, el carácter de la revolución, el camino de la revolución, el programa del partido.
Pues bien. ¿Dónde está el desarrollo por Lastra de la concepción mariateguiana del partido del proletariado peruano? (31) En ninguna parte.
¿Dónde está el desarrollo por Lastra de la teoría mariateguiana del frente unido?(32) En ninguna parte. Lo que al respecto encontramos en su actividad es una tergiversación de esa teoría con la aplicación de una política de “unidad sin lucha”, es decir, una apuesta por el frente-amalgama, o sea, una desviación de derecha.
¿Dónde está el desarrollo por Lastra de la tesis mariateguiana sobre el carácter de la sociedad peruana?(33) En ninguna parte.
¿Dónde está el desarrollo por Lastra de la teoría mariateguiana sobre “el problema del indio”?(34) En ninguna parte.
¿Dónde está el desarrollo por Lastra de la teoría mariateguiana sobre nuestra comunidad campesina?(35) En ninguna parte.
¿Dónde está el desarrollo por Lastra de la teoría mariateguiana sobre nuestra dualidad histórica?(36) En ninguna parte.
¿Dónde está la actualización por Lastra de la teoría mariateguiana acerca de nuestra formación nacional?(37) En ninguna parte.
¿Dónde está el desarrollo por Lastra de la teoría mariateguiana del carácter de la revolución peruana?(38) En ninguna parte.
¿Dónde está la actualización por Lastra de la teoría mariateguiana sobre el camino de la revolución peruana?(39) En ninguna parte.
¿Dónde está el desarrollo por Lastra de la teoría de Mariátegui sobre la relación entre la lucha reivindicativa y la lucha revolucionaria?(40) En ninguna parte.
¿Dónde está la actualización por Lastra de los “Principios programáticos del Partido Socialista”, escritos por Mariátegui?(41) En ninguna parte.
¿Dónde está el entendimiento de Lastra de la Reconstitución del partido de Mariátegui? Está en el artículo “El trabajo por la reconstitución de la vanguardia”.(42)
¿Dónde está la actualización por Lastra de los planteamientos de Mariátegui sobre la unidad del movimiento comunista internacional?(43) En ninguna parte.
¿Dónde está la crítica de Lastra a la martingala de García y sus congéneres de encubrir, con el término socialista, la condición revisionista de organizaciones, grupos y activistas que actúan en la escena nacional?(44) En ninguna parte.
Etcétera, etcétera, etcétera.
Si Lastra no terminó en las filas del grupo de García, fue solo porque mantiene con el mismo divergencias “en otras cuestiones”, tal como él mismo señaló, es decir, en cuestiones no fundamentales, no decisivas, sino apenas en cuestiones secundarias que, en tanto tales, no tienen que ver con lo doctrinal y con lo político, pues, en cuanto a lo primero, ya se sabe que Lastra dice compartir con el mencionado grupo “una misma doctrina” y, en cuanto a lo segundo, ya se sabe también que comparte con el mismo grupo “un proyecto común”.(45)
Si tenemos en cuenta que la reconstitución del partido de Mariátegui debe seguir el camino que va del partido de cuadros y de ideas al partido de masas y de ideas, el lector puede percatarse fácilmente de que el grupo de Lastra tiene, como ya señalamos, las manos vacías.
Así, pues, esta vaciedad teórica de Lastra y su grupo demuestra que los mismos no tienen ningún material idóneo que pueda servir de base para el debate sobre temas tan fundamentales como la verdad universal del proletariado, el desarrollo de las teorías mariateguianas sobre la realidad peruana, la línea política general de la revolución, el tipo de partido que necesita el proletariado para acceder al poder, etcétera, etcétera.
Por otro lado –y como no podía ser de otro modo–, esta vaciedad teórica se ha traducido en una práctica sin principios y en fraseología demagógica. Analicemos, pues, esta práctica y esta fraseología.
Notas
[14] Carta del 31.10.2012 al CRJCM, citada en nuestro artículo “La reconstitución y
la política concreta II”. Sobre el problema de la verdad universal, el lector
puede consultar nuestro libro El
desarrollo de la teoría del proletariado y el problema de su denominación, los
capítulos I, II y III de El pez fuera del
agua, nuestro folleto “El maoísmo nominal de J. P. Ballhorn y otras cuestiones”
y nuestro artículo “La reconstitución del partido y la verdad universal del
proletariado”. En adelante, mencionaremos los textos producidos en el blog
CREACIÓN HEROICA sobre los temas que dan cuenta de la clamorosa falta de teoría
en el grupo liquidacionista encabezado por Lastra. De este modo el lector podrá
entender más cabalmente la profundidad de esta carencia y el valor insustituible que tiene la defensa y el desarrollo de la
Creación Heroica de Mariátegui en la lucha por la reconstitución del partido.
[15] Ver el capítulo
I de nuestro libro La creación heroica de
Mariátegui y el socialismo peruano. Planteamiento de la cuestión, nuestro
folleto “Mariátegui y la realidad peruana”, nuestro ensayo “El método de
Mariátegui” y el artículo “Nuestro punto de partida”.
[16] Ver el folleto Programa comunal de desarrollo integral de Ate, publicado por
Lastra en agosto del 2010. Con su lectura el lector puede percatarse de que la
actitud copista de Lastra con respecto a ideas y posiciones del grupo
liquidacionista encabezado García, tiene vieja data.
[17] Esta actitud
copista de Lastra con respecto a García (expresión de un seguidismo ramplón) se
observa incluso en relación al punto de partida del Socialismo Peruano (ver la
nota 4 del capítulo II de nuestro libro La
creación heroica de Mariátegui y el socialismo peruano).
[18] Por lo mostrado
y demostrado, la afirmación de Moreno en el sentido de que Lastra deslindó hace
décadas con García, sirve solo para percatarnos de la forma descarada con que
escamotea la verdad histórica.
[19] Ver el capítulo
I de nuestro libro El partido de
Mariátegui hoy: Constitución, nombre, reconstitución.
[20] Ver nuestro libro El partido de masas y de ideas de José Carlos Mariátegui,
especialmente los capítulos I y VI.
[21] El artículo
“Fundación del Partido Socialista por Mariátegui”, publicado en el número 3 de
la revista Todas las Sangres, no
examina específicamente el tema. A propósito, ver el capítulo II y, adicionalmente, el capítulo III
de nuestro libro El partido de Mariátegui
hoy: Constitución, nombre reconstitución.
[22]
Ver nuestros folletos “A propósito de las reuniones de La Herradura y de
Barranco de los fundadores del Partido Socialista del Perú” y “La reunión de
Barranco y el liquidacionismo histórico”.
[23] Ver los capítulos I y V de nuestro libro El partido de masas y de ideas de José Carlos Mariátegui.
[24] Ver ob. cit., capítulos II y III.
[25] Ver el capítulo
I del libro La creación heroica de
Mariátegui y el socialismo peruano.
[26] Ver ob. cit., capítulos I, II, III, V, VI,
VII y VIII, el capítulo VII del libro El
partido de masas y de ideas de José Carlos Mariátegui y nuestro folleto “La lucha interna del partido
proletario”.
[27] Ver nuestro
folleto “La táctica del proletariado”.
[28] Ver el artículo
“Mariátegui y la gratuidad de la enseñanza”, de César Risso.
[29]
Ver nuestros folletos “A propósito de las reuniones de La Herradura y de
Barranco de los fundadores del Partido Socialista del Perú” y “Apuntes sobre la
‘célula secreta’ del Partido Socialista del Perú”.
[30] No es casual que
Lastra publicite, por ejemplo en el número 3 de su revista Todas las Sangres (octubre de 2017), algunos escritos de García,
presentando a este autor como “un activista del socialismo peruano”. Para
Lastra, pues, García no es liquidador sino “socialista”. Así intenta limpiarle
la cara a quien reniega el partido de clase y busca reemplazarlo por un
partido-amalgama (esta actitud antimarxista se explica ahora no solo por la
conocida actitud adulona de Lastra con respecto a todo tipo de oportunista,
sino también, al mismo tiempo, por su coincidencia con García en cuanto al
partido-amalgama). Así, por ejemplo, al publicar el artículo “El socialismo
proletario forma superior de organización para la humanidad”, de García precisamente,
Lastra publicita la tesis oportunista según la cual el ascenso al poder del
revisionismo no significó la subversión de la dictadura del proletariado y la
consecuente restauración del capitalismo en la URSS y, además, la idea de Deng
Xiaoping de que la actual realidad china es “una forma nacional de socialismo”,
cuestiones nunca rebatidas por una investigación propia de Lastra en ningún
número posterior de su publicación, si lo hubo, o en su sucedáneo: el blog que
actualmente dirige. De esta forma los lectores pueden ser desorientados; para
que esto no ocurra, los mismos pueden ver nuestro ensayo La gran revolución socialista de octubre: Conquistas, distorsiones,
enseñanzas.
[31]
Ver nuestro libro Algunas cuestiones
sobre el partido del proletariado y la reconstitución del partido de Mariátegui.
[32]
Ver nuestro folleto “Por la construcción del frente unido del pueblo peruano
(Primera Parte)”. Tres ejemplos de esa apuesta por un frente-amalgama es la
USJCM, la revista Pizarra Socialista y
la Asamblea Nacional de los Pueblos del Perú y el Tawantinsuyu. En estos
ejemplos es notoria la concurrencia de marxista-leninistas y revisionistas y la
abdicación de Lastra ante posiciones abiertamente antimariateguianas. Pero no
solo en estas experiencias.
[33]
Ver nuestro artículo “Brevemente sobre el carácter de la sociedad peruana”.
[34]
Ver nuestro ensayo “Mariátegui y ‘el problema del indio’”.
[35]
Ver nuestro folleto “Mariátegui y la comunidad campesina en el Perú”.
[36]
Ver nuestro folleto “Nuestro mayor problema histórico hoy”.
[37]
Ver lugar citado.
[38]
Ver nuestro folleto “Mao y Mariátegui”.
[39]
Ver lugar citado.
[40]
Ver el ensayo “Lucha reivindicativa y lucha
revolucionaria”, de César Risso.
[41] Ver nuestro artículo “Estudio de los Principios
programáticos del Partido Socialista”. Este artículo es una aproximación a la
cuestión del programa o, si se prefiere, un paso previo a su tratamiento
directo. Puede verse también el artículo “El programa de la célula de París”.
[42]
Este artículo ha sido publicado recientemente, el 15 de marzo del presente,
bajo la firma de “Comité Creación Heroica”, en el blog Creación Heroica (título
copiado por Lastra del nombre de nuestro blog), pero escrito por el copión,
precisamente. Este artículo constituye un texto sumamente superficial y marcadamente
equívoco sobre el tema. Por lo demás, es expresivo el hecho de que después de
haber sido publicado nuestro artículo “El liquidacionismo de derecha de Jaime
Lastra y la reconstitución del partido de Mariátegui” y la primera parte del
artículo “El trasfondo de un artículo de Carlos Moreno”, Lastra se haya visto
apremiado a publicar sus ideas sobre la Reconstitución. Como es necesario,
analizaremos esas ideas en artículo aparte.
[43]
Ver nuestro folleto “la Tercera Internacional y nuestro tiempo”.
[44] No solo que no
ha criticado dicha martingala, sino que, peor todavía, la ha asumido. Lenin
decía lo siguiente acerca de este procedimiento oportunista: “… al llamar socialistas
a los no bolcheviques de Rusia, es decir, a los mencheviques y eseristas,
Kautsky se guía por su denominación,
es decir, por la palabra, y no por el lugar que efectivamente ocupan en la
lucha del proletariado contra la burguesía. ¡Magnífico modo de concebir y
aplicar el marxismo!” (Obras escogidas de
Lenin en doce tomos, t. IX, Editorial Progreso, Moscú, 1977, p. 4). En otro
lugar precisó sobre el tema: “Kautsky ni podía haber dado mejor prueba de su
caída política. ¡Kerenski era también ‘socialista’, camaradas obreros, sólo que
‘de un matiz distinto’! ¡El historiador Kautsky se contenta con un nombre, con
un calificativo del que se ‘apropiaron’ los eseristas de derecha y los
mencheviques!” (Contra el revisionismo,
recopilación, Editorial Progreso, Moscú, s.f., p. 478). No extraña, pues, que,
adulón como es, Lastra califique de “socialistas” a los revisionistas y
específicamente a los liquidadores, ahora congéneres suyos, lo cual, de hecho,
explica que publicite sus escritos en las publicaciones que ha dirigido y
dirige actualmente, que la presencia en ellas de liquidadores como él sea una
realidad irrebatible, todo lo cual responde, desde luego, a su apuesta por un
partido-amalgama.
[45]
Carta del 31.10.2012 al CRJCM, citada en nuestro artículo “La
reconstitución y la política concreta II”.
¡Defender el
Pensamiento de Mariátegui de toda Tergiversación y Desarrollarlo en Función de
la Realidad Actual!
La Reconstitución del Partido y el Trabajo Orgánico
E. I.
El proceso de Constitución del PSP dio cuenta de dos estilos en el trabajo orgánico del Grupo Organizador del PSP: el de José Carlos Mariátegui, y el de otros militantes como Julio Portocarrero, Hugo Pesce, etcétera.
I
A modo de introducción al tema, es necesario reseñar algunos hechos correspondientes al debate entre José Carlos Mariátegui y Haya de la Torre, pues entonces se expresaron tanto el correcto estilo de trabajo orgánico del primero como los métodos criollos del segundo.
Como se sabe, en enero de 1928, Haya intentó convertir al Apra en el Partido Nacionalista Libertador del Perú. Entonces Mariátegui señaló:
Por mi parte, siento el deber urgente de declarar que no adheriré de ningún modo a este partido nacionalista peruano que, a mi juicio, nace tan descalificado para asumir la obra histórica en cuya preparación hasta ayer hemos coincidido. Creo que nuestro movimiento no debe cifrar su éxito en engaños ni señuelos. La verdad es su fuerza, su única fuerza, su mejor fuerza. No creo con Uds. que para triunfar haya que valerse de ‘todos los medios criollos’. La táctica, la praxis, en sí mismas son algo más que forma y sistema. Los medios, aun cuando se trata de movimientos bien adoctrinados, acaban por substituir a los fines.(1)
Martínez comentó años después:
La transformación del Apra de “alianza” en “partido”, encontró en Mariátegui y los que lo acompañaban, una desaprobación sincera y explícita. Cerraba toda posibilidad de colaboración. Con una “alianza” era posible entenderse. Con un “partido”, no.(2)
Y agregó:
Hasta entonces, Mariátegui había tenido una actitud de espera. Deseaba que la actividad de Haya de la Torre se aclarara, se definiese. La algazara hecha en el extranjero en torno al Partido Nacionalista Peruano, que se hacía aparecer, como hemos visto, como organizado en el Perú, decidió a Mariátegui a encarar una situación falsa y llena de peligros.(3)
Con fecha del 10 de julio de 1928, Mariátegui envió a los diversos grupos que formaban el Apra una carta colectiva en la que se puede leer lo que sigue:
2º-Los elementos de izquierda que en el Perú concurrimos a su formación [del Apra], constituimos de hecho –y organizaremos formalmente– un grupo o Partido Socialista, de filiación y orientación definidas…(4)
Martínez señaló posteriormente:
Mientras el grupo de compañeros que trabajábamos silenciosamente al lado de Mariátegui, analizaba objetivamente la situación, sin apasionamiento personal, sin vanidades egotistas…(5)
Y añadió:
Haya de la Torre no podía aceptar la discusión en el plano en que la situaba el grupo de Lima. Sabía que no podría defenderla. Esta fue desviada a otro terreno. Apeló al gastado método de acusar al grupo de Lima de obedecer órdenes de Moscú, que le atacaba en vista de no hacerse comunista. Que Mariátegui le tenía envidia. Que Martínez de la Torre traía contra él, en el terreno político, resentimientos de familia. Lo que era un debate sobre teoría, táctica y estrategia, como lo demuestran los documentos reproducidos, se desviaba al campo personal.(6)
Puestos ante el debate los diversos grupos, uno vacilaba y otro asumía posiciones oportunistas, pero la “célula de París” se situó en el terreno del debate de ideas y tomó una posición definida y resuelta por el proyecto de Mariátegui:
La célula de París, por ejemplo, ha tomado, en general, una posición marxista. La de Buenos Aires nos presenta desviaciones de derecha (…) La de México se ha caracterizado por una oscilación permanente, repetidas veces oportunista y demagógica.(7)
En 1948 Martínez dejó señalado que,
… después del debate con Haya, Mariátegui [llegó] a la conclusión de que todo acuerdo era imposible, procediendo, en consecuencia, a realizar los trabajos preparatorios para la fundación del partido de clase proletario.(8)
Y agregó que Mariátegui
Discutió este proyecto con los camaradas más allegados a él. (9)
Así, los elementos de izquierda, aludidos por Mariátegui en la carta colectiva, se reunieron finalmente en La Herradura el 16 setiembre de 1928 y en Barranco el 7 de octubre del mismo año y, de este modo, quedó fundado el PSP.
La Reunión de La Herradura fue una reunión preparatoria de la fundación clandestina del PSP. En esta Reunión, Martínez “presentó” los “puntos de vista” de José Carlos Mariátegui,(10) que se expresaron en los Acuerdos de la Reunión de La Herradura y, luego, en los Acuerdos de la Reunión de Barranco. Esto quiere decir que, en “la célula inicial del Partido”, se actuaba entonces con probidad.
La principal lección del debate entre Mariátegui y Haya es que el primero centró los términos del debate y, de esta forma, contribuyó al esclarecimiento de los activistas, mientras el segundo desvió el debate a un terreno extraño a las ideas en conflicto y de este modo intentó meter confusión.
II
En mayo de 1929, antes de salir las delegaciones al Congreso Constituyente de la Confederación Sindical Latino Americana y a la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana,
… se verificó una reunión de las mismas con Mariátegui y Martínez de la Torre, en las que se estudió detenidamente la situación del país y los puntos de vista del Comité Organizador del Partido Socialista.(11)
Pero, como se sabe, en la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana, Julio Portocarrero y Hugo Pesce tergiversaron “los puntos de vista del Comité Organizador del Partido Socialista”, es decir, “el proyecto de Mariátegui respecto a la formación del Partido Socialista”, para decirlo en términos utilizados por Martínez.(12)
Así, mientras en los “Principios programáticos del Partido Socialista”, Mariátegui acordó:
El marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y de los monopolios. El Partido Socialista del Perú, lo adopta como su método de lucha.(13)
Julio Portocarrero, con la complicidad de Pesce, decía en aquella Conferencia:
El partido socialista se basa en nuestro Grupo, el cual es enteramente afín con la ideología de la Internacional Comunista.(14)
Y también:
¿El Partido Socialista es la expresión de nuestro pensamiento, de nuestra línea? El partido socialista lo hemos constituido como táctica, como medida de ligazón con las masas. No venimos a decir que el partido socialista es la expresión profunda de los que luchamos por los intereses del proletariado.(15)
Peor todavía: el Programa del Partido, escrito por Mariátegui en octubre de 1928, fue reemplazado por la delegación peruana por el programa preparado por Ravines a nombre de la “célula de París”. (16)
Estos hechos revelan que, en el trabajo orgánico del PSP, Portocarrero y Pesce y, no mucho después, otros militantes también, empezaron a recurrir a métodos criollos.
Así, pues, la principal lección, por ejemplo negativo, de la participación de Portocarrero y Pesce en la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana, es su deslealtad con respecto a los acuerdos del Comité Organizador del Partido Socialista.
III
Como hemos visto, cuando Haya pretendió convertir al Apra en partido, Mariátegui desarrolló una consecuente crítica al intento oportunista, y de este modo esclareció los términos del debate, permitiendo así la toma de posición de los diversos grupos que formaban el APRA: entonces los hayistas quedaron tan aislados que cabían en un sofá.
Ahora bien, cuando el grupo que encabeza Ramón García intentó convertir en partido el frente mal llamado “Comité 80”, el Comité de Reconstitución José Carlos Mariátegui (CRJCM) desarrolló una consecuente crítica al intento liquidacionista y, de esta forma, esclareció los términos del debate: entonces empezaron a madurar las condiciones que finalmente llevaron al grupo de García al aislamiento.(17)
Pero, mientras el CRJCM luchaba contra la forma extrema de revisionismo como es el liquidacionismo, desenmascarando su negación del marxismo-leninismo; su tergiversación de cuestiones dirimentes fundamentales de la Creación Heroica de Mariátegui; su falsificación de la identidad ideológica de José Carlos Mariátegui, de su Creación Heroica, del Partido Socialista del Perú; su reformista “camino municipal al socialismo”; su negación del partido de clase y su falsificación del concepto mariateguiano de un partido de masas y de ideas; su egotismo burgués y su servilismo; sus métodos criollos y su doble moral; Lastra participaba alegremente en los eventos del grupo liquidacionista que tenían como propósito destruir el partido de clase; copiaba muchas de sus posiciones; pretendía diluir el trabajo de nuestra tendencia en un falso trabajo frenteunionista; no se pronunciaba contra el egotismo burgués, el servilismo y la doble moral que caracterizan a los liquidadores, y, finalmente, no desenmascaraba sus métodos criollos, llegando incluso a justificar algunos de ellos y aun a utilizar él mismo algunos de esos métodos contra el autor del presente artículo.
Pero, además, pisoteaba los acuerdos tomados para dar curso a la organización de la fracción; ocultaba documentación; eludía y sofocaba el debate de ideas; se negaba, sin contestar siquiera a la convocatoria, a colaborar con la revista digital CREACIÓN HEROICA; etcétera, etcétera.
Criticado, entonces, con toda razón, recurrió a los más burdos métodos criollos. Entre ellos hay uno que lo pinta de cuerpo entero como un elemento inescrupuloso: tituló como “Propuesta unitaria de Jaime y Eduardo”, un documento no consensuado en absoluto, es decir, un documento de su exclusiva autoría, y, de esta forma, engañó y manipuló a los miembros del grupo en curso de organizarse.
Mariátegui señaló que Lenin ganó su autoridad por la superioridad de su pensamiento; Lastra, en cambio, como se ha visto, ganó su condición de cabeza del grupo por la utilización de métodos criollos: la mentira, el engaño, la imposición, la manipulación, la marginación del CRJCM.
Pero, además, aventureramente planteó que “entre abril-junio 2011 debe realizarse una Conferencia Nacional que selle la unidad alcanzada bajo lineamientos básicos” (sic) y que “el mes de octubre de 2011 deberá ser la fecha propicia para el V Congreso” (sic) (carta del 02.11.2010 al CRJCM).(18)
¿Comprende el lector? Ciertamente el “humilde” Lastra acariciaba la ambición de ser Secretario General (o tal vez Presidente) del Partido. ¡Jaime Lastra jefe del Partido de Mariátegui Reconstituido!
Pues bien, la desesperación de Lastra por realizar eventos para los cuales no reúne, aun ahora, ni de lejos las condiciones teóricas necesarias, expresa su absoluta incomprensión de lo que es la Reconstitución.
Como es su costumbre, ante mi crítica nuestro personaje desvió el debate al diversivo terreno de la fraseología:
¡Qué bien conocer tus puntos de vista!; es bueno saber de las opiniones tuyas. ¿Jugamos al gran bonetón?; ¿Qué guardo silencio?; ¿Qué no contesto?; en mi bandeja solo tengo dos correos tuyos fechados el 28 de setiembre y el 10 de octubre del 2010; mi actitud de trabajar la propuesta colectivamente; nadie impone a nadie; no hay que confundir presunciones con realidades.
Esta fue toda su respuesta al contenido de mis cartas, que comprendían la crítica de no pocas cuestiones puntuales.
En conclusión, nuestro personaje hizo a un lado el estilo de debate y el estilo de trabajo orgánico de Mariátegui, y, así, exactamente como Haya, desvió el debate, y, exactamente como Portocarrero y Pesce, procedió con deslealtad con respecto a los acuerdos tomados.
La principal lección de esta práctica es que ningún colectivo marxista puede depositar su confianza en un elemento arbitrario, inescrupuloso, autoritario en las propias filas y, en un marco más amplio, conciliador y adulador empedernido con respecto a los oportunistas.
Pero reseñemos algunos hechos más a fin de que el lector perciba con mayor profundidad la conducta ramplona y la rabiosa oposición al CRJCM de nuestro personaje.
1. En el colmo del servicio a los oportunistas, el aludido llegó a decir en un artículo –los activistas de su grupo deben recordarlo perfectamente– que siendo las ideas lo más importante, se inhibía de mencionar a los autores de los planteamientos que estaba criticando, excusándolos así de la responsabilidad de introducir ideas nocivas al seno del pueblo.
2. Pasando por encima de su grupo, participó por decisión
personal en el cuarto seminario del revisionismo peruano, lo cual, además de
significar una conculcación del centralismo democrático, ilustra una práctica
que tiene como fondo la necedad de que el frente dirige al partido.(19)
3. Retórico como es, en carta del 31.10.2012 al CRJCM (carta con plétora de criollos recursos polémicos y,
por eso mismo, fácilmente desmontable), dio este singular ejemplo de su
conocida actitud demagógica:
A lo más que puede ser útil usar ese espacio [el quinto seminario del
revisionismo peruano], sería para reafirmar nuestra superioridad ideológica,
teórica, política y orgánica, desinflando mucho más de lo que se encuentra ya
desinflado el proyecto revisionista.
¡”Reafirmar nuestra superioridad”! ¡“Desinflando mucho más de lo que se
encuentra ya desinflado el proyecto revisionista”! Pero ¿cuál es la realidad de
las cosas? Veamos esto.
No existe ni puede existir ninguna superioridad
ideológica del oportunismo de derecha que representa Lastra sobre el
liquidacionismo de derecha que representa García.
Puesto que nuestro personaje ha llegado incluso a la
desvergüenza de copiar un montón de posiciones del grupo liquidacionista,
tampoco no existe ni puede existir ninguna superioridad teórica suya con
respecto al mismo.
Al mostrarse ecléctico, conciliador y promotor del
frentismo más burdo, igualmente no existe ni puede existir ninguna superioridad
política suya sobre el grupo de García, que, con su administración municipal de
la economía capitalista, promueve el reformismo.
¿Superioridad orgánica? Pero si, como lo sabe todo el
que quiere saberlo, Lastra ha empobrecido a su grupo imponiéndole una línea
oportunista de derecha, y esto tampoco comporta ni puede comportar ninguna
superioridad sobre el grupo de García, empobrecido también por su
liquidacionismo de derecha.
Finalmente: ¿la participación de Lastra en los eventos liquidacionistas, significó, por casualidad, así sea en mínima medida, que se desinflara el proyecto de partido que se procesaba en dichos eventos? Es un hecho que la mencionada participación no contribuyó en absoluto a desinflar el aludido proyecto, sencillamente porque nuestro personaje nunca fue capaz de desarrollar una solvente crítica al mismo en los planos ideológico, teórico, político y orgánico, limitándose, por el contrario, a asumir posiciones eclécticas, conciliadoras, encubridoras, blandengues con respecto al revisionismo y a los revisionistas.(20)
No obstante no haber realizado ninguna crítica de conjunto del liquidacionismo de derecha, y, por el contrario, haberse colgado de muchas de sus posiciones, en un artículo fechado el 10.10.2011 y publicado en el blog Camino Socialista, todo embaucador Lastra afirmó:
Debemos deslindar los campos de manera resuelta y definida sí, naturalmente, por supuesto”.
Pero, naturalmente, por supuesto, la sumaria reseña hecha en el presente apartado basta para ver en qué consistió su deslinde resuelto y definido con respecto, por ejemplo, al grupo liquidacionista.
En conclusión, puede decirse que la afirmación examinada, no pasa de ser un caso de autoadulación que revela el creídismo de Lastra.
4. En ocasión de la presentación del libro Mao y Mariátegui, nuestro derechista se empeñó en hacer participar en la mesa a uno de los elementos más descompuestos del grupo liquidacionista, enemigo deslenguado del susctrito, quien, además, hacía poco había denostado contra el libro y agraviado a su autor (y que presentaba el antecedente de haber aprovechado la presentación de otro libro del suscrito para calumniarlo cobardemente). Pero, por supuesto, César Risso se opuso con firmeza a la proterva intención, y, sorpresivamente, Daniel Chumpitaz también, y, por lo tanto, Lastra se quedó con los crespos hechos.
5. No me extenderé sobre su actitud de recurrir al método
burgués de la censura y de hacer a un lado el método proletario del debate de
ideas, pues basta señalar que esta expresión de mediocridad mostró a nuestro
personaje como funcional al revisionismo.
6. La deshonestidad de Lastra es un hecho de
conocimiento común. Su recalcitrante renuencia a la autocrítica –lo cual viene
de siempre– es una expresión de ello. Entre muchísimas otras, una expresión más
o menos reciente de lo mismo, es su artículo Egotismo en el socialismo peruano, el cual, como han podido ver
todos los que tienen ojos para ver, está colmado de falsedades, maniobras,
trucos, calumnias, diversivos, insultos, etcétera, recursos todos desmontados
en el artículo El espíritu criollo de
Jaime Lastra.
Pues bien, el silencio en el que Lastra se ha sumido a partir de la publicación de los mencionados artículos en la revista digital CREACIÓN HEROICA, no es otra cosa que expresión, por un lado, de su incapacidad para sostener un debate de ideas, y, de otro, de su secreto sentimiento de que, de aceptar el debate, lo único que conseguiría es hundirse aún más ante los ojos de una parte de la izquierda peruana en el sentido dilatado del término.
IV
Ciertamente en el trabajo orgánico se expresa más netamente que en cualquier otro plano la ideología realmente existente en la cabeza de los activistas. Así, pues, la apretada reseña realizada aquí del estilo de trabajo orgánico de Lastra –y, además, de su estilo de debate y de su estilo de relaciones internas y externas– demuestra que la ideología que realmente tiene en la cabeza es una ideología extraña al marxismo.
Y, como es claro, la Reconstitución solo es posible poniendo al mando el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mariátegui, y erradicando los métodos criollos tanto en las relaciones internas como en las externas.
Notas
[1] Martínez, Apuntes para una interpretación marxista de historia social del Perú,
t. II, p. 297.
[2] Ob. cit., p. 295.
[3] Ob. cit.,
p. 296.
[4] Ob. cit.,
p. 301.
[5] Ob. cit.,
p. 298.
[6] Ob. cit., p. 302.
[7] Ob. cit.,
p. 326.
[8] Ob. cit.,
p. 396.
[9] Ibídem.
[10]
Ver ob. cit., p. 397.
[11] Ob. cit.,
p. 402.
[12] Ob. cit.,
p. 409.
[13] Ob. cit.,
p. 399.
[14]
Ob. cit., p. 423.
[15]
Ob. cit., p. 422.
[16]
Ver ob. cit., p. 484.
[17]
Aislamiento con respecto a las tendencias que pretendió tragarse, incluido el
PCP-Unidad, con el cual realizó un seminario a fin de fusionarse con él en un
solo partido, obteniendo, sin embargo, un resultado negativo. El aislamiento
del grupo liquidacionista con respecto a las masas es un hecho que viene de
hace más de cinco décadas.
[18]
Programar la realización de eventos partidarios según el calendario
revolucionario, es una concepción burocrática que Lastra ha copiado de Ramón
García, quien, como es de conocimiento general, es el padre de esta concepción
por cuanto concibe los diversos momentos de la construcción de su partido en
función de las efemérides, y no del desarrollo de la lucha de clases. Hasta en
esto, pues, Lastra copia a García.
[19]
Desde luego, este no es el único hecho que ilustra semejante barbaridad. Así,
por ejemplo, en ocasión de la presentación de uno de los libros del suscrito,
cocinó las condiciones de la misma en un organismo de frente unido y después
trató de imponerlas a la fracción.
[20]
El único artículo de deslinde teórico de cierto mérito escrito por Lastra, es
aquel en el cual defendió el partido de clase (“Lenin, el ¿Qué hacer? y el
partido de clase”), ante su negación por Gustavo Pérez. Pero de eso hace ya mucho tiempo atrás, cuando Lastra todavía
creía en el partido de clase. El mencionado artículo, sin embargo, presentaba la
limitación de que no hizo avanzar ni un milímetro la teoría mariateguiana del
partido del proletariado peruano.
10.01.2015.
Nota:
El presente artículo fue
publicado en junio de 2013 en este blog, y demuestra –sin margen a desmentido
alguno– la mentalidad autoritaria, la prepotencia, el método
criollo de Lastra cuando las circunstancias son propicias para semejantes
expresiones de ideología antimarxista. Pero, además, el artículo prueba también
el espíritu competitivo de Lastra, y todo espíritu competitivo es un espíritu
mediocre.
01.05.2025.
Comité de Redacción.
Censura en el Socialismo Peruano
Eduardo Ibarra
Las relaciones internas en cualquiera de las tendencias de la izquierda peruana es una cuestión de primera importancia, pues, junto a otros factores, cumplen un papel determinante en la construcción de un partido saludable.
Sin embargo, durante la primera década del presente siglo y hasta ahora mismo, Jaime Lastra actúa como mandamás en el seno de la tendencia que cree representar (la verdad es que apenas es cabeza de un reducido grupo que no hay que confundir con la amplia tendencia que adhiere al marxismo-leninismo y al Camino de Mariátegui).
Así, en repetidas ocasiones, ha impuesto su prepotente “aquí se hace lo que yo digo” y su petulante “me importa un comino tu crítica”, echando a perder de esta forma un sano desarrollo de las relaciones internas en lo que, en algún momento, pareció ser un espacio político compartido, y, después, en el trabajo editorial en el que hasta ayer hemos coincidido.
De los muchos hechos que prueban fehacientemente el autoritarismo de Lastra y su renuencia a la autocrítica en el marco de una parte de la tendencia aludida, es suficiente señalar aquí uno solo: en 2010 quiso cambiarle el nombre a mi libro El pez fuera de agua, y hube de señalarle muy enfáticamente que él no tenía ningún derecho a consumar una semejante cosa. Pero eso no fue todo: me comunicó después que publicaría en el libro dos trabajos míos como “Documentos Anexos”. Entonces le hice saber que esos trabajos pertenecían a otro libro que debía publicarse posteriormente (El desarrollo de la teoría del proletariado y el problema de su denominación), y que, por lo tanto, desaprobaba absolutamente su intención. Es decir, le comuniqué expresa y oportunamente que no debía hacer lo que pretendía. Sin embargo, como puede comprobarlo cualquier activista de cualquier tendencia del Socialismo Peruano, el mencionado libro incluye los dos trabajos aludidos. De esta forma Lastra consumó su “aquí se hace lo que yo digo” y, no obstante haber sido criticado por esto, simplemente no se autocriticó, mostrando así, por enésima vez, su “me importa un comino tu crítica”.
Digo “por enésima vez”, porque, como lo saben algunos activistas de la tendencia que Lastra cree representar, nunca se ha autocriticado ante las justas y numerosas críticas que se le han hecho a lo largo de más de diez años. Este es su espíritu de responsabilidad.
Pues bien, en agosto de 2013 envié a Ediciones Creación Heroica los originales del libro El partido de masas y de ideas de José Carlos Mariátegui para su publicación y celebrar así el 85 Aniversario del Partido Socialista del Perú.
Recepcionados los originales por Jaime Lastra, Daniel Chumpitaz, César Risso y Mauricio Domínguez, se hizo evidente una confabulación entre los dos primeros para impedir la publicación de la nota de la contratapa, preparada aquí por dos compañeros con los que trabajamos desde hace años, y que, por esto, están familiarizados con la obra de José Carlos Mariátegui y con el debate sobre el PSP y la cuestión del partido proletario hoy, que no es, como se comprenderá, un problema nacional sino internacional.
De entrada, Lastra decidió, por sí y ante sí -¡y sin haber leído el libro!–que la nota de la contratapa no podía publicarse “por razones obvias”, que no explicó entonces ni fue capaz de explicar después en la correspondencia cruzada ni en las varias reuniones realizadas para tratar la cuestión. A la sazón el libro contenía un capítulo inédito: El concepto mariateguiano de partido de masas y de ideas.
Después de ser criticada su actitud, Lastra intentó hacer creer que no había dicho lo que había dicho, maniobra que fue justa y oportunamente desenmascarada.
Por su parte, Daniel Chumpitaz sostuvo que la nota no podía publicarse porque sus términos están sujetos a las leyes antiterroristas, y que, por lo tanto, publicarla sería peligroso. Lo ridículo de este reparo no merece sino una sonrisa.
Que Lastra se oponga a algunos conceptos de la aludida nota sin haber leído el libro y que Chumpitaz se oponga a los mismos con un reparo traído de los cabellos, es, sin duda, UNA ENORMIDAD.
En una reunión realizada aproximadamente después de quince días, Lastra continuaba sin haber leído el libro y, sin embargo, continuaba también oponiéndose a la publicación de la nota. Es así como su actitud se reveló como una absoluta majadería.
Actuando como si Ediciones Creación Heroica fuera su propiedad privada, Lastra sostuvo que la nota podía ser publicada si era firmada por sus autores. Le informé entonces que ellos consideran que puede ser comprometedor hacer ostensibles, con el estampado de sus firmas, sus relaciones políticas con personas que, como yo, tienen aquí un estatus especial.
Esa actitud de prudencia puede ser comprendida por cualquier persona que esté en autos de algunos antecedentes y, en general, por cualquier persona perspicaz. Pero, claro, Lastra finge no conocer ningún antecedente, no obstante haber leído mi artículo El desbarre del creídismo.
Luego, se dedicó a desvalorizar el libro. Primero dijo que podía “servir de material de consulta”. Después, con barata ironía, dijo que era “una recopilación de artículos”.
Lo primero ni siquiera mereció mi atención, pero sobre lo segundo le recordé que los libros que José Carlos Mariátegui publicó en vida (La escena contemporánea y 7 ensayos) y los que dejó preparados para su publicación (Defensa del marxismo, El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy, La novela y la vida) son recopilaciones de textos que previamente habían sido publicados en diferentes medios.
Es decir, Lastra apuntó contra mi persona, pero disparó contra Mariátegui. Por supuesto, después de mi crítica al intento desvalorizador, no hubo de su parte otra cosa que el más absoluto silencio.
Durante el debate sobre la nota, le recordé a Lastra algunos hechos que prueban fehacientemente su autoritarismo. Repito: HECHOS.
Pero su respuesta no pudo ser más cínica: calificó de “cháchara” mi crítica perfectamente fundada, y agregó que “Pleitos no se recepcionan. Solo cabe decir ¡Puf!”.
Con ese pobre recurso polémico, pretendió silenciar los hechos que demuestran su autoritarismo y su renuencia a la autocrítica en el marco, como ya anoté, de una parte de la tendencia. Pero ocurre que los hechos en los que se fundaba mi crítica son conocidos por varios compañeros y, todavía más, el caso del libro El pez fuera del agua, apuntado arriba, es del conocimiento de una gran cantidad de activistas del Socialismo Peruano. Por eso, además de cínica, la maniobra de Lastra fue sumamente torpe.
Así, pues, su “cháchara”, su “pleito” y su “¡puf!”, demuestran tres cosas: 1) que no tiene la capacidad teórica de calar en el problema que está en el fondo del litigio: la salud de las relaciones internas en la tendencia que él cree representar; 2) que, por ello, consideró mi alegato a favor del saneamiento de esas relaciones como una cuestión personal; 3) que la sola mención de los hechos probatorios de su autoritarismo le causa repugnancia.
Luego, huérfano de argumentos, en una comunicación telefónica con César Risso, dijo que no le gustan “los autoelogios”, con lo que me estaba acusando de haber escrito yo la nota. Ni en la correspondencia cruzada ni en las diversas reuniones Lastra había tenido el valor de lanzar esa vil calumnia.
Naturalmente, con toda oportunidad critiqué su bajeza recordándole el procedimiento que habíamos seguido con mis libros publicados hasta hoy, procedimiento que es de su pleno conocimiento.
Tanto el prólogo al Pez fuera del agua, como la nota de la contratapa a El desarrollo de la teoría del proletariado y el problema de su denominación y el prólogo y el colofón a Mao y Mariátegui, me fueron remitidos, cada uno en su oportunidad, para que yo procediera a hacer la respectiva corrección de estilo. En todos los casos corregí lo que había que corregir –y en algunos de ellos no fue poco–, pero respetando siempre las ideas planteadas por los autores. El mismo procedimiento seguimos aquí con la nota de la contratapa del libro El partido de masas y de ideas de José Carlos Mariátegui. Esto se lo hice saber puntualmente a Lastra. Sin embargo, en este caso también, su respuesta fue el más sepulcral silencio.
En carta a Trier del 18 de diciembre de 1889, Federico Engels preguntó: “¿Es posible que demandemos de los demás libertad de palabra sólo para eliminarla inmediatamente dentro de nuestras filas?”. Y en carta a Sorge del 9 de agosto de 1890, precisó: “[el Partido Socialdemócrata Alemán] es tan grande que la absoluta libertad interna de debate resulta una necesidad (…) El partido más grande del país no puede existir sin que todos los matices de la opinión que lo integran se hagan sentir plenamente”.
Estos juicios se los alcancé a Lastra durante el debate. Pero igualmente calló en siete idiomas.
El problema, pues, es si en cada tendencia del movimiento marxista peruano –y del movimiento marxista internacional– debe eliminarse la libertad de expresión y sofocar así el debate de ideas, o, por el contrario, hay que respetar y viabilizar dicha libertad, facilitando, por lo tanto, que todos los matices que conforman dichos movimientos se hagan sentir a plenitud.
Obviamente, para cualquier marxista lo correcto es lo segundo, y, por esta razón, se entiende perfectamente que los autores de la nota tienen todo el derecho a plantear lo que consideran los méritos del libro, del mismo modo como Lastra tiene todo el derecho a plantear sus argumentos contrarios.
Siendo esa, pues, la cuestión –justamente esa, y no otra– no una sino repetidas veces lo invité a Lastra a publicar en estas mismas páginas sus reparos. Pero también en relación a esto su respuesta fue el más completo silencio.
En efecto, en más de ocho meses largos no fue capaz de escribir absolutamente nada sobre el tema, mostrando así su cerrazón autoritaria, que bien puede traducirse con la siguiente frase: “yo no tengo nada que argumentar, yo no estoy de acuerdo con la nota y punto”.
Mariátegui remarcó un principio para el trabajo de propaganda:
Que “Amauta” rechace todo lo contrario a su ideología no significa que lo excluya sistemáticamente de sus páginas, imponiendo a sus colaboradores una ortodoxia rigurosa. Este principio, que reafirmamos, nos obliga sólo a denunciar y controvertir las ideas discrepantes peligrosas. (Ideología y política, p. 227; cursivas mías).
Nadie en su sano juicio puede decir que las ideas que aparecen en la nota son discrepantes y peligrosas con respecto al marxismo o a la revolución. Dichas ideas son apenas un punto de vista que, como cualquier otro punto de vista, está sujeto a debate, a crítica, a confutación. A lo que no está sujeto es a censura.
Sin embargo, pisoteando inescrupulosamente el principio subrayado por José Carlos Mariátegui, Lastra ha procedido como un mandamás prohibiendo la publicación de la nota en la forma en que fue remitida, y, así, ha impedido la publicación del libro.
Esta prohibición significa el sofocamiento del debate de ideas, debate en cuyo marco, como es de conocimiento general, Lastra no se mueve con facilidad, por lo que a cambio ofrece el triste espectáculo de su autoritarismo, marco en el que, como cualquiera puede ver ahora, se mueve con grotesca desenvoltura.
Pero, además, dicha prohibición evidencia otro aspecto: el espíritu competitivo del autoritario, que le hace sentir como una sombra insoportable la valoración del libro que contiene la nota. Este espíritu competitivo es su espíritu de clase.
Movido, pues, por su mentalidad autoritaria y su espíritu competitivo, Lastra ha pisoteado impunemente la libertad de expresión en el movimiento.
La libertad de expresión en el movimiento ES UN PRINCIPIO, y, por esto, en ningún caso está sujeta a votación y menos aún a decisiones personales, arbitrarias, prepotentes, aunque ellas sean facilitadas por el servilismo.
Por eso, en el marxismo nadie tiene derecho a censurar. A lo que sí tienen derecho todos y cada uno de sus activistas, es a criticar, es decir, a contrastar ideas.
Pero, como se ha visto, Lastra ha optado por la censura y no por la crítica, y esto es sumamente expresivo: demuestra, de la manera más cruda, su mentalidad autoritaria, su actitud prepotente, su método criollo.
La realización de algunas reuniones donde se hicieron ciertas correcciones al diseño del libro, la impresión de un machote, el diseño de la carátula, etcétera, no alcanza para encubrir el autoritarismo de Lastra.
Así, pues, en pleno siglo XXI y en plena lucha por desarrollar el Camino de Mariátegui y llevar la Reconstitución hasta el fin, Lastra se ha creído con derecho a reprobación, mostrándose de esta forma como un Vulgar Mandamás, como un Censor Inquisitorial, como un Aprendiz de Torquemada.
Pero, con eso, no ha hecho más que probar que SUS ASPIRACIONES AUTORITARIAS SON DIRECTAMENTE PROPORCIONALES A SU INSOLVENCIA TEÓRICA.
Si en la polémica con el conservador Luis Alberto Sánchez, José Carlos Mariátegui se reafirmó en el principio según el cual únicamente cabe “denunciar y controvertir las ideas discrepantes peligrosas”, en la polémica con el extraño marxismo de Lastra nos reafirmamos en este mismo principio.
En CREACIÓN HEROICA hemos publicado artículos que contienen algunas ideas que no compartimos, sencillamente porque consideramos que el debate de ideas en el Socialismo Peruano no debe ser sofocado sino más bien incentivado.
Si algo con significado estratégico puede hacerse para estimular el desarrollo de la teoría del Socialismo Peruano, es precisamente respetar en todo momento la libertad de expresión en su seno, pues esta libertad es, justamente, una de las premisas del desarrollo de dicha teoría.
Pues bien, cualquier marxista que no tenga una mentalidad de campanario, tiene que comprender que la libertad de expresión es una cuestión que atañe al entero movimiento y, ya solo por esto, está ante el deber de tomar una posición definida y resuelta contra su conculcación.
Por lo tanto, cada quien debe contribuir a desterrar del movimiento el “aquí se hace lo que yo digo” y el “me importa un comino tu crítica”, vengan estos vicios de la tendencia que sea y vengan de quien vengan.
Obviamente, para ello se requiere tener la capacidad de elevarse por encima del estrecho horizonte de la propia banderilla, porque solo así es posible darle una mirada de conjunto al Socialismo Peruano y contribuir al saneamiento de sus relaciones internas.
Y si, como otras veces y desde hace años, Lastra pretendiese, ahora también, aprovecharse de la ventaja que le da mi ausencia en el país para manipular a los activistas retorciendo los hechos y las ideas, tengo la plena seguridad de que solo cosechará algunas víctimas en el caldo de cultivo del amiguismo y la conveniencia subalterna.
SIN LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, EL MOVIMIENTO MARXISTA NACIONAL E INTERNACIONAL NO PUEDE EXISTIR. POR ESO SU DEFENSA CONTRA CUALQUIER ATROPELLO ES UNA NECESIDAD ABSOLUTA.
17.05.2014.
¡Defender el
Pensamiento de Mariátegui de toda Tergiversación y Desarrollarlo en Función de
la Realidad Actual!
Contra el Copismo Confusionista
E. I.
Es de conocimiento general que Jaime Lastra es un copista de siete suelas, es decir que, sin ningún escrúpulo, sin la más mínima vergüenza, copia ideas de aquí y de allá.
En ocasión de su ruptura con nuestras posiciones a efecto de levantar tienda propia, tituló a su grupo Creación Heroica y, después, con el mismo nombre, al blog que publica hasta hoy.
Todo el mundo sabe que nuestro blog lleva el nombre de CREACIÓN HEROICA desde el año 2010, y que este solo hecho bastaba para que cualquier grupo con autoestima, con personalidad, que tuviera la iniciativa de crear un blog, hubiera tenido que evitar el nombre de nuestro blog.
Pero Lastra no buscó otro nombre. Aquí se constata no solo su irrefrenable propensión a copiar (lo que en el caso de que tratamos muestra además su falta de creatividad), sino también su propósito de confundir al público lector (lo que da cuenta de su mala intención).
Cuando Lenin publicó Iskra, a ningún grupo de los que existían entonces en la Rusia de principios del siglo XX (y había un montón), se le ocurrió titular a su periódico con el mismo nombre del de Lenin. Los oportunistas eran pues tales, pero por lo menos no eran copistas.
En cambio, sin ningún escrúpulo, Lastra tituló Creación Heroica a su blog. Este hecho prueba que, además de ser un comprobado oportunista (Lastra fue, hasta hace un tiempo, cabeza de una desviación de derecha y, actualmente, es cabeza de una de los dos matices del liquidacionismo de derecha) es, además, comprobadamente, un copista impenitente.
Del revisionismo de “izquierda” encabezado por Abimael Guzmán, Lastra ha copiado un “marxismo-leninismo-maoísmo” que en ningún lugar del mundo tiene una fundamentación científica y que, en Lastra, tiene una deplorable fundamentación, refutada oportunamente, desde luego (ver nuestro artículo “La verdad universal del proletariado y la reconstitución del partido de Mariátegui”. Del liquidacionismo de derecha de Ramón García, ha copiado la posición reformista de reestructurar las bases municipales del Estado burgués, la adhesión a la democracia participativa, sus métodos criollos y, ahora, está claro como el agua que también el proyecto de un partido-amalgama (aunque en su caso sin abandonar la palabra Reconstitución como cubierta, o sea, precisamente como procedió durante muchos años el liquidador García) (ver nuestros artículos “La reconstitución y la política concreta I”, en la edición de agosto de CREACIÓN HEROICA, y “La reconstitución y la política concreta II”, “La reconstitución y la política concreta III” y “La reconstitución y el trabajo orgánico”, publicados en la edición de setiembre del mismo blog). Del grupo desprendido del PCP-Unidad ha copiado el apoyo incondicional a gobiernos reformistas como el de Venezuela y, en su momento, al de Correa en Ecuador, etcétera. De nosotros también ha copiado algunas cosas, pero no las señalamos por no parecer que alardeamos.
Y, como es claro, de todo ello (que apenas es un recuento apretado), Lastra ha hecho un menjunje indigesto que, para peor, algunos activistas se han tragado, poniendo así en evidencia una clamorosa insolvencia teórica o, en su defecto, que han sucumbido a intereses subalternos.
Me parece que alguna vez le dijimos a Lastra que había copiado el nombre de nuestro blog, pero no fue capaz de entender el mensaje. Ahora renovamos nuestra protesta –completamente legítima– y le decimos que su política de tratar de confundir al público lector es una actitud profundamente oportunista y que, simbólicamente, expresa su política de infiltrarse en organizaciones para “sacar algunos elementos”, entrismo que también hemos criticado oportunamente. Lo que tendría que hacer Lastra es, pues, cambiarle el nombre a su blog y pedirles disculpas a los lectores por haberle puesto a su blog un nombre que es una mera copia. Pero, claro, pedirle que le cambie el nombre a su blog, es como pedirle peras al olmo. SIN EMBARGO, ES ESO JUSTAMENTE LO QUE TENDRÍA QUE HACER, SI LE QUEDA TODAVÍA UN POCO DE MORAL Y OTRO POCO DE RESPETO POR EL PÚBLICO LECTOR.
26.11.2024.