sábado, 1 de junio de 2019

Creación


Un Poema de Ilya Ehrenburg

Mayo, 1945

(Fragmentos)
       
Cuando llegó a nuestra ciudad,
perdidos nos sentimos. De tanto esperarla,
y de atisbar con el alma cada rumor suyo,
no la reconocimos en las últimas descargas.
Hemos sufrido tanto con el trajín de los días y las noches;
hasta aquellas diminutas flores
no pudieron florecer esta mañana.
Sólo vi a un chiquillo,
batiendo palmas y gritando,
como si él, inocente, comprendiese
al huésped que había llegado.
[…]
Ella vestía una casaca desteñida,
y sangraban sus piernas arañadas.
Ella llegó, golpeó en la casa,
abrió la madre, la mesa estaba servida.
“Tu hijo –dijo– servía en el mismo regimiento.
Y yo he vuelto y me llaman Victoria.”
Había pan negro, pero más blanco que en los días                                          [negros.
       
Y las lágrimas eran más salobres que la sal.
Con gritos festejaban todas las capitales del
                                                [mundo,
aplaudían, cantaban y bailaban.
Y sólo en aquella apartada aldea rusa,
dos mujeres solemnemente estaban en silencio.

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