Del Crecimiento a
la Crisis
César Risso
Las autoridades del
gobierno se debaten entre hacer afirmaciones que corresponden a la actual
situación económica del país o tratar de calmar el nerviosismo de los agentes
económicos. Concebida la economía, por los apologistas a sueldo del
capitalismo, como la conducta racional de los agentes, entonces convierten a la
economía en psicología. A tal punto ha llegado a predominar esta tendencia que
se les otorgó el premio nobel de economía en el año 2002 a Daniel Kahneman,
psicológo de profesión, y a Amos Nathan
Tversky, por
sus estudios en economía neuronal [1].
De un
lado nos dicen las autoridades que la crisis internacional llegó al Perú,
manifestando que la economía se ha desacelerado, es decir, que crece a un ritmo
menor. De otro lado, nos dicen que la economía peruana es solida, y cambian las
proyecciones de crecimiento, de prudentes a optimistas.
Con
esta última afirmación tratan de calmar a los inversionistas. Pero, a renglón
seguido exigen que los gobiernos regionales realicen las inversiones que
corresponden al canon, que les sobra dinero, y que este no debe estar ocioso.
Asimismo, ponen en vigencia la ley que obliga a los trabajadores independientes
a aportar obligatoriamente a las AFP. Además, el BCR reduce las tasas de
encaje. Todas estas medidas están dirigidas a lo mismo, a incrementar las
inversiones a través de una mayor disponibilidad de liquidez. Vale decir, de un
lado nos dicen que estamos entrando en una situación crítica, mientras que de
otro lado, tratan de calmar a los inversionistas, pero dan medidas que
configuran un recurso frente a una situación que se nos presenta complicada en
términos económicos.
Durante
el año 2012, la tasa de crecimiento de la demanda interna fue mayor que la del
PBI. Esto estaría indicando que las compras e inversiones hacen uso de un
elevado nivel de crédito. Un componente importante está en la tasa de
crecimiento de la inversión bruta fija, que pasó de 9,5% en el año 2011, a
21,4% en el año 2012 (Memoria Anual 2012. BCRP). Es decir, se ha ampliado
considerablemente la capacidad productiva del país.
El
crédito de las Sociedades de Depósito al sector privado pasó de 15,4% entre
diciembre del 2011 a diciembre del 2012 a 13,1% entre junio del 2012 a
junio del 2013 y a 13,0% entre julio del 2012 a julio del 2013. Mientras que
las captaciones (depósitos en sus diversas modalidades), pasaron de 13,3%
(periodo anual de junio del 2012 a junio del 2013) al 16,2 (julio del 2012 a
julio del 2013). En tanto que el aumento entre junio y julio del 2013 fue de
2,5%[2].
Estas
cifras dan cuenta de que el financiamiento del aumento de la capacidad
productiva se ha realizado a través del crédito, el cual viene creciendo a
tasas menores. Y este crédito tiene como sustento los depósitos que han ido
creciendo a tasas más altas.
Las
remuneraciones, que permiten conocer la capacidad de compra de los trabajadores
(aquí no diferenciamos el tipo de trabajador ni de ingresos) nos permite
apreciar si el incremento de la capacidad productiva va de la mano con el
incremento de la capacidad de consumo. Según el INEI, la participación de las
remuneraciones en el PBI fue de 25% en el año 2001, en tanto que en el año 2011
fue de 21%. Sin embargo, el volumen de las remuneraciones creció en el año 2011
en cerca de 12%[3].
El
gasto de consumo privado pasó de crecer en 11,29% el año 2008 a crecer 6,25% el
año 2011. Mientras que la tasa de crecimiento en el periodo octubre-diciembre
de 2012 fue de 7%.
Mientras
que el consumo privado crece en 7%, el volumen de remuneraciones lo hace en
cerca de 12%, la capacidad de producción crece en 21,4%. Esto quiere decir que
ni el consumo privado ni las remuneraciones pueden absorber el incremento de la
capacidad productiva.
Frente
a esta situación, la burguesía no puede hacer otra cosa que tratar de
incrementar la producción y sus ventas, igualmente tratar de colocar más
créditos. Es el momento en que la burguesía no se preocupa de sí como clase
social sino que se preocupa de sí en forma individual. Se agudiza así la
competencia entre los diversos sectores de la burguesía: entre la burguesía
industrial, la burguesía comercial, la burguesía financiera y la burguesía
propietaria de las tierras y de los locales. Y en el seno de cada sector de la
burguesía igualmente se agudiza la competencia. Esto agudiza, en general, la
anarquía de la producción, y con ello la proximidad de la crisis económica,
pues la competencia hace que la cuota media de ganancia disminuya, hasta el
momento en que la economía colapsa. Se rompe entonces la cadena de pago y la
economía se paraliza.
Las
condiciones de la economía capitalista la enfrentan a las crisis económicas.
Una de estas características o contradicciones es que el trabajo privado, que
se da en el seno de cada empresa, tiene un carácter social. Toda la fuerza de
trabajo de la que dispone la burguesía individualmente, es parte de la fuerza
de trabajo de la sociedad; y esta fuerza de trabajo en su conjunto, que crea
todos los bienes de que se puede disponer, es la que tiene limitada su
capacidad de consumo por las remuneraciones que recibe, que nunca serán tan
altas como para consumir todo lo que la loca carrera de los burgueses les hace
creer y sentir que pueden producir y vender.
Como
solución proponen mayor inversión, reducción de las trabas para invertir, etc.
Muy pronto volverán con los argumentos de los llamados “sobrecostos laborales”,
planteando la reducción de las vacaciones, la eliminación de las
gratificaciones, etc., con el ánimo de producir más. Pero con esto aumentan la
producción que se acumula en los almacenes de las empresas, pues no tienen
salida debido a las bajas remuneraciones que pagan.
Así,
la solución que propone la burguesía no hace otra cosa que aproximar y agudizar
la crisis económica. En otras palabras, la solución a la crisis económica no es
otra que la misma crisis.
Notas:
[1] “La neuroeconomía
estudia la conducta económica para entender de mejor forma la función del
cerebro, y estudia el cerebro para examinar y complementar modelos teóricos
acerca de la conducta económica.” http://es.wikipedia.org/wiki/Neuroeconom%C3%ADa
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