lunes, 1 de diciembre de 2025

Política

Nota: 

Si en el artículo “El falso marxismo-leninismo de Jaime Lastra” quedó claro que la ideología que realmente aplica Lastra es el liberalismo burgués, con la publicación del artículo que sigue a continuación (cuya primera parte fue publicada en la edición del mes pasado de este blog) queda claro que el mencionado personaje está en las antípodas de la reconstitución del partido de Mariátegui. 

01.12.2025.

Comité de Redacción. 

 

¡Defender el Pensamiento de Mariátegui de toda Tergiversación y Desarrollarlo en Función de la Realidad Actual! 

 

La Tramposa Reconstitución

de Jaime Lastra 

(Segunda y Última Parte) 

Eduardo Ibarra 

MÁS ADELANTE, Lastra dice: 


La militancia de vanguardia desde la década del 80’, ha venido trabajando la reformulación correcta de la BUP. Y esta tarea no se ejecuta sin lucha de ideas con desviaciones de derecha y de izquierda. 

Aquí, como vemos, una vez más Lastra habla de “la reformulación correcta de la BUP”, y con aquello de “militancia de vanguardia” se refiere, obviamente, a su grupo, el mismo que, según continúa diciendo, no podía reformular la BUP sin desarrollar una “lucha de ideas con desviaciones de derecha y de izquierda”. Por eso, preguntamos: ¿y dónde está esa “lucha de ideas” que, según Lastra, viene de los años ochenta, o sea que lleva ya cuarenta años de existencia, aproximadamente? En este largo tiempo, veamos la “lucha de ideas” desarrollada por nuestro personaje. 

En el artículo que comentamos, Lastra dice que “la desviación ultraizquierdista” “reformuló” la base de unidad ideológica del Partido aprobada por la VI Conferencia, pasando del “marxismo-leninismo, pensamiento Mao Tsetung” al “marxismo-leninismo-maoísmo”, así como su base teórica pasando del “Pensamiento de Mariátegui” al “Pensamiento Gonzalo”;(2) en cuanto a la “Línea General”, Lastra señala algunos aspectos que significaron la “reformulación” de la misma por parte del PCP-SL: “partido militarizado”, “unidad concéntrica de los tres instrumentos”, “la violencia revolucionaria es lo esencial del marxismo”, negación de “la evolución de la semifeudalidad y del capitalismo burocrático”, distorsión de “la práctica del frente único proletario”. Como puede ver el lector, una vez más Lastra se queda en lo descriptivo y, por lo tanto, no desentraña el significado de cada una de las cuestiones que reseña. Pero, además, hay que señalar que parte de lo que dice es una repetición de otros autores, entre ellos nosotros (ver nuestro libro El pez fuera del agua). Es así, pues, como Lastra parasita de la producción ajena. 

       Enseguida, nuestro liquidador se refiere al grupo de Ramón García en los términos siguientes: “las tendencias de oportunismo de derecha (sic) procedieron a desconocer la BUP queriendo reducirla a la sola mención (sic) de ‘marxismo’”. Pero ocurre que no fueron varias tendencias del oportunismo de derecha que redujeron la formulación de la doctrina a la sola palabra marxismo, sino únicamente el grupo de García; además, no es que este grupo quiso cometer esta reducción, sino que la cometió. Pero más grave todavía que estas inexactitudes, es que, inhibiéndose de calificar como corresponde al grupo de García, Lastra encubre la condición liquidacionista del mismo. 

Más adelante dice nuestro personaje: “… consideramos que una formulación a la doctrina (sic) sería: adherir a la doctrina de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao”, haciendo así a un lado su denominación políticamente exacta: marxismo-leninismo (ver nuestro artículo “El falso marxismo-leninismo de Jaime Lastra”). Es decir, como en relación a muchas otras cosas, nuestro liquidador está perdido en la estratósfera en relación a la verdad universal. 

Luego, escribe lo siguiente: “… ratificarnos en el Pensamiento de Mariátegui”. Pero ya hemos visto en varios artículos cómo entiende el aludido su pretendida asunción del pensamiento de Mariátegui (ver “El trasfondo de un artículo…”, donde fundadamente demostramos que lo que en realidad hace Lastra es tergiversar a Mariátegui y asumir y propagandizar posiciones abiertamente antimariateguianas). Esto quiere decir que aquello de “ratificarnos” pertenece a la retórica con la cual nuestro liquidador intenta encubrir su tergiversación del pensamiento de Mariátegui y la desvergonzada publicidad que hace de posiciones contrarias al pensamiento de Mariátegui. 

Hay que subrayar una vez más que, también en el texto que comentamos, Lastra se queda en la mera descripción. Por ejemplo, no desentraña en absoluto el fondo del paso del “marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung” al “marxismo-leninismo-maoísmo”, el fondo de cada una de estas formulaciones y, finalmente, el fondo de la reducción de la denominación de la doctrina al solo término marxismo. Por eso, su artículo es notoriamente superficial y, por lo tanto, no sirve en absoluto para esclarecer a nadie, precisamente cuando es necesario esclarecer las cosas de cara a los activistas y contribuir así a su toma de posición favorable a la Reconstitución. 

La Reconstitución implica, entre otras cosas, una crítica masiva de todas las concepciones ideológicas, políticas y orgánicas no proletarias, tanto en el seno de la organización partidaria como en el seno de las organizaciones de masas. Esta es una política del Partido que viene de los años setenta. Pero sucede que, contraviniendo esta política completamente correcta (el Partido no puede afirmar su cualidad de vanguardia ni, por lo tanto, su hegemonía en el seno de las masas ni estas pueden ser organizadas en un sentido revolucionario sino mediante el necesario deslinde), Lastra impulsa la paz sin principios con las concepciones no revolucionarias y, de esta forma, impulsa la amalgama ideológica y la componenda política, tanto en su actividad partidista como en su actividad frentista (ver “El trasfondo de un artículo…).(3) 

Y ni qué decir tiene que nuestro liquidador no aborda en absoluto el aspecto orgánico de la Reconstitución (limitándose  sobre el tema a mencionar la estructura, el sistema y el trabajo orgánico como cuestiones consideradas por la VI Conferencia), aspecto que, bien visto, es, en esencia, la materialización organizativa de la doctrina marxista-leninista, del pensamiento de Mariátegui y de la línea política general de la revolución peruana. Siendo, pues, la dimensión orgánica de la Reconstitución lo que acabamos de precisar, el lector puede perfectamente entender que cualquier organización partidaria que eventualmente pudiera implementar Lastra, no sería, más allá de su conocida retórica, sino la materialización de su liberalismo burgués, de su negación de aspectos fundamentales de la Creación Heroica de Mariátegui, de su liquidacionismo de derecha. Es así como regurgita sobre la reconstitución del partido de Mariátegui. 

Nos inhibimos de analizar algunas otras tonterías del artículo de Lastra, pues el lector atento debe haberse dado cuenta de las mismas sin ningún esfuerzo: por ejemplo, aquello del “partido monolítico” es una negación de la dialéctica, pues en realidad el partido del proletariado, como cualquier otra cosa en el universo, es una unidad de contrarios, incluso si se considera la adhesión a la doctrina como algo separado del resto de aspectos del Partido, como hace Lastra. Es decir, una vez más, jugando a ser Dios, nuestro liquidador confía en que los lectores crean en lo que dice solo porque él lo dice. 

Y bien, la práctica de la famosa reconstitución de Lastra  revela que su marxismo-leninismo es falso y que lo que aplica es el  liberalismo burgués, así como, al mismo tiempo, que se basa en la más grosera oposición a importantes cuestiones del pensamiento de Mariátegui y de la línea política general de la revolución peruana. En esto reside, más allá de su fraseología revolucionaria, la “reformulación” de la base de unidad partidaria de Lastra. 

La VI Conferencia Nacional del Partido acordó la siguiente base de unidad: “marxismo-leninismo, pensamiento Mao Tsetung, legado de Mariátegui y línea política de la V Conferencia”. Al parecer, es esta base de unidad la que Lastra pretende “reformular”. Pero, esto quiere decir que nuestro liquidador no se ha percatado de que desde hace muchos años aquella base de unidad ha quedado atrás (es decir que ya fue “reformulada”, para utilizar el término de su gusto), y que, en el actual marco de las diversas bases de unidad existentes en nuestro medio, el marxismo-leninismo (es decir la doctrina de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao), el Camino de Mariátegui (es decir el pensamiento de Mariátegui y su desarrollo) y la línea política general de la revolución peruana establecida por Mariátegui (actualizada y desarrollada), es la sostenida por quienes realmente luchan por la reconstitución del Partido. De hecho, con su falso marxismo-leninismo (su liberalismo burgués); su flagrante oposición al pensamiento de Mariátegui (su negación del concepto mariateguiano de un Perú Integral, su negación de nuestra revolución socialista con dos etapas, su trabajo partidista y frentista de base liberal-burguesa, su intentona de negar el partido de clase con aquello de fundar un organismo doctrinariamente heterogéneo, su negación del concepto mariateguiano de dualidad histórica, etcétera); su negación de importantes aspectos de la línea política general de la revolución peruana (su táctica oportunista, su frentismo reformista y electorero, etcétera), lo que hace Lastra es intentar –en los hechos, no en su retórica, claro está– “reformular” la base de unidad de los marxista-leninistas que luchan por la reconstitución del partido de Mariátegui. 

En conclusión: los artículos “El falso marxismo-leninismo…” y el presente, demuestran que, en relación a dos cuestiones fundamentales: la verdad universal y la Reconstitución, Lastra muestra no solo su insolvencia teórica, sino asimismo su oportunismo. La fraseología de la que hace gala no le sirve en absoluto para encubrir esta realidad a los ojos de quienes tienen capacidad de análisis. 

Como hemos podido ver, el artículo de Lastra analizado aquí no es ni puede ser una contribución a la reconstitución del partido de Mariátegui, sino un caso más de la demagogia con la cual intenta embarcar a algunos incautos en su plan de fundar un partido doctrinariamente heterogéneo, un partido-amalgama, que es adonde precisamente lo conducen todos sus pasos. 

   Terminemos: es una cuestión de sentido común que el liquidacionismo de Lastra –como cualquier liquidacionismo– no reconstituye ni puede reconstituir el partido de clase de Mariátegui. Pero, por lo visto, en su grupo el sentido común es el menos común de los sentidos. 

Notas

[2] Antes de este paso, se produjo otro del que Lastra no ha dicho nada, pero que es pertinente comentarlo: del “legado de Mariátegui” a “pensamiento de Mariátegui”. Esta reformulación demuestra que no todo cambio en la formulación de la BUP es una cosa mala. En efecto, en la VI Conferencia Saturnino Paredes y sus acólitos impusieron el término legado, término que congelaba el desarrollo del pensamiento mariateguiano. Solo en el III Pleno del CC (1973) se adoptó el término “pensamiento de Mariátegui”, que conlleva la posibilidad y la necesidad de desarrollar dicho pensamiento, si es que no se cae en la necedad, sostenida por Miguel Aragón, de que con la muerte del fundador del marxismo-leninismo peruano se extinguió también su pensamiento, y que, por lo tanto, no es susceptible de desarrollo. Es evidente que Aragón confunde el pensamiento como fenómeno psíquico con el pensamiento como fenómeno social.

[3] En cuanto a esa política oportunista de Lastra en el ámbito de la organización de las masas, desarrollaremos la correspondiente crítica tomando como centro el folleto “Lecciones del proceso electoral. Tareas de la izquierda peruana”, publicado bajo la firma del “Comité Creación Heroica”, pero escrito por Lastra (aunque tal vez en comandita con otro liquidador).

11.10.2025.



¡Defender el Pensamiento de Mariátegui de toda Tergiversación y Desarrollarlo en Función de la Realidad Actual!

 

Carlos Moreno Pretende Tapar el Sol con un Dedo 

(Primera Parte) 

Eduardo Ibarra 

EN UNA NOTA colgada en un envío del índice del blog CREACIÓN HEROICA y hablando de sí mismo en tercera persona, Carlos Moreno continúa mostrando la misma falta de argumentos y la misma falta de moral revolucionaria que mostró cuando escribió “Breve comentario a un artículo de Eduardo Ibarra”.

Como se recordará, en dicho comentario Moreno recurrió a las más desvergonzadas mentiras, mostrando así su incapacidad de sostener un debate de ideas (ver el artículo de César Risso “Falsificaciones e infundios en defensa del liquidacionismo de derecha”, publicado en marzo del presente en el blog CREACIÓN HEROICA, y las dos primeras partes de nuestro artículo “El trasfondo de un artículo de Carlos Moreno”, publicados a partir de marzo en el mismo lugar).

Cuatro meses después –y ya desenmascarado– en una expresión más de vergonzoso servilismo con respecto a Lastra, Moreno continuaba en lo mismo en su aludida nota. Veamos, pues, sus artes antimarxistas.


… la serie de acusaciones que lanza Eduardo Ibarra contra el c. Jaime Lastra y contra los que integran el Comité Político Creación Heroica.


Esta frase pretende que las denominadas “acusaciones” son falsas. Pero ocurre que tales “acusaciones” son menciones de hechos cometidos por Lastra, todos ellos documentados, evidenciados, con referencia incluso de las respectivas fuentes en los casos en que fue necesario. Así que, una vez más, lo que hace Moreno es pretender descalificar nuestra crítica a tales hechos con una frase no seguida de demostración, con una frase engañosa. Por otro lado, los términos con los que se refiere al Comité al que pertenece, produce la impresión de que cree que el mismo es intocable. Pero ocurre que ningún partido ni ningún grupo con una membresía incapaz de luchar contra el oportunismo en sus propias filas, puede estar exenta de la crítica.

Recordando su artículo “Breve comentario…”, Moreno dice:

… principalmente se le pide a Ibarra que no sea subjetivo y que no invente situaciones que no se ajustan a la verdad.


Con esta afirmación, Moreno muestra que continúa jugando a ser Dios, pues es evidente que espera que la frase que comentamos sea considerada como cierta por el lector solo porque él la dice. Para desgracia de este Dios de carne y hueso, cada crítica a Lastra se ajusta, como ya dijimos con otras palabras, a la verdad pura y simple.(1)

Todo lo expuesto hasta aquí da cuenta de que Moreno no aprende, que es reacio a aprender, que no es capaz de aprender, es decir, que es un falsario tozudo.

Encubriendo el liquidacionismo de su grupo –o más bien intentando hacerlo–, Moreno dice más adelante:


[Eduardo Ibarra] se llena de citas de Lenin y de Mariategui (sic) para "demostrar" el supuesto liquidacionismo del grupo político con quién pretende debatir.

Le recordaremos al autor de esta cita lo que a propósito escribimos en “El trasfondo de un artículo de Carlos Moreno”:


… tempranamente en este artículo (así como con anterioridad, en setiembre del año pasado, en el “Pronunciamiento” del CRJCM), dejamos en negro sobre blanco que el liquidacionismo de Lastra deriva de su concreta intención de fusionar en “un núcleo de dirección” a marxista-leninistas y liquidadores.

Pero, silenciando esta verdad y desviando así el debate, Moreno insiste ahora en su maniobra diciendo que nos llenamos “de citas de Lenin y de Mariategui para ‘demostrar’ el supuesto liquidacionismo” de su grupo. Pero esta insistencia en la treta muestra su torpeza: la prueba irrefutable del liquidacionismo de Lastra es –lo repetiremos para ver si en esta oportunidad Moreno es capaz de entender– es el intento de amalgamar en un mismo organismo de tipo partidario a marxista-leninistas (el CRJCM) y liquidadores (el grupo de Ramón García y el grupo del propio Moreno). Las citas de Lenin nos sirven para que se comprenda cabalmente lo que es el liquidacionismo en cualquier caso, y las de Mariátegui para que se entienda perfectamente que el liquidacionismo está ligado a la abjuración del marxismo-leninismo, como abiertamente ocurre en el grupo de Ramón García y encubiertamente en el grupo de Lastra, a más de estar ligado al abandono de la política de clase, como, con algunos rasgos distintos, ocurre en ambos grupos. Es claro entonces que el Dios Moreno no entiende lo que lee o que, deliberadamente, falsifica nuestras afirmaciones. Es, pues, un Dios obtuso o, en su defecto, falsario. Además, es menester subrayar que, al intentar negar el liquidacionismo de su grupo diciendo que solamente es “supuesto”, está diciendo que es nada más que una suposición, una “situación inventada”, una “alucinación” nuestra, repitiendo así la repugnante maniobra de Lastra. De este modo llega al mismo grado de miseria moral de este último. Por lo demás, retorciendo la realidad, Moreno, como hemos visto, dice que nuestro artículo “El trasfondo…” no debate, sino que apenas “pretende debatir” con su grupo. Pero sobre esta cuestión hablaremos más adelante.

       Es pertinente recordar que nuestro personaje se encuentra en deuda con los lectores, pues en la segunda parte de “El trasfondo de un artículo…”, lo emplazamos a que señale puntualmente aquellas afirmaciones nuestras sobre su mentor Lastra que él mismo sugiere que no son falsedades sino afirmaciones probadas. Pero, no obstante haber pasado siete largos meses, no ha tenido el valor elemental de hacerlo. En cambio, con una deplorable obcecación, insiste en sus falacias y en sus sofismas, que es todo lo que ha mostrado como bagaje.

       Moreno dice:


Se sabe que este debate entre Eduardo Ibarra y Jaime Lastra no es de ahora; es de hace varios años, y en su momento el c. Jaime Lastra rebatió los argumentos de Ibarra y existen esas (sic) documentos. (…) se le pide a Ibarra que no sea subjetivo y que no invente situaciones que no se ajustan a la verdad.

Como se puede ver, la deliberada ceguera de Moreno no tiene remedio. Como quedó tempranamente señalado en “El trasfondo de un artículo…”, el debate con Lastra tiene su causa en el hecho de que tan pronto decidió levantar tienda propia, comenzó a sostener ideas liberal burguesas que, no obstante que fueron oportunamente criticadas, lo condujeron rápidamente a una desviación de derecha. No existió entonces ningún argumento válido de Lastra, es decir, no pudo rebatir ni uno solo de nuestros argumentos. Los documentos que dan cuenta de dicho debate los hemos publicado nosotros mismos en nuestro blog CREACIÓN HEROICA, y ellos dan cuenta de los mediocres procedimientos de Lastra para encubrir sus ideas liberales, sus métodos criollos, su sofistería, sus falacias y sus arbitrariedades con respecto al CRJCM. Aún más: señalamos que, si lo creía pertinente, el lector podía leer el artículo “Egotismo en el socialismo peruano”, de Lastra, publicado en nuestro blog en agosto de 2014, donde despliega todas sus artes antimarxistas (desde el título, como se puede ver). Pues bien, el mencionado artículo fue refutado, punto por punto, en nuestro artículo “El espíritu criollo de Jaime Lastra” y, así las cosas, su pobreza argumentativa no puede ser reconocida sino confrontando su artículo con el nuestro. Pero Moreno intenta “enturbiar el agua” diciendo que “Lastra rebatió los argumentos de Ibarra y existen esas documentos”, pero, por supuesto, sin mostrar ninguno de estos famosos “documentos”. En su mencionado artículo, como en ninguna de sus cartas al CRJCM y al suscrito, Lastra pudo rebatir ni una sola de nuestras críticas, sencillamente porque las mismas están sustentadas en los hechos y, como lo sabe todo marxista, la verdad se busca en los hechos, y no en la palabrería de Moreno ni en la fraseología de Lastra. Hay que exigirle pues al primero que no mienta como es costumbre del segundo, que no se haga el ciego, que haga un esfuerzo por pensar alguna vez con objetividad y que deje de jugar a ser Dios.

También dice Moreno:


… en noviembre del 2024 se organizo (sic) un foro sobre el PC y el proceso de su Reconstitución al cual acudieron cc. que en su actividad política práctica reconocen de la necesidad (sic) de que el movimiento popular y el movimiento revolucionario cuente con su vanguardia, el cual (sic) es una gran carencia y debilidad que se constata en las luchas del pueblo y de los trabajadores.

Esta afirmación demuestra que Moreno no tiene ni la menor idea de lo que es la reconstitución del partido de Mariátegui. Ciertamente es una debilidad del proletariado peruano no contar actualmente con una vanguardia efectiva: las organizaciones que reclaman para sí la condición de ser marxista-leninistas, no tienen un peso específico importante entre las masas trabajadoras. La situación es preocupante, y no basta subrayarla, sino que, además, es necesario construir la salida: la reconstitución del partido de Mariátegui. No la apócrifa –la que sostienen Moreno y Lastra–, pues cualquiera entenderá que aquello de que los asistentes a las variopintas reuniones promovidas por su grupo “reconocen de la necesidad de que el movimiento popular y el movimiento revolucionario cuente con su vanguardia”, es una generalidad que puede firmarla incluso el PCP-Unidad, representante en nuestro medio del revisionismo jruschoviano-brezhneviano. LA RECONSTITUCIÓN DE PARTIDO ES LA RECONSTITUCIÓN DEL PARTIDO DE MARIÁTEGUI O NO ES NADA. En consecuencia, de lo que se trata –de lo que siempre se ha tratado– es de defender, actualizar y desarrollar los Fundamentos del Partido establecidos por Mariátegui en lo Ideológico, Teórico, Político y Orgánico, como hemos argumentado en nuestro libro Algunas cuestiones sobre el partido proletario y la reconstitución del partido de Mariátegui. De esta tarea el grupo de Lastra ha estado siempre lejos; más aún, la desdeñó como tarea básica; y, precisamente, sus famosas reuniones donde se habla de la cuestión del partido, prueban que, en cuanto a la tarea básica de la Reconstitución, está en una situación de ayuno. Los documentos que conforman el llamado “Compendio del socialismo peruano”, comprende una exposición de Lastra sobre la base de unidad que, por su superficialidad, muestra su extravío, y que, por otro lado, da cuenta de su irresistible propensión a copiar ideas de aquí y de allá sin mencionar a sus autores, lo que desde cualquier punto es una completa falta de honestidad intelectual (ver nuestro artículo “La tramposa reconstitución de Jaime Lastra”, cuya primera parte apareció en la edición de noviembre de este blog).

 

Nota

[1] La publicación de estas críticas a Lastra es bastante anterior a las afirmaciones de Moreno, por lo cual no es posible evitar señalar que la insistencia en las mismas por parte de este liquidador, es un acto particularmente necio y que, por eso, sus afirmaciones no pasan de ser, en conjunto, un desesperado manotazo de ahogado para intentar inútilmente desaparecer de la realidad los hechos que dan cuenta del derrotero oportunista de Lastra.

12.11.2025.

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