domingo, 1 de septiembre de 2024

Economía

La Ocupación Secundaria como Encubrimiento de la Sobre Explotación Laboral

Cesar Risso

LOS INTELECTUALES BURGUESES llaman ocupación secundaria a la situación en la cual los trabajadores se ven obligados a laborar por encima de las ocho horas diarias, sometiéndose a una doble jornada, pasando largamente las 48 horas semanales de trabajo que establece la ley.

“El fenómeno de la ocupación secundaria en el país es una respuesta a la necesidad de complementar ingresos, ya sea por motivos de insuficiencia económica o como estrategia de ahorro e inversión.”1

La burguesía en su conjunto sobre explota a la fuerza de trabajo, tanto en el seno de cada empresa particular, como en el conjunto de sus empresas. Después de la jornada de 8 horas (en muchos casos la jornada es mayor), cuando los trabajadores se encuentran en una situación que les exige descanso para reponer sus energías, estos se ven obligados a continuar laborando. En tales condiciones, el esfuerzo que deben desplegar es mayor, al igual que el desgaste que sufren. De modo que su vida laboral, que debería ser hasta los 65 años, se consume en menor tiempo.

“En el Perú, se estima que unas 3 954 969 personas tienen una ocupación secundaria (“segunda chamba”). De este total, el 82,7 % tiene una ocupación secundaria fija y el 17,3 %, una eventual (“cachuelo”), según un estudio del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), basado en cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) y del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).”2

Cerca de 4 millones de trabajadores cuentan con una segunda ocupación. La pregunta es ¿qué les reporta como ingresos el sobre esfuerzo que realizan? En promedio los trabajadores con un solo empleo reciben una remuneración de S/1.532,00, mientras que aquellos que tienen un segundo trabajo, reciben entre S/1.367.00 y S/1.644,00. Estas cifras se componen de S/1.051,00 del primer trabajo y S/337,00 del segundo, lo que arroja el monto de S/1.367,00. En el segundo caso, las cifras son de S/1.093,00 y S/551,00, que alcanzan los S/1.644,00.

Con una sola ocupación o con dos, los ingresos que perciben los trabajadores son insuficientes para tener un mínimo de bienestar material.

“El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) revela en su último informe datos preocupantes sobre la situación económica del país. Detalla que en el 2023 la línea de pobreza para cubrir una canasta básica de alimentos y otros bienes esenciales, ascendió a S/446 mensuales por habitante. Esto se traduce en S/1.784 para una familia compuesta por cuatro integrantes.”3

Como se puede ver, con dos trabajos, en promedio los ingresos recibidos suman S/1.644,00, si tomamos la cifra más alta, monto inferior a la canasta básica familiar que es de S/1.784,00.

La respuesta al motivo de la segunda ocupación está en estos datos.

Si descontamos de los ingresos formales los descuentos correspondientes que son de alrededor de 12,5%, el monto de S/1.644,00 disminuye a S/1.438,50. Si a este importe le restamos el 18% del IGV, solo queda S/1.179,56.

Resulta entonces que, el aumento de la sobre explotación de la fuerza de trabajo no se reduce a la parte de la jornada de 8 horas que se apropia el capitalista, sino a una jornada que puede bordear las 16 horas de trabajo. Así, si el tiempo de trabajo necesario es de 4 horas,4 y el tiempo de trabajo adicional es de 4 horas, en una jornada doble, la clase capitalista se estaría apropiando del trabajo de 8 horas de las 16 horas.

Como se sabe, el tiempo de trabajo necesario es el número de horas en la que el trabajador crea un valor que equivale a lo que le van a pagar bajo la forma de salario; mientras que el tiempo de trabajo adicional, es el número de horas que equivale al valor que añade el trabajador y que es apropiado por la burguesía bajo la forma de ganancia.

Si consideramos el dato redondeado a 4 millones de trabajadores que tienen una segunda ocupación, entonces podemos deducir que este es el número de trabajadores y, por tanto, el número de puestos de trabajo que requieren las empresas peruanas. En otras palabras, y tomando en términos globales los datos, la burguesía peruana paga un salario bajo a 4 millones de trabajadores, y se adjudica el derecho “burgués” de explotar a los mismos 4 millones de trabajadores durante 8 horas más; o, para expresarlo en otras palabras, la burguesía paga por jornadas de 8 horas y obtiene jornadas de 16 horas de trabajo.

        Los trabajadores que alcanzan la edad de jubilación se ven frente a una grave situación, pasando de una condición en la que no alcanzan a cubrir la canasta básica familiar, a una en la que su situación empeora considerablemente. Se encuentran en una situación en la que están obligados a seguir trabajando, con la desventaja de, en muchos casos, su precario estado de salud, debido, entre otras cosas, a la doble jornada u ocupación a la que se han visto sometidos. Esto obliga a los hijos que se hacen cargo de sus padres, a dividir sus magros ingresos entre un mayor número de personas, perjudicando así su miserable ingreso familiar, y afectando el ya maltratado o inexistente bienestar familiar, restándoles posibilidades de mejorar, por ejemplo, con estudios, sus condiciones laborales y niveles de ingresos.

        Este estado de cosas en la que se encuentran los trabajadores en nuestro país, es el resultado del dominio del capital. El capitalismo en el Perú, con el nivel de explotación al que somete a todas las clases trabajadoras, se le aparece al capitalismo mundial como un plan piloto, en el que experimentan el grado de explotación al que pueden ser sometidos los trabajadores; tratando así de encontrar los límites físicos y espirituales en los que aun es posible extraerles trabajo no remunerado, y así apropiarse del máximo de ganancia.

        Esto último, que adquiere los visos de una tragedia planetaria, a la que la esencia del capitalismo va deslizando a la humanidad, y que por ello aparece como una férrea necesidad para que el capitalismo y el dominio de la burguesía sigan existiendo, es una de las pruebas más palpables de su final.

Mientras que, de un lado, el desarrollo tecnológico con la robotización de la producción y la implementación de la inteligencia artificial conducen a la desmaterialización de la producción, en la medida en que los bienes y servicios requieren de menos fuerza de trabajo, de otro lado canalizan la sobre explotación por medio de la doble ocupación. Entre estos extremos, utilizar menos fuerza de trabajo o someter a los trabajadores a la doble ocupación, la burguesía planetaria se caldea para sostenerse como clase dominante en el mundo.

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(1) https://lacamara.pe/casi-4-millones-de-trabajadores-en-el-peru-tienen-una-segunda-chamba/

(2) Ibid.

(3) https://www.infobae.com/peru/2024/05/09/en-cuanto-se-incremento-la-canasta-basica-en-el-peru-cerca-de-10-millones-no-alcanzan-a-cubrirla-revela-el-inei/

(4) https://creacionheroica1928.blogspot.com/2017/11/economia.html

 

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