Pasaje de:
No sabes lo que crees que
"sabes" sobre…
La Revolución
Comunista y el VERDADERO Camino a la Emancipación:
Su Historia y Nuestro Futuro*
Entrevista
a Raymond Lotta
La Revolución Cultural: El
mayor avance de la emancipación humana hasta ahora
Pregunta: Hablemos
de la Revolución Cultural que ocurrió entre 1966 y 1976, el próximo episodio
trascendental de la revolución china.
RL: La
Revolución Cultural fue el punto culminante de la primera etapa de la
revolución comunista. Es el tercer “hito” de la primera etapa de la revolución
comunista… estoy hablando de la Comuna de París y la revolución bolchevique
como los primeros dos hitos.
Ahora bien, en última
instancia la Revolución Cultural fue derrotada en 1976. Y China ya no es un país
socialista. Sin embargo, la Revolución Cultural todavía inspira y ofrece
lecciones increíblemente ricas. Toda persona que aspire a una sociedad y un
mundo justos y liberadores tiene que aprender sobre… y aprender de la
Revolución Cultural.
Pregunta: Pero,
Raymond, denigran tanto a la Revolución Cultural. ¿Cómo se puede desmentir todo
eso y ayudar a la gente a verla desde un punto de vista científico?
RL: Sí,
la burguesía nunca se cansa en calumniar a la Revolución Cultural. Tenemos que
librar una seria batalla por la verdad porque eso está muy
relacionado con las posibilidades humanas. ¿De qué se trataba la
Revolución Cultural? ¿Cuáles problemas en la sociedad y el mundo enfrentaba?
¿Qué eran sus objetivos concretos? ¿Qué eran sus formas predominantes de actividad
y lucha? ¿Qué logró en la realidad? ¿Cómo cambiaron la sociedad y la gente por
medio de ella?
El mero planteamiento de
estas preguntas para una investigación y exploración seria, en sí nos lleva a
un plano de discusión diferente. Y, al bregar con estas preguntas y
contestarlas a base de ese fundamento científico, efectivamente llegamos a la
verdad concreta de la Revolución Cultural.
Ahora bien, al evaluar
cualquier período o figura histórica, siempre se topa con tendencias
secundarias o contrapuestas, anomalías y cosas por el estilo… pero la primera y
principal pregunta que hay que hacer es: ¿qué es lo principal, qué es la esencia de
la sociedad, movimiento social o figura histórica en cuestión… qué es su
carácter principal?
La Revolución Cultural fue
la iniciativa de mayor alcance en la historia contemporánea, y en la historia
humana, de revolucionar y reestructurar una sociedad dejando atrás toda la
explotación y opresión… a base de la participación consciente, el activismo
consciente, de decenas y cientos de millones de personas. Durante el curso de
la misma, millones y millones de personas revolucionaron su concepción del
mundo — es decir, sus valores básicos, su enfoque de la realidad… y se
transformó el etos, o el espíritu, de la sociedad en conjunto.
El peligro de que la
revolución dé marcha atrás
Pregunta: Así
que ¿qué fue la médula de la Revolución Cultural? Oímos tanto de facciones y
peleas y críticas y de que denunciaban a las personas.
RL:
Para captar la esencia, tenemos que ver el contexto mayor. Mao había estado
buscando una solución al problema de que la revolución pudiera dar marcha
atrás. No por una invasión o ataque, por más concretos que eran esos peligros,
sino por causas internas… quiero decir, internas al mismo sistema socialista.
El peligro era que el partido comunista pudiera convertirse en el instrumento
de una nueva clase explotadora que ejerciera un control y dominio burgués.
Una nueva élite podría tomar
el control de los órganos del poder estatal y adaptarlos para reinstaurar las
relaciones de explotación y opresión… aunque el estado siguiera siendo
socialista en nombre y ciertos rasgos superficiales del socialismo aún
estuvieran en vigor.
Eso no fue una cuestión
abstracta en China de 1964 a 1966.
Anteriormente hablamos del
Gran Salto Adelante. Éste rompió radicalmente con los modelos de desarrollo
soviético y occidental. Era un golpe contra las fuerzas burguesas-tecnócratas
en el partido. Sin embargo, debido a la crisis alimenticia y hambruna de 1960 a
1961 y los desequilibrios industriales provocados por la retirada repentina de
la ayuda financiera y técnica soviética, era necesario hacer ciertos ajustes
económicos y organizativos. Eso le dio oportunidades a las fuerzas
conservadoras en el Partido Comunista que se declaraban los “realistas
económicos” capaces de hacer que la economía alcanzara el nivel donde tuviera
que estar. Se abalanzaron con lo que tuvieran a su alcance para minar las
políticas y el espíritu del Gran Salto Adelante.
Dichas fuerzas contaron con
un poder organizativo imponente dentro del Partido Comunista. Ya para 1964 y
1965, estaban ganando terreno. Tenían un programa coherente. Querían priorizar
las inversiones según indicadores de las ganancias. Querían copiar el sistema
educativo soviético para producir elites profesionales y “elites comunistas”.
Estaban bien atrincherados en la esfera cultural — en la ópera, una forma de
arte muy popular, todavía imperaban los antiguos temas y personajes feudales.
De hecho les decían a los obreros y campesinos que se olvidaran de la política,
que “la dejen en manos del partido, que se dediquen a quebrarse el lomo como
siempre mientras que nosotros nos encargamos de su bienestar”.
Como expliqué anteriormente,
según estas fuerzas conservadoras de alto rango en el partido y el estado, lo
más importante era convertir a China en un país moderno, fuerte e
industrializado. Para dichas fuerzas, eso era el objetivo del socialismo… y
promovían y, donde pudieran, adoptaban políticas que servían a ese objetivo y
ese programa.
A nivel internacional, se
intensificaba el conflicto con los revisionistas soviéticos. Mao dirigía la
lucha por todo el mundo de trazar un deslinde entre la revolución auténtica y
el revisionismo de la Unión Soviética —y los soviéticos trataban de aislar a
China. Al mismo tiempo, los imperialistas estadounidenses escalaban rápidamente
la guerra en Vietnam. Vietnam del Norte colinda con China, y en ese momento
había un peligro real de que Estados Unidos la escalara más y atacara a China.
En ese contexto, algunas fuerzas revisionista-conservadoras sostenían que era
necesario aflojar la lucha ideológica con los soviéticos. Y se posicionaban
para adoptar para China el modelo soviético (que se había convertido en un
sistema capitalista dentro de un marco institucional de propiedad estatal y
planificación estatal que era socialista solo de nombre).1
Acuérdate, dijimos que Mao
había estudiado muy profundamente la experiencia soviética. Analizó que las
purgas que hizo Stalin en los años 1930 no solucionaron el problema de impedir
la contrarrevolución en la Unión Soviética. En primer lugar, en buena parte
limitaron a las masas de obreros y campesinos a un papel pasivo. No les
desarrollaban la conciencia que les capacitara para distinguir entre los
programas y puntos de vista que impulsaran la sociedad adelante hacia el
comunismo… y los programas y políticas que la condujeran de vuelta al
capitalismo. Además, el Partido Comunista y las instituciones del estado no se
revolucionaron a través de las purgas.
Mao estaba bregando con un
problema histórico-mundial de la revolución comunista. ¿Cómo impedir la
contrarrevolución, pero impedirla de una manera que concuerde con el objetivo
de alcanzar un mundo comunista? ¿Cómo impedir la contrarrevolución de una
manera que capacite a las masas a jugar un papel consciente y decisivo para
transformar la sociedad y transformarse a sí mismas? ¿Cómo mantener el partido
sobre el camino revolucionario y combatir la atracción de “ponerse cómodo” y
convertirse en una nueva clase explotadora?
Así fue el desafío, y se
planteaba muy agudamente en la situación por la que pasaba la sociedad china en
principios de los años 1960… porque los seguidores del camino capitalista se
posicionaban para tomar el poder.
Se podría decir que la
situación más amplia en la sociedad les favorecía.
El desencadenamiento de la
juventud para iniciar la Revolución Cultural
Pregunta: ¿Qué
quieres decir con eso? ¿No era Mao el que dirigía todavía?
RL: El
partido se había vuelto bastante calcificado y esas fuerzas revisionistas gozaban
de mucha autoridad e influencia… eso era un problema grande. Pero hubo otro
problema grande. La gente se conformaba demasiado con lo rutinario. Pues, en el
curso de los 17 años anteriores, el bienestar material y social del pueblo se
había mejorado enormemente. Eso fortaleció cierta tendencia, especialmente
entre aquellos que habían sufrido tanto en la vieja sociedad, a dejar de
cuestionar. Además, debido a todo lo que se logró bajo la dirección del
partido, muchos campesinos y obreros daban por sentado que sus líderes, si se
decían “comunistas”, habían de ser buenos, habían de ser comunistas. También,
en muchas unidades de fábricas y zonas rurales, las personas simplemente tenían
mucho miedo a criticar a los líderes. ¿Cómo despejar esa costumbre de conformarse
con el statu quo?
Así que Mao estuvo
enfrentado a esa situación, a esa necesidad. Buscaba una solución. Y la
Revolución Cultural constituyó el paso pionero. La solución no iba a ser
quitar, de arriba para abajo, a las autoridades revisionistas. Al contrario,
iba a ser una revolución que supusiera y requiriera la participación y la
movilización desde abajo, de millones de las masas. Por medio de la lucha
política e ideológica de masas, con la dirección del núcleo revolucionario del
partido, las masas podían llegar a entender y distinguir lo correcto y lo
incorrecto, la revolución y el revisionismo… y sobre esa base jugar el papel
decisivo para echar abajo políticamente a los centros del poder burgués dentro
del Partido Comunista. La Revolución Cultural se empeñó a revolucionar toda la
sociedad y el modo de pensar de la gente.
Al decidir lanzar la
Revolución Cultural, Mao estaba asumiendo un enorme riesgo. Hablé de la
situación internacional, de los imperialistas estadounidenses en Vietnam y de
las maniobras soviéticas.
Pues, ¿cómo agitar las cosas
e iniciar una lucha así de trascendental? Mao buscaba una fuente de dinamismo y
rebelión. ¿Dónde se encontraba en la sociedad? Mao se enfocaba en los jóvenes.
A diferencia de muchas personas de más edad, los jóvenes no comparaban tanto la
situación con la de antes… pero con la que podría ser.
Mao captó que la juventud
podría ser un catalizador. Quería desencadenar su espíritu rebelde y preguntón.
Se formaron los Guardias
Rojos. Eran organizaciones de estudiantes preparatorios y universitarios
revolucionarios, además de otros jóvenes. Organizaron protestas y
manifestaciones. Criticaron a los administradores universitarios por andar de
caciques. Lanzaron críticas a varios líderes del partido. Así comenzó la Revolución
Cultural. Los Guardias Rojos ayudaron a difundir el mensaje de que “se
justifica la rebelión contra los reaccionarios”, como Mao lo expresó.2
Cerraron las escuelas
durante un año, y el gobierno permitió que los jóvenes viajaran gratis por
tren. Se diseminaron hacia diferentes regiones, incluso caminaron hasta las
zonas remotas, para reunirse con la gente, como los campesinos, a los cuales
les habían enseñado a desprestigiar. Despertaron y alentaron a las personas a
alzar la frente y a preguntar: “¿Cuáles políticas, al servicio de cuáles
objetivos, están al mando aquí? ¿Dónde quedó la revolución?”3
La naturaleza contradictoria
del socialismo
Pregunta: Raymond,
has usado frases como seguidores del camino capitalista, y quizás debas
explicarlas.
RL:
Mao descubrió que las raíces del problema de que la revolución pudiera dar
marcha atrás, están en la misma naturaleza, en la naturaleza contradictoria, de
la sociedad socialista. Por un lado, el socialismo es un gran salto,
un salto que deja atrás la explotación y la dominación por la clase burguesa.
El socialismo hace posible llevar a cabo cambios económicos y sociales
fundamentales en beneficio de los intereses de las masas y capacita a las masas
para poder transformar la sociedad.
Por otro lado, el socialismo
es una sociedad en transición. Es una transición del capitalismo —y
todas sus divisiones de clase, explotación y desigualdades— al comunismo, un
mundo sin clases. El socialismo trae las cicatrices económicas, sociales e
ideológicas de la vieja sociedad. Aún existen diferencias de desarrollo entre
la industria y la agricultura, entre la ciudad y el campo y entre las regiones.
Existe la división milenaria entre el trabajo intelectual y el trabajo manual.
Todavía existen diferencias salariales y todavía están en uso el dinero y los
precios.
Estos “rezagos” de la
sociedad capitalista traen las semillas del capitalismo. Por ejemplo, el
socialismo ocupa el dinero y los precios en el intercambio de productos y como
herramienta para la planificación económica y la evaluación de la eficiencia.
Pero la existencia del dinero y los precios también puede influenciar la toma
de decisiones en un sentido capitalista… hacia la producción de lo que rinda
más dinero.
También existen
instituciones e ideas opresivas que refuerzan la vieja sociedad. Estoy hablando
del patriarcado, el racismo y el chovinismo nacional. Dichas cosas no
desaparecen “automáticamente” una vez minada su base material a raíz del
derrocamiento del capitalismo. Es necesario combatirlos en sí. Además, perdura
la fuerza de la costumbre y de miles de años de ideas y modos de pensar de las
clases explotadoras.
Alcanzar el comunismo supone
superar esas desigualdades económicas y sociales, esas relaciones de mercancías
y esas instituciones sociales e ideas opresivas. Eso no sucederá de la noche a
la mañana. De hecho, Marx creía que esa transición iba a ser relativamente
breve, pero se ha comprobado que en eso se equivocó. Se requerirá un proceso
prolongado y complejo de lucha y transformación revolucionarias —a escala
mundial.
Así que, habrá que luchar en
todo momento sobre cómo transformar y restringir esos rezagos de la sociedad
socialista —o incluso si restringirlos o no. Mao analizó que eso es en realidad
una lucha entre el camino socialista y el camino
capitalista… entre las políticas y líneas que continuarían el avance
hacia el comunismo, y las que conducirían la sociedad en un sentido opuesto, de
vuelta hacia el capitalismo, como ha sucedido hoy en China.
Ahora bien, Mao analizó que
las desigualdades y diferencias sociales que persisten en una sociedad
socialista, junto con el papel aún importante del dinero, los precios y los
contratos en la economía socialista, en su conjunto son parte del suelo del
cual surgen nuevas fuerzas privilegiadas y una nueva burguesía en la sociedad
socialista.
Y profundizó aún más ese
análisis. Demostró que el núcleo de la nueva clase burguesa en el socialismo se
encuentra en los altos niveles del partido comunista y el estado socialista. Se
trata de los seguidores del camino capitalista. Éstos fomentan políticas que
aumentarán esas brechas y ocupan métodos y medios heredados de la vieja
sociedad de clases explotadoras; además, debido a su influencia sobre cómo se
implementa la producción, de hecho se convierten en el punto de concentración
de una nueva burguesía, justamente en la misma sociedad socialista y en el
mismo partido. Pretendían tomar el poder… y por eso Mao y el núcleo
revolucionario lanzaron la Revolución Cultural en 1966.4
Hay que tener en cuenta que
se estaba forjando un avance teórico de Mao. Mao estaba aplicando categorías
marxistas a la economía política del socialismo, y en el proceso estaba
extendiendo y enriqueciendo estas categorías. Mostró que las relaciones de
producción socialistas son sumamente contradictorias, que hay aspectos
burgueses dentro de ellas. Mostró que en el marco de la propiedad estatal
socialista formal podía resurgir el capitalismo. Y tomó la comprensión de Lenin
de que “la política es la expresión concentrada de la economía” para explicar
cómo ciertos altos dirigentes del partido podían realmente convertirse en
personificación de las relaciones de producción capitalistas. Mao y el liderato
revolucionario estaban planteando este tipo de cuestiones a las masas en el
curso de la Revolución Cultural. El cuartel general revolucionario, como fue
llamado, estaba dirigiendo al pueblo en el estudio y comprensión de la
“estructura profunda” de la sociedad y en el cuestionamiento del tejido de la
sociedad.5
La narrativa anticomunista
dice que Mao era un déspota paranoico que simplemente inventaba enemigos a su
antojo. Al contrario, la Revolución Cultural representaba el futuro de una
revolución que abarcaba una cuarta parte de la humanidad. Era una lucha
trascendental para continuar la lucha por un mundo nuevo y liberador… en
oposición a esos seguidores del camino capitalista que querían conducir a China
de vuelta al capitalismo.
“Se trataba de una
revolución de verdad”
Pregunta: ¿Podrías
contarnos un poco más sobre el sentir y el fluir de la Revolución Cultural?
RL:
Era una revolución de verdad. Estaba llena de inventos e innovación. Desde el
comienzo, inspiró a decenas de millones de personas, pero también chocó y
perturbó a decenas de millones. Era bien aventado, bien alocado: mítines en la
calle, protestas, huelgas y manifestaciones. Colgaban lo que se llamaban
“cartelones de grandes caracteres” en todas partes, en los cuales las personas
apuntaban sus comentarios y críticas acerca de las políticas y los líderes.
Algunos eran bastante sofisticados y otros sencillitos. Se permitía el uso de
edificios públicos para reuniones y debates. Florecieron los periódicos de
pequeña circulación; solamente en Pekín, se publicaron más de 900 periódicos.
El gobierno proporcionó materiales e instalaciones para esas actividades
gratuitamente, incluidos papel, tinta, brochas, cartelones, prensas, salones
para reuniones y sistemas de sonido.
De ahí, al echar raíces
entre los obreros, la Revolución Cultural entró en una nueva etapa. Cuarenta
millones de trabajadores a través del país participaron en luchas y
levantamientos de masas intensos y complicados para tomar el poder a las
atrincheradas administraciones municipales y organismos del partido en los
cuales habían surgido focos de conservadurismo. A veces hicieron paros laborales,
a veces lucharon contra los paros laborales… a veces convocaron a
manifestaciones multitudinarias, a veces se suscitaron debates populares que
continuaban toda la noche, con la frecuente participación de estudiantes y
Guardias Rojos. En todas partes aparecían cartelones, y las multitudes se
juntaban para leerlos atentamente y debatir sus temas… como dije, era una
escena bien alocada, bien revolucionaria.
Se puso muy intenso. En
Shanghái en el otoño de 1966, hubo como 700 organizaciones en las fábricas.6 Las fuerzas revolucionarias se movilizaban. Los
seguidores del camino capitalista contraatacaron. Tenían sus organizaciones de
masas, trataban de desacreditar a los revolucionarios y trataban de sobornar a
los trabajadores con aumentos salariales.
Al último, los trabajadores
revolucionarios, con la dirección maoísta, lograron unir amplios sectores de la
población de la ciudad. En enero de 1967, quebraron el dominio de los
revisionistas seguidores del camino capitalista que controlaban el gobierno municipal.
Se tomaron la sede del gobierno municipal, se apoderaron de los centros de
comunicaciones y empezaron a organizar la distribución de artículos básicos en
la ciudad. Eso fue la “Tempestad de Enero” de Shanghái.
Y de ahí lo que ocurrió fue
extraordinario: la gente hacía discusiones y debates multitudinarios sobre cómo
manejar la ciudad, qué tipos de estructuras políticas servirían mejor los
objetivos de la revolución. Empezó a experimentar con nuevas instituciones de
gobierno municipal. Hubo debate… y aparecieron verdaderos retos sobre qué tipo
de organismos de poder político, qué tipo de instituciones, corresponden a lo
que la revolución necesitaba para avanzar.
Se planteaban grandes
preguntas y también se sacaban lecciones en los más altos niveles de dirección
de la Revolución Cultural. Por ejemplo, ¿cómo facilitar que fueran al mayor
grado las masas las que tomen decisiones, y las de mayor significado? Pero al
mismo tiempo, ¿cómo desarrollar instituciones y estructuras suficientemente
fuertes como para impedir la contrarrevolución? ¿Cómo fomentar la participación
y el debate más amplios… pero al mismo tiempo mantener el liderazgo
revolucionario y dar dirección revolucionaria a las instituciones del poder?
Pues, no es cuestión de
tratar una ciudad como Shanghái por sí sola sino de desarrollar un sistema de
gobierno y del ejercicio del poder que tomen en cuenta las necesidades mayores
de la revolución… por ejemplo, mandar doctores y personal técnico capacitado a
otras partes del país donde harían falta… o incluso a otras partes del mundo
para apoyar la revolución.
Eso fue el proceso de
experimentación, debate y resumen que ocurrió en el primer año o dos de la
Revolución Cultural. A fin de cuentas se estableció una nueva institución de
poder político que se llamaba el “comité revolucionario”. Combinó la
participación popular multitudinaria con un rol dirigente especial del partido.
Se aplicaban las lecciones y se implementaban cambios en los niveles básicos de
la sociedad… en las fábricas, hospitales, escuelas, etc.7
Mao dijo que no puede haber
revolución sin transformar las costumbres, los hábitos y los modos de pensar.
Cuando hablé de la Unión Soviética, mencioné el comentario de Mao, “de no
fomentar valores cooperativos, ¿de qué sirve la propiedad estatal de las
fábricas y almacenes?” Un tema que he venido subrayando… es decir lo que Mao
recalcaba y lo que supone el comunismo… es que hay que venir cambiando las
circunstancias y cambiando las ideas, el modo de pensar y los valores… Y, para
quién y para qué… ¿para el interés individual propio o para el beneficio de la
humanidad? La gente discutía cosas así en medio de las grandes batallas de la
Revolución Cultural. Transformaban la sociedad y el mundo, y las relaciones
entre las personas, y su propia concepción del mundo y entendimiento, en un
proceso muy entretejido.
A principios de la
Revolución Cultural, Mao hizo una observación penetrante. Dijo que si bien
el blanco de la Revolución Cultural eran los seguidores del
camino capitalista, el objetivo era transformación de la
concepción del mundo — capacitar a las masas para que entendieran más profunda
y científicamente la sociedad y el mundo, su papel transformador y las
cuestiones de ideología y moralidad.8
Debates de masas,
movilizaciones de masas, críticas de masas
Pregunta: ¿Qué
dices del nivel de violencia durante la Revolución Cultural?
RL: La
violencia brotó a veces, pero eso no fue lo que Mao pedía ni tampoco
representaba el carácter principal de la Revolución Cultural. Sus formas
principales de lucha eran los debates de masas, las movilizaciones
políticas de masas y la crítica de masas.
Dicha orientación de Mao se
especificó en documentos oficiales muy difundidos. En la Decisión de 16
puntos la que guiaba la Revolución Cultural, se declara: “Durante el
debate, se debe recurrir al razonamiento y no a la coacción o la fuerza”.9 Ésta no fue alguna directiva esotérica del
partido. Se popularizó por toda la sociedad.
Se llevó a cabo una aguda
lucha política e ideológica contra la autoridad revisionista y los seguidores
del camino capitalista, a nivel de la sociedad entera. Como yo decía, los
seguidores del camino capitalista contraatacaron; organizaron entre los
jóvenes, los obreros y los intelectuales. Se trataba de una lucha de dos
lados.
Ahora bien, en lo que
concierne a la violencia que sí ocurrió… en primer lugar, es importante
entender que una parte de la violencia que sí sucedió durante la Revolución
Cultural —y como dije, eso no era la forma principal de la lucha— la azuzaron
los altos dirigentes seguidores del camino capitalista con el fin de defender
sus puestos atrincherados y desacreditar la Revolución Cultural.
También en esa situación, a
algunos Guardias Rojos se les pasó la mano en el afán de deshacerse de las
influencias burguesas y cometieron excesos y recurrieron a maltratos. En otros
casos, algunos individuos se aprovecharon de la Revolución Cultural para saldar
cuentas u ofensas personales.
Otro factor que complicó la
Revolución Cultural es el hecho de que algunas camarillas o grupos organizados
dentro del partido se hacían pasar por defensores, hasta “los defensores más
duros” de la Revolución Cultural… pero en realidad perseguían objetivos muy
distintos y, en última instancia, fuertemente opuestos.
Mao y los líderes
revolucionarios tenían que dirigir a las masas a desmenuzar las cosas, resumir
las lecciones y métodos de lucha y consolidar los nuevos niveles de
entendimiento. Criticaron, denunciaron y combatieron los actos de violencia
—por medio de publicar declaraciones, directivas y editoriales y de
intervenciones en el terreno.
Al estudiar concretamente lo
que decían y hacían los individuos que trabajaban con Mao, queda claro que
llevaban lucha con las personas para que se unieran según sus intereses
fundamentales y sus aspiraciones más elevadas y que lucharan sobre los
principios desde un plano elevado y les ayudaban a no dejarse enredar en las
enemistades sectarias. Por ejemplo, se hizo famoso un incidente que sucedió en
una universidad en Pekín. Unos activistas estudiantiles se embrollaron en una
pelea entre facciones que se puso violenta. La dirección maoísta envió a
equipos de obreros no armados para ayudar a detener la violencia y ayudar a los
estudiantes a analizar las diferencias.10
Las “nuevas cosas
socialistas”
Pregunta: Bueno,
¿se trataba solamente de una lucha sin fin? Quiero decir, ¿hacia dónde se
dirigía todo eso?
RL:
Bueno, la Revolución Cultural pasó por fases. En el período de 1966 a 1968 el
pueblo se levantó y derrocó a muchos seguidores del camino capitalista en la
cúpula, mediante toda la gama de luchas y debates que he venido describiendo.
De ahí la Revolución Cultural da otro giro. Se posibilita consolidar los logros
y avanzar con transformaciones sociales e institucionales, las que surgieron de
las luchas y la experimentación que se llevaban a cabo.
Y se dan los grandes cambios
en las instituciones básicas y la administración de la sociedad.11
Pregunta: ¿Puedes
darnos unos ejemplos?
RL:
Claro. Bueno, un énfasis importante de la Revolución Cultural era abordar la
cuestión de superar y tratar de superar la división histórica entre los que
trabajan con las ideas y los que trabajan con el lomo. ¿Cómo hacerlo? Quiero
adentrarme en este tema en adelante, pero por ahora lo importante es que en
casi todas las sociedades ni cuestionan este asunto —simplemente se da por
sentado que algunas personas van a trabajar con las ideas y recibir la
formación para desarrollarse el intelecto, y otras no; y que eso conducirá a
relaciones de desigualdad. Es una división opresiva, y el sistema educativo
bajo el capitalismo se organiza y prioriza para reproducirla, y por eso si la
nueva sociedad simplemente ocupa el viejo sistema educativo del capitalismo y
lo extiende, esa relación opresiva seguirá arraigándose y extendiéndose.
Tomando eso en cuenta,
cambiaron por completo el sistema educativo. Desafiaron, y muy agudamente, los
antiguos métodos pedagógicos, en los cuales el estudiante no es más que un
receptáculo pasivo de conocimiento al cual sólo le importan las calificaciones,
mientras el maestro es la autoridad absoluta. En cambio, fomentaban el espíritu
crítico. Combinaban el estudio con la actividad productiva. Se deshicieron de
las políticas elitistas de admisiones a las universidades que favorecían a los
hijos e hijas de los miembros del partido y de profesionistas. Promovían
fuertemente la entrada de jóvenes de origen obrero y campesino en las
universidades. Tras egresar de la escuela secundaria, los estudiantes de
diferentes orígenes sociales pasaban dos años en las fábricas o comunas, y
después solicitaron su admisión a la universidad… y una parte del proceso de
admisión eran recomendaciones y evaluaciones por parte de la gente de la comuna
o la fábrica.12
Bajo el capitalismo, se ve
el conocimiento de determinada manera: como una palanca para conseguir una
ventaja competitiva sobre los demás, como una escalera hacia el éxito
individual, como una fuente de lucro y prestigio particular. Y algo de esta
mentalidad pasó a la sociedad socialista, y es otra semilla de capitalismo.
Bajo el socialismo, el conocimiento se pone al servicio de la sociedad y el
mundo, al servicio de una sociedad que va eliminando las desigualdades y
cambiando al mundo en beneficio de la humanidad, y, cabe repetir, se empeña en
eliminar esa misma división opresiva y profundamente arraigada entre las
personas educadas para trabajar con las ideas y las personas que quedan
completamente marginadas de esas esferas.
De la Revolución Cultural
surgieron las “nuevas cosas socialistas” que reflejaron las nuevas relaciones y
valores socialistas.
Un avance muy emocionante
era lo que se llamaba la investigación a “puertas abiertas”. Los científicos
iban al campo para hacer experimentos en medio de los campesinos. Establecieron
centros de investigación cerca de los sembradíos. Los especialistas
provenientes de las ciudades y los campesinos llevaron a cabo experimentos de
manera cooperativa… acerca de granos híbridos, los ciclos de vida de los
insectos y otros temas científicos. Los científicos aprendían de la vida de los
campesinos y de sus preguntas y observaciones, y los campesinos aprendían el
método científico.
En las ciudades, las
instituciones educativas e institutos de investigación líder establecieron
relaciones cooperativas con las fábricas, comités vecinales y otras organizaciones.
La gente iba a los laboratorios y los laboratorios iban a la gente. Surgieron
relaciones innovadoras, por ejemplo las trabajadoras de una fábrica vecinal que
producía partes para computadoras avanzadas — no formaban parte del actual
sistema capitalista mundial como mano de obra subcontratada y superexplotada
pero formaban parte de una economía que servía al pueblo… en suma, estas
mujeres iban a los institutos de investigación y veían cómo se usaban las
computadoras, y el personal de los institutos iba a las fábricas locales.13
Todo eso iba para ir echando
abajo los muros y las diferencias sociales.
Pregunta: Estás
describiendo una estructura social muy distinta.
RL: Totalmente.
Estamos hablando de dos mundos distintos.
Se dio el movimiento de los
“médicos descalzos”. Los jóvenes de las ciudades y los jóvenes campesinos
educados recibían capacitación para ofrecer medicina preventiva y atención
médica básica. Se fueron a diferentes partes del campo. Fueron llamados los
“médicos descalzos”, debido a que se encontraban en las zonas rurales en
condiciones muy rudimentarias... pero el movimiento contribuía a satisfacer las
necesidades básicas de salud de las personas. Había 1,3 millones de médicos
descalzos.14
Y
este fue solo uno de los avances en la atención de salud durante la Revolución
Cultural. Hubo un tremendo impulso a la combinación de la medicina tradicional,
como la acupuntura, con la medicina moderna. Hubo una mayor revolucionarización
de las relaciones médico-paciente, desafiando la idea de que los pacientes son
simples receptores pasivos de tratamiento. Hubo grandes avances en
investigación y se hicieron verdaderos descubrimientos. Se sintetizó la
insulina.15
Una de las grandiosas e
innumerables anécdotas médicas de la Revolución Cultural tiene que ver con el
tratamiento de la malaria. Los combatientes por la liberación de Vietnam, que
enfrentaban al imperialismo estadounidense, estaban padeciendo nuevas
variedades de malaria —y a finales de los años 1960 el liderato vietnamita
pidió ayuda a China. Mao inició un importante programa de choque colectivo. Un
grupo de investigadores analizó 40.000 químicos mientras que otro investigó
medicinas tradicionales, despachando enviados a las aldeas. Se desarrolló una
nueva cura increíblemente efectiva para la malaria, y solo fue reconocida como
un importante avance por la comunidad médica internacional en los años 1980.16
La gente no cae en la cuenta
de que la China revolucionaria estableció el sistema de atención de salud más
igualitario del mundo, basado en el principio de servir al pueblo, y de que la
atención primaria esencial alcanzó a prácticamente toda la población. Se
duplicó la expectativa de vida, de 32 años en 1949 a 65 años en 1976.17 Y para comienzos de los años 1970, Shanghái
tenía una tasa de mortalidad infantil menor que la de Nueva York.18
En términos de innovaciones
y transformaciones en otras esferas, practicaban la crítica y supervisión de
las masas a los miembros del partido, donde la gente básica criticaba a los
miembros del partido. Se institucionalizaron estas cosas mediante los grandes
levantamientos y desafíos de la Revolución Cultural.
Se dieron grandes cambios en
la gestión de las fábricas, la práctica de lo que se llamó “las dos
participaciones” en la que los trabajadores participaban en la gestión y los
directivos participaban en el trabajo productivo. Se cuestionaba el viejo
sistema de estrictos controles mediante normas y reglamentos que a menudo
convertían a los obreros en nada más que apéndices de la maquinaria.
La Revolución Cultural creó
una cultura más amplia, en que la gente se ocupaba de las grandes cuestiones de
la sociedad. Las fábricas no eran simplemente unidades de producción. Se
convirtieron en espacios de lucha política, de estudio político, de estudio
teórico. Grupos culturales se formaron en las fábricas.19
Pregunta: Volviendo
a la discusión anterior de que la manera de ver lo que es una forma racional de
organizar la sociedad depende de qué clase de mundo que se quiere gestar, me
puedo imaginar a los capitalistas, y a los que piensan como éstos, exclamando:
“¡Eso no es la forma de manejar una fábrica! ¡Eso es una locura!” ¿Y qué de las
artes?
RL: Se
produjo una explosión de la actividad artística entre los trabajadores y los
campesinos — poesía, pintura, música, cuentos e incluso películas. Se
propagaron proyectos de arte de masas y nuevas formas de actividades artísticas
populares y de colaboración, hasta en las zonas rurales y remotas. Una de las
más famosas de estas fue El Patio de los Arriendos.20
Este era un grupo de estatuas que ilustraban de forma conmovedora el
sufrimiento en la vieja sociedad… se ve a los campesinos entregando sus exiguas
cosechas como arriendo e impuestos. Fue un trabajo escultórico conjunto de
estudiantes y maestros, y estaba exhibido en la casa de un antiguo
terrateniente. Este tipo de obras alcanzó un alto nivel de expresión artística
y contenido revolucionario.21
La Revolución Cultural
también produjo lo que se llaman las “obras revolucionarias modelo”. Establecieron
la pauta para que la gente en toda China pudiera utilizarlas como modelos en su
creación de numerosas obras artísticas. Las óperas modelo y ballet modelo
revolucionarios pusieron a las masas al frente y en el centro del escenario.
Representaron su vida y su papel en la sociedad y la historia. Estas obras
modelo eran de un nivel extraordinariamente alto, combinando formas
tradicionales chinas con los instrumentos y las técnicas occidentales.
Mujeres fuertes ocuparon un
lugar prominente en las óperas revolucionarias. Donde antes el ballet todavía
tenía esa influencia delicada y remilgada, ahora se imbuía de atletismo. Por
eso, no sólo trataban temas de la emancipación de la mujer, pero
específicamente presentaban a mujeres que bailaban de maneras mucho más
innovadoras y atléticas. Se manifestaban nuevas síntesis, nuevas formas
híbridas, mediante el proceso de creación de estas óperas modelo. Así que eso
es lo que estaba pasando y diferentes compañías de la Ópera de Pekín fueron de
gira en el campo, ayudando a los grupos culturales locales a desarrollarse al
tiempo que aprendían de las actuaciones locales.22
De hecho, la Revolución
Cultural ejercía un gran impacto social y cultural en el campo de China. Se
dieron grandes cambios antes de la Revolución Cultural. Ya hablé de lo que pasó
durante el Gran Salto Adelante... y de que mejoró la vida material de la gente.
Pero la influencia de las viejas formas de organización de la vida de las
aldeas, el papel de la familia y de la familia extendida... y el mero hecho de
que se llevaba una vida más circunscrita al campo, sin el bullicio, intensidad
y diversidad de la ciudad… todo eso tuvo un efecto conservatizador. Bien, la
Revolución Cultural comenzó a sacudir eso también.23
“Naturaleza humana” y cambio
social
Recuerdo haber leído una
historia de alguien que creció en una aldea rural durante la Revolución
Cultural. Habló de que la gente en su aldea aprendió a leer y escribir mediante
el estudio de los textos de las obras de teatro y óperas producidas durante la Revolución
Cultural y que incorporaban el idioma y música locales en adaptaciones.
Escribió sobre cómo la vida cultural y social de las aldeas cambió, inclusive
en los deportes y el estudio, y que les dio a las personas una oportunidad de
conocerse y comunicarse... y de enamorarse. Una nueva esfera pública estaba
reemplazando a la vida más circunscrita del hogar y el clan en las aldeas.24
Tú sabes, a la gente siempre
le dicen que el comunismo no funciona porque “va contra la naturaleza humana” …
que la gente es egoísta “por naturaleza”. Pero esa no es una afirmación sobre
la naturaleza humana… es una afirmación sobre “la naturaleza humana bajo el
capitalismo” … que es promovida y reforzada por un sistema basado en la
competencia y en la propiedad privada, en el que la gente tiene que competir
por empleo, educación, por todo, incluso en las relaciones personales… y en que
se tiene un sistema basado en la ganancia que promueve el “primero yo”, “el
ganador se queda con todo” …
Pero el socialismo abre todo
un reino de libertad para que la gente cambie sus circunstancias y cambie su
pensamiento. Esto es lo que sucedió durante la Revolución Cultural. Se tenía un
sistema económico basado en utilizar los recursos para el mejoramiento de la
sociedad y la humanidad. Se tenían nuevas relaciones e instituciones sociales
que le permitían a la gente cooperar entre sí y maximizar sus contribuciones a
la liberación de la sociedad y el mundo. En la Revolución Cultural cambió el
sentido de responsabilidad social de la gente… se creó un nuevo ambiente social
que apreciaba la cooperación y la solidaridad.
Esto fue real y repercutió
en lo que la gente consideraba significativo e importante en su vida… y en cómo
actuaban. No era alguna utopía perfecta… sino gente real transformando la
sociedad y su forma de pensar. La consigna “servir al pueblo” fue popularizada
durante la Revolución Cultural, y la gente estaba realmente evaluando su vida,
y la vida de los otros, con eso en mente.25
Y cuando se restauró el
capitalismo en China en 1976, y regresaron las viejas relaciones económicas de
perro-come-perro… la gente cambió de nuevo —de vuelta a la vieja concepción de
“yo contra ti”. Cambiaron no debido a que una naturaleza humana primordial se
hubiera reafirmado de algún modo, ¡sino debido a que la sociedad había
cambiado de vuelta al capitalismo!
El envío de los
intelectuales al campo
Pregunta: Ya
mencionaste bastante el campo y las ciudades. ¿Y qué de las políticas de enviar
a los intelectuales y profesionales al campo? Eso es muy controvertido.
RL: Las
políticas de enviar a los intelectuales y artistas al campo no eran punitivas.
Durante la Revolución Cultural, se convocó a los artistas, médicos,
trabajadores técnicos y científicos y a personas diversas a ir entre los
obreros y campesinos: a aplicar sus conocimientos a las necesidades de la
sociedad, a compartir la vida de la gente trabajadora, a intercambiar
conocimientos y a aprender de la gente básica.
Se dice que ir al campo era
una forma de persecución. Pero hacer que los obreros y los campesinos entraran
en las universidades y los profesionales fueran al campo no era un asunto de
recompensas y castigos. Uno de los objetivos de la Revolución Cultural era la
de ir eliminando el desequilibrio cultural que existía en China. Era una
situación social en la que los artistas, intelectuales y profesionales estaban
concentrados en las ciudades y en la que a menudo realizaban su trabajo en una
especie de torre de marfil separados del resto de la sociedad, sobre todo del
80 por ciento de la gente que vivía en el campo.
Hay que ver la política de
enviar a los profesionales al campo en el contexto social y económico más
amplio de la búsqueda, por parte de la China maoísta, de un desarrollo
equilibrado e igualitario. En el tercer mundo, existe una crisis de
urbanización caótica y desarrollo distorsionado: las ciudades excesivamente
grandes e insostenibles para el medio ambiente con anillos de barriadas
miserables; las masivas afluencias de migrantes del campo a las ciudades que no
pueden encontrar trabajo; las políticas económicas, los sistemas educativos y
la infraestructura de cuidados de salud que beneficiaban a la gente acomodada
de las ciudades en detrimento de los pobres de las ciudades y los habitantes de
las zonas rurales.
La Revolución Cultural
suscitó en toda la sociedad la discusión sobre la necesidad de reducir las
desigualdades entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, entre la ciudad
y el campo, entre la industria y la agricultura y entre hombres y mujeres. El
proceso de eliminar esas desigualdades y brechas fue parte de un proceso de
superar las divisiones sociales y fomentar el desarrollo del conocimiento,
conciencia y capacidad de la sociedad, en beneficio de la sociedad en su
conjunto.
Pregunta: Entiendo
lo que dices acerca de las desigualdades entre las ciudades y el campo. Pero
¿por qué había tanto énfasis en el envío de los intelectuales al campo? Algunas
personas afirman que simplemente ordenaban que los intelectuales fueran a
participar en el trabajo físico y la agricultura y a trabajar en las fábricas,
y nada más. ¿Cómo respondes a eso?
RL: Lo
que es muy importante entender es que la Revolución Cultural lidiaba con este
problema histórico-mundial... de la gran brecha entre el trabajo intelectual y
el trabajo manual, que yo comentaba anteriormente y en que quisiera adentrarme
en más profundidad ahora.
Bien, la mayoría de la gente
hoy en día da por sentado o como un hecho que siempre habrá algunas personas
que trabajan principalmente con el lomo y las manos, y otras que trabajan con
la mente. Y es muy cierto que esta división ha existido desde hace muchísimo
tiempo. Se remonta a miles y miles de años y acompañó la división de la
sociedad humana primitiva en clases.
Por lo tanto, en la sociedad
humana ha existido esta situación en la que la vida y actividad intelectual,
las responsabilidades de la administración y gestión de los asuntos de la
sociedad, la creación artística y cultural... han sido el coto de una muy
pequeña porción de la sociedad. Pero eso es producto de la forma en que la
sociedad humana ha evolucionado y se ha desarrollado, especialmente desde el
surgimiento de las clases y de los sistemas económicos de explotación en que un
pequeño sector de la sociedad controla el trabajo y el producto del trabajo de
los demás... no es algo “innato” en los seres humanos.
La división entre el trabajo
intelectual y el trabajo manual tiene dos grandes efectos.
Uno, las personas que
participan en estas formas de “trabajo intelectual” tienen ciertas ventajas y
privilegios... siquiera para poder participar en esta actividad... y existe un
estatus social superior que va con todo eso. Como se sabe, los gobernantes de
la sociedad tienen el control de los medios de hacer cumplir el dominio
opresivo... para conservar los sistemas de explotación y de aprovechar los
frutos del trabajo de los demás. Monopolizan la toma de decisiones importantes
en la sociedad. Su estatus es, sí, el de gobernantes, y la contradicción entre
el trabajo intelectual y el trabajo manual en este caso es antagónica. Pero
hasta las personas que no están gobernando pero que se dedican principalmente
al trabajo intelectual... todavía tienen ventajas y prestigio social.
En el caso de aquellos que
se dedican al trabajo manual, están mantenidos en una posición subordinada, son
“buenos por su duro trabajo” y luego son descartados. Históricamente se ha
desvalorizado y menospreciado el trabajo manual.
Pero he aquí el segundo
efecto negativo de esta división del trabajo. Traba el desarrollo integral del
individuo. Las masas trabajadoras pasan la mayor parte de sus horas en hacer
precisamente eso, trabajar... y trabajar en condiciones de monotonía,
repetición y a menudo bajo el látigo o el dominio de otros. No tienen la
oportunidad de participar en el ámbito del trabajo con las ideas, para llegar a
conocer cómo funciona la sociedad y para asumir la responsabilidad de la
gestión de los asuntos de la sociedad. Mientras tanto, aquellos que se dedican
principalmente al trabajo intelectual en general están separados de la actividad
productiva... y eso traba su desarrollo y comprensión integrales del mundo. En
los pueblos, las personas están separadas del mundo natural, mientras que en el
campo pueden llevar una vida muy aislada y sumirse totalmente en la lucha con
la naturaleza.
Bien, los fundadores de la
ciencia del comunismo, Marx con Engels, vieron en esta división del trabajo y
en las contradicciones de clase que dicha división refleja y refuerza, un
problema fundamental que la revolución comunista tiene que superar. Imaginaron
una sociedad comunista futura en la que se logre una nueva y mayor unión
del trabajo intelectual y el trabajo manual, en que las personas son a la
vez productivas y creativas. Pero para lograr eso, se requiere un proceso
complejo... y al igual que con tantos otros temas que hemos estado comentando,
si pudiera decirlo de esta manera, “aprendemos de la curva de aprendizaje”
durante la primera etapa de la revolución comunista.
La Unión Soviética bajo
Stalin trató de lidiar de ciertas maneras con esta contradicción
intelectual-manual. Una de las iniciativas más importantes fue la de ascender a
las personas de origen obrero a puestos de gestión y autoridad, dedicando
recursos a la formación y educación de los trabajadores. Eso representó un gran
avance en comparación con la vieja sociedad. Pero el mero ascenso de los
trabajadores a puestos administrativos en sí no resuelve el problema... Por una
parte, estas posiciones administrativas encarnan relaciones de producción que
llevan las semillas del capitalismo. Por la otra, como Mao señaló, si esos
trabajadores tienen una concepción del mundo burguesa, pues, desde sus nuevas
posiciones, es posible que actúen en contra de los intereses más amplios de las
masas y se conviertan en “peces gordos” de “origen humilde”.
La Revolución Cultural
manejaba la contradicción trabajo intelectual-manual de manera distinta. Por
ejemplo, como mencioné, no sólo ponía a los trabajadores en puestos de gestión
sino revolucionaba el concepto general de la gestión. Aparte de
emprender diferentes tareas y responsabilidades, las masas contaban con
dirección para adentrarse en las grandes cuestiones sociales, políticas e
ideológicas de la sociedad y el mundo. Por ende, la Revolución Cultural lidiaba
con la contradicción intelectual-manual de una manera más plena que en el caso
de la Unión Soviética. No se reducía a “ascender a los trabajadores”.26
La política de enviar a los
jóvenes educados y a los intelectuales al campo es otra parte importante de
esto. Capacitaba a los intelectuales para que aprendieran de la experiencia de
vida de la gente trabajadora básica y que compartieran conocimientos y tuvieran
una idea viva de la forma en que su trabajo intelectual era parte de un
proyecto más amplio de transformar y revolucionar la sociedad.
Eso suscitó mucho entusiasmo
y mucho interés en muchas personas. Conozco una profesora de literatura que
creció durante la Revolución Cultural. De joven fue al campo... y ha escrito
sobre esto. Recibió su formación intelectual en la ciudad. Trabajó al lado de
los campesinos, estudió los idiomas locales, estudió la teoría con los
campesinos. Y todo eso le era una increíble y transformadora experiencia... una
vida con propósito la que no existe para los jóvenes en la sociedad
estadounidense.27
Pregunta: Pero
la gente dirá que, en un país como Estados Unidos, uno puede hacer que su
propósito sea su propia vida.
RL: En
1968-1969 en Estados Unidos, si uno era un joven sin una educación
universitaria o sin una exención del servicio militar, había una buena
probabilidad de que lo reclutaran en el ejército para cometer genocidio contra
el pueblo vietnamita. ¿Esa es una vida con propósito? En China, los jóvenes y
los profesionales iban al campo como parte de la creación de un mundo nuevo.
Recuerdo que después de que
el huracán Katrina azotó a Nueva Orleáns en 2005, una gran diversidad de
personas —enfermeras, ingenieros, conductores, personas diversas— quería ir
allá para ayudar. Pero eso no fue posible, por lo menos no en gran escala...
pues el sistema socioeconómico estadounidense no está organizado así. Es decir,
no es una sociedad en la que unas prioridades sociales concretas orientan lo
que ocurre. También recuerdo que, durante las vacaciones de Pascua después de
Katrina, los estudiantes universitarios de diferentes partes del país se fueron
a Nueva Orleáns para unirse con las masas en la reconstrucción de su vida. Pero
eso ocurrió en una pequeña y muy temporal escala.
Imaginemos una sociedad en
la que eso sea la norma, y no la excepción. Donde las personas tengan la capacidad
de trabajar por el bien común, de aplicar sus conocimientos y energía a eso y
donde se tomen las decisiones sociales para promover eso. Imaginemos una
sociedad donde el poder estatal avale ese impulso que vimos en el caso de
Katrina... a la vez que ese poder se cuide de no “asfixiarlo con apoyos” ... en
otras palabras, tiene que haber espacio para que las personas ensayen cosas
nuevas y exploren en nuevos sentidos.
Como señalé antes, en la
China revolucionaria llamaron a la gente educada a aplicar sus conocimientos a
las necesidades de la sociedad, a compartir la vida de la gente trabajadora y a
aprender de la gente básica. Un gran número de jóvenes y profesionales
respondieron al llamamiento de la Revolución Cultural a “servir al pueblo” y a
ir al campo y servir de ejemplo para los demás. Se hizo un llamamiento a los
más altos intereses y aspiraciones de las personas, a servir al pueblo.
Y esto se convirtió en una
pregunta generalizada: ¿Qué tiene más importancia, que un médico calificado
tenga el “derecho” a una vida privilegiada en la ciudad o que se haga que los
servicios de salud estén ampliamente disponibles, para que la gente en el campo
tenga el derecho a una atención digna? Esa era una pregunta importante, ya que
en vísperas de la Revolución Cultural, del 70 al 75 por ciento del gasto
oficial en salud estuvo concentrado en las ciudades, donde sólo el 20 por
ciento de la población vivía. Pero a principios de los años 1970, se tenía una
situación en la que, en un momento dado, un tercio del personal hospitalario de
las ciudades ya estaba en el campo, en los equipos móviles.28
Eso fue algo tremendo.
Pero por grandes que fueran
esos adelantos... no obstante hubo problemas en la forma en que estaba operando
la contradicción entre el trabajo intelectual y el trabajo manual… en la forma
en que Mao y el liderato revolucionario enfocaban la superación de las
diferencias entre los intelectuales y otros sectores de la sociedad, sobre todo
los anteriormente oprimidos y explotados.
Pregunta: ¿Problemas
de qué tipo?
RL: Eso
es algo que voy a tratar en adelante, al hablar de la nueva síntesis del
comunismo de Bob Avakian.
Pero en términos de la
política de enviar a los intelectuales al campo... ésta se guiaba fuertemente
por la idea de “remodelar a los intelectuales”. Ésta era problemática. Ahora,
esa frase, “remodelar a los intelectuales”, que se utilizaba en China en ese
momento, no se refiere para nada a la versión anticomunista: “obligar a los
intelectuales a dejar de pensar”. Se trataba de luchar contra las actitudes
elitistas. Sin embargo, el enfoque era unilateral, como si los intelectuales,
simplemente porque estaban participando en el trabajo intelectual y contaban
los respectivos privilegios... fueran una fuente de problemas en la sociedad. Y
se daba un tratamiento selectivo a los valores, las ideas y la manera de
pensar… de los intelectuales.
Se prestaba una atención
unilateral a superar la división entre el trabajo intelectual y el trabajo
manual desde la perspectiva de superar los privilegios y prejuicios de los
intelectuales. Bien, existen actitudes y valores elitistas de los intelectuales
derivados de la particular posición que ocupan en la sociedad. Pero los
trabajadores y los campesinos también están bajo la influencia de la ideología
burguesa, lo que incluye un resentimiento hacia los intelectuales o la práctica
de inclinarse ante éstos. Es necesario transformar la manera de pensar de
todos... como parte de convertirse en emancipadores de la humanidad.
Lo que estoy diciendo es que
la Revolución Cultural, en general, representó un avance concreto en el
tratamiento de la contradicción entre el trabajo intelectual y el trabajo
manual. Fue trascendental. Pero no representó la plena síntesis que se
necesitaba. Podemos tratar eso en adelante.
¿Qué está mal con la
“historia según las reminiscencias”?
Pregunta: Se
han publicado estas reminiscencias sobre lo malo que era tener que ir al campo
y que la gente sufrió. ¿Cómo interpretar estas reminiscencias?
RL: Quisiera
subrayar lo siguiente acerca de las reminiscencias... y cualquier historiador
que se precie de sí mismo te dirá lo mismo. Si bien algunas reminiscencias
efectivamente pueden captar y analizar las principales líneas y tendencias de
todo el período histórico en el que el autor vivió, en su mayoría tienden a
limitarse a lo que el autor experimentó directamente. Por lo general, las
reminiscencias no son obras de investigación y síntesis científica —aunque,
para repetir, hay y puede haber excepciones. Las reminiscencias no reflejan
necesariamente la amplia, diversa y compleja tela social que es la historia...
ni van a la esencia de las distintas fuerzas sociales y de clase en contienda,
de los distintos programas y puntos de vista contendientes sobre los cuales se
batalla en la sociedad y en el mundo. Eso no los hace inútiles — pueden arrojar
luz sobre ciertas cosas, pero tenemos que ser conscientes de lo que son...
cuáles son sus limitaciones. Existen dinámicas sociales más amplias y éstas
constituyen el contexto para la experiencia individual de cada quien.
Ahora bien, hay mucha
complejidad por lo que respecta a una situación como la Revolución Cultural,
donde había gran turbulencia social, la que incluía el hecho de que algunas
personas perdían privilegios y otras eran víctimas de excesos en lo que fue en
general una causa justa.
Fíjate que estaba leyendo
una discusión sobre la literatura de reminiscencias por J. Arch Getty, un
historiador de la revolución soviética. Y él señaló que uno nunca debería
tratar de entender un acontecimiento importante como la Revolución Francesa
mediante las historias personales... o sea, la narración de “he aquí lo que yo
tuve que vivir”, o “he aquí lo que yo escuché”, etc. Pero de alguna manera,
procedió a señalar, cuando se trata de la revolución soviética durante el
período de Stalin, es perfectamente permisible hacer grandes generalizaciones
analíticas basadas en la historia por anécdota.29
Y lo mismo le pasa en grande a la Revolución Cultural. No se puede entender
todo lo que hemos estado comentando en esta entrevista, en términos de los
principales motivos y el principal carácter, así como la complejidad, de la
Revolución Cultural... mediante la literatura de reminiscencias.
Es importante tener en mente
ese punto de metodología.
Además, está el hecho de que
solamente las reminiscencias de cierto tipo, las que son las quejas de aquellos
que vieron sus privilegios bajo ataque durante la Revolución Cultural, son las
reminiscencias que se promueven en la sociedad estadounidense, en las escuelas,
en lo que sea... como parte de la embestida ideológica de la burguesía contra
el comunismo. Es como si alguien de otro país fuera a tratar de entender los
años 1960 y 1970, sin saber nada de la historia general de la esclavitud y del
Jim Crow y luego la continuación de la opresión y discriminación contra los
negros en el norte de Estados Unidos, al leer solamente las reminiscencias de
una persona blanca a la que le negaron admisión a una universidad que tenía un
programa de acción afirmativa para las minorías. (Véase “Un lector responde a
‘¿Qué está mal con la “historia según las reminiscencias”?’” en el Apéndice)
La última gran batalla de
Mao
Pregunta: Raymond,
pasemos al desenvolvimiento de la Revolución Cultural. Has hablado de dos fases
de la Revolución Cultural — de los grandes levantamientos de los primeros años
y luego algo de la consolidación y transformación. ¿Qué estaba pasando en los
últimos años de la Revolución Cultural?
RL: La
Revolución Cultural comenzó en 1966 —y luego pasó por esas fases que describí.
Para principios de los años 1970, la lucha de clases ya se agudizaba. Era una
situación compleja. Las fuerzas reaccionarias oponían resistencia y oposición a
la Revolución Cultural. Entre las masas estaban las personas de inclinaciones
muy radicales que luchaban para defender y llevar adelante la Revolución
Cultural... estaban aquellos que la apoyaban en algunas ocasiones y que no
estaban tan entusiasmados en otras ocasiones... y había personas atrasadas que
de plano se le oponían.
De mayor importancia, los
seguidores del camino capitalista se estaban movilizando continuamente en torno
a su programa... a la vez que sufrían grandes reveses y derrotas en los
primeros años de la Revolución Cultural.
Mao había analizado que la
situación de los dos caminos que se abren después de la toma del poder, el
camino capitalista y el camino socialista... que esa situación no es algo que
dure unos cuantos años o algo así. Se trata de un rasgo definitorio de un
relativamente largo período de transición socialista. Y, como Mao también
recalcó: no está resuelto quién saldrá ganando... hasta la
consumación concreta del comunismo y la eliminación de la división de la
sociedad del mundo en clases.
Mao seguía advirtiendo del
peligro de la restauración capitalista. Las masas tienen el poder estatal en el
socialismo, pero la revolución tiene que continuar. Tal como comentábamos
anteriormente, es necesario lidiar con las cicatrices de la sociedad de clases
— con la continuación de las diferencias entre la ciudad y el campo, con la
persistente jerarquía de la especialización, con el papel del dinero en la
gestión de la economía, con el hecho de que existe esa brecha entre el trabajo
intelectual y el trabajo manual.
Existe la influencia de las
viejas ideas y valores, de la fuerza de la costumbre... de ir con la corriente,
de subordinarse a lo convencional, de conservar las formas “ensayadas y
comprobadas” y así sucesivamente. Una cuestión crucial de la transición
socialista es la posición de la mujer en la sociedad, de llevar a cabo la plena
emancipación de la mujer y de emprender una lucha contra las raíces y la
persistencia del patriarcado y todas sus formas.
A eso se enfrenta la
revolución en el poder.
Pregunta: Mencionas
los rasgos generales y los desafíos generales ante la sociedad socialista. Pero
¿qué significaba eso en ese momento, en términos de estas fases de la
Revolución Cultural?
RL: La
situación específica, la coyuntura concreta frente a los revolucionarios, era
muy difícil de 1973 a 1976. Y no se trata únicamente de lo que estaba
ocurriendo en China en ese momento. Se trataba de la situación internacional en
su conjunto y su compenetración e impacto en la lucha de clases en China. Sólo
puedo referirme de paso a algunos aspectos básicos de lo que estaba pasando.
Permíteme empezar con la
situación internacional a comienzos de los años 1970. Crecía el peligro de la
guerra, lo que incluía la posibilidad de un ataque contra China por la Unión
Soviética. Es posible que la o el lector no sepa... pero allá por los años
1970, la mayor concentración de tropas terrestres en el mundo estaba en la
frontera chino-soviética, donde dos ejércitos estaban enfrentados entre sí. Al mismo
tiempo, se habían producido sucesos en China, como la franca traición, de parte
de algunas personas que anteriormente tuvieron un papel dirigente en la
Revolución Cultural. Esa situación suscitaba mucha confusión en la población y
era necesario desmenuzarla y entenderla.
Un desafío determinante al
que se enfrentaban Mao y los revolucionarios en ese período fue el de cómo
lidiar con ese peligro de la guerra y al mismo tiempo mantener la Revolución
Cultural en marcha. Pues, un grupo de seguidores del camino capitalista
asociados con los altos líderes del partido Deng Xiaoping y Zhou En-lai estaba
tratando de aprovechar esa aguda y peligrosa situación internacional para poner
fin a ... para darle marcha atrás a la Revolución Cultural. Sostenían: “Ya
basta de la Revolución Cultural esa, tenemos que ponernos a la tarea de crear
un ejército moderno y una economía eficiente”. Por lo que querían decir una
economía y fuerzas armadas capitalistas. Estaban luchando por su programa en
los altos niveles del partido... y estaban movilizando a fuerzas sociales en la
sociedad.
Todavía tenían muchísima
fuerza en el partido, en el gobierno y en las fuerzas armadas. Hacían
llamamientos con cierto contenido a las masas. Decían que si China estuviera
enchufada a la economía mundial, la sociedad estaría en mejores condiciones:
aumentaría el nivel de vida del pueblo trabajador básico, se fortalecería la
economía de China, y ésta estaría en una mejor posición para lidiar con el
peligro de una guerra. Hicieron un llamamiento a los jóvenes de orígenes más
privilegiados en el sentido de que la Revolución Cultural “les estaban robando”
sus “carreras”.
Mao y el cuartel general
revolucionario en el partido estaban movilizando a las masas para hacer frente
a esta situación que estoy describiendo. Dirigían a las masas para defender los
nuevos cambios en la educación, como inscribir a los jóvenes de origen obrero y
campesino en las universidades... dirigían a la gente a defender las obras
culturales revolucionarias, como las óperas... la gestión de nuevas formas en
las fábricas... lo que comentamos en términos de los jóvenes que iban al campo.
Fue una lucha complicada que
los revolucionarios estaban librando. Estaban llamando a la gente a defender
estas “nuevas cosas socialistas” frente a las actividades de los seguidores del
camino capitalista para desacreditar y socavarlas... otra vez en nombre de la
estabilidad. Además, los revolucionarios no estaban únicamente argumentando por
defender lo que se había ganado mediante la Revolución Cultural sino llamando
al pueblo a ir más lejos en la lucha para revolucionar la sociedad y las ideas
y la forma de pensar de la gente.
Promovían el estudio de la
teoría marxista. Ponían al descubierto el programa y la línea de los seguidores
del camino capitalista. Planteaban ante la sociedad lo mucho que estaba en
juego... para las masas de China y para la causa del comunismo... lo mucho que
estaba en juego en esa lucha para hacer retroceder las actividades de los
seguidores del camino capitalista de dar marcha atrás a los logros de la
Revolución Cultural. Hubo brotes de protesta, algunos organizados por los
seguidores del camino capitalista... otros por las masas revolucionarias en su
contra. Los revolucionarios siempre se orientaban a movilizar la actividad consciente
de las masas en esa lucha complicada.
La lucha pasó por fuertes
curvas, giros y vaivenes. Y a medida que avanzaba y se intensificaba, iba
afectando el estado de ánimo de unos sectores de las masas. Algunos sectores
que habían apoyado la Revolución Cultural en sus primeras fases ya estaban
empezando a cansarse. Eso es la realidad de la lucha de clases. Pero ante todo
eso, los revolucionarios bregaban muy duro en la lucha para poner de manifiesto
los problemas y volver a tomar la iniciativa.
Esa fue “la última gran
batalla de Mao”. Fue heroica... fue trascendental.
Además, en ese periodo de
1973 a 1976, Mao y los revolucionarios que él dirigía realizaron aportes
teóricos importantes a nuestra comprensión de la naturaleza de la sociedad
socialista, la lucha de clases bajo el socialismo y el objetivo del comunismo.
Los revolucionarios también hicieron algunos errores y equivocaciones
secundarios... y éstos también encierran lecciones importantes.30
Solamente he podido ofrecer
una descripción a grandes rasgos. Si la o el lector quiere tener un profundo
análisis de la “última gran batalla” de Mao y sus lecciones, ha de leer las
obras de Bob Avakian como La pérdida en China y el legado
revolucionario de Mao Tsetung, Las contribuciones inmortales de Mao
Tsetung31 y ¿Conquistar el
mundo? Deber y destino del proletariado internacional.
Cuando Mao murió en
septiembre de 1976... eso representó la señal para los reaccionarios dentro del
partido. En octubre éstos montaron un golpe de estado militar. De inmediato
emprendieron acciones contra el núcleo revolucionario en los altos niveles del
partido y desplegaron soldados en importantes zonas del país. Hubo resistencia.
Pero la represión fue rápida y dura, con un gran número de detenciones y
ejecuciones.
El socialismo en China fue
derrotado. La primera etapa de la revolución comunista llegó a su fin.
Capítulo 5: Hacia una nueva
etapa de la revolución comunista
Pregunta: Raymond,
hemos hablado de la primera etapa de la revolución comunista con cierta
profundidad y has puesto de relieve de manera vívida y aguda esas
transformaciones y logros sin precedentes... y algunos de los problemas
también. Pero a la larga, se dio una derrota. ¿Qué implicó eso en ese momento y
de dónde nos deja esto hoy?
Raymond Lotta: La
derrota en China fue un verdadero punto de viraje. Había confusión, conmoción y
desorientación en el movimiento comunista internacional —me refiero a las
fuerzas quienes por lo general se describen a sí mismas como maoístas. Además
había una reacción de ese tipo entre las fuerzas radicales y progresistas más
amplias.
Muchos llamados comunistas
aceptaron al nuevo liderazgo de China. Señalaron el aparente apoyo que el nuevo
liderazgo tuvo entre sectores de las masas chinas... y no veían mal el que los
seguidores del camino capitalista, que habían montado el golpe de estado,
apoyaran de labios para fuera al socialismo y el comunismo. Otros se sumieron
en el desconcierto y la desmoralización. Y otros se revolcaban en el
agnosticismo de “¿quién puede decir?, ¿quién puede saber?” y eligieron “esperar
a ver qué pase” ... o simplemente continuaron en lo suyo como si este masivo
revés no importara tanto.
En esas circunstancias, Bob
Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, se
puso a la altura de cumplir con una necesidad grande e histórica: la de hacer
un balance de lo ocurrido en China y además de las
responsabilidades que eso dejó para los auténticos revolucionarios.
En 1977, BA escribió un
análisis exhaustivo del golpe de estado. Explicó que una línea revisionista
había ganado en China. Puso de manifiesto la forma en que esa línea se
expresaba en diversas esferas. Definió las líneas de demarcación de la lucha de
clases en China y cómo ésta estaba concentrada en los más altos niveles del
liderazgo. Defendió a Mao y a sus seguidores más cercanos, la llamada “banda de
los cuatro”. Además, libró una lucha muy compleja y de muchos principios para
conseguir que el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos —el partido
que lideraba en ese entonces y que lidera hoy— adoptara una postura correcta
sobre este tema, a pesar de una oposición muy solapada de parte de una facción
dentro del PCR.32
Nadie más en el mundo
emprendió un análisis y evaluación de este tipo. BA bregó profundamente con la
realidad y su complejidad y sacó conclusiones científicas: la revolución
proletaria sufrió su segunda gran pérdida... primero en la Unión Soviética y
ahora en China... y ahora nos toca a nosotros, a los auténticos comunistas,
sacar lecciones, hacer un balance y además seguir adelante.
En el período que le siguió
al golpe de estado... hablo de 1977 a 1979... Avakian también escribió el
libro Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung, en el que
sintetiza las contribuciones cualitativas de Mao a la ciencia de la revolución,
siendo la más importante la teoría y la práctica de continuar la revolución
bajo la dictadura del proletariado.
BA arrojó una claridad
científica sobre ese momento crucial y empezó a abrir y trazar el camino para
seguir adelante. Defendió los grandes logros de Mao y de la revolución china,
mientras que analizaba profundamente la experiencia de China, y además de la
primera etapa de la revolución comunista en su conjunto.
Pregunta: Bien,
¿qué implica eso acerca de lo que pasó en China?
RL: Con
el beneficio del trabajo de hacer un balance que Bob Avakian acometió durante
los siguientes treinta años, ahora podemos ver más claramente dos aspectos de
por qué se dio esa derrota. Por un lado, había razones objetivas poderosas que
obraban en contra de los revolucionarios en China. He mencionado que el peligro
de la guerra estaba afectando la situación y la lucha de clases en China. Y a
escala mundial, la fuerza —y las fuerzas— del capitalismo siguen teniendo una
fuerza material e ideológica mayor, en comparación con aquellas de la
revolución comunista naciente. Y eso se refleja en la sociedad socialista.
Pero hay otro aspecto de lo
que pasó en China. Los factores objetivos no explican totalmente el golpe de
estado. Hubo verdaderos problemas y debilidades en el enfoque y en las
concepciones de Mao y los revolucionarios. Esas debilidades no eran... y repito
no eran... la causa principal de la derrota en China. Pero sí contribuyeron a
la derrota.
Para repetir, BA trabajaba y
bregaba por forjar esta evaluación de la relación entre los factores objetivos
y subjetivos y el análisis de esas debilidades. Es un balance surgido de 35
años de profundo y científico forcejeo y síntesis, lo que ha dado lugar a una
nueva síntesis del comunismo.
Bob Avakian desarrolla una
nueva síntesis del comunismo
Pregunta: ¿Podría
llevarnos al período posterior al golpe de estado en China?
RL: Esencialmente,
Avakian empieza este proceso de profunda exploración y examen crítico de la
primera etapa de la revolución comunista, de hecho, de todo el proyecto
comunista, con la obra ¿Conquistar el mundo? Deber y destino del
proletariado internacional, escrita en 1981 (revista Revolución #50,
enero 1982). De ahí siguió explorando y haciendo nuevos descubrimientos.
Durante las más de tres décadas desde la contrarrevolución en China, Bob
Avakian desarrolló y forjó una nueva síntesis del comunismo.
Ha estado haciendo todo
esto, cabe añadir, en el contexto del incesante asalto ideológico de la
burguesía contra el comunismo.
Así que déjame hablar de la
nueva síntesis. Se trata de un nuevo marco integral por el cual proseguir con
la revolución comunista. El vínculo esencial es un adelanto en el método y
enfoque científico. Si queremos conocer y cambiar el mundo al servicio de los
más altos intereses de la humanidad, necesitamos la ciencia... tenemos que
conocer cómo es el mundo en concreto y cómo concretamente se puede transformar
el mundo radicalmente.33
Avakian también ha
desarrollado el marco internacionalista del comunismo —recuérdate, hablé acerca
de los errores cometidos al respecto por Stalin e incluso por Mao y cómo esos
errores terminaron por socavar sus propios esfuerzos de defender y hacer
avanzar la revolución— y ha hecho avances muy cruciales en la estrategia
revolucionaria.34
Pero teniendo en cuenta el
tema de esta entrevista, quisiera centrarme en algunos puntos esenciales que
principalmente se refieren al ejercicio del poder y la dictadura del
proletariado como una transición al comunismo —aunque los puntos que voy a
mencionar reflejan los adelantos de BA en el método, en especial la necesidad
de buscar rigurosamente la comprensión más completa posible de la verdad... y
las formas de llegar a conocerla. No obstante, en lo que voy a mencionar
solamente es posible tocar de paso la riqueza y la profundidad de la manera en
que la nueva síntesis trata estas cuestiones.
Avakian ha desarrollado una
nueva concepción de la forma de ejercer el poder en la sociedad socialista. Se
concentra en la formulación “un núcleo sólido con mucha elasticidad” y se
expresa concretamente en la Constitución para la Nueva República
Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) que ha publicado el
Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos. ¿Cómo se aferra al poder y
cómo se mantiene la sociedad en movimiento en la dirección hacia el
comunismo... y al mismo tiempo —y esto es una parte integral del proceso de
llegar al comunismo— como se desencadena a toda la sociedad en el empeño de comprender
la realidad y el potencial revolucionario en la realidad a fin
de transformarla y crear un mundo mucho mejor y muy diferente?
Se trata del socialismo como
una transición vibrante y dinámica. Se trata de descubrir nuevas verdades y
utilizar las contradicciones todavía por resolver en la sociedad socialista,
como la cuestión de la plena emancipación de la mujer... al utilizar esas
contradicciones como motor para impulsar la sociedad hacia adelante. Y se trata
de hacer eso, junto con el avance de la revolución mundial.
BA ha recalcado que el
trabajo intelectual y la efervescencia intelectual y cultural son vitales para
una sociedad del tipo que el socialismo tiene que ser... y para llegar al
comunismo, a un mundo sin clases. El trabajo intelectual se suma al acervo de
conocimientos de la sociedad y el mundo y acerca de los mismos. La
efervescencia y el debate de la vida intelectual y la aplicación del método
científico a los problemas y el pensamiento crítico que los acompaña... todo
eso es algo esencial e indispensable para las masas... para la capacidad de las
masas populares de conocer el mundo con mayor profundidad y para tener la
capacidad de transformarlo cada vez más profundamente... y de transformarse a
sí mismas.
La efervescencia intelectual
y el disentimiento contribuyen al espíritu crítico y exploratorio que tiene que
penetrarse en la sociedad socialista, para destapar los problemas y defectos de
la sociedad socialista... y para interrogarla en todos los niveles35.
Las lecciones de la
Revolución Cultural y el avance más allá de la misma
Pregunta: Así
que ¿cómo se aplica eso a la experiencia de la Revolución Cultural?
RL: Bueno,
Mao no lo captó totalmente. Como acabo de decir, en su orientación Mao tendía a
ver a los intelectuales, y para repetir se trata de tendencias secundarias...
más bien tendía a ver las cosas por el aspecto de sus problemas ideológicos...
y no captó plenamente la manera en que la actividad intelectual puede
contribuir a la atmósfera que se necesita en la sociedad socialista — a una
sociedad del tipo en el que la gente querría vivir y florecer.
Fíjate, no se podrá superar
la gran división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, sin
desencadenar la efervescencia intelectual y sin abrir espacios y ámbitos
concretos para la misma — al mismo tiempo que hay movimiento en algunos de los
diversos sentidos de la Revolución Cultural... echando abajo las divisiones
sociales y capacitando a los intelectuales para reconocer las desigualdades
persistentes de la sociedad y para verse a sí mismos y a su trabajo en el
contexto más amplio de crear un mundo nuevo. Para repetir, Mao no tenía la
síntesis completa de la superación de esta gran división en la historia humana,
aunque la Revolución Cultural fuera un adelanto histórico.
Bueno, uno de los
principales objetivos de la Revolución Cultural fue el de capacitar a las
personas para que distinguieran entre el camino capitalista y el camino
socialista. Aquí retomamos algunos puntos sobre la efervescencia intelectual
que mencionaba anteriormente. Se dio un florecimiento sin precedentes de
debates y forcejeo durante la Revolución Cultural. Recuérdate que yo hablaba de
todos esos periódicos y los grandes debates y cartelones en los muros. Pero por
grandioso que fuera todo eso, todavía había cierto confinamiento... cierta
limitación del disentimiento. Hablo del ámbito de debates y
florecimiento.
En China durante la
Revolución Cultural, el comunismo era la “ideología oficial”. Si bien se
prendía todo ese debate increíble... no obstante, ciertas tendencias y
corrientes de pensamiento que no iban a conseguir un público... porque todavía
había ese marco y discurso oficial, digamos, aun cuando las cosas, tal como he
estado explicando, se estaban poniendo muy alocadas y se estaba abriendo de par
en par.
He aquí un problema. No
todos eran comunistas... y lo mismo será cierto en una sociedad socialista. Es
necesario crear una situación en la que existe la vivacidad mental y la
posibilidad de plantear críticas y disentimiento... incluso, como Avakian
subraya, de parte de puntos de vista opuestos al comunismo y
al socialismo. ¡El estado socialista no sólo tiene que proteger el
disentimiento, lo que incluye el disentimiento en contra del socialismo, sino
fomentarlo!
Y esto es lo paradójico...
de veras es una contradicción. Pues, ese enfoque en la China revolucionaria, de
confinar el disentimiento, efectivamente obró en contra de la Revolución Cultural.
Obró en contra de la capacitación de las masas para conocer a fondo todos los
puntos de vista en la sociedad... el descubrimiento de todas las
contradicciones... y que las masas aprendieran mediante la riqueza de los
debates, incluso de los puntos de vista opuestos al socialismo.
Ahora bien, no se trata de
una orientación sin riesgos. De veras, estarás al filo de una navaja. Ello,
porque habrá seguidores del camino capitalista y variedades de la
contrarrevolución que obran en tu contra y pretenden derrocarte y pretenden
utilizar este disentimiento en su actividad.
Avakian identifica el gran
reto, en una entrevista de 2012 titulado Lo que la humanidad necesita:
La revolución, y la nueva síntesis del comunismo, planteando una pregunta
crucial que proviene de la primera etapa de la revolución comunista... y sobre
la que la nueva síntesis ha abierto paso:
¿Cómo darle la prioridad
correcta y necesaria a las necesidades fundamentales de las masas populares en
la sociedad —especialmente las masas cuyas necesidades económicas, sociales,
políticas y culturales han sido pisoteadas en el viejo sistema explotador— sin
socavar al mismo tiempo la necesaria efervescencia intelectual y cultural,
creatividad e incluso disentimiento que es esencial para fomentar el tipo de
proceso en la sociedad en que tanto las masas populares en general, como la
dirección del partido y del gobierno, estén aprendiendo de todo ese proceso,
incluyendo las críticas que se plantean y las ideas poco convencionales que se
expresan en la actividad intelectual, en la esfera de las artes, etcétera —para
propiciar un proceso más rico?36
Eso es un enorme adelanto,
una parte de un mayor adelanto basado a un profundo estudio y forcejeo que es
la nueva síntesis y proporciona una base concreta para la esperanza sobre una
base científica sólida.
Al mundo le hace falta la
nueva síntesis de la revolución comunista
Pregunta: Raymond,
hemos cubierto mucho terreno. ¿Algunas palabras finales?
RL: Hemos
hablado largo y tendido sobre toda la primera etapa de la revolución comunista
—de la lucha muy trascendental de crear un mundo completamente nuevo. Y nos
adentramos muy profundamente en Mao y la Revolución Cultural, el punto
culminante de la primera etapa de la revolución comunista. Y, sí, ésta fue
derrotada. Pero lo que es notable no es que perdieron el poder en China ni que
anteriormente pasó lo mismo en la primera iniciativa en la Unión Soviética. No,
cuando se piensa en lo que se enfrentaban en el plano internacional y en
función de los rezagos de la sociedad en la que subieron al poder... al aplicar
un enfoque científico a todo eso… lo que es muy notable es qué tanto tiempo
lograron tener el poder y qué tan lejos lograron avanzar. Lo que hay que
celebrar es la tremenda contribución que eso constituye para el acervo del
conocimiento humano y la realidad de las posibilidades humanas.
Pero no podemos quedarnos
con eso, así no más. Por mucho que tratemos en esta entrevista, en
un sentido yo apenas logré escudriñar en la superficie de las cosas. Es
necesario explorar de manera más profunda y científica los grandes logros y
lecciones de esta primera etapa y es necesario adentrarse de manera mucho más
profunda en la nueva síntesis del comunismo que Bob Avakian ha desarrollado.
Además, es necesario movilizar todo eso en la lucha que enfrentamos en este
momento —a fin de transformar concretamente este mundo, el que es un horror,
pero que en realidad no tiene que ser así. Toda la historia del comunismo hasta
ahora demuestra de manera poderosa que el mundo no tiene que
ser así, que no hay nada inherente a la naturaleza humana que nos condena a un
mundo así, ni es todopoderosa la clase dominante a la que nos enfrentamos.
Además, la idea general de la nueva síntesis demuestra cómo, efectivamente,
podemos hacer una revolución Y ADEMÁS que podemos ir más allá y hacerlo mejor
esta vez.
Todo eso se reduce a lo
siguiente: el mundo clama con urgencia por un cambio radical, por la
revolución. Además, para continuar y para dar saltos en el camino para salir de
esas “tinieblas” de la sociedad de clases, es fundamental y necesario captar
correctamente el VERDADERO carácter, el carácter liberador de la primera etapa
de la revolución comunista Y ADEMÁS empaparse en las contribuciones de Bob
Avakian que resume esa etapa y da dirección para una nueva, aún más grandiosa
etapa. Se trata de la necesidad y la base para un mundo en el que los seres
humanos verdaderamente podrán florecer. Y se trata de que todos nosotros nos
pongamos a la altura de la gran necesidad que tenemos ante nosotros:
hacer nuestra esta ciencia y usarla para transformar la realidad que enfrenta
la humanidad.
____________
(*) Tomado de https://revcom.us/a/438/pasaje-de-no-sabes-lo-que-crees-que-sabes-es.html, 13
de mayo de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us.
1. Desde finales de
los años 1950 hasta el derrumbe de la Unión Soviética, los revisionistas
soviéticos estuvieron promoviendo un modelo de desarrollo “socialista” a ser
adoptado por países del tercer mundo. Dieron ayuda para su construcción y
varias fuerzas gravitaron hacia él. Uno de tales países es la República
Democrática Popular de Corea (Corea del Norte). Su liderato en diversos
momentos se ha calificado de socialista-comunista, pero en los hechos esta
sociedad no tiene nada en común con el socialismo o el comunismo. Hay propiedad
estatal, un sistema de bienestar social, y formas de “participación obrera” y
“democracia obrera”. Pero Corea del Norte es en esencia una sociedad militarizada, paternalista gobernada
por una estrecha capa de capitalistas-estatales burocráticos. Es
una sociedad en la que las masas son mantenidas en un estado pasivo y sofocado.
Para conocer más sobre las
diferencias entre el auténtico socialismo y el tipo de sociedad que existe en
Corea del Norte o Cuba, véase Bob Avakian, “Tres alternativas para el mundo”,
en Lo Básico de los discursos y escritos de Bob Avakian (Chicago:
RCP Publications, 2011), 67-70.
2. Véase la entrevista
“Correrías con los Guardias Rojos: Remembranzas de la Gran Revolución Cultural
Proletaria”, Obrero Revolucionario, 22 de diciembre de 1986.
3. Jan Myrdal y Gun
Kessle, China: The Revolution Continued (New York: Pantheon,
1970) especialmente pp. 75-108.
4. Parte del
importante trabajo teórico hecho por los revolucionarios maoístas en China
sobre estos temas se recopila en Raymond Lotta, ed., And Mao Makes 5:
Mao Tsetung’s Last Great Battle (Chicago: Banner Press, 1978).
5. Véase la síntesis
en Bob Avakian, Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung (Chicago:
RCP Publications, 1991), Cap. 6.
6. Véase Elizabeth J.
Perry y Li Xun, Proletarian Power: Shanghai in the Cultural Revolution (Boulder:
Westview Press, 1997).
7. Véase la discusión
en Raymond Lotta, Nayi Duniya, y K.J.A., “Reinterpretando la Revolución
Cultural con el fin de sepultar la Revolución Cultural”, en “’La política de la
emancipación’ de Alain Badiou: Un comunismo encerrado en los confines del
mundo burgués”, Cap. IV, Demarcaciones: una revista de teoría y polémica
comunistas, nº 1 (verano-otoño 2009).
8. Véase Mao Tsetung,
“Discurso ante la delegación militar de Albania” [1967].
9. Véase el “Documento
de los 16 Puntos”, “Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China
sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria” (Adoptado el 8 de agosto de
1966), en Importantes Documentos de la Gran Revolución Cultural
Proletaria (Pekín: ELE, 1970).
10. La lucha en la
Universidad Tsinghua se describe en William Hinton, Hundred Day War:
The Cultural Revolution at Tsinghua University (Nueva York: Monthly
Review Press, 1972). Véase la Parte III. “The Working Class Intervenes”.
11. Para un análisis
general de la Revolución Cultural, véase la entrevista con Bob Avakian, “La
Revolución Cultural de China”. Sobre los principales eventos y puntos de viraje
de la Revolución Cultural, especialmente en sus fases iniciales, véase Jean
Daubier, Historia de la Revolución Cultural Proletaria en China (México:
Siglo XXI, 1972).
12. Sobre la
Revolución Cultural en el campo y sus efectos en la educación, incluyendo la
enorme expansión de la enseñanza secundaria, véase Dongping Han, The Unknown
Cultural Revolution: Educational Reforms and Their Impact on China’s Rural
Development (New York: Garland Publishing, 2000), 88; y Suzanne
Pepper, “Education”, en The Cambridge History of China, Vol. XV,
Roderick MacFarquhar y John K. Fairbank, eds. (New York: Cambridge Univ. Press,
1991), 416.
Para un análisis más general
de las transformaciones en la educación, véase Ruth Gamberg, Red and
Expert: Education in the People’s Republic of China (New York:
Schocken Books, 1977).
13. Véase Science for
the People, Ciencia y pueblo en China (Madrid: Blume, 1979).
En los años 1920 se descubrió la más rica evidencia de la evolución humana: El
hombre de Pekín. Luego de la revolución, el hombre de Pekín hizo parte del
movimiento para llevar la ciencia al pueblo: la historia de la evolución humana
era una lección de filosofía marxista ofrecida a las masas. Véase Sigrid
Schmalzer, The People's Peking Man: Popular Science and Human Identity
in Twentieth-Century China (Chicago: Univ. of Chicago Press, 2008).
14. Véase la Parte 2
de la entrevista “Correrías con los Guardias Rojos: Remembranzas de la Gran
Revolución Cultural Proletaria”. Sobre el movimiento de los “médicos descalzos”
como parte de un sistema integrado de atención de salud, véase Teh-wei Hu,
“Health Care Services in China’s Economic Development”, en China’s
Development Experience in Comparative Perspective, ed. Robert F. Dernberger
(Cambridge, MA: Harvard Univ. Press, 1980).
Véase también el
documental, The Barefoot Doctors of Rural China, producido por
Victor Li, disponible en YouTube; y Comité Revolucionario de Salud de la
Provincia de Hunan, A Barefoot Doctor’s Manual: The American
Translation of the Official Chinese Paramedical Manual (Philadelphia:
Running Press, 1977).
15. Para una vision
general de la atención en salud en la China revolucionaria, véase Victor W.
Sidel y Ruth Sidel, Serve the People: Observations on Medicine in the
People’s Republic of China (Boston: Beacon Press, 1973).
16. Véase Donald G.
McNeil, Jr, “For Intrigue, Malaria Drug Gets the Prize”, New York Times,
16 de enero de 2012; y “Malaria: Rediscovered Cure”, Médecins Sans
Frontières, 24 de abril de 2013, en msf.org.
17. Penny Kane, The
Second Billion: Population and Family Planning in China (Nueva York:
Penguin Books, 1987), 172 y Cap. 5.
18. Victor W. Sidel y
Ruth Sidel, Serve the People, 256-258.
19. Durante la
Revolución Cultural, como se mencionó, hubo grandes avances en la comprensión
de la economía política del socialismo y en cómo desarrollar una economía
socialista de forma revolucionaria hacia metas revolucionarias. Esta
comprensión está concentrada en un importante manual escrito en China en el
periodo 1972-76 y disponible en una edición en inglés: Maoist Economics
and the Revolutionary Road to Communism (Chicago: Banner Press, 1994).
El epílogo se centra en las innovaciones en la planificación y proporciona
documentación empírica de los logros económicos alcanzados en la Revolución
Cultural: Raymond Lotta, Epílogo: “Teoría y práctica de la planificación
maoísta: En defensa de un socialismo viable y visionario”, 279-332.
20. El patio de los
arriendos. Escultura en arcilla (Pekín: ELE, 1970).
21. La afirmación
infundada de que China era un inmenso “moridero cultural” durante la Revolución
Cultural hace parte de la creencia popular de nuestra época. Un reciente
estudio de Paul Clark, The Chinese Cultural Revolution: A History (New
York: Cambridge Univ. Press, 2008), analiza en detalle la ópera, el cine, la
danza, las artes visuales, la literatura, la poesía y el teatro y muestra que
la Revolución Cultural fue de hecho un período de gran creatividad, innovación
y producción artística sin precedentes. Aunque esta obra padece de cierto
anticomunismo y el autor opera dentro de un marco de modernización nacionalista,
es un estudio valioso y bien documentado.
Sobre el arte del cartel
durante la Revolución Cultural, véase Lincoln Cushing y Ann Tompkins, Chinese
Posters: Art from the Great Proletarian Cultural Revolution (San
Francisco: Chronicle Books, 2007).
22. Los guiones de
algunas de las obras de teatro modelo pueden encontrarse en Lois Wheeler
Snow, China On Stage: An American Actress in the People’s Republic (New
York: Vintage, 1973). Véase también Li Onesto, “Yang Bang Xi: Las obras
revolucionarias modelo de la China revolucionaria”, Revolución, 18
de junio de 2006.
Véase también el ensayo
sobre dos de los ballets modelo, por Bai Di, “Feminism in Revolutionary Model
Ballets The White-Haired Girl and The Red Detachment
of Women”, y vea la película del ballet Destacamento rojo de
mujeres.
23. Véase Jan
Myrdal, Return to a Chinese Village (New York: Pantheon,
1984); Jack Chen, A Year in Upper Felicity: Life in a Chinese Village
During the Cultural Revolution (New York: McMillan Publishing Co.,
1973); y Dongping Han, The Unknown Cultural Revolution: Life and Change
in a Chinese Village (New York: Monthly Review Press, 2008).
24. Véase Mobo Gao,
“Debating the Cultural Revolution: Do We Only Know What We Believe”, en Critical
Asian Studies 34 (2002): 427-430; y Mobo Gao, Gao Village: A
Portrait of Rural Life in Modern China (Honolulu: Univ. of Hawai’i
Press, 1999), Cap. 9.
25. Lo que esto
significa en términos de experiencia de vida se transmite en reflexiones como:
“Teníamos un sueño de que el mundo puede ser mejor que hoy”, Entrevista de
“Pongamos las cosas en claro” a Wang Zheng, Revolución, 3 de
septiembre de 2006; y Dongping Han, The Unknown Cultural Revolution;
véase también el video de Dongping Han en BookTV: booktv.org.
26. Importantes
artículos teóricos producidos durante la Revolución Cultural sobre la cuestión
de la revolucionarización de la gestión se recopilan en Stephen Andors,
ed., Workers and Workplaces in Revolutionary China (White
Plains, NY: M.E. Sharpe, 1977). Para un estudio escrito desde una perspectiva
ideológico-política diferente que arroja luz sobre la revolucionarización de la
gestión: Stephen Andors, China’s Industrial Revolution: Politics,
Planning, and Management 1949 to the Present (New York: Pantheon,
1977).
27. Para más relatos como
éste, véase la valiosa colección de ensayos escritos por mujeres que crecieron
en la China maoísta: Xueping Zhong, Wang Zheng, y Bai Di, eds., Some of
Us: Chinese Women Growing Up in the Mao Era (New Brunswick, NJ:
Rutgers Univ. Press, 2001).
28. Teh-wei Hu,
“Health Care Services in China’s Economic Development”, 234.
29. John Archibald
Getty, Origins of the Great Purges: The Soviet Communist Party
Reconsidered, 1933–1938 (New York: Cambridge Univ. Press, 1987), 4-5.
30. Documentos de esta
lucha están recopilados en Raymond Lotta, ed., And Mao Makes 5.
31. Bob Avakian, La
pérdida en China y el legado revolucionario de Mao Tsetung (Chicago:
RCP Publications, 1978) y Las contribuciones inmortales de Mao
Tsetung (Chicago: RCP Publications, 1991).
32. Lea el análisis de
Bob Avakian y los documentos fundamentales de esta lucha en Revolution
and Counter-Revolution: The Revisionist Coup in China and the Struggle in the
Revolutionary Communist Party, USA.
33. Lea más sobre el
adelanto de BA en la ciencia del comunismo en “Conversación de Bob Avakian con
unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer y cambiar el mundo”; “El
comunismo como una ciencia“ (el apéndice de la Constitución
del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos); Hacer la
revolución y emancipar a la humanidad, Primera parte: “Más allá del
estrecho horizonte del derecho burgués”; y Los pájaros no pueden dar a
luz cocodrilos, pero la humanidad puede volar más allá del horizonte,
Primera parte: “Revolución y el estado”, en línea en revcom.us.
34. Lea más sobre el
desarrollo del internacionalismo por BA en Avanzar el movimiento
revolucionario mundial: Cuestiones de orientación estratégica, Obrero
Revolucionario (ahora Revolución) #316-317; lea más sobre
de la estrategia en Hacer la revolución y emancipar a la humanidad,
Segunda parte: “Todo lo que hacemos tiene que ver con la revolución”; y en “Sobre
la estrategia para la revolución“, una declaración del
Partido Comunista Revolucionario, en línea en revcom.us.
35. Bob Avakian, Observations
on Art and Culture, Science and Philosophy (Chicago: Insight Press,
2005).
36. Entrevista a Bob
Avakian por A. Brooks, Lo que la humanidad necesita: La revolución, y
la nueva síntesis del comunismo (Chicago: RCP Publications, 2012), en
línea en revcom.us.
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