martes, 23 de junio de 2020

14 de Junio


Publicamos a continuación dos artículos de José Carlos Mariátegui sobre el problema sanitario. Nos mueve a esto la situación que estamos atravesando, y la celebración del nacimiento de José Carlos Mariátegui el 14 de junio.

Conviene considerar el concepto de capital humano que utiliza José Carlos Mariátegui, y de otro, insistir en la propuesta, de que el problema sanitario tiene un carácter económico-social, sin dejar de ser parte de los estudios e intervención de los especialistas.

Distingue J.C. Mariátegui en el análisis la importancia del ser humano, criticando la sobrestimación que del oro se tiene en la sociedad capitalista. En su apreciación señala que el hombre ha creado el dinero, y que en consecuencia, la verdadera riqueza está en el ser humano.

Así, la expresión “capital humano” significa para José Carlos Mariátegui ser humano, con todas sus capacidades y necesidades. Por esto plantea que “Uno de los aspectos sustantivos del problema del capital humano es el aspecto médico-social.”

Valora J.C. Mariátegui, asimismo, el significado que tiene el sistema sanitario para el socialismo en su primera expresión: La Unión Soviética.


COMITÉ DE REDACCIÓN.
20.06.2020


El Progreso Nacional y el Capital Humano*

José Carlos Mariátegui

I

LOS QUE, ARBITRARIA Y SIMPLÍSTICAMENTE, reducen el progreso peruano a un problema de capital áureo, razonan y discurren como si no existiese, con derecho a prioridad en el debate, un problema de capital humano. Ignoran u olvidan que, en historia, el hombre es anterior al dinero. Su concep­ción pretende ser norteamericana y positi­vista. Pero, precisamente, de nada acusa una ignorancia más total que del caso yanqui.

        El gigantesco desarrollo material de los Estados Unidos, no prueba la potencia del oro sino la potencia del hombre. La riqueza de los Estados Unidos no está en sus bancos ni en sus bolsas; está en su población. La historia nos enseña que las raíces y los impulsos espirituales y físicos del fenómeno norteamericano se encuentran íntegramente en su material biológico. Nos enseña, ade­más, que, en este material el número ha sido menos importante que la calidad. La leva­dura de los Estados Unidos han sido sus puritanos, sus judíos, sus místicos. Los emigrados, los exiliados, los perseguidos de Europa. Del misticismo ideológico de estos hombres desciende el misticismo de la acción que se reconoce en los grandes capitanes de la industria y de las finanzas norteamericanas. El fenómeno norteamericano aparece, en su origen, no sólo cuantitativo sino, también cualitativo.

        Pero este es otro tema. No me interesa, por el momento, para otra cosa que para denunciar el punto de partida falso, irreal, del materialismo, al mismo tiempo grosero y utopista, de quienes parecen imaginarse que el dinero ha inventado a la civilización, incapaces de comprender que es la civilización la que ha inventado al dinero. Y que la crisis y la decadencia contemporáneas empezaron justamente, cuando la civilización comenzó a depender casi absolutamente del dinero y a subordinar al dinero su espíritu y su movimiento.

        El error y el pecado de los profetas del progreso peruano y de sus programas han residido siempre en su resistencia o ineptitud para entender la primacía del factor biológico, del factor humano sobre todos los otros factores, si no artificiales, secundarios. Este es, por lo demás, un defecto común a todos los nacionalismos cuando no traducen o representan sino un interés oligárquico y conservador. Estos nacionalismos, de tipo o trama fascista, conciben la Nación como una realidad abstracta que suponen superior y distinta a la realidad concreta y viviente de sus ciudadanos. Y, por consiguiente, están siempre dispuestos a sacrificar al mito el hombre.

        En el Perú hemos tenido un nacionalismo mucho menos intelectual, mucho más rudimentario e instintivo que los nacionalismos occidentales que así definen la Nación. Pero su praxis, si no su teoría, ha sido naturalmente la misma. La política peruana —burguesa en la costa, feudal en la sierra— se ha caracterizado por su desconocimiento del valor del capital humano. Su rectificación, en este plano como en todos los demás, se inicia con la asimilación de una nueva ideología. La nueva generación siente y sabe que el progreso del Perú será ficticio, o por lo menos no será peruano, mientras no constituya la obra y no signifique el bienestar de la masa peruana, que en sus cuatro quintas partes es indígena y campesina. 

II 

Uno de los aspectos sustantivos del problema del capital humano es el aspecto médico-social. En el haber de nuestra escasa bibliografía, tenernos que anotar, sobre este tema, un libro interesante. Se titula Estudios sobre Geografía Médica y Patología del Perú. Sus autores son dos médicos inteligentes y trabajadores, ambos funcionarios de sanidad, los doctores Sebastián Lorente y Raúl Flores Córdova. Este libro, en más de seiscientas páginas, densas de datos y de cifras, estudia documentadamente la realidad médico-social del Perú.

        Los autores se muestran, por supuesto, optimistas en su esfuerzo y en su esperanza. Pero el método positivo no consiente, en la investigación, engañosas ilusiones. La ver­dad de nuestra situación sanitaria emerge del libro precisa y categórica. Los índices de la mortalidad y de la morbilidad son en el Perú excesivos. El capital humano se man­tiene casi estacionario. En la costa, el palu­dismo y la tuberculosis; en la sierra, el ti­fus y la viruela; en la selva, todos los mor­bos del trópico y el pantano minan la po­blación exigua de la república. No se tiene una cifra exacta de la población. Pero la ci­fra, comúnmente aceptada, de cinco millo­nes, basta para constatar la debilidad y la lentitud de nuestro crecimiento demográfi­co. La mortalidad infantil es uno de sus más terribles y trágicos frenos. En Lima y en el Callao mueren antes de llegar a un año de edad la cuarta parte de los niños. En los pueblecitos rurales de la costa el índice de la mortalidad infantil es mayor aún. Tengo a la vista la estadística demográfica del distri­to de Pativilca del primer semestre del año en curso que acusa una mortalidad superior a la natalidad.

        En el prefacio de su libro, los doctores Urente y Flores Córdova escriben que "el panorama médico-social nos presenta en to­da su magnitud y en toda su gravedad nues­tro problema sanitario". Su estudio no exagera, en ningún caso, la realidad; tal vez, en alguno, la atenúa. Lo que ensombrece el espíritu cuando se lee este volumen, —que ojalá arribara a las manos de todos los que tan fácilmente se equivocan respecto a la jerarquía o la gradación de los problemas nacionales—, no es el juicio, moderado siempre, de los autores, sino, el dato desnudo, la observación objetiva, la constatación anastigmática. 

III 

No me toca ocuparme del mérito teóri­co, del valor científico de estos Estudios so­bre Geografía Médica y Patología del Perú. Su estimación pertenece, exclusivamente, a los profesionales, a los competentes. Pero, sin invadir campos de crítica ajenos, quiero señalar su utilidad y su importancia como documento actual y autorizado de la "reali­dad profunda" del Perú. Me parece evidente, por otra parte, que los doctores Lorente y Flores Córdova, han hecho un trabajo de sistemación Y de computación singularmen­te meritorios en un medio como el nuestro donde los hombres de estudio difícilmente intentan especulaciones de esta magnitud.

        El libro de los doctores Lorente y Flo­res Córdova no está destinado únicamente al ámbito profesional. Interesa a todos los estudiosos. Su lectura es un viaje por un Perú menos pintoresco, pero más real del que otros libros nos describen o nos disfrazan. 

IV 

Los doctores Lorente y Flores Córdova no se contentan en su libro con acopiar, con­frontar y clasificar datos preciosos. Solici­tan, formal y premiosamente, una mayor atención para el tema del capital humano. "El problema que requiere en el Perú, más urgentemente, una solución orgánica y eficaz —escriben— es el problema sanitario, no sólo porque cada día prevalece y se arraiga más en la conciencia de la época el concepto de que la defensa de la salud pública es un deber primordial de todo Estado moderno, sino, sobre todo, porque ningún otro concepto corresponde con mayor exactitud a apremiantes y evidentes exigencias de la realidad peruana".

        Esto es cierto, pero incompleto. El problema sanitario no puede ser considerado aisladamente. Se enlaza y se confunde con otros hondos problemas peruanos del dominio del sociólogo y del político. Los males, los morbos, de la sierra y de la costa, se alimentan principalmente de miseria y de ignorancia. El problema, a poco que se le penetre, se transforma en un problema económico, social y político. Pero a los distinguidos higienistas, autores de la "Geografía Médica del Perú", no les tocaba este análisis. Su diagnóstico del mal tenía que ser solamente médico.**




NOTA:
(*) Publicado en Mundial, Lima. 9 de octubre de 1923




Aspectos Economico-Sociales
del Problema Sanitario
*

LAS DELIBERACIONES de la Conferencia Sanitaria Pan-americana, confieren la más viva actualidad al tema de la sanidad pública. El problema sanitario, por sus relacio­nes con sus más fundamentales problemas de toda nación, ha dejado de constituir un tópico reservado exclusivamente a los hi­gienistas. No hay hombre de Estado ni programa político, en nuestra época, que no reconozca al factor demográfico toda la im­portancia que evidentemente tiene. La política tiene hoy un sentido mucho más vital, un contenido mucho más biológico que en otros tiempos. Su antigua concepción acusaba la preocupación obstinada del héroe de la élite; su concepción moderna se caracteriza, en cambio, por la preocupación de la masa. A pesar de todos los signos reaccionarios, es evidente que el Estado contemporáneo, aun en los casos en que acaparan su representación personalidades absorbentes y centralizadoras, —como sucede, por ejemplo, en el Estado fascista—, tiene forzosamente que actuar una política de masas. Este hecho explica mejor que cualquier otro el rango alcanzado por la higiene pública en la labor de los gobiernos y el pensamiento de los estadistas.

        Políticamente, el socialismo ha incluido de manera decisiva en la nueva valoración del capital humano. El progreso científico en este campo, no ha hecho sino corroborar y ratificar el progreso político, demostrando la estrecha solidaridad que, pese a la gravitación conservadora y democrática de las academias, existe a tal punto que se puede decir que el descubrimiento de la masa no habría sido posible sin la afirmación ideológica socialista. A partir del momento en que la masa, por su propio impulso, ha entrado en la historia, todas las actitudes clásicas de la inteligencia han caído en descrédito. Y el primer valor de la ciencia ha comenzado a ser su valor social.

        Este movimiento encuentra su más precisa expresión en la política de los dos estados que más antitéticamente representan la realidad actual: sovietismo y fascismo. El esfuerzo más enérgico y significativo de los Soviets es, incontestablemente, el que persigue el mejoramiento material e intelectual del trabajador. Las más originales y revolucionarias instituciones de la asistencia social, corresponden hoy a Rusia, por razones sustancialmente políticas. La transformación de los palacios de invierno de la aristocracia en casas de reposo para los obreros surmenados, ofrece, desde este punto de vista, el ejemplo más típico, aunque no sea, naturalmente el hecho que mejor expresa la orientación médico-social del nuevo Estado, cuya acción está dirigida, ante todo, a la protección de la maternidad y de la infancia. El niño, según el gran economista francés Charles Guide, es el máximo usufructuario de la revolución. El fascismo, por su parte, no obstante su espontánea inclinación a un sentido romántico de la política, se ve obligado a admitir también que la mayor riqueza de Italia, es su capital humano. Mussolini, guiado por su agudo realismo, supera tal vez a todos los estadistas de la Europa capitalista en la apreciación del factor demográfico. Su discurso del 26 de mayo anuncia una total revisión de la política italiana en lo que concierne a demografía y natalidad. Prevalecía en Italia hasta hace poco el concepto de que Italia tenía una natalidad excesiva. Mussolini sostiene lo contrario. A la idea de que los italianos son muchos opone la idea de que, más bien, son pocos. "Hablemos claro, —ha dicho propugnando un impuesto a los matrimonios infecundos y otras medidas— ¿qué cosa son cuarenta millones de italianos frente a noventa millones de germanos y a doscientos millones de eslavos?" Todas las ambiciones imperialistas del fascismo reclaman una estimación especial del capital humano y de sus posibilidades de crecimiento. El soñado imperio no es posible sin una ancha base demográfica. Y el número no basta. La superioridad biológica de una nación tiene que medirse cuantitativa y cualita­tivamente.

        En el Perú, se constata una comprensión cada vez más amplia del problema sanitario. Venciendo las resistencias defensi­vas del conservantismo y la rutina de nuestras "clases ilustradas", los higienistas avanzan visiblemente en la faena de formar "conciencia sanitaria", como suele decirse. Conceptos e instituciones modernas de asistencia social, comienzan a adquirir entre nosotros carta de ciudadanía. Pero, lógicamente, la propaganda y el estudio de los higienistas se sitúa en un plano específico y técnico. Y, lo mismo que el problema de la instrucción, el problema de la sanidad necesita ser examinado en sus relaciones con el medio económico-social. De otro modo, es imposible llegar a su esclarecimiento integral.

        En esta labor, que escapa a la órbita particular de los técnicos de la Higiene Pública, nos toca participar a todos los que nos ocupamos, con objetivos de interpretación profunda e íntima, de los problemas nacionales.

        Cabe, por ejemplo, señalar la influencia que tienen en la cuestión de la salubridad rural la supervivencia del viejo régimen y espíritu latifundistas. El hacendado colonial de antiguo tipo, ha heredado de sus abuelos un criterio feudal, casi esclavista, en abierto conflicto con la valoración moderna del capital humano. La mentalidad del "negrero" no se sintió condenada por la abolición de la esclavitud, dado que se le ofreció la oportunidad y los medios de subsistir al autorizarse el comercio de coolíes. Por el bienestar del bracero aborigen, proveniente en gran parte de la sierra, esto es de regiones donde impera aún la servidumbre, el latifundista no manifiesta hoy un interés mayor que antaño por el bienestar del negro o del chino. Las rancherías infectas, el bajo tenor de vida del bracero y su familia, el rigor de un trabajo sobre el cual no se ejerce todavía ningún contralor, así lo demuestran. Los documentos oficiales revelan que a pesar de la reiteradas y celosas instancias de la Dirección de Salubridad, son muy pocas las haciendas en las cuales se obedece las disposiciones de ley contra el paludismo. Y es que la sanidad tiene que triunfar no sólo de la natural tendencia de las empresas a obtener los mayores rendi­mientos con los menores gastos, sino también del espíritu del señor feudal reacio a considerar al bracero humilde como a un hombre con derecho a un racional e higié­nico tenor de vida.

        Si los más apremiantes problemas de la salubridad de la costa, son el de la bubó­nica y el del paludismo, resulta excepcionalmente grave esta resistencia del latifundio a cooperar con las autoridades sanitarias en la protección eficaz de la salud de los trabajadores. Poco se avanza con extirpar la peste de las ciudades, mientras subsisten sus focos rurales. Parece averiguado que las apariciones violentas de la bubónica en los centros urbanos de la costa se deben, generalmente, a enfermos provenientes del campo.

        La eficacia de la acción médico-social en la sierra, no se presenta menos vinculada a la modificación de las condiciones económico-sociales ahí subsistentes. Sabemos bien que la miseria y la ignorancia del indio, dependen, ante todo, de su servidumbre. Y que el higienista, como el educador, no pueden, por ende, cumplir plenamente su misión, en tanto que les toque chocar con este factor de depresión y embrutecimiento.**


NOTA:
(*) Publicado en Mundial, Lima, 4 de noviembre de 1927.

lunes, 1 de junio de 2020

Política


La Política Capitalista y la Crisis de la Pandemia

César Risso

LA CUARENTENA HA FRACASADO, es lo que circula por todas partes. El fracaso está en el control de los contagios. La velocidad con que se presentan supera largamente, y cada vez más, la capacidad en infraestructura hospitalaria en particular y en la salud en general. Tanto por el lado del Estado, como por el del sector privado, la posibilidad de hacer frente a la pandemia está muy por debajo de las necesidades.

        Una sociedad basada en la explotación directa de millones de trabajadores, que produce de forma privada, aunque la producción es cada vez más social, y que se apropia también de forma privada los resultados de la producción, no está en condiciones de asumir socialmente, esto es, como una sociedad colectivista, basada en la propiedad común de los medios de producción, de manera efectiva la solución a la actual crisis en la salud ni en la economía.

        La política no se discute, es decir, el poder de la burguesía pretende continuar, a pesar de que su permanencia es la causa principal del fracaso de las medidas adoptadas. Es como pretender introducir un objeto de tres dimensiones en un plano de dos dimensiones. Así lo demuestra por ejemplo, la reanudación de las actividades económicas para que los trabajadores tengan ingresos, pero de otro lado, las normas dictadas por el ejecutivo que otorgan a las empresas las salidas legales para el despido de los trabajadores.

        A estas alturas parece que, dado el descontrol por la necesidad del pueblo de obtener recursos para vivir, la decisión política es que, reconociendo su incapacidad como gobierno, y su mayor incapacidad como sistema capitalista, se contagie el mayor número posible de pobladores. De todos los contagiados, según las estadísticas, solo morirá un pequeño porcentaje. Y de estos, la mayoría serán los llamados vulnerables o de riesgo, que en un gran porcentaje son miembros de las clases explotadas.

        Abrumado por su impotencia, el gobierno acepta como política simplemente el lavarse las manos, aunque no abiertamente. Esta es la decisión política, como consecuencia de la incapacidad, tanto del gobierno como del propio sistema, que tiene como límite el capital mismo y la ganancia. Aunque encubierta por los gestos de preocupación y por medidas que aparentemente se dirigen a controlar la pandemia.

        Si el Estado burgués es incapaz de afrontar la pandemia, es porque protege los intereses privados de la clase social a la que representa. De permanecer la burguesía en el poder, las clases explotadas solo podrían exigir medidas tuitivas, de protección de los explotados y pobres, como una dádiva o limosna, sin reconocer el hecho evidente, de que son los trabajadores los que crean la riqueza. Por esto, la solución pasa por desplazar del poder a la burguesía. Para lo cual el pueblo trabajador debe organizarse.

        Hacer responsable únicamente al gobierno del fracaso de la cuarentena, sin ligar la actuación del poder político como expresión de los intereses de la burguesía, de la lógica del sistema capitalista, es encubrir al sistema de explotación, en el marco del cual no solo fracasa la política para enfrentar la pandemia, sino que además, es la fuente de todos los males que enfrenta nuestra sociedad.

        Las propuestas políticas de las organizaciones de izquierda pueden, y deben, presentar reclamos y exigencias para que el gobierno atienda las necesidades inmediatas del pueblo; pero no debe limitarse a esto. Tiene que, paralelamente, desarrollar formas de organización que partan del método colectivista para enfrentar la crisis.

        Establecer una red de organizaciones populares de base, que enfrenten las necesidades básicas como la alimentación, que vaya poco a poco adquiriendo un carácter nacional, puede ser el inicio del poder del pueblo.

        Estas formas colectivistas, como los comedores populares, las ollas comunes, etc., pueden ser la base de una organización nacional,  dejando al Estado burgués sin base social, y sentando con ello las bases de un nuevo Estado, de carácter colectivista y popular, como inicio del camino al socialismo.

Economía


La Pandemia y el Fin del Capitalismo

César Risso

LA CAÍDA DE LA PRODUCCIÓN, y con ella el desastre económico presente, consecuencias de la forma en la que se está enfrentando la pandemia, son tan evidentes y necesarias en este sistema capitalista, que no requiere mayor explicación. Estamos en crisis económica por la cuarentena, y esta se debe a la pandemia.

        Pero, dejar de producir no solo generará crisis económica en una sociedad capitalista, sino en cualquier sociedad.

“Cada niño sabe que cualquier nación moriría de hambre, y no digo en un año, sino en unas semanas, si dejara de trabajar. Del mismo modo, todo el mundo conoce que las masas de productos correspondientes a diferentes masas de necesidades, exigen masas diferentes y cuantitativamente determinadas de la totalidad del trabajo social. Es de por sí evidente que esta necesidad de la distribución del trabajo social en determinadas proporciones no puede de ningún modo ser destruida por una determinada forma de producción social; únicamente puede cambiar la forma de su manifestación. Las leyes de la naturaleza jamás pueden ser destruidas. Y sólo puede cambiar, en dependencia de las distintas condiciones históricas, la forma en la que estas leyes se manifiestan. Y la forma en la que esta distribución proporcional del trabajo se manifiesta en una sociedad en la que la interconexión del trabajo social se presenta como cambio privado de los productos individuales del trabajo, es precisamente el valor de cambio de estos productos.” 1 (Carlos Marx)

A pesar de las evidencias, donde nos encontramos con millones de seres humanos capaces, física e intelectualmente, de trabajar, de crear riqueza, simplemente los dejamos vegetar, o para ser claros, el gobierno, es decir, la burguesía en el poder, los deja morirse literalmente de hambre.

        La reanudación de la actividad de las empresas, tiene por objeto permitir que las empresas grandes y medianas, puedan mantenerse generando ganancias a través de la explotación de los trabajadores. Es el reinicio de las actividades de muchas empresas para continuar con la forma en la que se distribuye el trabajo en el sistema capitalista. Así, la necesidad de producir para que la sociedad no colapse, pasa obligatoriamente, en el sistema capitalista, por la búsqueda de ganancia. Sin ganancia no hay inversión, ni producción. La vida de la sociedad actual está sujeta a los intereses de la burguesía.

         A pesar de que por todas partes se viene hablando de una “nueva convivencia”, esta no se refiere al cambio de la forma en la que se distribuye el trabajo en la sociedad actual; e incluso, a pesar de que se insiste hasta la saciedad en la actual estructura de la sociedad peruana, en la desigualdad y, en consecuencia, en la necesidad de actuar con ética en los asuntos económicos y sociales, no mencionan por ningún lado la explotación de los trabajadores asalariados, y de todos los trabajadores, sometidos a este sistema de diversas formas, pero todas apuntando al logro de las ganancias de la burguesía.

        Las soluciones parcialmente más avanzadas de la burguesía vienen de la CEPAL y de una de las representantes de la izquierda reformista, esto es, del ala izquierda de la burguesía.

        “Es por esto que la CEPAL propone proporcionar un ingreso básico de emergencia (IBE) equivalente a una línea de pobreza (aproximadamente 140 dólares) durante seis meses a toda la población en situación de pobreza”2

Así también la propuesta de Verónica Mendoza, que se queda por detrás de la propuesta de la CEPAL, consiste en:

“Es urgente pasar de la lógica del Bono Familiar Universal a un ingreso básico universal de por los menos tres meses, para que las familias puedan alimentarse – al menos por tres meses – ya que hay un deterioro en la alimentación en la población. Se necesita una decisión que aún no ha sido tomada.”3

Ambas propuestas se sustentan en el mantenimiento del sistema capitalista; en la creencia de que sin capitalismo no hay civilización posible. Su razonamiento mecánico los hace privilegiar el dinero por encima del ser humano. No se dan cuenta, por su posición de clase burguesa, que el dinero es una mercancía (oro), y que en consecuencia representa unidades de tiempo de trabajo, razón por la cual se puede intercambiar por cualquier mercancía.

“Allí donde los economistas burgueses veían relaciones entre objetos (cambio de unas mercancías por otras), Marx descubrió relaciones entre personas. El cambio de mercancías expresa el vínculo establecido a través del mercado entre los distintos productores. El dinero, al unir indisolublemente en un todo único la vida económica íntegra de los productores aislados, indica que este vínculo se hace cada vez más estrecho. El capital significa un desarrollo ulterior de este vínculo: la fuerza de trabajo del hombre se trasforma en mercancía. El obrero asalariado vende su fuerza de trabajo al propietario de la tierra, de las fábricas, de los instrumentos de trabajo. El obrero emplea una parte de la jornada de trabajo en cubrir el costo de su sustento y el de su familia (salario); durante la otra parte de la jornada trabaja gratis, creando para el capitalista la plusvalía, fuente de las ganancias, fuente de la riqueza de la clase capitalista.”4 (Lenin)

El dinero, primero, y el capital, después, expresan relaciones de producción en las que el vínculo entre los seres humanos se hace cada vez más estrecho; en que la división social del trabajo, donde la actividad productiva de la sociedad se encuentra dispersa en cientos de miles de empresas privadas, cada una actuando por su cuenta, a la búsqueda de ganancia, compitiendo no solo por ganar cada vez más, sino por eliminar a su competencia; expresan el vínculo de los productores privados dispersos, enfrentándose anárquicamente entre sí, sin percatarse de que son parte de un todo único. La apropiación privada de los resultados de la producción hace pasar por alto este nexo, pero las leyes del sistema capitalista hacen visible esta ligazón en los periodos de crisis, resultado de esta misma forma de apropiación.

        Aunque cada crisis económica que se ha dado en la sociedad capitalista tiene sus peculiaridades, desde el punto de vista de sus consecuencias, es indiferente si su origen brota “directamente” de las leyes económicas del capitalismo, o si se origina en fenómenos naturales, como en la pandemia que en estos momentos estamos enfrentando.

        Sorprenderse del alza de precio del balón de oxígeno, o del incremento de precio de los medicamentos, o de la actitud de los ambulantes informales de no respetar el aislamiento ni el distanciamiento social, etc., es no darse cuenta, por la limitación de clase, de que es el capitalismo en su más pura expresión. Los informales compiten por vender cada vez más, o simplemente por vender, para lo cual tienen que hacer frente a su competidor. Para ello tienen que estar uno al lado del otro. Es la competencia y el libre mercado al nivel de la informalidad. Esta es la única forma que los informales conocen para obtener ingresos. Aunque a diferencia de la competencia de las empresas, que se enfrentan por ganar cada vez más, la competencia de los ambulantes es una lucha por sobrevivir. Lo que sucede es que no conocen otra forma de hacerlo. El capitalismo está presente no solo como sistema económico sino también como ideología, como forma de actuar y de pensar.

        En estas condiciones, entregar más dinero es como llenar de agua una bolsa rota.

        El creciente número de desempleados, que se suman a los millones de pobres permanentes, no saben vivir sin dinero. No lo saben, porque eso es lo que han visto siempre. En el capitalismo no se puede vivir sin ingresos. No importa todo lo que se trabaje. Y, sin embargo la verdadera fuente de la riqueza está en la capacidad de trabajar. El dinero es un añadido, es un instrumento válido cuando la producción se realiza por agentes privados como en el capitalismo. Esto es lo que no permite a los trabajadores asalariados, y a todos los explotados por este sistema, así como a los desempleados y pobres permanentes, darse cuenta que la fuente de la riqueza está en sus propias manos sin necesidad alguna de dinero.

        La bestialidad del capitalismo está llegando a tan criminales extremos, que varios miembros de la burguesía se espantan al ver con toda crudeza las consecuencias del sistema en el que ellos mismos son los beneficiarios. Pero se espantan porque ahora ven directamente lo que antes solo veían en las cifras, o porque sienten que ellos mismos, individualmente, pueden en algún momento ser víctimas del mismo sistema que ahora les permite enriquecerse a costa del pueblo.

        O la humanidad cae víctima de la pandemia, por no saber combatirla creyendo que fortaleciendo o salvando al capitalismo la puede superar, o logra sobrevivir, superando al capitalismo. La burguesía nos ha hecho creer que el capitalismo es sinónimo de civilización y de vida. Pero, la crisis actual nos muestra que no es así, sino que más bien la civilización y la vida a que se refieren corresponden a los intereses de la burguesía, que vive explotando a los trabajadores, y a todo el pueblo. Por esto, muy bien podemos abandonar y superar este sistema de explotación, continuando así el camino inaugurado por la humanidad en el siglo XX, con la implantación del socialismo.
______________

Natalicio de Jorge Bacacorzo


En celebración del natalicio (27 de mayo) del poeta Jorge Bacacorzo.

C.H.


Un Poema de Jorge Bacacorzo


Los Cinco Días

 CHICATA era un obrero
 - nombre que suena a largo día
           a pan sin molde
           a pantalón calato
           a morador del viento
           a gran guerrero
           y a seguro funeral en estos pobres días-
           Chicata era un obrero como todos
           con su sirena a las seis de la mañana
           con sus sueños debajo de la almohada
           y con su amor debajo y encima de su pecho
 Chicata era un obrero como todos
 pero además de sus frugales piedras
 paciendo al borde de la vida
 además de sus orejas y sus ojos
 tenía su amistad en una sola cara
 y su juramento al pie
 del arrebato
 (Chicata era un escarabajo
 que aprendió a mirar el cielo
 hecho con nieves y temblores
 y caldeadas asambleas
 Chicata era un hombre como todos
 los que sencillamente viven
 odiando al odio y bienamando
 Era un escarabajo ungido de Dios silvestre
 entre los martillos sagrados
 y las semanas amargas)

 Y Chicata así de esta suerte milenario
 no sólo tenía su hogar como una ventana
 para mirar alegre el domingo
 sino también tenía al pueblo
 para sentirse vivir acompañado
 Por eso en él se fue a vivir
 ya muerto

           Chicata bajo la tilde anónima
- de constructor de mundos –
 era todo un hombre
es decir era un obrero
 con la justicia metida entre las cejas
 Por eso aquella tarde de junio
 lleno de amor salió a gritar
 por los cadáveres que hacía el odio
 y él mismo fue hecho cadáver
 por ese mismo odio vestido de soldado

           Se han sublevado los estudiantes:
 los niños como hombres
 los jóvenes como héroes
 los estudiantes se han sublevado
 contra el torpe inquisidor
 contra el que llena de libros sin páginas el día
 y vive para atrás
 contra el que vive con herrumbre y usa candelabros
 en vez de luz solar

           Que se vaya que se vaya
 y volverán a ser almácigos de paz
 Pero el hombre no se iba no se iba
 y apareció la caballada
 Que se vaya el torpe inquisidor
 que se vaya el torpe general
 -los niños y los jóvenes hablan en su nombre
 y en el de sus padres perseguidos-
 Que se vayan que se vayan
 y volverán a ser la tonada cristalina en la ciudad

           Pero los hombres no se iban
 no se iban:
 su furiosa caballada amenazaba

           Todas las vasijas
 Todos los frutos para los estudiantes
 Pan caliente de madrugada
 buenaventuras y abrazos para los estudiantes
 Todos les daban agua
 Todos les daban ánimo
 Todos les daban algo
 y la huelga seguía creciendo en el cerco
 y cada amanecer era más enorme:
 y el pueblo y la noche alimentaban

           Paz para los estudiantes
 luz para los estudiantes
 aire para los estudiantes
 libertad para los niños y los padres de los niños
 libertad para los jóvenes y los padres de los jóvenes
 pedían todos
 ah pero sólo caballos para lo hermoso
 mansalva para la luz
 sitio implacable para el rebelde
 balas para el altivo
 respondían
 y el sitio se iba estrangulando

           Y de pronto los sitiadores arremeten
 pero resisten los bastiones
 y hieren bien las piedras y los palos
 Se enfurecen los jinetes
 y confundidos con sus caballos
 piafando y escupiendo odio
 comienzan a matar  sillares y árboles
 lámparas y aves
 cristales y vecindario
 y toda cosa medianera
 para poder llegar hasta el blanco

           Ha muerto un niño
 ha muerto un niño: lo mató la caballada
 Venganza: ha muerto un niño
 Carabinas contra palos
 esbirros contra los niños
 caballos contra las manos

           (Los estudiantes rompen el sitio
 -ah cómo lo rompen-
 pero en vez de voces de victoria

 por sus heridos salen dando gritos
 y después por el niño muerto
 convocan terribles voces)

           Ha muerto un niño
 (nadie sabe su nombre
 nadie conoce su lugar
 De donde vino?
 Ha muerto un niño
 ha muerto un niño
 Con una bala en el cuello
 ha muerto un niño
Tenía diez años
 y se llamaba Augusto García
 Diez años tenía
 y ya hablaba como un hombre
 Ha muerto Augusto García
 Augusto García ha muerto
 (Ya todos saben su nombre
 ya todos conocen su lugar
 todos saben de dónde vino)

           Ha muerto un niño
 ha muerto un niño
 y en cada puerta la ciudad
 sacó su ira
 su ternura su mortaja
 y duros tambores redoblaron
 en las matrices de las madres
 y parieron ira y grandes legiones:
 toda la ciudad avanzaba
 -oh cómo avanzaba-
 mientras los sitiadores mataban

           Llovía el plomo
 cómo llovía

           Al amanecer
 toda la ciudad estaba llena de parapetos

 y gemían las campanas de las torres
 los corrillos se hacían tumultos
 y los tumultos escuadrones
 (Las ánimas de Bonifaz y Javier Sánchez
 regresaban del tiempo
 y en todos se metían)
 Todos acudían a defender su sangre
 y entre estos de pronto un hombre
 oscuro pero clarísimo de hombría
 llora al rojo
 llora cólera
 llora niños
 llora padres
 y con las manos vacías
 con el corazón lleno de luto
 con los hombres que acudían a dar pecho
 fue a echar furia
 y a clamar contra la muerte
 pero la bestia no se aplacaba
 Y Chicata cayó de golpe
 bajo los sables
 y su rostro quedó triste y verde
 como los membrillos helados
 y por su cráneo abollado se deshojaron
 sus sesos
 y allí mismo en plena calle como brazos
 retorcidos de dolor sus mismos sesos
 al rojo vivo lo velaron

           Ay las manos vacías
 el amor
 el magnánimo
 el ingenuo
 el huérfano de acero
 ay solamente el huérfano de odio
 su viuda
 sus propios hijos
ay el doble luto
           Jijunas los mulos sabios
 Jijunas los mulos verdes
 Jijunas los mulos ciegos:
 soldados de huacacara
 Jijunas de gallinazos:
 crespones de los soldados
 soldados hijos de yerbamota

           Ay su muerte en el suelo
 ay la cólera salida de madre
 ay su fecundo nombre
 ay su nombre imprecando

           Y corrió su muerte
 en fuertes alaridos y aldabones
 en grandes cantarillas de pena y de cólera
 y hasta las puertas secas se abrieron
 bramaron los hombres
 y llorando sus mujeres los arreciaron de ira
 hasta los niños se volvieron adultos
y todo el pueblo fue una terrible lloclla
 una convocatoria de campanadas
 y un incesante sacudir de piedras
 como a frutos de malignos perales

           Y mientras la recua se retiraba a sus cuevas
 el pueblo comenzó a extenderse como un río:
 iba a ser dueño de su voz y sus sillares
 Oh al atardecer la ciudad iba a volver
 a ser arroyo y cielo

            Al atardecer
 los traidores se llamaron videntes
 entregaron rehenes
 se llevaron las armas
 se dieron golpes de pecho
 y desde sus altos miradores
 agitaron banderas de paz
 mientras a toda fuerza retornaban los equinos)

           Y perdimos las calles
 y se tiñeron de sangre acequias y sillares

           Y durante cinco días luz fueron las lágrimas
 templos las trincheras sismos los lamentos y los himnos
 Y durante cinco días desde el suelo y desde el aire
 los soldados siguieron matando
 matando y enterrando
 a vivos y a muertos
 Y durante cinco días junio se tiñó de rojo
 -en las casas luto humeaba-
 y en vano se canjearon mujeres y patriarcas
 en vano el buen viejo Mostajo
 a cambio de todos se ofrecía:
 la dura paz a nadie le devolvió la vida:
 la tregua sólo volvió a matar

           Ay de los vencidos
 ay de los que quedaron vivos con tanta muerte gritando
 llorando con tanta ausencia
 ay de la paz de los soldados que asesinó a la tregua
 ay de la tregua que mató a Villegas
 ay de la tregua que mató a Bellido
 cuando avanzaban cantando
 y llevando en alto sus camisas de paz
 Ay de los que murieron sin dejar sus nombres
 ay el botín de la victoria
 el festejo de la bestia
 las cornetas y las órdenes
 ay el recuento:

           decenas de muertos reposan
 bajo la tierra
 de los cuarteles
 nubes de gallinazos señalan los cementerios
 y el agua roja de los torrentes

           Ay los días llenos de pájaros grises
 los deudos abrazando a las sombras
 las bestias a mansalva en las esquinas
 los cráteres abiertos
 los fétidos embudos
 la nueva atmósfera de duelo
 las campanas quebradas
 y el triste redoblar de la ciudad
 Ay de su amor insepulto sacudiendo corajes
molles y trigales
 montañas y recuerdos
 Ay las vértebras altivas preparando el restañido
Ay las mutaciones
 ay cuándo junio dará la vuelta en su rueda
 para que vuelvan a su hogar los mulos
 y a la  vida a sus felices eras?
Ay los que murieron
 por salir a dar vivas y honras a Chicata
 Ay los que aún esperan
 la vuelta de Villegas y Bellido
 y de todos los combatientes no marcados en sarcófagos
 Ay el matecillo con sangre y la retama viuda
 ay los amarillos macamamas
 -traidores cubiertos con airampo-
 Ay el texao negro y la verbena roja
            los burgueses que se creen colorados
 los colorados pintados con un solo trapo
 Ay el huiro amargo y triste entre las ánimas

           Ay los muertos verdaderos
 ay de los vencedores:
 -malvados huacacaras
 hijos de la yerbamota-
 en cada amanecer el clarín
 los pondrá al lado de un muerto
 un muerto mirará siempre en sus ventanas
 y en sus puertas
 un muerto reventará las cinchas de sus cabalgaduras
 y ajustará las de sus propias cinturas
 Ángel terrible a su costado será el cadáver
 -ah guerrera paz de la conciencia-
 y el pan les sabrá a sangre y a hueso todos los días
 todos los días de junio golpearán en su sueño
 (negra catedral
 campana nona Torre de miedo)
 todos los días los muertos y los vivos
 arañarán sus almas

           Ay Chicata de sillar y de fábrica
 de herramienta y desacato
 de corazón de higo
 y gran esbozo de héroe:
 descansa en paz
 porque aquí
 en las mesas de a centavo
 en las orejas claras y en los ojos
 húmedos del pueblo vives
 y cada vez que las campanas nos llamen a la piedra
 y al doble sol bajo la pólvora
 recordaremos tu onomástico en rojas llamaradas

           Chicata -hombre todos los días
 y desde junio hermano insólito-
 si te recuerdo siempre
 a pesar de haberte conocido fúnebre
 si te saludo siempre como a un himno colorado
 es porque la protesta en Arequipa
 desde junio tiene la tremenda cara de un niño
 gimiendo entre tu rostro muerto

           Chicata: gran fábrica de amor
 hombre de todos los días
 y gran hombre en junio
 ay hombre y niño muerto
 ay junio: pesado catafalco.