Un Poema de Otto René Castillo*
Respuesta
Si me preguntaras
qué es lo que más quiero
sobre la anchura de la tierra,
yo te contestaría:
a ti, amor mío, y a la gente
sencilla de mi pueblo.
Dulce eres, como la tierra,
como ella frutal y hermosa.
Pero a ti te quiero.
No por bella que eres.
Ni por lo fluvial de tus ojos,
cuando ven que voy y vengo,
buscando, como un ciego, el color
que se me ha perdido en la
memoria.
Ni por lo salvaje de tu cuerpo
indomable.
Ni por la rosa de fuego, que se
entrega
cuando la levanto del fondo de la
sangre
con las manos jardineras de mis
besos.
A ti te quiero, porque eres mía.
La compañera que la vida me dio,
para ir luchando por el mundo.
Amo a la gente sencilla de mi
pueblo,
porque son sangre que necesito,
cuando sufro y me desangro;
hombres que me necesitan cuando
sufren.
Porque nosotros somos los más
fuertes,
pero también los más débiles.
Somos la
La sonrisa. Lo dolorosamente
humano. La
[lágrima.
La sonrisa. Lo dolorosamente
humano. La
[unidad
de lo mejor y de lo más deplorable. Lo que
[canta
sobre la tierra y lo que llora
sobre ella.
De ellos recibí esta voz, este
corazón
[inquieto
que me apoya y me fortalece y me
lleva
[consigo.
Por eso los amo como son
y también como serán.
Porque ellos son buenos
y serán mejores.
Y juntos nos jugamos
el destino, con nuestras
manos que todo lo construyen.
Así amo yo la vida
y amo a la humanidad,
amor mío,
cuando te amo y amo
a los hombres sencillos
de mi bello y horrendo país.
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