Contradicciones
de la Política Económica Burguesa
César Risso
Los intentos de la burguesía de evitar las consecuencias
de la crisis económica, como la reducción de las utilidades, la llevan a
mostrar una serie de contradicciones.
Las últimas
medidas propuestas por el Ministerio de Economía y Finanzas, equivalen (según
el ministro Alonso Segura) a inyectar al sector privado 5 mil millones de
soles.
Este importe
es el resultado de varias medidas, como la exoneración de descuentos a las
gratificaciones de Julio y Diciembre, el mayor acceso a la CTS (medidas que
favorecen a los trabajadores formales), que no son una novedad sino la
extensión de medidas implementadas el año pasado; a las cuales se suma la
reducción del precio de los combustibles, del pollo, del azúcar y de los
lácteos.
Es como si el
Estado le dijera a los trabajadores: tengan este dinero para que sigan pagando
sus deudas a la burguesía, y para que le sigan comprando bienes y servicios, y
de paso para que continúen con la ilusión de que todo va bien en la economía,
así que pueden continuar endeudándose para comprar sus departamentos, o sus
autos, o electrodomésticos, etc. Es decir, el destino de los 5 mil millones de
soles es el bolsillo de los burgueses. En un caso el mecanismo es la ampliación
de la capacidad de consumo de los trabajadores formales, y en otro caso, a
través de la disminución del costo de ciertos productos, directamente a
incrementar los ingresos de los capitalistas.
Estas medidas
generarán la confianza en los negocios para seguir invirtiendo, lo cual se
conseguirá con mayor endeudamiento, tanto de las empresas para seguir ampliando
sus negocios, como por parte de los trabajadores, que dependiendo de sus
ingresos tendrán acceso a nuevos créditos.
Evidentemente
estas medidas tratan de dilatar el normal funcionamiento de la economía, pero
lo que van a lograr es agravar más las condiciones en las que la crisis se
presente. Cuando el Estado no pueda seguir sosteniendo la ganancia de la
burguesía, se reducirá de golpe la inversión, y con ello los trabajadores en la
imposibilidad de pagar sus deudas, afectarán la cadena de pago, impactando a
todo el sistema financiero. Los créditos hipotecarios impagos, provocarán la
aplicación de las hipotecas, con lo cual se perderán las casas y departamentos,
adquiridos a crédito, que irán a parar a manos de los bancos. Al verse
afectados los bancos, el dinero será escaso y en consecuencia la tasa de
interés aumentará, con lo cual las inversiones disminuirán aún más.
Frente a la
propuesta de incremento de las remuneraciones, que obviamente tendría un
carácter permanente, se proponen estas medidas temporales. Esto tiene dos
sentidos. Primero, un efecto inmediato sobre los ingresos de los capitalistas,
y con ello evitar la caída de las inversiones; y de otro lado, no dejar que los
trabajadores se formen la idea que ellos tienen el control de la economía del
país.
Los
representantes privados de la burguesía han manifestado que no se oponen al
incremento de remuneraciones de los trabajadores, sino a que este incremento no
tenga el sustento del aumento de la productividad laboral. En otras palabras,
estarían dispuestos a aumentar las remuneraciones si es que los trabajadores
muestran individualmente su capacidad de incrementar las utilidades de la
burguesía. Este aumento de productividad del trabajador pasa necesariamente por
el hecho de que el trabajador tome la decisión de desarrollar un esfuerzo mucho
mayor en el mismo número de horas. Aunque sabido es que los aumentos de
remuneraciones se dan como consecuencia de la discusión entre los
representantes del Estado burgués, los representantes privados de la burguesía
(empresarios) y los representantes de los trabajadores.
Entre otras
cosas, estas medidas disfrazan la negativa del Estado burgués a cumplir con el
compromiso de aumentar las remuneraciones.
¿Por qué la
burguesía puede oponerse al aumento de la remuneración mínima legal (RML)? ¿Qué
es lo que técnicamente sustenta la actual RML? ¿Calculan lo que debe recibir un
obrero para reponer sus fuerzas para continuar laborando al día siguiente? ¿Por
qué la burguesía se atribuye el derecho a decidir cuánto debe ganar un
trabajador y cómo debe vivir?
A la
burguesía no le interesa si los trabajadores viven en cuevas; lo que le importa
es pagar lo menos posible a los trabajadores, para hacer máximas sus ganancias.
Por ello, aunque disfrazados de generosa consideración, arguyen en sus análisis
y comentarios una serie de pretextos para no aumentar las remuneraciones.
Mientras con
las actuales propuestas inyectan al gasto y la inversión privados 5 mil millones de soles, por otro lado
proponen el proyecto de
ley 4008, así como el Decreto Supremo 013, que promueven el despido
masivo.
Así, se
aseguran de que en la eventualidad de que la crisis económica sea inevitable
(de hecho lo es), tienen la garantía legal de que podrán preservar gran parte
de sus inversiones, pues los primeros sacrificados serán los trabajadores.
(Octava
Parte)
Samir
Amin
EVOLUCIÓN
HACIA LA IZQUIERDA del proyecto en curso y fortalecimiento de la potencia de
las fuerzas sociales populares, lo cual haría avanzar al país en la larga
transición hacia el socialismo.
Además,
estos escenarios diferentes se articularán a su manera con los que se impongan
en la India, el otro socio gigante asiático del sistema mundial. Aquí también
es posible imaginarlo todo o casi todo: la fragmentación del país (posibilidad
que los Estados Unidos intentaron favorecer en un pasado no muy remoto), su
postración en el estancamiento, la afirmación de su autonomía y un nuevo
comienzo. Las relaciones India-China (hostilidad declarada, tolerancia, apoyo
mutuo) irán encontrando su lugar, al igual que las estrategias del imperialismo
dominante, que se esforzarán naturalmente y por todos los medios para echar
leña al fuego en esas relaciones.
En
cuanto a Europa, ya dije que hasta hoy los intereses dominantes de la región
(sus grandes empresas) inscriben sus estrategias, como las de los Estados
Unidos y las del Japón, en el marco de la mundialización desenfrenada. Por
ello, esas empresas no son agentes activos capaces de cuestionar la hegemonía
norteamericana a escala mundial ni de desarrollar otra visión de las relaciones
Norte/Sur. Es también por ello que las nuevas relaciones Oeste/Este que se dan
en Europa se incluyen espontáneamente en una perspectiva de
"latinoamericanización" del Este y no de su integración en un pie de igualdad.
Las izquierdas europeas, tanto del Este como del Oeste ¿serán capaces de
definir juntas otra estrategia que esté a la altura de las exigencias de un
pacto social progresista pan-europeo? Las opciones liberales y los procesos de
latinoamericanización de la Europa del Este acentúan el desequilibrio existente
en el interior de la Unión a favor de Alemania. “La Europa alemana", ¿será
aceptable a la larga para Gran Bretaña, para Francia o para Rusia? Mientras
tanto, la adhesión a
ese proyecto perpetúa la hegemonía norteamericana global porque
Alemania, como el Japón, juegan aquí la carta de las potencias regionales
alineadas detrás de los Estados Unidos sobre las cuestiones de alcance mundial.
Pero,
por razones que corresponden a la historia y a lo que ésta le ha legado a
Europa en cuanto a tradiciones humanistas y socialistas -que ya evoqué antes
al proponer una comparación entre la Revolución Francesa y la revolución norteamericana-,
no descarto la posibilidad de que comience a perfilarse y termine por imponerse
otro proyecto europeo, el de una Europa "social". Pero, en ese caso,
será necesario reflexionar sobre lo que tal cosa pueda significar. Más allá de
los términos "mágicos" cuyo sentido resulta impreciso (¿"neo-keynesianismo"?),
¿se intentará construir una Europa social “fortaleza"? ¿O una Europa
social abierta? Y también, ¿cómo se manejarán las relaciones con los Estados
Unidos, con el Japón y con las periferias?
El derecho burlado,
la democracia amenazada
Un
momento como el que vivimos, es decir, un momento de crisis estructural de la
acumulación capitalista, de revolución tecnológica de una amplitud decisiva,
de redespliegue del imperialismo, es forzosamente un momento de gran desasosiego
para los pueblos oprimidos y las clases trabajadoras explotadas. Pues la
coyuntura que esos fenómenos conforman en conjunto permite que el capital
dominante imponga la lógica exclusiva de sus propios intereses, sin tener que
transigir con aquellos que son sus víctimas.
El
momento es en efecto el del desbaratamiento de las antiguas formas de
organización de la producción y del trabajo. Por eso mismo, las formas de
organización de las luchas sociales y políticas heredadas de la etapa anterior
de la historia, que ya pertenece al pasado, pierden la eficacia que tuvieron y,
por consiguiente, su legitimidad. Ahora bien, la cristalización de nuevas
formas de organización del trabajo nunca es instantánea; exige que transcurran
décadas antes de encontrar su punto de equilibrio y de estabilización relativa.
Mientras tanto, en el campo de las víctimas del sistema, el desasosiego y la
fragmentación ocupan la escena.
La
coyuntura se caracteriza pues por una intensificación de la violencia. En
primer lugar, la de las fuerzas dominantes del capital, que tratan de imponer
sus soluciones tanto en los ámbitos nacionales como en el nivel mundial. De ahí
la militarización de la mundialización. Violencia de unos contra violencia de
los otros, que a su vez adquiere las formas más diversas. Algunas de éstas
pueden calificarse de positivas cuando se inscriben en la perspectiva de
construcción de frentes de fuerzas populares y despiertan una conciencia
política nueva que está a la altura de los desafíos. Otras no lo son, cuando
encierran a las víctimas del sistema en callejones sin salida que los privan de
la posibilidad de identificar correctamente la naturaleza de los desafíos. Por
supuesto, las estrategias de las fuerzas dominantes se afanan por sembrar
confusión mientras pueden hacerlo para evitar lo que para ellas sería lo peor:
la politización positiva de los movimientos sociales populares.
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