COMERCIO EXTERIOR, PRODUCTIVIDAD LABORAL Y SUPEREXPLOTACIÓN CAPITALISTA
Cesar Risso.
El imperialismo desarrolla mecanismos que le permitan
explotar a países enteros, para lo cual requieren de la complicidad de la
burguesía nativa, en su calidad de intermediaria, y de los gobiernos de turno,
más allá de la propaganda nacionalista que desarrollan.
El aumento de la
productividad laboral en nuestro país, expresa que la maquinaria o la
tecnología, permiten extraer mayor cantidad de trabajo de los obreros por
unidad de tiempo. Dada esta situación, si las remuneraciones no aumentan o
aumentan en una proporción menor a la productividad del trabajo, entonces está
aumentando la explotación de los trabajadores.
Entre los años 2005 y
2011, la productividad laboral aumentó en cerca del 57%, en tanto que las
remuneraciones promedio aumentaron en cerca del 41%[1].
Este aumento de la
explotación de los trabajadores, se basa en el incremento de la plusvalía
relativa, lo cual permite que en menos
horas los trabajadores creen un nuevo valor equivalente a su remuneración, ampliándose el tiempo en el que labora
para crear un nuevo valor, que es el que se apropia la burguesía bajo la forma
de ganancia. Esto corresponde a la explotación a la que la burguesía nativa somete
a los trabajadores de nuestro país.
Los datos dan cuenta
del aumento de la productividad laboral[2], sin embargo, y aunque han
aumentado las remuneraciones, pero en una proporción menor, a la burguesía las
cosas no le han salido tan bien. Entre los años 2000 y 2011, la plusvalía se ha
incrementado en 25,54% y la cuota de ganancia lo ha hecho en 6,32%. Si tomamos
los años 2005 y 2011, periodo que corresponde al aumento de la productividad
laboral y al de las remuneraciones señaladas líneas arriba, los valores son de
16,17% y 4% respectivamente. En ambos casos el aumento es menor al de la
productividad laboral.
La productividad
laboral del Perú es más baja que la de las economías latinoamericanas de
ingreso medio alto[3].
Y, por lo tanto, es más baja que en los países industrializados. Esto agudiza
aun más la explotación de los trabajadores de nuestro país, pues a la
explotación de la burguesía nativa se suma la explotación de la burguesía de
los países imperialistas. Esto se da debido a que creamos menos valor por hora
que los países industrializados, o lo que es lo mismo, que cada mercancía
producida en nuestro país requiere mayor tiempo de trabajo socialmente
necesario, y en consecuencia contiene más valor; en el intercambio con los
países industrializados entregamos más valor que los que estos países nos
entregan a través del comercio internacional; lo cual se debe a que cada
mercancía producida en los países industrializados, de elevada productividad
laboral, contiene menos tiempo de trabajo socialmente necesario, y por lo tanto
representan menos valor.
Recuérdese que la
plusvalía es trabajo no remunerado, de modo que mientras más intensiva en
trabajo sea la actividad productiva, mayor plusvalía crea. Pero, por la
anarquía de la producción, esto es, por la competencia, en el mercado, las
actividades intensivas en capital obtienen parte de la plusvalía de los sectores
intensivos en mano de obra.
Parte de este
mecanismo de sobre explotación reside en el hecho de que en el Perú, la
inversión minera, por ejemplo, ha venido aumentando, debido al incremento de
los precios internacionales de los minerales. Esta situación ha provocado el
aumento de los términos de intercambio. Esto es, el índice de precios de
nuestras exportaciones es mayor que el índice de precios de nuestras
importaciones. Esto quiere decir que con el precio promedio de nuestras
exportaciones podemos importar cada vez más. Sin embargo, lo que sucede es que
de estos precios se benefician las empresas transnacionales, que son las que
invierten en la actividad minera, así como aquellas otras encargadas de acopiar
las mercancías para hacer mayor volumen y exportarlas.
Esta situación
configura un esquema o modelo que aprovecha las condiciones de bajos salarios
en nuestro país para extraer valor no remunerado. A través de la producción en
los sectores primarios (extractivos), de una baja remuneración, y del aumento
del precio a nivel internacional, se procede a trasvasar el valor creado por
los obreros peruanos, hacia los países imperialistas a través de las empresas
transnacionales.
Este mecanismo se
agrava aún más para los países que firmamos acuerdos comerciales con países
imperialistas como Estados Unidos. En estos acuerdos, fundamentalmente se trata
de la reducción significativa de las medidas de política comercial que permitan
hacer frente a este trasvase de valor. De modo que ni siquiera a través de
estos mecanismos podemos evitar que el trasvase de valor sea mayor.
Así, los llamados
Acuerdos de Libre Comercio, en realidad son mecanismos para agudizar la
explotación de los países en vías de desarrollo por parte de los países
imperialistas.
[2] La burguesía concibe que la tierra, el capital y el trabajo crean nuevo
valor. Este es un grueso error, que tiene su fuente en la apología que hacen
los intelectuales al servicio de la burguesía. La única mercancía que crea
valor es la fuerza de trabajo. Sin embargo, la burguesía calcula la
productividad del capital.
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