viernes, 9 de diciembre de 2011

Páginas del Marxismo Latinoamericano



¿QUÉ ES LO QUE QUEREMOS FEDERADOS Y SOCIALISTAS?*

(Extractos)

Luis Emilio Recabarren


Siempre falta algo que aclarar en la propaganda de nuestras ideas y a medida que aumenta el número de afiliados aumentan las preguntas y las discusiones sobre “el qué” y “el por qué” de nuestras aspiraciones y el “modo” de realizarlas.

        Por eso damos aquí una breve pero clara explicación.

¿Qué es lo que Queremos?

Queremos vivir bien; eso es todo. La organización industrial capitalista no nos permite poder vivir bien, porque nos obliga a soportar un régimen de esclavitud, de explotación y de opresión.

        Al mantener el régimen del salario, nos mantiene esclavizados a ese régimen.

        Nosotros sabemos que los pobres somos la mayoría del mundo, la mayoría de cada pueblo y sabemos que tenemos derecho a disponer, a ordenar, a organizar el mundo en cada pueblo, como sea nuestro deseo para vivir mejor la vida.

        Entonces eso es lo que queremos; organizar la vida industrial, a nuestro gusto, quieran o no quieran los capitalistas y gobernantes, para darnos el bienestar que queremos y que necesitamos.

        Pedir aumento de salarios y conseguirlos no es obtener el bienestar y la tranquilidad que deseamos, porque sucesivos encarecimientos de la vida vuelven a colocarnos en la misma necesidad, pues el aumento de salarios, la disminución de horas de trabajo, y la incontenible ambición, siempre creciente de los industriales que encarecen la vida continuamente, hará ilusorias e inútiles todas las conquistas que realicemos en este terreno y tiempo perdido el empleado en estas luchas, puesto que siempre volvemos a quedar con la misma necesidad.

        Hace siglos que los pueblos vienen luchando contra el hambre, contra el bajo salario, contra la creciente carestía de la vida, contra la explotación.

        Es tiempo ya de poner término a esta situación.

        Para el mal de la miseria y su correspondiente esclavitud o para la “estrechez económica” como dicen ciertas clases, no hay sino UN SOLO Y UNICO REMEDIO, que consiste en lo siguiente:

        Abolir toda propiedad particular o privada, de la misma manera que una ley anula otra ley, y declarar “propiedad nacional” todo lo que hay dentro del territorio nacional; tierras, industrias, medios de transportes, habitaciones, etc.

        Entendemos por ley, la voluntad que se manifieste por el Congreso legislador, como la voluntad que se resuelve hacer efectiva por la mayoría del pueblo organizado cuyo poder y soberanía es superior al Congreso puesto que el Congreso no existiría si el pueblo no lo eligiera.

        Si las cámaras no quieren hacer esta ley que el pueblo necesita y reclama, porque las cámaras están compuestas por burgueses que viven de la explotación, es entonces el pueblo organizado el que hará esta nueva ley y obligará a todos a observarla, imponiendo su observancia por medio de la dictadura proletaria establecida por la organización.

        De la misma manera que con una huelga se impone una ley a una industria, una huelga general obligará a todos los industriales a someterse a lo que quieren los trabajadores organizados.

        Cuando una ley declare “propiedad nacional” todo cuanto existe, esa misma ley confiará la administración de todo cuanto exista, a cada municipalidad de la república, y como cada municipalidad es elegida por el pueblo, en elección que en el futuro cada vez más será más libre, más inteligente, más perfecta y justa, resultará que será el pueblo mismo quien administre la agricultura, las minas, el salitre, las industrias, el comercio, el transporte, etc.

        Según la ley actual, las municipalidades pueden aumentarse o disminuirse por un simple decreto del Presidente de la República de acuerdo con el Concejo de Estado.

        Si hay tierras y propiedades “nacionales”, correos, telégrafos, ferrocarriles, minerales, costas, aguas, etc., ¿por qué no puede ser TODO propiedad nacional o fiscal?

        La misma ley que declare “propiedad nacional” todo cuanto existe en la nación y que entregue a las municipalidades la administración de su respectiva región, esa misma ley, QUE PUEDE SER UNA NUEVA CONSTITUCION, establecerá más o menos las siguientes disposiciones:

        En cada industria, faena u ocupación donde hayan más de diez personas mayores de 18 años ocupadas, éstas mismas reunidas en asambleas, elegirán sus jefes administradores y encargados o capataces para la dirección y administración de cada sección de trabajo y de toda industria.

        Los administradores o capataces estarán bajo el control de sus respectivas asambleas y le deben cuentas de sus actos.

        Las asambleas fijarán sueldos, horarios, condiciones de trabajo, precios de venta de los productos, y todo lo que fuere necesario determinar, oyendo los consejos de los técnicos cuyos informes pidiere.

        En las industrias divididas en diferentes clases de faenas, o secciones de trabajo, cada sección elegirá sus capataces o jefes, y todas juntas elegirán el personal de administración en general, que determine cada asamblea.

         Esta forma de administración evitará las injusticias de toda clase que han sufrido y sufren los obreros.

        Las municipalidades se compondrán de los delegados que cada industria o faena envíe, debiendo determinar la ley hasta qué números de obreros tendrá derecho a enviar un delegado o más.

        Los delegados a las municipalidades, los administradores, capataces y toda persona que recibiere nombramientos por una asamblea, desempeñarán sus funciones mientras cuenten con la confianza de la asamblea y su nombramiento no sea modificado.

        Establecida la “propiedad nacional”, nadie explotará trabajo ajeno, ni el salario o sueldo, ni muchas horas de trabajo, ni el precio de los artículos de consumo y uso.

        Por esta sencilla razón desaparecerá por completo la miseria, los vicios, la prostitución y casi toda la delincuencia que es producto del actual régimen en que vivimos.

        En cada comuna la municipalidad es el único poder legislativo y ejecutivo encargado de todos los asuntos de interés general dentro de la comuna.

        En cada industria, o sección del trabajo que no forme parte de una industria o faena, la asamblea de todo el personal es el único poder de legislación y administración dentro de su radio de acción.

Establecer la “propiedad nacional” como única forma de propiedad en el país, es lo que los socialistas llamamos “socializar la propiedad”, porque cada comuna y cada nación es una sociedad de seres humanos. Y es más honrado, más justo y más lógico que sea la sociedad humana, en cada región donde esté reunida, quien sea la propietaria de todo cuanto exista o produzca, en vez de tolerar, como hasta hoy, que exista propiedad particular que es la fuente de la injusticia con todos sus horrores.

        De este justo sentimiento de “socializar la propiedad, en todos sus aspectos y derivados” para producir en beneficio social y económico según las necesidades de cada cual, es de donde surge la palabra “socialismo”, sintetizando esta aspiración, y la palabra “socialistas” aplicada a los partidarios de la “socialización”.

        Los detalles para establecer, mantener, desarrollar y perfeccionar la “socialización”, se establecerán y se modificarán por acuerdo de las asambleas o municipalidades.

        Nadie puede alegarnos la imposibilidad de la magnífica administración de este nuevo orden de cosas. Cuando se alega que muchos no querrían trabajo, desconocen que subsistiría siempre una fuerza social organizada –superior al individuo– que evitaría el desorden. Esa fuerza social la constituyen las asambleas industriales –que vendrían a ser los verdaderos propietarios– y las municipalidades.

        Esa fuerza social será eterna, (el pueblo es eterno), siempre renovada, por la vida y por la muerte. El sentimiento de herencia, como una previsión para los hijos resultaría innecesario, pues la fuerza social, inteligente proveerá perpetuamente al bienestar común, sin privilegios, sin injusticias, sin retardo.

        El mayor y más violento desarrollo de la educación, de la cultura, de la moral, del sentimiento de solidaridad, serán los factores –virtudes determinadas e ineludibles– que precipitarían “a la sociedad nueva” a la perfección de su sistema, sin dejar lugar, a ningún momento de vacilación, de caos, ni de desorden de ninguna naturaleza.

        El sentimiento al desarrollo de la cultura, de la moral y solidaridad, es ya un factor introducido en todas las actividades humanas que es precisamente el motor que hoy nos empuja a la transformación social, y que al triunfar se alimentaría de nuevos bríos, de más impetuosos e incontenibles deseos de más perfección, para cumplir y realizar su magnífica misión.

        Estamos, pues, a salvo de las incertidumbres de que nos habla nuestra ignorante e incapaz burguesía, gobernante y explotadora.

        La oposición que opone y oponga la burguesía a la marcha de este movimiento es lo único que producirá choques dolorosos. Pero la burguesía que se embarque en el movimiento, demostrará inteligencia y moral, y evitará desgracias. ¿Ocurrirá esto?

        Es de esperar que cada socio de la Federación procure comprender perfectamente toda la intención de estas ideas expuestas en este folleto y de la gran felicidad que traería para el país el que estas ideas se conviertan en ley, por la voluntad del pueblo entero. Así terminaría la guerra social en que nos obligan a vivir los explotadores.

        La ley actual permite “confiscar” o adquirir como “propiedad nacional”, lo que se necesita para el progreso social del estado, pagando al “propietario particular” lo que justamente se estime o se convenga.
       
        Nuestra “nueva ley” vendría a confiscar toda la “propiedad particular”, tierras, casas, fábricas, etc., (lo que nosotros llamamos “socializar”), pero NO SE PAGARIA NADA, porque sería innecesario desde el momento en que en el “nuevo estado de cosas”, todo estaría previsto para que a nadie le faltara su parte de la felicidad.

        Si la sociedad vende toda su producción y reparte entre los productores el fruto de la venta, nadie sufrirá necesidades.

        Además, “socializar” es poner al servicio de la sociedad toda entera, todo aquello que a los propietarios particulares sea excesivo, superfluo e innecesario a su bienestar particular y en cambio útil al bienestar de la sociedad de la cual forma parte.

        Sólo podrá acordarse “indemnización” pagable a plazo con el mismo producto de la industria respectiva, a accionistas residentes en el extranjero en pueblos no socializados.

        Pagar una “indemnización” sin verdadera justicia, sería dejar en poder de los “indemnizados” riquezas sobrantes, inútiles, sin beneficio para nadie. Valdría lo mismo no socializar.

        Los acreedores residentes en el país, que necesitaren sus créditos, a juicio de la respectiva asamblea, y los residentes en el extranjero en naciones no socializados, serían indemnizados por la sociedad.

        No tememos que el “estado obrero” fuera a hacer más mala administración que el “estado burgués cuya incompetencia nadie discute, por estar a la vista.

        El trabajo sería obligatorio para cada persona habitante de la nación, considera apta para trabajar, y quedando a su elección la calidad de trabajo. La estadística señalará dónde sobran o faltan brazos para corregir el defecto.

        Las asambleas y municipalidades tomarán las medidas necesarias para “suplir” o realizar aquellos trabajos más precarios en que pudieran faltar trabajadores o voluntad.

        Siendo obligatorio el trabajo, y suprimidas las industrias o funciones innecesarias en un “estado socializado”, cuyo funcionamiento es mucho más fácil y más simple que en el “estado burgués”, se comprende que habría abundancia de brazos y motivaría por lo tanto una jornada mucho más corta de labor. El aumento de la maquinaria en todas las industrias producirá más felicidad todavía.

        Con voluntad, con inteligencia y amor, nada hay ni difícil ni imposible.

        Ahora bien, ¿qué acciones de detalle nos corresponde realizar, en la actualidad para “socializar el estado burgués”?

        ¿Presionar a la burguesía para que ella legisle en ese sentido? ¿Agitar la huelga general? ¿Preparar un movimiento revolucionario? ¿Esperar que se cumplan las promesas burguesas?

        En parte todo esto, pero por sobre todo perfeccionando la organización que nos capacite para la huelga general; y pretender la mayoría parlamentaria para hacer la ley:

        Sólo estas DOS FUERZAS: la huelga y la ley –derivada de nuestro voto– puede darnos la moderna organización social que a la ligera hemos bosquejado en estas líneas y que pondría término definitivo a la injusticia, al privilegio, a la esclavitud, al vicio, a la prostitución, a la delincuencia, etc.

        Pero como hemos dicho antes, si la burguesía entraba la legalidad parlamentaria, el pueblo debe dictar sus leyes por medio de la huelga general y estableciendo la dictadura de la organización hacer cumplir sus resoluciones.

Razonar sobre todo esto que queda dicho, es acercarnos a su realización.

        Queremos, pues, en resumen, federados y socialistas, abolir la “causa” de la injusticia, de la miseria, de la esclavitud, del vicio, etc. –que es la propiedad privada– para que TODOS gocen en perpetuo bienestar y tranquilidad la felicidad que a cada cual le permita gozar su propia inteligencia, en una sociedad que no entrabe el goce.

Proyecto  de Constitución de la República Federal Socialista de Chile

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De la Municipalidad 

39) Constituyen la Municipalidad los delegados nombrados al efecto por cada asamblea industrial o sección, establecida dentro de cada territorio municipal.

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41) La Municipalidad administra como propietario todos los intereses sociales de su región y controla la administración industrial.

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Medios de Socialización

La fuerza o la revolución con todas sus violencias no habrá de ser el único medio que se pueda valer el proletariado organizado para expropiar el régimen capitalista y reemplazarlo por una organización comunista en que se pueda ver libre de todas las desgracias que desencadena la mala organización social.

Hay también otros medios, como ser la huelga parcial o general, y el boicot.

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Este proyecto de Constitución que entregamos a la consideración popular no será ley jamás por un parlamento burgués.

Es la Federación Obrera y todas las organizaciones de lucha quienes deben constituirse en Congreso y hacer la ley y en seguida trabajar por su realización imponiéndolo con la fuerza y la violencia de la huelga general que inmovilice las funciones y la vida del estado hasta que sea reconocido como ley de la nación.

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La dictadura del proletariado

Actualmente vivimos bajo una permanente y rigurosa dictadura burguesa que nos obliga a vivir desnudos, hambrientos y esclavizados.

La dictadura del proletariado significa obligar a la burguesía a someterse a la voluntad del pueblo que no admite ser ni explotado ni oprimido.

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¿Para qué nos federamos?

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Tercero

Nos federamos, porque la organización federal es la base de la futura y moderna organización de los pueblos libres de toda tiranía, y porque la organización federal es el ejército más poderoso de la tierra que marcha conquistando para todos los seres humanos la verdadera felicidad social.

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(*) Escrito a principios de la década de 1920, este documento se convirtió en el manifiesto constitutivo del Partido Comunista de Chile, fundado en enero de 1922, cuando el Congreso del Partido Obrero Socialista acordó su cambio de nombre y su afiliación a la Tercera Internacional. El documento consta de tres partes: 1) la que lleva su título general; 2) la que lleva por título Proyecto de Constitución de la República Federal Socialista de Chile; 3) la titulada ¿Para qué nos federamos? Aquí hemos publicado íntegramente la primera parte, algunos numerales y declaraciones de la segunda, y un numeral de la tercera. (Nota de la Redacción)

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