El Velado Reconocimiento de la Crisis Económica
Cesar Risso
LAS PROYECCIONES del crecimiento de la producción
(PBI) en nuestro país para el año 2023, difieren de una entidad a otra, aunque
todas coinciden en corregir a la baja dichas proyecciones. Por ejemplo, el BCR
considera que el PBI crecerá este año en 2,2%, luego de haber planteado una
tasa de crecimiento de 3%, y posteriormente de 2,6%. El Banco de Crédito (BCP) estima
que el crecimiento será de 1,3%, cuando originalmente consideró que sería de
1,8%. Mientras tanto, el Instituto Peruano de Economía (IPE) llega a calcular
una tasa de crecimiento del PBI de 1,7%.
Como podemos apreciar, hay un reconocimiento de que la
producción en la primera mitad del año ha caído. Esta disminución de la
producción tiene consecuencias como la disminución del empleo. Aunque la medición
del empleo da cada vez menos información veraz. El nivel de informalidad, así
como la búsqueda de soluciones ajenas al mercado laboral formal por parte de la
población, elimina de la PEA (población económicamente activa) a buena parte de
la fuerza laboral. En otras palabras, el nivel de desempleo que se calcula por
parte del INEI es menor al real, con lo cual se logra presentar un panorama
menos grave de lo que es.
Cuánto significa esta rectificación del crecimiento de
la producción:
“Si ha estado atento a la
información económica, sabrá que el Banco Central (BCR) redujo su pronóstico de
crecimiento del producto bruto interno (PBI) de 2,6% a 2,2% para este año. A
primera instancia, pareciera que no fuera gran cosa reducir algo en 0,4%, hasta
que recordamos que esto es el equivalente a perder 4.000 millones de soles, o
unos 400 soles al año por hogar.”1
Si realizamos algunos
cálculos aproximados, se tiene que la reducción mensual sería de un poco más de
33 soles por hogar; considerando el pago a la seguridad social y al sistema de
pensiones, así como la inflación, entonces el salario mínimo quedaría reducido
a 803 soles. Este es uno de los impactos de la crisis económica que estamos
viviendo. Menos empleo y menos capacidad de compra.
Si
la inversión privada ha caído en 12% en el primer trimestre de este año,
entonces, además de lo que hemos comentado, las expectativas de ganancias de
los empresarios han disminuido. Esto se refleja en la proyección del BCR del
aumento de la inversión, que baja de 1% a -0,5%. Sin embargo, estas
proyecciones se basan en que el segundo semestre sea favorable, lo cual no se
puede predecir, puesto que el nivel de incertidumbre es alto. Por ejemplo, la
magnitud del impacto del fenómeno del Niño, así como las protestas por sacar a
Dina Boluarte, entre otras luchas del pueblo.
La
situación de crisis tiene varios mecanismos, pero en el fondo es el resultado
de la búsqueda de ganancias por parte de la burguesía. Si la tasa de ganancia
está por debajo de la esperada, entonces la inversión disminuirá, con lo cual
impactará sobre la producción. Es decir, dado que la burguesía no puede
alcanzar el objetivo de ganar más, entonces arrastra a todo el país a la
recesión. Si la burguesía se hunde, nos hundimos todos.
Pero
esto es así en el capitalismo. Como se puede apreciar, por las proyecciones de
las entidades burguesas, vemos que el capitalismo entra en periodos de crisis,
tanto a nivel nacional como a nivel mundial, afectando la vida de las clases
trabajadoras y del pueblo en general. Así las cosas, pareciera que el mensaje
es: si la burguesía no gana, el pueblo no come. Aunque, como ya sabemos por la
pandemia, el sector de productores campesinos es capaz de sostener la
alimentación al margen de la burguesía.
Veamos
la preocupación de la burguesía respecto de la situación económica que estamos
atravesando:
“La caída de la economía peruana
en el inicio del 2023 (-0,4%) esconde importantes diferencias al interior del
país: 17 regiones mostraron un crecimiento negativo, lo que es solo comparable
a los resultados causados por la pandemia en el 2020. Peor aún, siete regiones
–incluida Lima– entraron en recesión técnica al acumular dos trimestres de
caídas consecutivas.”2
No obstante la gravedad de
la situación, las expresiones que se utilizan tratan de aminorar la percepción
de la magnitud de la crisis. Por ejemplo, cuando dicen “crecimiento negativo”;
o cuando describen la crisis como si solo fuera de 17 regiones, cuando es la
crisis económica del país en su conjunto.
La
práctica de la burguesía para afrontar la crisis consiste en hacerla recaer
sobre las clases trabajadoras. El aviso sobre esto ya está dado.
La revista
ECONOMIÁ lanzó el pasado mayo el siguiente titular: “Reducir la pobreza a
niveles antes del Covid-19 llevaría 30 años.”3 Pues bien, ya sabemos
que todo el esfuerzo de política económica va a estar orientado a enfrentar la
situación de crisis. La política económica, en el actual sistema capitalista,
consiste en favorecer en la obtención de mayor ganancia a la burguesía. Es
decir, se van a promover medidas que aumentan la explotación de los
trabajadores. Y la propaganda burguesa nos dirá que es necesario que así sea,
pues es la única forma de aumentar la producción y el empleo, y, finalmente de
reducir la pobreza.
Sin
embargo, la crisis económica en el capitalismo es un fenómeno cíclico. Resulta
entonces que las crisis son inevitables. En el intento de comprender la esencia
de las crisis la burguesía evalúa una serie de explicaciones. Consideremos dos
aspectos que toca la burguesía en este sentido.
Con
el título La maldición de los recursos naturales, Miguel Palomino
describe lo siguiente:
“En segundo lugar, y aquí
viene la madre del cordero, todos los estudios sobre la maldición de los
recursos naturales discuten ampliamente que la superabundancia de recursos
fiscales atrae a la corrupción siempre dispuesta a beneficiarse del abundante
dinero público. Así, vemos que la supuesta maldición de los recursos naturales
es en verdad en el Perú una maldición de los recursos fiscales. Desde 1991, el
presupuesto público se ha multiplicado por 9, ajustado por inflación. Cosa
parecida sucede con las municipalidades y ni hablar de los gobiernos regionales
que antes no existían, y hoy manejan ingentes cantidades en manos de quien
logre elegirse.”4
En otras palabras, mayor
ingreso para el Estado como resultado de los impuestos que pagan las empresas
transnacionales que extraen minerales de nuestra tierra, invita a la
corrupción. Aquí hay dos conclusiones falsas. Primero, las empresas mineras
pagan muy pocos impuestos, pues terminan devolviéndoselos; y segundo, que con
mayores o menores ingresos del Estado, la corrupción se ha hecho consustancial
al capitalismo peruano.
Pero
el autor señala, además, que los mayores ingresos de dólares por la exportación
de los minerales, provoca la caída del tipo de cambio.
“El factor económico a que
nos referimos es que la enorme exportación de petróleo trae una abundancia de
dólares presionando a la baja su precio. Con eso resulta muy difícil competir
con las importaciones. En sencillo (y a riesgo de simplificar), mejor es no
producir casi nada e importar casi todo barato, pues siempre habrá con qué
pagarlo.”5
Lo que manifiesta el autor
es que, al tener elevados ingresos por las exportaciones de los recursos
naturales, entonces cae significativamente el precio del dólar y por lo tanto
las importaciones se hacen mucho más baratas, a tal punto que sería más
provechoso comprar en el exterior todos los bienes en lugar de producirlos en
el interior del país.
Estas
reflexiones, que tienen cierto asidero, revelan algunas de las contradicciones
que se presentan en el sistema capitalista. Tener considerables volúmenes de
recursos naturales es hasta cierto punto perjudicial. Tener elevados ingresos
fiscales, precisamente por los recursos naturales, también lo es. Lo que hace
que esto sea así es el capitalismo. Como lo que reina en este sistema es la
anarquía de la producción, entonces las empresas pugnan por arrebatarse las
ganancias entre ellas, y los países entran en la pugna a través de las medidas
de política económica y, poniendo a disposición de las grandes empresas sus
fuerzas armadas para amenazar o simplemente saquear a los países que poseen
estos recursos.
Si
no estuviese de por medio la ley económica fundamental del capitalismo,
entonces los recursos naturales tendrían un uso racional en función de las
necesidades de toda la población; pero en este sistema lo que mueve a la
economía es la ganancia.
Así,
buscando ganar cada vez más la burguesía del mundo no hace otra cosa que
provocar crisis cada vez más agudas. No entienden que sus móviles egoístas son
la causa de las crisis económicas. Así funciona el capitalismo, y así seguirá
hasta que llegue a su fin.
__________
(1) https://www.ipe.org.pe/portal/el-pais-que-olvido-como-crecer/
(3) https://www.revistaeconomia.com/reducir-la-pobreza-a-niveles-antes-del-covid-19-llevaria-30-anos/.
(4) https://www.ipe.org.pe/portal/la-maldicion-de-los-recursos-fiscales/
(5) Ibidem.
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