lunes, 1 de mayo de 2023

Política

¡Viva el Primero de Mayo! 

Primero de Mayo 

Manuel González Prada 

SI LOS PROLETARIOS de América y Europa se congregaran hoy para únicamente celebrar la fiesta del trabajo, merecerían ser llamados ingenuos, infelices y hasta inconscientes, pues no harían más que sancionar su miseria y su esclavitud. Examinando bien los hechos, sin dejarnos alucinar por la fraseología de sociólogos oficiales y oficiosos, ¿qué diferencia hay entre el esclavo antiguo (que era la propiedad o la cosa del amo) y el trabajador moderno que sigue siendo el autómata o la máquina del patrón? Vemos una sola diferencia: en la Antigüedad el vencedor esclavizaba al vencido, francamente, proclamando el derecho de la fuerza, sosteniendo que unos habían nacido para mandar y otros para obedecer, mientras en las sociedades modernas el letrado y el capitalista explotan al ignorante y al obrero, hipócritamente, predicando la evangélica máxima del amor al prójimo, hablando de libertad, igualdad y fraternidad. 

El trabajo, tal como se halla organizado y tal como desearían conservarle los capitalistas, se reduce a la explotación de muchos por unos pocos, al sometimiento servil de la gran masa bajo la voluntad omnipotente de algunos privilegiados, a la eternización de un verdadero régimen de castas en que los de arriba gozan de luz y bienestar mientras los de abajo vegetan en la ignorancia y las privaciones. Ese trabajo manual (tan encarecido por los traficantes y los ociosos) no siempre dignifica y engrandece. Trabajar para recoger todo el fruto de su labor o hacerlo voluntariamente para transformar el Globo en una morada cómoda y salubre, concediéndose las horas necesarias al solaz, a la instrucción y al sueño, es digno del hombre; pero bregar y esquilmarse para que otros reporten los beneficios o hacerlo obligadamente para sólo dulcificar la vida de los amos, negándose el descanso indispensable, comiendo mal, durmiendo poco, vistiéndose de guiñapos y no conociendo más placeres que el trago de aguardiente y la procreación, es indigno del hombre. 

No faltan desgraciados que merced a ese régimen degeneran al punto de transformarse en animales de tracción y de carga, con la circunstancia de tener menos descanso y menos pitanza que el asno y la mula. Pero (qué mula ni qué asno!) Hombres hay convertidos en algo inferior a las acémilas, en verdaderos aparatos que sólo realizan actos puramente mecánicos. Han perdido todo lo humano y, primero que nada, el instinto de la rebelión. No les hablemos de reclamar sus derechos, de pedir lo suyo, de adquirir la dignidad de hombres: no entenderán nuestras palabras y se volverán contra nosotros para defender a su verdugo y a su Dios –el capitalista. 

Felizmente la luz va penetrando en el cerebro de los proletarios y muchos comprenden ya que el 1 de mayo, para no ser una fiesta ridícula o pueril, debe significar algo más que la glorificación del trabajo. Se congregan hoy para recordar a los buenos luchadores que señalaron el camino y para reconocerse, estrechar las filas, cambiar ideas y acelerar el advenimiento del gran día rojo. Y decimos rojo, pues no incurriremos en la ingenuidad o simpleza de imaginarnos que la Humanidad ha de redimirse por un acuerdo amigable entre los ricos y los pobres, entre el patrón y el obrero, entre la soga del verdugo y el cuello del ahorcado. Toda iniquidad se funda en la fuerza, y todo derecho ha sido reivindicado con el palo, el hierro o el plomo. Lo demás es teoría, simple teoría. 

 

 

El Frente Único y el Primero de Mayo 

José Carlos Mariátegui

EL 1° DE MAYO ES, en todo el mundo, un día de unidad del proletariado revolucionario, una fecha que reúne en un inmenso frente único internacional a todos los trabajadores organizados. En esta fecha resuenan, unánimemente obedecidas y acatadas, las palabras de Carlos Marx: "Proletarios de todos los países, uníos". En esta fecha caen espontáneamente todas las barreras que diferencian y separan en varios grupos y varias escuelas a la vanguardia proletaria. 

El 1° de Mayo no pertenece a una Internacional: es la fecha de todas las Internacionales. Socialistas, comunistas y libertarios de todos los matices se confunden y se mezclan hoy en un solo ejército que marcha hacia la lucha final. 

Esta fecha, en suma, es una afirmación y una instalación de que el frente único proletario es posible y es practicable y de que a su realización no se opone ningún interés, ninguna exigencia del presente. 

A muchas meditaciones invita esta fecha internacional. Pero para los trabajadores peruanos la más actual, la más oportuna es la que concierne a la necesidad y a la posibilidad del frente único. Últimamente se han producido algunos intentos secesionistas. Y urge entenderse, un concretarse para impedir que estos intentos prosperen, evitando que socaven y que minen la naciente vanguardia proletaria del Perú. 

Mi actitud, desde mi incorporación en esta vanguardia, ha sido siempre la de un fautor convencido, la de un propagandista fervoroso del frente único. Recuerdo haberlo declarado en una de las conferencias iniciales de mi curso de historia de la crisis mundial. Respondiendo a los primeros gestos de resistencia y de aprensión de algunos antiguos y hieráticos libertarios, más preocupados de la rigidez del dogma que de la eficacia y la fecundidad de la acción, dije entonces desde la tribuna de la Universidad Popular: "Somos todavía pocos para dividirnos. No hagamos cuestión de etiquetas ni de títulos." 

Posteriormente he repetido estas o análogas palabras. Y no me cansaré de reiterarlas. El movimiento clasista, entre nosotros, es aún muy incipiente, muy limitado, para que pensemos en fraccionarle y escindirle. Antes de que llegue la hora, inevitable acaso, de una división, nos corresponde realizar mucha obra común, mucha labor solidaria. Tenemos que emprender juntos muchas largas jornadas. Nos toca, por ejemplo, suscitar en la mayoría del proletariado peruano, conciencia de clase y sentimiento de clase. Esta faena pertenece por igual a socialistas y sindicalistas, a comunistas y libertarios. Todos tenemos el deber de sembrar gérmenes de renovación y de difundir ideas clasistas. Todos tenemos el deber de alejar al proletariado de las asambleas amarillas y de las falsas "instituciones representativas". Todos tenemos el deber de luchar contra los ataques y las represiones reaccionarias. Todos tenemos el deber de defender la tribuna, la prensa y la organización proletaria. Todos tenemos el deber de sostener las reivindicaciones de la esclavizada y oprimida raza indígena. En el cumplimiento de estos deberes históricos, de estos deberes elementales, se encontrarán y juntarán nuestros caminos, cualquiera que sea nuestra meta última. 

El frente único no anula la personalidad, no anula la filiación de ninguno de los que lo componen. No significa la confusión ni la amalgama de todas las doctrinas en una doctrina única. Es una acción contingente, concreta, práctica. El programa del frente único considera exclusivamente la realidad inmediata, fuera de toda abstracción y de toda utopía. Preconizar el frente único no es, pues, preconizar el confusionismo ideológico. Dentro del frente único cada cual debe conservar su propia filiación y su propio ideario. Cada cual debe trabajar por su propio credo. Pero todos deben sentirse unidos por la solidaridad de clase, vinculados por la lucha contra el adversario común, ligados por la misma voluntad revolucionaria, y la misma pasión renovadora. Formar un frente único es tener una actitud solidaria ante un problema concreto, ante una necesidad urgente. No es renunciar a la doctrina que cada uno sirve ni a la posición que cada uno ocupa en la vanguardia, la variedad de tendencias y la diversidad de matices ideológicos es inevitable en esa inmensa legión humana que se llama el proletariado. La existencia de tendencias y grupos definidos y precisos no es un mal; es por el contrario la señal de un periodo avanzado del proceso revolucionario. Lo que importa es que esos grupos y esas tendencias sepan entenderse ante la realidad concreta del día. Que no se esterilicen bizantinamente en ex confesiones y excomuniones reciprocas. Que no alejen a las masas de la revolución con el espectáculo de las querellas dogmáticas de sus predicadores. Que no emplean sus armas ni dilapiden su tiempo en herirse unos a otros, sino en combatir el orden social sus instituciones, sus injusticias y sus crímenes. 

Tratemos de sentir cordialmente el lazo histórico que nos une a todos los hombres de la vanguardia, a todos los fautores de la renovación. Los ejemplos que a diario nos vienen de fuera son innumerables y magníficos. El más reciente y emocionante de estos ejemplos es el de Germaine Berthon. Germaine Berthon, anarquista, disparó certeramente su revólver contra un organizador y conductor del terror blanco por vengar el asesinato del socialista Jean Jaurés. Los espíritus nobles, elevados y sinceros de la revolución, perciben y respetan, así, por encima de toda barrera teórica, la solidaridad histórica de sus esfuerzos y de sus obras. Pertenece a los espíritus mezquinos, sin horizontes y sin alas, a las mentalidades dogmáticas que quieren petrificar e inmovilizar la vida en una fórmula rígida, el privilegio de la incomprensión y del egotismo sectarios. 

El frente único proletario, por fortuna, es entre nosotros una decisión y un anhelo evidente del proletariado. Las masas reclaman la unidad. Las masas quieren fe. Y, por eso, su alma rechaza la voz corrosiva, disolvente y pesimista de los que niegan y de los que dudan, y busca la voz optimista, cordial, juvenil y fecunda de los afirman y de los que creen. 

 

 

Admonición del 1º de Mayo 

José Carlos Mariátegui 

LA CONMEMORACIÓN del 1º de mayo, ha ido adquiriendo, en el proceso de la lucha por el socialismo, un sentido cada vez más profundo y preciso. Hace ya mucho tiempo que no se reduce a la conmemoración de los mártires de Chicago. Ese fue su punto de partida. Desde 1888 en que el Congreso de París instituyó esta conmemoración, el proletariado mundial ha recorrido una parte considerable del camino que conduce a la realización de sus ideales de clase. En este tiempo, se han sucedido, en su historia, muchas jornadas de luto y también muchas jornadas de gloria. La clase obrera ha entrado en su mayor edad. La crónica de su ascensión económica y política, registra siempre grandes acontecimientos, que impiden al proletariado limitar la significación del 1º de Mayo a una sola efeméride. La experimentación, la actuación del socialismo ha empezado desde 1918. Quedan aún por ganar las más difíciles y largas batallas. Pero, en la lucha, la clase obrera acrecienta incesantemente su capacidad para crear un nuevo orden: el orden socialista. 

El 1º de mayo, afirma todos los años la solidaridad internacional de los trabajadores. Es la fecha internacional, universal por excelencia. En su celebración coinciden las avanzadas del proletariado de los cinco continentes. En este hecho reside su mayor significación revolucionaria. Lo sienten bien los nacionalismos reaccionarios cuando, como el fascismo, en Italia, se empeñan en proscribir esta fecha del sentimiento de la clase trabajadora. Empeño inútil, porque nada dará un carácter más religioso y profundo a la conmemoración del 1º de Mayo en el espíritu de cada obrero, que la persecución y condenación reaccionarias. El fascismo está resucitando en Italia la edad heroica de las catacumbas. Este día transcurre hoy en Italia, sin comicios, sin huelga, sin himnos revolucionarios, sin banderas rojas; pero en mil hogares escondidos se jura, con más fervor y resolución que nunca, la fe en el socialismo. 

Hay que desterrar del 1º de mayo, todo lo que en mucho ha tenido, y tiene todavía, el rito mecánico de simple efemérides. La lucha por el socialismo no se nutre de evocaciones dolientes o coléricas ni de esperanzas exaltadas. Es, antes que nada, acción concreta, realidad presente. Trabajan por el advenimiento de una sociedad nueva los que todo el año disciplinada, obstinadamente, combaten por el socialismo; no los que en ésta u otra fecha sienten un momentáneo impulso de motín o asonada. 

Para nuestra Vanguardia obrera, cada 1º de mayo representaría muy poco si no señalara una etapa en su propia lucha por el socialismo. Año tras año, esta fecha plantea cuestiones concretas, actuales. ¿Cuáles han sido los resultados y la experiencia de la acción desarrollada? ¿Cuáles son las tareas del porvenir? El problema que hoy se presenta, en primer plano, es sin duda, un problema de organización. La vanguardia obrera tiene el deber de impulsar y dirigir la organización del proletariado peruano, misión que reclama un sentido de responsabilidad, al cual no es posible elevarse sino en la medida en que se rompa con el individualismo anarcoide, con el utopismo explosivo e intermitente de los que antes, guiando a veces las masas, se imaginaban que se les conduce hacia un orden nuevo con la sola virtud de la negación y la protesta. Reivindiquemos íntegra, absolutamente, el derecho de asociación de los trabajadores, su libertad de organización legal, en las ciudades, las minas y las haciendas. Y asumamos la tarea de que la reclamación de este derecho, sea la afirmación de una capacidad. He aquí la obra por cumplir; he aquí la misión por absolver. Que el 1º de mayo sirva esta vez para que, comprendiéndolo, afirmemos, sin inútil declamación, la voluntad y la aptitud de realizarlas. 



González Prada, Mariátegui y el Primero de Mayo 

Eduardo Ibarra

GONZÁLEZ PRADA pronunció una conferencia y escribió cinco artículos en conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores: Conmemorando el 1º de Mayo fiesta universal (1905); El intelectual y el obrero (conferencia dictada el 1º de mayo de 1905 en la Federación de Obreros Panaderos); El Primero de Mayo (1906); Primero de Mayo (1907); Primero de Mayo (1908); Primero de Mayo (1909). 

La conferencia El intelectual y el obrero forma parte del libro Horas de lucha (1908), mientras los artículos fueron publicados en la revista Los Parias, y más tarde incorporados al libro Anarquía. 

José Carlos Mariátegui escribió dos artículos sobre el tema: “El 1º de mayo y el frente único (1924) y “Admonición del 1º de mayo (1929). El primero fue publicado en El Obrero Textil, nº 59, y el segundo en Labor, nº 8. Ambos aparecen actualmente formando parte del libro Ideología y Política. 

Mientras Mariátegui era explícito en cuanto al frente unido de la clase (“El 1º de Mayo es, en todo el mundo, un día de unidad del proletariado revolucionario, una fecha que reúne en un inmenso frente único internacional a todos los trabajadores organizados”), y absolutamente claro en cuanto a su objetivo (“Para nuestra Vanguardia obrera, cada 1º de Mayo representaría muy poco si no señalara una etapa en su propia lucha por el socialismo”); el discurso de González Prada peca por momentos de retórica y es indefinido en cuanto al objetivo de la lucha proletaria, aunque, en descargo suyo, hay que recordar que, en el artículo “Conmemorando el 1º de mayo fiesta universal”, no se presentó tan indefinido: 


Lejos del socialismo depresor que, sea cual fuere su forma, es una manera de esclavitud o un remedo de la vida monacal; lejos también del individualista egoísta que profesa el ¡Dejar hacer, dejar pasar, y el cada uno para sí, cada uno en su casa”, divisamos una cumbre lejana donde leemos esta única palabra: ANARQUÍA”. 

Huelgan mayores comentarios sobre el pretendido “socialismo depresor”, lo cual revela el anarquismo pradiano y, en el fondo, una posición contraria a la dictadura del proletariado. Entonces el anarquismo se consideraba una tendencia del socialismo y, por eso, el propio González Prada sostenía que “no hay socialismo sino muchos socialismos” (“Conmemorando el 1º de mayo…”). Sin embargo, hoy más que ayer, se sabe que el único socialismo verdaderamente revolucionario es el socialismo marxista-leninista. 

Por eso, mientras en “Antecedentes y desarrollo de la acción clasista”, José Carlos Mariátegui señaló que “Las primeras manifestaciones de propaganda ideológica revolucionaria son en el Perú, la que suscita, a principios del siglo actual, el pensamiento radical de González Prada” (Ideología y política), en 7 ensayos subrayó: “De su tiempo fue el materialismo histórico. Sin embargo, el pensamiento de González Prada, que no impuso nunca límites a su audacia ni a su libertad, dejó a otros la empresa de crear el socialismo peruano.” 

La benemerencia de algunas tendencias del socialismo reformista es cosa reconocida en la literatura mariateguiana –y en la nuestra, dicho sea de paso–, pero esto no obsta para reconocer al mismo tiempo que, por sus consustanciales limitaciones, tales tendencias dejaron a otros –a Mariátegui y su grupo– la empresa de crear el Socialismo Peruano. 

Así, pues, Mariátegui y su grupo crearon los Fundamentos del Socialismo Peruano con su interpretación marxista de nuestra realidad concreta, una teoría de la revolución peruana y la fundación del PSP y de la CGTP. 

Entre el artículo de González Prada “El primero de mayo” (1909) y el artículo “El 1º de mayo y el frente único de Mariátegui”, mediaron quince años: período de decantación ideológica, de clarificación, de deslindes y alineamientos. Este proceso tuvo siete hitos: la pérdida de la hegemonía del anarquismo sindical en el movimiento obrero; la publicación de la revista Nuestra Época; la aparición del periódico La Razón; la escritura, en marzo de 1921, del artículo “El cisma del socialismo”, con el cual Mariátegui dio prueba de su asimilación al marxismo-leninismo; la conferencia La crisis mundial y el proletariado que, como es obvio, dio comienzo a la interpretación marxista de nuestra realidad, a la creación del Socialismo Peruano; la fundación del PSP en octubre de 1928; la fundación de la CGTP en mayo de 1929. 

De la afirmación mariateguiana sobre González Prada en 7 Ensayos, citada arriba, se desprende nítidamente que, cuando el maestro habla de socialismo peruano, no está hablando del variopinto socialismo en general, sino del socialismo marxista en particular. 

Esto da al traste con la oportunista pretensión de amalgamar tras el término socialismo peruano al socialismo reformista de todo pelo con el socialismo marxista-leninista.   

El frente unido del proletariado, peruano e internacional, es una necesidad absoluta. Pero esta unidad debe servir a la lucha por el socialismo. Esta era la convicción de José Carlos Mariátegui, y es también la nuestra. 

Por eso nuestra celebración del 1º de Mayo no tiene un sentido de mera recordación de los mártires de Chicago, sino un sentido revolucionario. Esto explica el deslinde que contiene el presente artículo. 

     Que el lector medite sobre los conceptos mariateguianos acerca del frente unido de los trabajadores y a propósito de su llamado a la lucha por el socialismo.



Lucha Reivindicativa y Lucha Revolucionaria

César Risso

LA LUCHA REIVINDICATIVA del proletariado peruano, que hacemos extensiva a la lucha de todos los trabajadores, sometidos bajo una u otra forma a la explotación de los capitalistas, ha sido sobrepasada en estos últimos años por la confrontación con las actividades extractivas de las empresas transnacionales asentadas en nuestro país. Es el caso de los proyectos mineros Conga y Tía María, dos casos emblemáticos que están en curso.

        Esto pone en evidencia que la lucha reivindicativa está centrada actualmente no en la mejora de las condiciones de trabajo, es decir, en la lucha por la reducción de la explotación del trabajador bajo la forma asalariada por los capitalistas, sino en la lucha por la preservación del medio ambiente donde realizan sus actividades los pequeños agricultores, los comuneros de la sierra y los comuneros de la selva.

      Si bien es cierto esta situación permite organizar en frentes regionales a los pobladores para enfrentar a estas empresas y sus proyectos, uniendo a los obreros con los pequeños agricultores, con los comuneros de la sierra y de la selva, y con los diversos sectores de la pequeña burguesía; también es cierto que distrae al proletariado de la lucha directa contra el capital por la eliminación de la explotación de los trabajadores.

        Es necesario entonces hacer extensiva la crítica del capitalismo desde la situación de explotación del trabajador, por las bajas remuneraciones, por la ampliación de la jornada de trabajo, por la reducción de los derechos laborales, pasando por la crítica a la cultura burguesa en general, hasta la denuncia por la contaminación del medio ambiente, con el consiguiente envenenamiento de los trabajadores de las mismas empresas extractivas, y de los pobladores de las zonas donde se desarrollan estos proyectos.

      Tenemos la tarea de denunciar la ligazón que existe entre la explotación capitalista de los trabajadores y la contaminación del medio ambiente por parte de las empresas capitalistas. Esto debe dar como resultado la unidad de todas las luchas de los trabajadores, con el fin de enfrentar a la totalidad de la actividad capitalista en nuestro país, reconociendo que es justamente este sistema el que produce estos males.

      Esta responsabilidad del capitalismo en el deterioro del medio ambiente, que se expresa concretamente en la destrucción de los medios de vida de las comunidades nativas, así como de las comunidades campesinas, en la competencia por el recurso agua, etc., se da por la sed de ganancia de las empresas transnacionales de los países imperialistas: por la ley de la plusvalía.

          La lucha contra cada proyecto extractivo en particular, se transformará así en la lucha contra todos los proyectos extractivos en general, lo cual se transformará finalmente en la lucha contra todo el sistema capitalista, transformando la lucha reivindicativa en lucha revolucionaria.

           Esta lucha exige pasar de la organización local y regional de los trabajadores, a la organización nacional de los mismos. Si bien es cierto esta organización ya se ha dado, sin embargo, no tiene la capacidad efectiva de dirigir a sus agremiados. Para ello es fundamental la propaganda socialista. Debemos entender la organización no solo como el organismo representativo burocráticamente de las masas trabajadoras, sino como la organización consciente, en el sentido de la asimilación del ideario clasista en la perspectiva de la transformación revolucionaria del capitalismo en socialismo.

        Debemos reconocer que la lucha contra todo el sistema capitalista para construir el socialismo exige la dirección proletaria. La pequeña burguesía no tiene la capacidad de dirigir la lucha contra el capitalismo debido a sus aspiraciones de clase, pero puede eventualmente significar un contingente, puesto en una situación de imposibilidad de desarrollar sus actividades por la agresión del capital imperialista, que tome conciencia de la necesidad de la derrota del capitalismo y de la construcción de un orden económico superior, sumándose así a la lucha directa contra el capital.

         La lucha, aparentemente espontánea, de las masas encabezadas por el proletariado, es el fruto de todo el trabajo previo de propaganda y organización, sin el cual estas luchas carecerán del objetivo histórico del proletariado: el derrocamiento del capitalismo y la construcción del socialismo.

        “Pasa, sobre todo, que a la revolución no se llega sólo por una vía fríamente conceptual. La revolución más que una idea, es un sentimiento. Más que un concepto, es una pasión. Para comprenderla se necesita una espontánea actitud espiritual, una especial capacidad psicológica.” (LA ESCENA CONTEMPORÁNEA. El Grupo Clarté. José Carlos Mariátegui).

Para transformar el concepto, que expresa la necesidad de superación del capitalismo, en sentimiento, se debe desarrollar un arduo trabajo de educación socialista, de propaganda socialista. El sentimiento de las masas trabajadoras en la actualidad no es otra cosa que la interiorización de los conceptos desarrollados y propagandizados permanentemente en la lucha contra el capital. Y la “espontánea actitud espiritual”, y “una especial capacidad psicológica” son el resultado de las condiciones materiales de existencia de las clases explotadas en el sistema capitalista.

           Por ello J. C. Mariátegui afirma que

“La premisa política, intelectual, no es menos indispensable que la premisa económica. No basta la decadencia o agotamiento del capitalismo. El socialismo no puede ser la consecuencia automática de una bancarrota; tiene que ser el resultado de un tenaz y esforzado trabajo de ascensión.” (DEFENSA DEL MARXISMO. Posición del Socialismo Británico. José Carlos Mariátegui).

Para esto debemos ligar cada lucha concreta con el objetivo final. Y esta ligazón debe fundamentarse en la propaganda cotidiana en las diversas formas de lucha, haciendo conocido el socialismo.

          Los movimientos espontáneos de los trabajadores, no pasan de ser lucha defensiva, es decir, son la respuesta a una agresión de la burguesía, al aumento de la explotación capitalista. Para dar el paso fundamental en la superación definitiva del capitalismo, debemos desarrollar la lucha ofensiva, tomando la iniciativa en la lucha, en sus diversas formas; debemos organizar no solo el derrocamiento del capitalismo sino imaginar y desarrollar, en el programa de la revolución socialista en el Perú, las formas concretas en las que se llevará a cabo el ejercicio del poder de las amplias masas populares; las formas en las que se organizará la transición a la economía socialista, superando la explotación burguesa, y eliminando con ello toda forma de explotación del hombre por el hombre.

        José Carlos Mariátegui desarrolló de forma genial los mecanismos que conducen de la actitud individual y social a la lucha por un objetivo histórico, pero que a los hombres aparece como una labor práctica inmediata:

“Para el hombre, como sujeto de la historia, no existe sino su propia y personal realidad. No le interesa la lucha abstractamente sino su lucha concretamente. El proletariado revolucionario, por ende, vive la realidad de una lucha final. La humanidad, en tanto, desde un punto de vista abstracto, vive la ilusión de una lucha final.” (EL ALMA MATINAL. La Lucha Final. José Carlos Mariátegui).

        “La muchedumbre, más aún que el filósofo escéptico, más aún que el filósofo relativista, no puede prescindir de un mito, no puede prescindir de una fe. No le es posible distinguir sutilmente su verdad de la verdad pretérita o futura. Para ella no existe sino la verdad. Verdad absoluta, única, eterna. Y, conforme a esta verdad, su lucha es, realmente, una lucha final.”

        “El impulso vital del hombre responde a todas las interrogaciones de la vida antes que la investigación filosófica. El hombre iletrado no se preocupa de la relatividad de su mito. No le sería dable siquiera comprenderla. Pero generalmente encuentra, mejor que el literato y que el filósofo, su propio camino. Puesto que debe actuar, actúa. Puesto que debe creer, cree. Puesto que debe combatir, combate. Nada sabe de la relativa insignificancia de su esfuerzo en el tiempo y en el espacio. Su instinto lo desvía de la duda estéril. No ambiciona más que lo que puede y debe ambicionar todo hombre: cumplir bien su jornada.” (EL ALMA MATINAL. La Lucha Final. José Carlos Mariátegui).

Precisamente, en la actualidad, cumplir bien su jornada es luchar por el socialismo, convirtiendo así la lucha reivindicativa en lucha revolucionaria.

          Para esto tenemos la obligación de desarrollar un trabajo tenaz, permanente, y así


“[…] las masas trabajadoras de la ciudad, el campo y las minas y el campesinado indígena, cuyos intereses y aspiraciones representamos en la lucha política, sabrán apropiarse de estas reivindicaciones y de esta doctrina, combatir perseverante y esforzadamente por ellas y encontrar, a través de cada lucha, la vía que conduce a la victoria final del socialismo” (IDEOLOGÍA Y POLÍTICA. Principios Programáticos del Partido Socialista. José Carlos Mariátegui). 

 

 

La Comuna de París y el 1º de Mayo 

Eduardo Ibarra

EL 18 DE MARZO de cada año se conmemora el aniversario de la Comuna de París de 1871, primera revolución socialista de la historia. Aunque derrotada, la Comuna de París sirvió para descubrir la forma de la dominación política del proletariado. Por eso, en la Introducción que escribió para la tercera edición alemana de La guerra civil en Francia, de Carlos Marx (1891), Federico Engels escribió: 


Ultimamente las palabras “dictadura del proletariado” han vuelto a sumir en santo terror al filisteo socialdemócrata. Pues bien, caballeros, ¿queréis saber qué faz presenta esta dictadura? Mirad a la Comuna de París: ¡he ahí la dictadura del proletariado!

La dictadura del proletariado es la forma de dominación política que, en un largo proceso histórico, viabilizará la extinción de las clases, de la lucha de clases y del Estado y, por lo tanto, la emancipación de la humanidad de toda explotación económica, de toda opresión política y de toda dominación ideológica del hombre por el hombre. Por eso la Comuna de París representa el Programa Máximo del proletariado, aunque, dadas las circunstancias objetivas y subjetivas (sobre todo subjetivas), sus medidas económicas quedaran por debajo de lo que es razonable esperar de cualquier revolución socialista. 

Así, pues, la dictadura del proletariado es una dictadura en extinción. 

Pero, si la Comuna de París representa el Programa Máximo del proletariado, ¿por qué el Día Internacional de los Trabajadores es el 1º de Mayo, y no el 18 de marzo? 

Después de la derrota de la Comuna de París, el movimiento obrero se vio ante la necesidad de realizar una labor lenta de educación y organización, y, así, la Asociación Internacional de los Trabajadores se propuso luchar por una legislación que mejorara las condiciones de vida de los trabajadores: subsidios de desempleo, protección social, etcétera, y especialmente por la instauración de la jornada de ocho horas. 

Mariátegui observó al respecto: 


La función de la segunda Internacional fue casi únicamente una función organizadora. Los partidos socialistas de esa época efectuaban una labor de reclutamiento. Sentían que la fecha de la revolución social se hallaba lejana. Se propusieron, por consiguiente, la conquista de algunas reformas interinas.

En noviembre de 1884 se había celebrado en la ciudad de Chicago el “IV Congreso de la American Federation of Labor“, en el que se propuso que a partir del 1º de mayo de 1886 se obligaría a las patronales a respetar la jornada laboral de 8 horas para todos los trabajadores, y se hizo un llamado a defender este derecho. 

En 1886 la lucha de los trabajadores obligó al presidente Andrew Johnson a promulgar la ley “Ingersoll”, que reconocía la jornada laboral de 8 horas. Sin embargo las patronales no acataron la indicada ley y amenazaron a los trabajadores con el despido si se negaban a cumplir las prolongadas jornadas que ellos decidían arbitrariamente. Entonces el gobierno se hizo el desentendido. 

Pero los fortalecidos sindicatos se movilizaron ante semejante contubernio. Se convocó entonces una huelga general y, el primero de mayo de ese mismo año, los obreros paralizaron la producción en todo el país. 

Entonces el gobierno desató una brutal represión contra los trabajadores movilizaos y, después de varios días de enfrentamientos, el 4 de mayo, en medio de una huelga en la Haymarket Square de Chicago, una mano anónima arrojó una bomba contra las fuerzas policiales que intentaban disolver la manifestación por la fuerza, con un saldo de varios policías muertos. 

En tal circunstancia el gobierno detuvo y culpó a los principales dirigentes de la huelga, los que fueron sometidos a una parodia de juicio, calificándoseles de traidores al orden establecido y enemigos de la patria y finalmente condenados a muerte. 

De los ocho obreros enjuiciados, August Spies, Albert Parsons, Adolph Fischer y George Engel fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887. 

Entonces, el IV Congreso de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, acordó el 1º de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores en homenaje a los mártires de Chicago. 

El significado de esta fecha es que la clase obrera internacional tiene un común interés inmediato, de donde se desprende la necesidad de la solidaridad de clase. Mariátegui anotó al respecto: 


El 1º de Mayo es, en todo el mundo, un día de unidad del proletariado revolucionario, una fecha que reúne en un inmenso frente único internacional a todos los trabajadores organizados. En esta fecha resuenan, unánimemente obedecidas y acatadas, las palabras de Carlos Marx: “Proletarios de todos los países, uníos. (Ideología y política). 

Por eso, en las notas preparatorias de su conferencia “El fracaso de la Segunda Internacional”, sustentada el 30 de junio de 1923, escribió: 


… soy partidario antes que nada del frente único proletario. Tenemos que emprender juntos muchas largas jornadas. Causa común contra el amarillismo. Antes que agrupar a los trabajadores en sectas o partidos agruparlos en una sola federación. Cada cual tenga su filiación, pero todos el lazo común del credo clasista. (Historia de la crisis mundial) 

Por otro lado, el acuerdo de la Segunda Internacional acerca del Día Internacional de los Trabajadores expresa la teoría marxista acerca del papel de las masas en la historia y, específicamente, su posición contraria a todo egotismo sectario. El marxismo es la conciencia política del proletariado internacional, pero no todos los trabajadores son marxistas, y esto es algo que hay que tener en cuenta. 

El 1º de Mayo representa, pues, la lucha reivindicativa de la clase obrera y, precisamente por esto, su relación con el 18 de Marzo, aniversario de la Comuna de París, es la misma que existe entre el Programa Mínimo y el Programa Máximo del proletariado. 

Por lo tanto, de lo que se trata es de ligar la lucha reivindicativa de la clase obrera a la lucha por el socialismo. Por eso Mariátegui señaló: 


Para nuestra Vanguardia obrera, cada 1º de mayo representaría muy poco si no señalara una etapa en su propia lucha por el socialismo.

El socialismo: he aquí el objetivo del proletariado internacional y de los pueblos del mundo. 

Ciertamente solo el socialismo salvará a la humanidad, pues únicamente en sus condiciones económicas y sociales será posible crear poco a poco las premisas para la desaparición de las clases, de la lucha de clases y del Estado. 

Este es el camino abierto por la gloriosa Comuna de París, cuyos principios brillarán eternamente en la historia.

01.05.2014. 

 

 

 

¿Qué Tipo de Partido Necesita el Proletariado Peruano para Tomar al Poder? 

Eduardo Ibarra 

EN PRINCIPIO –y conforme a como habitualmente se plantea la cuestión–, los tipos de partido proletario son dos: el partido de cuadros y el partido de masas. Ocurre, sin embargo, que, bien vistos, en su estado óptimo el partido de cuadros es también, al mismo tiempo, un partido de masas por su carácter, y el partido de masas es también, al mismo tiempo, un partido de cuadros por su cualidad de vanguardia. 

El partido de cuadros no puede ser sino un partido marxista-leninista profundamente ligado a la clase y las masas: esta cualidad ideológica y esta ligazón con las masas es lo que hace del partido de cuadros un partido de masas por su carácter. 

El partido de masas (que comúnmente se entiende como opuesto al partido de cuadros), no puede dejar de ser un partido de cuadros, pues de otro modo borraría la diferencia entre su cualidad de vanguardia y las masas. 

Como consecuencia, el partido de cuadros es un partido de masas con un reducido número de militantes, mientras el partido de masas es un partido de cuadros con un amplio número de militantes. 

Ahora bien, ¿qué tipo de partido necesita el proletariado peruano para tomar al poder? 

En los años veinte del siglo pasado, Mariátegui promovió constituir “una agrupación definida, realista, de masas” (carta a Moisés Arroyo Posadas del 30 de julio de 1929), “un partido de masas y de ideas” (carta a César Vallejo del 14 de octubre del mismo año). 

Es decir, Mariátegui consideró que, dadas las condiciones de su tiempo (de democracia intermitente), el proletariado peruano necesitaba un partido de masas para tomar al poder. Esta era una idea estratégica en la medida en que, por razones obvias, el anunciado partido de masas era concebido por Mariátegui como el tipo de partido necesario para la lucha directa por el poder. 

Pero ¿cómo llegar a construir un partido de ese tipo? 

En la praxis mariateguiana relativa a la constitución del PSP está la respuesta. Mariátegui entendía perfectamente que un partido marxista-leninista de masas como el que promovía, no era posible de ser constituido de la noche a la mañana, en un solo acto, de una buena vez. La fundación del PSP en octubre de 1928, clandestina y con un número reducido de participantes, pero que contenía ya, implícitamente, la idea de un partido de masas, da cuenta de la visión de largo alcance de Mariátegui. En efecto, fundado como un partido de cuadros y desarrollando este partido todo lo que fuera necesario (en marzo de 1930 su Comité Central intentó la fundación de su red pública, y este hecho es sumamente expresivo), el partido se dirigía, en una larga marcha, a transformarse en un partido de masas. Entonces, 1929-1930, era ya un partido de ideas, sobre cuya base se construía como partido de cuadros que, cuando la situación lo exigiera, tendría que transformarse en un partido de masas. He aquí la visión estratégica de Mariátegui relativa al partido de masas y de ideas. 

                Sin embargo, el prematuro fallecimiento del maestro frustró la realización de su proyecto de partido. Ahora –y después del intento fracasado del PCP-SL, que en un principio se reclamó heredero de Mariátegui, aunque, como todo el mundo sabe, solo para posteriormente ponerlo a un lado–, toca a los continuadores de Mariátegui dar cuerpo a la lucha por un partido de clase, primero bajo la forma organizativa de partido de cuadros y más tarde bajo la forma de un partido de masas que haga factible la lucha directa por el poder. Este partido será el partido de masas y de ideas con el que soñó Mariátegui. 

Entendiendo que, hablando en términos generales, en las condiciones de ausencia de libertad política (de dictadura abierta de la burguesía), el partido proletario tiene que ser un partido de cuadros, mientras en un país de dictadura democrática de la burguesía el partido tiene que apuntar a ser un partido de masas. 

En el Perú, pues, dado del proceso democrático burgués vigente, la lucha directa por el poder exige un partido de masas. 

La transformación del partido de cuadros en partido de masas solo implica el aumento significativo del número de sus militantes, y en modo alguno la renuncia a su filiación ideológica. Así por ejemplo, el partido bolchevique continuó siendo un partido marxista luego que se convirtiera en un partido de masas. Asimismo el PCCh continuó siendo un partido marxista-leninista una vez que se convirtió en un partido de masas. Así también, el partido del proletariado peruano deberá mantener su cualidad marxista-leninista cuando se transforme en un partido de masas; es decir, conforme a su explícito propósito, el partido con el que soñó Mariátegui será un partido de masas marxista-leninista. 

Este es el tipo de partido que necesita el proletariado peruano para tomar el poder, no por el hecho simple de que lo propusiera Mariátegui, sino porque, dadas las condiciones de democracia burguesa que vive el país, su propuesta está vigente.

05.03.2023.

Economía

El Informe sobre la Pobreza y la Coartada de la Burguesía

Cesar Risso

EN ABRIL DE ESTE AÑO, el Banco Mundial presentó el Informe Resurgir fortalecidos. Evaluación de pobreza y equidad en el Perú*. Veamos, pues, no tanto lo que propone, sino las expresiones que se utilizan en el Informe para encubrir la verdadera causa de la pobreza en nuestro país, y en el mundo.

Entre otras cosas, el Informe indica una verdad de Perogrullo, que dice que los más pobres son los más vulnerables a los choques como los desastres naturales. Esto es tan obvio, que es posible que quienes lo plantean no se hayan dado cuenta y lo expresen como una novedad, como el resultado de una investigación, que curiosamente no descubre nada, o que, ante este supuesto descubrimiento, lo que en realidad hace es dar cuenta de la medición de la cantidad de los que se encuentran en esta situación de “vulnerabilidad”. Quiénes sino serían los más vulnerables ante los diversos problemas económicos y sociales. Salvo que, y en este caso tenga verdadero sentido, se plantee en estos términos la “vulnerabilidad” para ocultar la causa de dicha “vulnerabilidad”, que no es la pobreza sino el sistema de trabajo asalariado.

También plantea el Informe las cosas de una manera en la cual pone el acento en los “logros”. Por eso se dice que “a pesar de la mejora [o algunas mejoras] […]”, “en el acceso a los servicios públicos […]”, “en el mercado laboral […]”; para finalmente indicarnos “¿De qué manera puede el Perú reducir la fragilidad de los logros sociales?”; resaltando los logros, cuando lo que debe resaltar es el fracaso de las políticas burguesas para superar los efectos del normal funcionamiento del capitalismo, y de las crisis económicas.

Nos dicen que existen “logros”, es decir, que se han superado una serie de problemas, y que por ello son conquistas alcanzadas a través de las políticas implementadas por los gobiernos burgueses; pero no dicen que la situación de “vulnerabilidad” generada por la pobreza, se debe al sistema capitalista.

El Informe titula el primer capítulo Pobreza y desigualdad después de la crisis; con lo que resulta que atribuyen, implícitamente, a la crisis de la pandemia la pobreza y desigualdad, lo cual se reafirma con el siguiente subtítulo: “Después de décadas de progreso social y económico, el Perú tiene ahora tasas de pobreza más altas que antes de la pandemia.”

Así, no es el capitalismo y la burguesía lo que provoca la pobreza, la explotación de los trabajadores, el desempleo, etc.

Pongamos un ejemplo del gran descubrimiento del Banco Mundial. Frente al incremento de precios, quiénes son los más vulnerables. El Banco Mundial ha descubierto que cuando hay inflación, los más vulnerables son los pobres.

También atribuyen a la informalidad las graves consecuencias de la pandemia. Dice el Informe: “Los altos niveles de informalidad y la limitada protección social dejaron a los trabajadores desprotegidos ante el choque económico de la crisis por COVID-19, y millones de personas perdieron sus trabajos.”

Pero resulta que la informalidad ha sido provocada y agudizada por el propio capitalismo, sobre todo en su versión neoliberal. El despido masivo de trabajadores del sector público, así como la tercerización laboral, no le dejó otra alternativa a los así desocupados, que trabajar informalmente, lo que además amplió el sector denominado “trabajadores familiares no remunerados”.

Por donde se mire, detrás de los problemas de desigualdad, pobreza, desempleo, informalidad, acceso a los servicios públicos, acceso a vivienda, a educación, etc., está siempre el capitalismo, como un sistema económico y social que no solo extrae sus ganancias de la fuerza de trabajo, sino que además destruye a la misma fuente de sus ganancias: a los seres humanos que viven de su capacidad de trabajar, en la condición de obreros asalariados, sobre explotando también a los jóvenes, con o sin estudios. Y, como esto no le basta, somete bajo diversas modalidades a todos los trabajadores que, aunque no son trabajadores asalariados, forman parte de la cadena del dominio del capital, como los pequeños productores agrarios, y los comuneros de la sierra y de la selva.

Así como en el Informe se esquiva la verdadera causa de los males económicos y sociales que afronta nuestro país, no se puede evitar reconocer por parte del Banco Mundial, aunque de una forma velada e hipócrita, la verdadera causa. Dice el Informe: “La pobreza se ha convertido en un fenómeno predominantemente urbano. Si bien la tendencia hacia la urbanización de la pobreza antecedió a la pandemia, la crisis aceleró dicho proceso.” No es de extrañar que en lugar de decir capitalismo digan “urbanización”; y para seguir “toreando” la causa escriban que la pandemia aceleró la pobreza.

Sin darse cuenta, en el Informe indican que la pobreza se da tanto en el campo como en la ciudad, pues al decir que “La pobreza se ha convertido en un fenómeno predominantemente urbano”, afirman sin darse cuentas dos cosas: primero, que la pobreza era predominantemente rural; y segundo, que la explotación directamente capitalista de los trabajadores genera más pobreza, dado que es el sistema económico predominante en las ciudades. En otras palabras, que, si originalmente se planteaba que la pobreza era consecuencia del atraso de las economías precapitalistas, ahora se ven obligados a reconocer que el capitalismo provoca la pobreza, y que dada las características del origen y desarrollo del capitalismo en nuestro país, la pobreza, tanto en el campo como en la ciudad, es el resultado de este sistema “moderno” de organización de la producción, de explotación del trabajo asalariado y, a través de este mecanismo, de todas las formas de trabajo.

Solo queda en pie la consideración de parte de la burguesía de que, si bien el capitalismo causa la pobreza, esta se puede superar con las medidas de política económica que se puedan implementar. Es decir, que la pobreza en el capitalismo no es una fatalidad, sino que depende de determinadas circunstancias como de la falta de inteligencia y pericia de quienes las aplican. Este es uno de los últimos recursos de la burguesía para dejar sin responsabilidad a la burguesía y al capitalismo de la pobreza. El último recurso de los intelectuales burgueses con respecto a la explicación de la pobreza es el de hacer responsables a los pobres de su situación. Con esta respuesta no solo han demostrado cabalmente su intrínseca incapacidad de comprensión del funcionamiento y leyes del capitalismo, sino del reconocimiento, implícito, de la posibilidad de resolver el problema de la pobreza. Y, si pudieran dar algunas medidas con relativo éxito para superar la pobreza, lo que no podrían es eliminar, en el capitalismo, la explotación de la fuerza de trabajo.

Con respecto al criterio para medir la pobreza se dice en el Informe: “Según estimados del impacto directo del crecimiento económico impulsado por los ingresos, 85 por ciento de la reducción de la pobreza (usando la línea de US$6.85 por día) entre 2004 y 2019 se debió al crecimiento económico, mientras que una redistribución más efectiva explicó el 15 por ciento restante.”

Si consideramos el tipo de cambio en 3,72 soles, entonces se considera pobre a quien tiene como ingreso diario por los menos 25,50 soles al día, es decir, 765 soles al mes. Si el salario mínimo es de 1025 soles, que como bien se sabe no cubre las necesidades básicas, y si consideramos que en el hogar trabaja una persona, tomando en cuenta que el número de personas promedio por hogar es de 4, resulta que la pobreza es mucho mayor. Si dividimos los 25.50 por 4 miembros del hogar, da como resultado 6,40 soles, que es el monto del que dispone cada persona para alimentarse, tener acceso a agua, luz, pasajes, estudios, atención a la salud, adquisición de prendas de vestir, etc.

De estos resultados podemos concluir, en este punto, que el Banco Mundial, y los organismos internacionales que proponen este método de cálculo, lo que realmente hacen es ocultar la verdadera magnitud de la pobreza, ya que le es imposible ocultarla, y variar los resultados para poder decir que la pobreza ha disminuido en las décadas del 80 y 90 del siglo pasado, precisamente con las políticas neoliberales.

No le basta a la burguesía imperialista con ocultar la verdadera causa de la pobreza, sino que se siente en la necesidad de atribuir la disminución de la misma a la variante neoliberal de la política capitalista. En otras palabras, no solo no reconoce al capitalismo como la causa de la pobreza, sino que además lo propone como solución.

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(*) Tomado de Resurgir fortalecidos: Evaluación de Pobreza y Equidad en el Perú (bancomundial.org) 

Internacionales

El nuevo despliegue militar de Estados Unidos en Asia

Misiles en Oriente*

Por Higinio Polo | 01/05/2023 | Mundo

La construcción de un arco de acero repleto de misiles frente a las costas chinas acumula piezas en Japón y Filipinas para el nuevo despliegue militar estadounidense en Asia.

Biden y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, se reunieron en Washington el 13 de enero de 2023. La cita tenía un significado preciso: Japón se dispone a duplicar su presupuesto militar y Estados Unidos y la OTAN están impulsando un plan de rearme en todo Oriente. El Pentágono está reorganizando y reforzando su dispositivo militar en Asia, en el Índico y el Pacífico, con un discurso que ofrece «seguridad» a sus aliados y a los países de la región frente a lo que denomina la «agresividad china».

La región de Asia-Pacífico ha mantenido la estabilidad en las tres últimas décadas, pese a la existencia de peligrosos focos de conflicto: la falta de un acuerdo de paz en Corea y la cuestión de la desnuclearización de la península, los intentos de avanzar hacia la independencia de Taiwán, rompiendo su histórica pertenencia a China; las disputas en el Mar de China meridional entre varios países, y las diferencias entre Pekín y Tokio por la soberanía de las islas Senkaku (Diaoyu para China), que están situadas a medio camino entre Okinawa y Taiwán. Estados Unidos está reactivando esos conflictos, con diferente fortuna: la visita de Pelosi y de delegaciones oficiales estadounidenses a Taiwán y los constantes ejercicios militares en las fronteras de Corea del Norte, sirven para presionar a Pekín, que debe dedicar una parte de la actividad de su gobierno y del presupuesto a la disuasión militar.

La estrategia de Estados Unidos en Asia-Pacífico se concreta, por una parte, en ampliar sus fuerzas militares en toda la región, aumentar sus puntos de apoyo logístico, bases navales y aéreas, en el arco que va de Singapur a Japón y Corea del Sur pasando por Filipinas, Taiwán y la japonesa Okinawa, con una segunda línea articulada en la base de Guam y retaguardia operativa en Darwin y la base de Pine Gap en el desierto de Australia, además de la base de la flota del Pacífico y el United States Indo-Pacific Command, USINDOPACOM, en Hawái (que agrupa a las fuerzas del ejército, los marines, la Navy y la Fuerza Aérea), junto a la base naval y aérea de Diego García en el océano Índico (en el archipiélago de Chagos, arrebatado por Londres a Mauricio) que alberga submarinos nucleares y bombarderos, y las Islas Cocos australianas, situadas a mil kilómetros al sur de Java. Desde Pine Gap, la base espía estadounidense más importante del mundo, se interceptan comunicaciones en todo el planeta y se dirigen drones de bombardeo: es una pieza clave del acuerdo AUKUS con Australia y Japón. Además, el Pentágono quiere aumentar las funciones operativas del QUAD que agrupa a India, Japón, Estados Unidos y Australia.

Al mismo tiempo, Washington estimula diferencias y enfrentamientos entre China y los países de la ASEAN, y también con la India, y en el arco que va de Pakistán a las antiguas repúblicas soviéticas de Asia central. Junto a ello, utiliza Taiwán como espoleta y pretende convertir a Japón en su baluarte para enfrentarse a China, aunque eso dificulta sus objetivos con otros países asiáticos que no han olvidado la ferocidad imperialista que llevó a Tokio a invadir primero China y Corea, y durante la Segunda Guerra Mundial el sudeste asiático que hoy se agrupa en la ASEAN. Pekín pide a Tokio prudencia en el asunto de Taiwán y en la disputa sobre las islas Senkaku-Diaoyu, y plantea la búsqueda de la seguridad para ambos países, aunque las heridas de la Segunda Guerra Mundial siguen presentes porque pese a las advertencias de Pekín el gobierno japonés sigue honrando a los criminales de guerra enterrados en el santuario tokiota de Yasukuni: dos ministros del gabinete de Kishida lo visitaron en agosto de 2022. El primer ministro Kishida, como su antecesor Abe, pertenece a Nippon Kaigi, una organización de extrema derecha que apoya los homenajes en Yasukuni, niega los crímenes del ejército japonés en la Segunda Guerra Mundial, como la matanza de Nankín, y pretende cambiar la Constitución del país para rearmarse y convertirse en una gran potencia militar.

Tras el horror de los bombardeos que destruyeron Japón en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos consiguió imponer en el país unos políticos corruptos y mafiosos cuya divisa principal parecía ser «mendokusai», la pereza, la molestia para impulsar cambios ante la subordinación: esos dirigentes aceptaron la ocupación militar, las bases y la sumisión a la política exterior de Washington. Esa condición se mantiene hoy, y el nombramiento de Fumio Kishida como primer ministro supuso la adopción de una nueva Estrategia de seguridad nacional japonesa. Tradicionalmente, Japón veía peligros para su seguridad en China y no le preocupaba demasiado el escenario europeo, pero su progresiva incorporación a la estrategia militar estadounidense tiende a integrar para Tokio ambos escenarios. Kishida ha asumido el discurso estadounidense que vincula la seguridad en Europa con la situación en el oriente asiático y en la gran región de Asia-Pacífico, en un momento en que el Pentágono no contempla la guerra en Ucrania solo como un posible y peligroso foco de conflicto entre potencias nucleares que puede agravarse, sino como un campo de pruebas, porque Washington indaga en Ucrania la guerra contra China y ello tiene repercusiones decisivas en Oriente: la llanura ucraniana es un gigantesco polígono para calibrar la eficacia de sus armas, para el control de las comunicaciones, el trabajo de sus servicios de inteligencia y para monitorizar con la red de satélites la actividad de sus enemigos.

La intervención estadounidense en Japón durante la Segunda Guerra Mundial y el rosario de bases militares creadas después en Asia-Pacífico fueron planes bélicos exclusivamente controlados por Washington, aunque recibiese ayuda de sus aliados para las guerras de Corea y Vietnam y para operaciones encubiertas en toda la región. Ahora, el concepto estratégico ha cambiado y Estados Unidos quiere vincular de forma permanente a sus aliados europeos, Japón, Corea del Sur y Australia, que son en la práctica protectorados debido a las decenas de bases militares estadounidenses que albergan, aunque el gobierno de Biden y el Pentágono tienen que vencer todavía resistencias en Europa, que contemplan a China como un adversario pero no como una amenaza militar, y deben volver a definir la OTAN porque les resulta insuficiente si la alianza se limitase exclusivamente a su ámbito de actuación del Atlántico norte, aunque haya lanzado ya operaciones militares en Yugoslavia y en Oriente Medio. El anclaje del discurso estadounidense necesita vincular y definir a China y Rusia como un «bloque autoritario» que se enfrenta a las democracias: es el viejo y tramposo lema del «mundo libre» que se defiende de los enemigos de la libertad, actualizado ahora en un nuevo escenario estratégico donde China desempeña el mayor peligro para la hegemonía estadounidense.

Las giras de Austin y de Stoltenberg por Asia, a finales de enero de 2023, estaban coordinadas. Austin visitó Corea del Sur y Filipinas entre el 30 de enero y el 2 de febrero. El jefe del Pentágono se reunió con el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, y con el ministro de Defensa, Lee Jong-Sup, y acordaron aumentar el despliegue militar estadounidense con portaaviones y aviones de combate y la realización de nuevos ejercicios militares, además de abordar la función del armamento nuclear, que Corea del Sur no ha descartado albergar. El secretario de la OTAN visitó también Corea del Sur, además de Japón, que no son miembros de la alianza que dirige, e insistió en el «desafío chino» a la seguridad, los intereses y los «valores» occidentales. Stoltenberg llevaba en su cartera una exigencia: Tokio y Seúl deben contribuir al envío de armamento a Ucrania. El viaje no era una improvisación: en junio de 2022, en Madrid, los dirigentes de Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda asistieron por primera vez a una cumbre de la OTAN. En Tokio, señalando a China y alarmando a la audiencia, Stoltenberg afirmó que «lo que está sucediendo en el Este de Europa, podría pasar mañana en el Este de Asia», e hizo pública junto al primer ministro japonés Kishida una declaración conjunta denunciando la «creciente cooperación militar de Rusia con China». La alianza militar occidental sitúa a China entre sus enemigos, aplicando la definición estadounidense que ha hecho de su «contención» el eje central de su política exterior.

Estados Unidos también presiona al gobierno japonés para que sean eliminadas las restricciones a la actuación del ejército nipón en el exterior, y le ha forzado a aumentar su presupuesto militar, porque busca embarcar Japón en su plan para «contener a China». El Pentágono establecerá en Okinawa una unidad de intervención rápida de marines, y con el argumento de «defender a Japón» de China, Washington plantea desplegar nuevo armamento en el país, misiles de crucero e hipersónicos de largo alcance en el archipiélago Nansei (Okinawa es la isla de mayor extensión), cercano a Taiwán. De llevarse a cabo, China lo considerará una provocación y un plan para evitar la reunificación de la isla, con la complicidad del Japón que la colonizó desde finales del siglo XIX hasta su derrota en 1945. Pekín no ha olvidado los crímenes de guerra de Japón en territorio chino durante la Segunda Guerra Mundial, y se han añadido nuevas diferencias: Washington, que obligó a Holanda y Corea del Sur a dejar de comerciar chips con China, ha impuesto también esa decisión a Tokio pese a que generará muchas dificultades a la industria de semiconductores japonesa, y el nuevo ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, ha expresado a su homólogo japonés, Yoshimasa Hayashi, la preocupación china por el vertido al océano de agua contaminada de la central de Fukishima.

La defensa de Taiwán es la gran excusa norteamericana para intentar contener a China. En octubre de 2021, Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, confirmó a la CNN que tropas estadounidenses entrenan a su ejército. El diario Taiwan News revelaba en abril de 2022 que Estados Unidos estaba construyendo un campo de entrenamiento militar en Hsinchu, en el norte de Taiwán, y la agencia taiwanesa CNA informaba el 22 de febrero de 2023 que la isla enviará a Estados Unidos por primera vez un batallón de 500 soldados para entrenamientos de combate. Al día siguiente, por si faltaban señales, el Wall Street Journal daba cuenta de que el Pentágono se dispone a cuadruplicar sus fuerzas en Taiwán, con el recurrente pretexto de la «amenaza china».

El nuevo despliegue estadounidense en oriente representa también una seria amenaza para Rusia y Corea del Norte. Austin hizo una referencia explícita a Corea del Norte durante su estancia en Seúl, y en febrero Dai Bing, representante chino en la ONU, afirmó en el Consejo de Seguridad que desde inicios de 2023 Estados Unidos y sus aliados están aumentando la actividad militar alrededor de la península coreana, agravando la inseguridad de la región en una clara provocación hacia Corea del Norte. Estados Unidos exige que se discuta la desnuclearización de Corea del Norte pero al mismo tiempo impulsa formas de cooperación nuclear en la región de Asia-Pacífico que vulneran el TNP, Tratado de No Proliferación Nuclear y mantiene en secreto si dispone de armas nucleares en sus bases surcoreanas y japonesas.

Según informó el diario japonés Sankei Shimbun el 4 de febrero de 2023, Estados Unidos pretende desplegar misiles de alcance medio en Japón que podrían alcanzar toda la costa oriental china, y el gobierno de Kishida está dispuesto a negociar un acuerdo para ello. Con Trump, Estados Unidos abandonó el Tratado INF de misiles de corto y medio alcance (entre 500 y 5.500 kilómetros) para tener libertad de desplegarlos de nuevo en Europa en su plan de acoso a Rusia, pero también apuntando a China porque el Pentágono mantiene que el ejército chino posee más de mil misiles de alcance medio. Así, podrían ser desplegados en territorio japonés misiles hipersónicos LRHW con un alcance de dos mil setecientos kilómetros y misiles de crucero Tomahawk que tienen un radio de hasta dos mil kilómetros, y fuentes del gobierno nipón admitieron que podría hacerse en Kyūshū, la tercera isla japonesa en extensión y la más cercana a Corea. Yomiuri Shimbun (el periódico japonés de mayor tirada, con más de diez millones de ejemplares diarios) daba cuenta el 16 de diciembre de 2022 de la aprobación por el gobierno de Kishida de «tres documentos clave de seguridad», que incluían el reforzamiento de la Guardia Costera (con atención especial a las islas Senkaku) y, como cuestión central, que Japón adquiera la «capacidad de contraataque para destruir los silos de lanzamiento de misiles enemigos», decisión que supone el abandono de la política tradicional nipona de autodefensa para dotarse de armamento ofensivo. Japón dispone también de un programa de desarrollo de misiles hipersónicos. De acuerdo con las exigencias de la OTAN, Tokio destinará en 2027 al presupuesto militar el 2 % del PIB estableciendo «un nuevo equilibrio» en colaboración con Estados Unidos: el 27 de febrero de 2023, la agencia japonesa Kyodo News informó que el gobierno de Kishida planteó en el Comité de Presupuesto de la Cámara Baja de la Dieta que tiene previsto comprar hasta cuatrocientos misiles de crucero Tomahawk como material para contraataques y para «lanzar ataques a bases enemigas». Y el ministro de Defensa, Yasukazu Hamada, precisó que Japón compraría a Estados Unidos esos misiles de forma urgente en 2023. El mes anterior, Blinken y Austin habían mantenido en Washington las «conversaciones 2+2» con el ministro de Asuntos Exteriores, Hayashi Yoshimasa, y con Hamada, en las que acordaron reorganizar las unidades del cuerpo de Marines estadounidense y la creación de un nuevo Marine Littoral Regiment (MLR) en Okinawa para 2025.

El Pentágono, que tiene acantonados unos 60.000 soldados en Japón y 28.000 en Corea del Sur, quiere reforzar también las islas que separan el Mar de la China Oriental del Pacífico occidental, cercanas a Taiwán. Todo el nuevo despliegue está orientado contra «la amenaza creciente de China», aunque Washington debe contar con la oposición de la población japonesa a albergar misiles de alcance medio, por lo que se mantiene públicamente en un segundo plano dejando que sea el gobierno japonés quien insista ante sus ciudadanos de la «necesidad» de desplegar esos misiles, ocultando que si se desatase un enfrentamiento militar Estados Unidos quedaría a salvo pero convertiría inmediatamente a Japón en objetivo de las represalias. A finales de febrero de 2023, la Cámara Baja de la Dieta japonesa aprobó el nuevo presupuesto militar; si el plan sigue adelante, Japón gastará anualmente en su ejército 73.000 millones de euros convirtiéndose, tras Estados y Japón, en el tercer país del mundo con mayor gasto militar.

El 22 de febrero, el periódico conservador japonés Sankei Shimbun daba cuenta de los nuevos acuerdos en Asia asegurando que «Filipinas y Corea del Sur se han unido a los esfuerzos globales de Japón y Estados Unidos para construir una red para rodear a China, y se está acelerando la cooperación en el campo de la seguridad entre Japón, Estados Unidos y Japón, Estados Unidos y Corea del Sur.» Kishida se había reunido el 9 de febrero con Ferdinand Marcos Bongbong para «ampliar su colaboración».

El archipiélago filipino es otro de los operativos clave. La visita del secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, a Manila en febrero de 2023 sirvió para ampliar el Acuerdo de Cooperación Reforzada de Defensa (EDCA) entre los dos países. Estados Unidos dispondrá así de la posibilidad de operar en cuatro nuevas bases militares en Filipinas. El presidente filipino, Ferdinand Marcos Bongbong (hijo del sanguinario dictador del mismo nombre que fue apoyado por Washington), justificó el acuerdo alegando que no supone una «presencia militar permanente» de Estados Unidos, limitación que el Pentágono suele resolver (como en Europa oriental) con la rotación regular de sus fuerzas militares. A principios de enero, Marcos había visitado Pekín, donde abordó las diferencias sobre las aguas del Mar de China meridional y concertó acuerdos comerciales y obras de infraestructura: quiere mantener la colaboración china para el desarrollo de Filipinas. Dos semanas después, en Davos, Marcos afirmó que descartaba abrir de nuevo las bases militares estadounidenses de Súbic Bay (a cien kilómetros al norte de Manila) y Clark, alegando que la Constitución filipina no permite bases extranjeras en el país. Era falso: su gobierno había iniciado ya en 2022 negociaciones con Washington para su reapertura, y el 9 de noviembre la embajadora estadounidense en Filipinas, Mary Kay Carlson, había inspeccionado Súbic Bay y los astilleros que compró allí la empresa norteamericana Cerberus Capital Management LP. Además, desde 2016, con Duterte en la presidencia, Estados Unidos volvió a utilizar la base aérea de Clark para operaciones de vigilancia de las islas disputadas del Mar de China meridional.

Como en Japón, hay una gran resistencia de la población filipina a las bases norteamericanas, muy visible tras la caída de Marcos en 1986, aunque con la llegada a la presidencia del hijo del dictador Estados Unidos ha conseguido renovar su presencia. Las cinco bases contempladas anteriormente en el convenio (firmado en 2014, bajo la presidencia de Benigno Aquino Nonoy) están casi finalizadas, y las cuatro bases adicionales se situarán al norte de la isla de Luzón, en la parte más cercana a Taiwán, a solo 500 kilómetros de distancia. También construirán otra en la isla de Palawan, frente a las islas Spratly en el mar de la China Meridional. Así, el acuerdo con el gobierno de Ferdinand Marcos Bongbong amplía el dispositivo militar estadounidense en toda la gran región del océano Índico y del océano Pacífico, donde el Pentágono tiene acuerdos militares con Australia, Corea del Sur, Japón. Singapur y Thailandia, además de Filipinas, cuya función es muy relevante para Washington porque es país más cercano a Taiwán. Desde las islas filipinas de Palawan y Luzón, Estados Unidos puede controlar las islas chinas de Taiwán, Hainan, el archipiélago Xisha (islas Paracel), y el de Nánshā (Spratly, por el nombre inglés), que consta de más de cien islas. En la hipótesis de un enfrentamiento militar, China no tendría más opción que atacar las bases estadounidenses en los países de la región.

China ha fortalecido el Ejército de Liberación Popular y dispone de recursos suficientes para responder a un ataque: cuenta con misiles hipersónicos DF-17, misiles balísticos antibuque, y misiles de crucero subsónicos y supersónicos. En el análisis que realizó el Pentágono en noviembre de 2022, concluyó que China puede lanzar ataques precisos contra sus fuerzas en todo el Mar de China meridional, la región occidental del Pacífico y el océano Índico. Por eso, el Pentágono combina el traslado de algunas unidades militares a islas más seguras, fuera del alcance del ejército chino, con acuerdos para disponer de nuevas bases que refuerzan el dispositivo militar estadounidense en la región aunque si bien el ejército chino sigue superándole en la primera barrera de islas y archipiélagos que cierran el Mar de China meridional no tiene aún el mismo potencial militar ni un poder nuclear equivalente.

China es consciente de que el estrecho de Malaca es vital para sus rutas comerciales y de abastecimiento de hidrocarburos, y las piezas se mueven en toda la región. El estrecho es controlado por Estados Unidos gracias al acuerdo suscrito en 2019 con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, que renovó el acuerdo de defensa por otros quince años y que permite a Estados Unidos utilizar las bases aéreas y navales de Singapur. Pero, al mismo tiempo, China se ha fortalecido en la zona con la dimisión del presidente vietnamita, Nguyen Xuan Phuc, partidario de un acercamiento a Estados Unidos, debido a la corrupción de altos funcionarios bajo su mandato, pero también por su posición más favorable a Occidente. El secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Nguyen Phu Trong, ha lanzado también una dura campaña contra la corrupción y mantiene una posición más cercana a China. A finales de 2022, Trong visitó China y se entrevistó con Xi Jinping, reforzando los lazos entre los dos países.

Justificadamente, China desconfía de la actividad de la OTAN y de su programa de expansión, que ha llevado a la guerra en el Este de Europa, y que está abandonando su condición de «alianza regional» para extender su poder militar por el mundo. Las intervenciones en Oriente Medio y el norte de África, que quedaban fuera de su radio de acción pero fueron forzadas por Washington, fueron el prólogo del programa actual que pretende extenderse sobre Asia-Pacífico. En febrero de 2023, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino presentó su informe sobre La hegemonía estadounidense y sus peligros lanzando un serio aviso sobre el abuso de Estados Unidos en la escena política internacional, con sus secuelas económicas y militares, y sobre los riesgos que supone para la paz y la estabilidad mundiales.

Durante su visita a Filipinas, Austin no dudó en lanzar sospechas sobre Pekín, calificando sus reclamaciones de ilegítimas, palabras que la embajada china en el país calificó de difamatorias. China ha respondido al acuerdo estadounidense con Filipinas recordando que la cooperación militar debe contribuir a consolidar la paz y no debe perjudicar a otros países, señalando que el creciente despliegue militar estadounidense en toda la gran región de Asia-Pacífico aumenta la tensión y pone en peligro la estabilidad. Washington amarra acuerdos militares pero carece de planes económicos y de desarrollo para la región, a diferencia de China, que se ha convertido en el principal socio comercial de la mayoría de los países de la ASEAN y del sur de Asia. Pekín trabaja para convertir el Mar de China meridional en un marco de colaboración y de estabilidad, y es consciente de que Filipinas quiere mantener un cierto equilibrio entre las dos superportencias, aunque esté ligada al dispositivo militar del Pentágono. En general, los países de la ASEAN comparten ese deseo de Manila: quieren la ayuda china para el desarrollo de sus países y evitar el aumento de la tensión que, inevitablemente, dañaría a sus economías.

Mientras, la guerra sigue en Europa, adonde Estados Unidos ha trasladado cien bombas nucleares B61-12 «mejoradas». La operación estaba prevista para la primavera de 2023 pero fue adelantada; reemplazarán a las anteriores bombas atómicas B61-3, B61-4 y B61-7 que Estados Unidos tiene en Italia, Alemania, Bélgica, Holanda y Turquía. Las nuevas bombas serán instaladas también en Gran Bretaña y pueden desplegarse contra Rusia en otros países de la OTAN, como Polonia y Finlandia, según un documento de la US Air Force. Las nuevas bombas pueden ser instaladas en Lakenheath, Gran Bretaña; Kleine-Brogel, Bélgica; Büchel y Ramstein, Alemania; Aviano y Ghedi, Italia; Volkel, Holanda; e Incirlik, Turquía. Esa circunstancia, y el hecho de que Estados Unidos abandonase el Tratado INF y otros acuerdos de desarme y de estímulos de confianza, como el Tratado de Cielos Abiertos, no es ajena a que el 21 de febrero de 2023, Rusia suspendiese su participación en el Tratado START III, aunque Putin destacó que no lo abandonaba.

Hoy, el proyecto de expansión de la OTAN en Asia y su conversión en una alianza de alcance planetario pretende también revisar el significado de la Segunda Guerra Mundial, los acuerdos de posguerra de Yalta y Postdam, y la arquitectura de seguridad que surgió en 1945 y se desarrolló durante la guerra fría. La OTAN de 1949 indicaba su ámbito de actuación: el Atlántico norte, Estados Unidos y Europa occidental. Ese «perímetro de seguridad» ha dejado de existir, y para Washington el territorio de actuación de la alianza militar occidental debe ser mundial, asegurando la hegemonía estadounidense. Washington puede optar por articular una «colaboración especial» de Tokio y Seúl con la OTAN, o por la conversión del AUKUS en la «OTAN asiática». De forma inevitable, la incorporación de Japón, Corea del Sur, Australia y algún otro país al dispositivo de la OTAN, con fórmulas que están por definir, comportará la configuración de bloques militares enfrentados en Asia-Pacífico y no contribuirá al fortalecimiento de la paz en la región. A la guerra de Ucrania y la tensión en toda Europa del Este se añaden misiles estadounidenses en Oriente.

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(*) Tomado de https://rebelion.org/misiles-en-oriente/