jueves, 1 de abril de 2021

Lucha Electoral

El Socialismo y las Reivindicaciones Inmediatas en la Lucha Electoral 

César Risso

VAMOS A CITAR UN TEXTO con el ánimo de sintetizar brevemente en qué consiste el capitalismo:


“La fuerza de trabajo es, en nuestra actual sociedad capitalista, una mercancía; una mercancía como cualquier otra, y sin embargo, muy peculiar. Esta mercancía tiene, en efecto, la especial virtud de ser una fuerza creadora de valor, una fuente de valor, y, si se la sabe emplear, de mayor que el que en sí misma posee. Con el estado actual de la producción, la fuerza humana de trabajo no sólo produce en un día más valor del que ella misma encierra y cuesta, sino que, con cada nuevo descubrimiento científico, con cada nuevo invento técnico, crece este remanente de su producción diaria sobre su costo diario, reduciéndose, por tanto, aquella parte de la jornada de trabajo en que el obrero produce el equivalente de su jornal, y alargándose, por otro lado, la parte de la jornada de trabajo en que tiene que regalar su trabajo al capitalista, sin que éste le pague nada.


        Tal es el régimen económico sobre el que descansa toda la sociedad actual: la clase obrera es la que produce todos los valores, pues el valor no es más que un término para expresar el trabajo, el término con que en nuestra actual sociedad capitalista se designa la cantidad de trabajo socialmente necesario encerrado en una determinada mercancía. Pero estos valores producidos por los obreros no les pertenecen a ellos. Pertenecen a los propietarios de las materias primas, de las máquinas y herramientas y de los recursos anticipados que permiten a estos propietarios comprar la fuerza de trabajo de la clase obrera. Por tanto, de toda la cantidad de productos creados por ella, la clase obrera sólo recibe una parte. Y, como acabamos de ver, la otra parte, la que retiene para sí la clase capitalista, viéndose a lo sumo obligada a compartirla con la clase de los propietarios de tierras, se acrecienta con cada nuevo invento y cada nuevo descubrimiento, mientras que la parte correspondiente a la clase obrera (calculándola por persona) sólo aumenta muy lentamente y en proporciones insignificantes, cuando no se estanca o incluso disminuye, como acontece en algunas circunstancias.”1

Tienen aquí expuesto abreviadamente el fundamento del sistema capitalista. Aquí se ha descrito la esencia de este sistema; sin embargo en su desenvolvimiento se van presentando el desempleo, la pobreza, la sobre explotación, la crisis económica, etc. Si queremos eliminar la explotación capitalista, entonces tenemos que eliminar la propiedad privada de los medios de producción, que es lo que faculta, en la legislación burguesa, a los capitalistas para apropiarse de una parte del trabajo de los obreros; apropiación que los capitalistas y sus teóricos llaman ganancia.

        Un Partido socialista, apunta como objetivo final a la eliminación del sistema de explotación capitalista; pero en el transcurso de la lucha, que puede ser esporádica, parcial, y limitada, se va haciendo propaganda para elevar la conciencia de los obreros hasta la comprensión de la esencia de la explotación capitalista. Los socialistas tratan de elevar la conciencia de clase no solo demostrando la esencia de la explotación capitalista, sino buscando unir a la clase obrera a nivel nacional, e igualmente estableciendo el nexo que existe entre las diversas formas de explotación, entre los trabajadores que bajo diversas formas están sometidos al dominio del capital, como los miembros de las comunidades campesinas, de las comunidades nativas, los pequeños productores agrarios, los artesanos, y los microempresarios, incluyendo a los trabajadores familiares no remunerados; tratando, en consecuencia, de transformar la lucha esporádica, parcial y limitada en lucha nacional contra el capital; no contra un capitalista o grupo de capitalistas en particular, sino contra toda la clase capitalista, contra todo el capitalismo; estableciendo el vínculo que une todas estas luchas (el dominio del capital), como por ejemplo, la lucha contra las empresas mineras que dañan el medio ambiente afectando el recurso agua que requiere la actividad agrícola de las comunidades campesinas y de los pequeños agricultores privados.

        El neoliberalismo, o modelo neoliberal, es la agudización de la explotación capitalista; es la apropiación de trabajo no remunerado bajo el sistema de trabajo asalariado, que es lo común, y que identifica al capitalismo en todas sus formas. El capitalismo se expresa, unas veces, como modelo de participación del Estado regulando la economía, es decir, estableciendo ciertos controles, o como empresario (extracción y comercialización de petróleo, gas, etc.), pero manteniendo el sistema de trabajo asalariado; y otras, con una reducción de la participación del Estado en la economía, dejando al “libre mercado”, es decir, directamente a los propietarios del capital, el control total de la economía, y con ello sobre explotando sin mayor control a los trabajadores.

        La sola lucha contra el neoliberalismo, esto es, contra una de las formas del capitalismo, dejaría en pie el dominio del capital. En la actual pandemia, las instituciones financieras internacionales, guardianas de los intereses del capital a nivel planetario, han caído en la cuenta que el neoliberalismo, en las actuales condiciones, diezmará a la fuerza de trabajo, como está sucediendo ahora; la afectación de la fuente de riqueza de la burguesía, el trabajo no remunerado, la fuerza viva de trabajo, el trabajador asalariado, al quedar reducido, tanto en cantidad como en calidad, como consecuencia de la pandemia, agudizada por el neoliberalismo, minará las bases del dominio del capital a nivel planetario. Esta situación es la que ha conducido a estas instituciones financieras internacionales a plantear la necesidad de relajar el neoliberalismo, de recomendar una mayor participación del Estado burgués; medidas que sugieren, no para salvar a la humanidad de la pandemia, sino para preservar al sistema capitalista, esto es, al mecanismo que permite a la burguesía seguir enriqueciéndose a costa de los trabajadores.

        Entre otras medidas, el Banco Mundial ha planteado lo siguiente:


“La pandemia de COVID-19 ha tenido un importante costo humano, y sus efectos económicos y sociales se hacen sentir a nivel mundial. Mediante una combinación de nuevos proyectos, la reestructuración de los proyectos existentes con componentes de emergencia y la utilización de nuestros instrumentos de financiamiento para casos de desastres, la respuesta del Grupo Banco Mundial está orientada a cuatro esferas clave:


1.   salvar las vidas amenazadas por la pandemia;

2.   proteger a los pobres y vulnerables;

3.   ayudar a salvar los empleos y las empresas;

4.   trabajar para contribuir a una recuperación más resiliente.”2

Asimismo, el “FMI sugiere al Gobierno entregar nuevo bono de S/ 2,760 para reducir niveles de pobreza.”3

        Estas propuestas, y las planteadas en los planes de gobierno por las agrupaciones socialdemócratas, no dan margen para la superación del capitalismo, sino más bien para su sostenimiento. Son propuestas que se basan en el Estado como protector de la sociedad, y del capitalismo.

        Evidentemente no es lo mismo el modelo neoliberal que el modelo de mayor participación del Estado, aunque ambos son expresiones del capitalismo. En el neoliberalismo la explotación de los trabajadores se desboca, galopa sin freno, eliminando, por ejemplo,  los derechos laborales; en cambio, en el capitalismo con mayor participación estatal, se mejoran ligeramente las condiciones de los trabajadores, pero sin dejar de ser explotados. Sin embargo, en ambos modelos, el capitalismo genera desempleo, pobreza, crisis económica, etc. No hay salida, si queremos eliminar todas estas consecuencias. Debemos abandonar el capitalismo, en cualquiera de sus formas, y construir el socialismo.

        Si bien es cierto, no se puede implementar el socialismo inmediatamente, pues esto requiere un arduo trabajo para la incorporación masiva de los trabajadores, para vencer la resistencia de la burguesía, que no cederá el dominio que ostenta; no se debe dejar en ningún momento de desarrollar la crítica al capitalismo, y de promover el socialismo; ya sea en periodos de “normal” desarrollo de la sociedad, como aquellos de lucha electoral, como el actual, o de agudización de la lucha directa de las masas de trabajadores.

        La crítica profunda al sistema capitalista en su conjunto, y la propaganda por la realización del socialismo, no significan el abandono de las luchas concretas.


        “El partido combate la concepción según la cual debería de abstenerse de apoyar o de tomar parte en acciones parciales puesto que los problemas que interesan a la clase trabajadora solo pueden resolverse con el derrocamiento del régimen capitalista y con una acción general de todas las fuerzas anticapitalistas. Es consciente de la imposibilidad de mejorar seria y duraderamente la condición de los trabajadores en el periodo del imperialismo y antes de que sea derrocado el régimen capitalista. La agitación de un programa de reivindicaciones inmediatas y el apoyo a las luchas parciales es, no obstante, la única manera de ganar a las grandes masas y de movilizarlas contra el capital. Por otra parte, toda agitación o victoria de las categorías obreras en el campo de las reivindicaciones inmediatas hace más aguda la crisis del capitalismo y acelera subjetivamente su caída en la medida en que vulnera el inestable equilibrio económico sobre el cual hoy basa su poder.”4

En el actual periodo electoral, las fuerzas socialdemócratas han planteado en sus planes de gobierno una serie de medidas reivindicativas de las clases trabajadoras, que afectan los intereses de los capitalistas. Estas medidas, y otras más, como el cuidado del medio ambiente, la eliminación de las exoneraciones tributarias al gran capital, etc., pueden muy bien ser puntos de unidad del pueblo trabajador en su conjunto, a condición de esclarecer, en primer lugar, que se está enfrentando la política e intereses del capitalismo como sistema, y en segundo lugar, que la lucha electoral es un momento de la lucha general de las clases trabajadoras, y que en consecuencia la unidad lograda en este periodo no se debe disolver con la conclusión de las elecciones, sino que debe continuar más allá de la coyuntura electoral.

        Para el socialismo proletario, en el actual periodo electoral, se trata de que gane el socialismo, lo que quiere decir que el socialismo prenda en las masas. Según los resultados veremos cuánta aceptación tienen las diversas expresiones de la izquierda, aunque los votos de los socialistas estarán mezclados con los votos por la socialdemocracia.

        Un cambio económico radical, sin un nivel elevado de conciencia es casi imposible, dado que los trabajadores nacen en el  marco de relaciones sociales de producción ya dados, estando acostumbrados a vivir bajo las relaciones sociales de producción capitalistas, no viendo otras formas de relaciones sociales. Por ello la lucha economicista expresa el bajo nivel de conciencia; su conciencia es burguesa, socialdemócrata, puesto que ven el mundo burgués como el único posible, y sus exigencias se presentan en el marco del sistema capitalista.

        Tenemos que cambiar nuestras costumbres, nuestros hábitos; dejar de pensar en el dinero, en la ganancia, en el lujo; en esta caricatura de la riqueza, y de la libertad (consumismo: soy libre cuando consumo lo que quiero y en la cantidad que quiero, no cuando consumo lo que necesito en las cantidades apropiadas); y empezar a motivarnos por la solidaridad, la reciprocidad, por los móviles sociales, colectivos, humanos, absolutamente superiores al individualismo burgués base del capitalismo. La mentalidad burguesa, individualista, impuesta a través del mercado (lucha entre los capitalistas, y entre los capitalistas y los consumidores, así como entre los capitalistas y los trabajadores) nos la han impuesto a las clases trabajadoras.

        Si nos atenemos a los principios del capitalismo, se podría decir que el socialismo consiste en pasar del individualismo al colectivismo, del egoísmo a la solidaridad, del enriquecimiento monetario del individuo al enriquecimiento de todos. Pero es evidente que el socialismo tiene como punto de partida la propiedad colectiva de los medios de producción por parte de las clases trabajadoras.


        “La distribución de los medios de consumo es, en todo momento,  un corolario de la distribución de las propias condiciones de producción. Y esta distribución es una característica del modo mismo de producción. Por ejemplo, el modo capitalista de producción descansa en el hecho de que las condiciones materiales de producción les son adjudicadas a los que no trabajan bajo la forma de propiedad del capital y propiedad del suelo, mientras la masa sólo es propietaria de la condición personal de producción, la fuerza de trabajo. Distribuidos de este modo los elementos de producción, la actual distribución de los medios de consumo es una consecuencia natural. Si las condiciones materiales de producción fuesen propiedad colectiva de los propios obreros, esto determinaría, por sí solo, una distribución de los medios de consumo distinta de la actual. El socialismo vulgar (y por intermedio suyo, una parte de la democracia) ha aprendido de los economistas burgueses a considerar y tratar la distribución como algo independiente del modo de producción, y, por tanto, a exponer el socialismo como una doctrina que gira principalmente en torno a la distribución.”5

No es pues la redistribución de los medios de consumo por parte del Estado la solución a la explotación capitalista, sino la expropiación de los medios de producción a la burguesía para que estos sean asumidos por las clases trabajadoras, lo que liquidará el capitalismo y sus consecuencias negativas sobre los trabajadores.

        La socialdemocracia cree que una redistribución más equitativa de la riqueza es la solución a la explotación, a la pobreza, etc. Su límite de clase no le permite ver que el problema radica en la propiedad privada de los medios de producción. Sin embargo, como ya hemos afirmado, la unidad alrededor de la lucha por las reivindicaciones inmediatas de las clases trabajadoras, en las circunstancias actuales, pueden permitirnos desarrollar la lucha contra el capital a nivel nacional.

______________

(1) Federico Engels, Introducción a la edición de 1891 de Trabajo asalariado y capital de Carl Marx.

(2) https://www.bancomundial.org/es/news/infographic/2020/11/17/world-bank-group-covid-19-crisis-response

(3) https://rpp.pe/economia/economia/fmi-sugiere-al-gobierno-entregar-nuevo-bono-de-2760-soles-para-un-grupo-de-beneficiarios-pobreza-bono-600-noticia-1328182

(4) Gramsci, Antonio, Las tesis de Lyon, enero de 1926.

(5) Marx, Carlos, Crítica al programa de Gotha.


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