Lineamientos
programáticos
La Cuestión
del Estado-Comuna en el Programa del Partido
Eduardo Ibarra
EN EL FUNDAMENTAL LIBRO La guerra civil en Francia, Marx señala que la Comuna de París fue “… la forma política al fin descubierta que permitía realizar la emancipación económica del trabajo”. En consonancia con esto, Lenin subraya en El estado y la revolución: “… el desarrollo hacia el comunismo pasa a través de la dictadura del proletariado, y no puede ser de otro modo porque el proletariado es el único que puede, y sólo por este camino, romper la resistencia de los explotadores capitalistas.” Y, en el artículo “Democracia” y dictadura, sostiene: “… el camino al socialismo puede abrirlo únicamente la sustitución del Estado burgués… por un Estado tipo de la Comuna de París… o por un Estado del tipo de los Soviets.”
Pues bien, el presente artículo tiene el específico propósito de plantear la idea de que el Estado tipo Comuna de París o del tipo de los Soviets, es decir, el semi-Estado, el Estado en extinción, es el único tipo de dictadura del proletariado (de hecho hay varios tipos de dictadura del proletariado) que hace posible que el socialismo se desarrolle efectivamente como sociedad de transición al comunismo.
El proceso de surgimiento del Estado significó la enajenación de las diversas funciones de la comunidad en la forma de órganos especializados, opuestos al pueblo: por ejemplo el “pueblo en armas” fue sustituido por una fuerza armada especializada.
La extinción del Estado significará precisamente un proceso contrario: los órganos especializados del Estado irán extinguiéndose en la misma medida en que las clases trabajadoras vayan absorbiendo las funciones de tales órganos.
La Comuna de París mostró el punto de partida de esa absorción: carácter legislativo-ejecutivo de los órganos del Estado, elección de los funcionarios públicos y revocabilidad de los mismos en cualquier momento, salario de los funcionarios públicos equivalente al de un obrero medio, armamento del pueblo.
Sin embargo, en nuestra época el Estado-Comuna no ha podido ser establecido en ninguna parte, salvo en una forma algo relativa en los primeros años de la revolución rusa. Ni siquiera durante la revolución cultural china fue posible: la Comuna de Shangai, establecida el 5 de febrero de 1967, tuvo vigencia apenas hasta el 24 del mismo mes, cuando en su lugar fue instaurado el Comité Revolucionario Municipal.
Así pues, el Estado-Comuna no ha podido ser implementado en ninguna parte y, lo que es importante relevar, tampoco puede ser establecido tan pronto triunfa la revolución, como utópicamente creen algunos, pues, dadas las condiciones de nuestra época, la regla es que la instauración de dicho tipo de Estado constituye un proceso de construcción.
Pero, precisamente por eso, el proletariado no puede abandonar la gran bandera del Estado-Comuna, pues solo bajo sus condiciones es posible que la lucha política de las amplias masas trabajadoras pueda dar como resultado la absorción progresiva de las funciones estatales, y que, de esta forma, el Estado termine en el museo de la historia.
Si la desintegración de la comunidad primitiva significó el surgimiento de las clases, la lucha de clases y el Estado, la realización del comunismo es precisamente lo contrario: la desaparición de esas tres formas de la actual condición enajenada del ser humano.
Por lo expuesto, está claro que el partido proletario no puede dejar de consignar en su Programa General la fundamental cuestión del Estado-Comuna.
10.06.2019
La Teoría de la Continuación de la Revolución Bajo la Dictadura del Proletariado en el Programa del Partido
Eduardo
Ibarra
LA CONSTRUCCIÓN DE LA TEORÍA sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado significó un proceso que tuvo su punto de partida en 1957 con los discursos de Mao en la Conferencia de Secretarios de Comités Provinciales, Municipales y de Región Autónoma del Partido (1957) y su punto más alto durante los años más agitados de la revolución cultural (1966-1969).
En este proceso, Mao fue asimilando progresivamente las lecciones de la experiencia internacional de la dictadura del proletariado y, particularmente, de la restauración del capitalismo en la URSS, así como de la propia experiencia de la construcción del socialismo en China. Estas experiencias son las fuentes históricas de la teoría de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.
Pero, como no podía ser de otro modo, dicha teoría tiene sus fuentes teóricas en el marxismo-leninismo y, específicamente, en determinadas teorías de Marx y Lenin sobre el socialismo como sociedad de transición al comunismo.
Marx extrajo las lecciones de la experiencia de la Comuna de París y, entre otras cosas, señaló que “para conseguir su propia emancipación”, el proletariado tendrá “que pasar por largas luchas, por toda una serie de procesos históricos, que transformarán las circunstancias y los hombres” (La guerra civil en Francia); que, en el curso de su lucha de clase, el proletariado tendrá que realizar las medidas económicas, políticas, culturales y de organización necesarias para eliminar las clases, la lucha de clases y el Estado. La idea central de Marx era que el socialismo “es la declaración de la revolución permanente, de la dictadura de clase del proletariado como punto necesario de transición para la supresión de las diferencias de clase en general, para la supresión de todas las relaciones de producción en que éstas descansan, para la supresión de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción, para la subversión de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales. (Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850).
Luego, ya en nuestra época, Lenin sostuvo que “Durante la época de la dictadura del proletariado subsisten y subsistirán las clases. La dictadura dejará de ser necesaria cuando no existan clases. Pero éstas no desaparecerán sin la dictadura del proletariado”; que en el socialismo “Subsisten las clases, pero cada una de ellas cambió de aspecto en la época de la dictadura del proletariado, lo mismo que cambiaron sus relaciones mutuas”; que la dictadura del proletariado es un período de lucha “entre el capitalismo vencido, pero no aniquilado, y el comunismo ya nacido, pero muy débil aún”; que “el socialismo es la supresión de las clases” y que, por esto, debe “suprimir la diferencia existente entre obreros y campesinos, convertir a todos en trabajadores”; que, “con la dictadura del proletariado también la democracia entra en una fase completamente nueva, y la lucha de clases se eleva a una etapa superior, haciendo que se supediten a ella cada una de las diversas formas”; que “el proletariado, al derrocar a la burguesía, da el paso decisivo hacia la supresión de las clases, y que, para alcanzar esa meta, el proletariado debe proseguir su lucha de clase utilizando para ello el aparato del poder estatal y empleando diversos métodos de lucha, de influencia y acción con respecto a la burguesía derrocada y a la pequeña burguesía vacilante.” (Economía y política en la época de la dictadura del proletariado).
Más tarde, Mao desarrolló a Marx y Lenin con su teoría de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado. Esta teoría comprende las siguientes tesis principales: 1) las clases y la lucha de clases continúan existiendo después de culminada en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción; 2) por tanto, la contradicción fundamental en el socialismo es la contradicción entre el proletariado y la burguesía; 3) por tanto, existe la lucha entre el camino socialista y el camino capitalista; 4) por tanto, existe el peligro de la restauración del capitalismo; 5) los factores capitalistas existentes todavía en el socialismo son el suelo sobre el cual surge una nueva burguesía; 6) la burguesía está en el seno del partido; 7) por tanto, hay que fortalecer la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y construir el socialismo; 8) la meta de la revolución cultural es la transformación de la concepción del mundo de la gente; 9) la revolución cultural debe establecer de abajo arriba nuevas formas de organización de las amplias masas trabajadoras que les permitan un dominio cada vez mayor sobre sus condiciones de existencia y de trabajo; 10) es necesario realizar periódicamente revoluciones culturales a efecto de avanzar la lucha por la realización del comunismo.
Como se infiere, la teoría de la continuación de la revolución en el socialismo significó una ruptura con ciertas ideas acerca del socialismo vigentes en las precedentes experiencias de dictadura del proletariado y, específicamente, con una estructura estatal que no respondía a la necesidad del proletariado de avanzar la lucha por la absorción progresiva por las clases trabajadoras de las diversas funciones estatales. El Estado surgido en el tiempo de las revoluciones socialistas del siglo XX no había sido precisamente del tipo de la Comuna de París (con excepción de los Soviets en los primeros años de la revolución rusa). Así, el Estado no en extinción sirvió para enfrentar la lucha contra el imperialismo y la vieja burguesía derribada, para llevar adelante en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción y desarrollar las fuerzas productivas, pero no para afrontar la lucha contra la nueva burguesía surgida sobre el suelo de los factores capitalistas existentes aún en el socialismo, no para impulsar el proceso de absorción anotado arriba, no, por tanto, para que las clases trabajadoras alcancen cada vez un mayor dominio sobre sus condiciones de existencia y de trabajo, no, por tanto, para que avancen la emancipación de sí mismas y la emancipación de toda la humanidad.
En consecuencia, en los años sesenta se hizo patente que había que consolidar la dictadura del proletariado instaurando diversas formas de organización de las clases trabajadoras e implementando el Estado-Comuna, que había que prevenir la restauración del capitalismo tomando el poder allí donde era detentado por la burguesía, vieja o nueva, y, por último, que había que construir el socialismo desarrollando la efectiva socialización de los medios de producción y de las relaciones de producción y avanzando la meta de transformar la concepción del mundo de la gente.
Al mismo tiempo, se hizo patente que, para alcanzar los objetivos y la meta señalados, no era posible insistir en los métodos habituales, sino que era necesario movilizar políticamente a las amplias masas trabajadoras. Esta movilización fue la revolución cultural.
Así pues, la teoría de la continuación de la revolución en el socialismo es un desarrollo de la teoría marxista de la revolución proletaria y la dictadura del proletariado. Y, puesto que la dictadura del proletariado es la cuestión con respecto a la cual se reconoce a un partido marxista de otro que no lo es, entonces cae de su peso que todo partido proletario debe reconocer dicha teoría si de verdad quiere ser marxista.
Es obvio, pero es necesario remarcarlo: la teoría de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado no es una teoría cerrada, sino una teoría en desarrollo.
Por lo expuesto, resulta evidente la necesidad de que el partido proletario consigne en su Programa General la cuestión de la teoría de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.
11.06.2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.