Lineamientos programáticos
El Marxismo-Leninismo
en el
Programa
del Partido
Eduardo
Ibarra
EL MARXISMO-LENINISMO o, lo que es lo mismo, la
doctrina de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao, ¿debe consignarse en el programa
del Partido a fin de expresar su filiación doctrinal, o no?
Aquí nos limitaremos a dar una breve
respuesta a la interrogante.
Como se sabe, el marxismo-leninismo
es la doctrina del proletariado revolucionario, y, por esta razón, el Partido
debe asumirlo expresamente. Quien se asimila al Partido debe saber desde el
primer momento que el marxismo-leninismo es la doctrina que debe encarnar en su
labor teórica y su actividad práctica.
El marxismo-leninismo es el arma
estratégica del Partido. Precisamente de su aplicación a la realidad particular
deriva el contenido de su programa.
Negar, pues, la necesidad de
consignar en el programa del Partido su adhesión al marxismo-leninismo encierra
la intención de promover un partido doctrinariamente indefinido, un
partido-amalgama.
Pues bien, desde el principio mismo
de la organización marxista a escala mundial, encontramos una directa
referencia a la doctrina proletaria como su base de unidad: el inciso c del
segundo artículo de los estatutos de la Liga de los Comunistas, estableció que
una de «las condiciones para ser miembro de la Liga»,
era la «profesión de fe comunista». Es obvio que
con esta frase se hace referencia al marxismo. Por eso el manifiesto de la Liga
se llama Manifiesto del Partido Comunista,
donde, como es de conocimiento general, se expone la teoría marxista de la
revolución proletaria.
El concepto de base de unidad y la
necesidad de que la doctrina proletaria aparezca establecida en el programa del
Partido, son cuestiones cuya necesidad se impuso finalmente en el movimiento
comunista internacional.
Así, el Partido Obrero
Socialdemócrata Alemán tenía por base de su unidad el marxismo, y lo mismo
ocurrió en los partidos de la Segunda Internacional. Así también, cuando en
diciembre de 1895 Lenin escribió el Proyecto
de programa del Partido Socialdemócrata, dejó escrito algo que no deja
lugar a dudas: «El Partido Socialdemócrata de Rusia
proclama como misión suya ayudar a esta lucha de la clase obrera rusa,
desarrollando la conciencia de clase de los obreros, contribuyendo a su
organización y señalando las tareas y los objetivos de la lucha.» (Obras
completas, t. II, Editorial Progreso, Moscú, traducción al castellano de
1981, p. 86). ¿Con la frase «desarrollando
la conciencia de clase de los obreros» quiso decir Lenin que había que
introducir el anarquismo en el seno de la clase obrera? ¿Que había que
introducir la doctrina populista? Ciertamente ningún marxista que conozca la
literatura leninista anterior a diciembre de 1895 (El contenido económico del populismo y su crítica en el libro del señor Struve (reflejo del
marxismo en la literatura burguesa, Quiénes
son los «amigos de
pueblo» y cómo luchan contra los socialdemócratas,
Acerca de la llamada cuestión de los
mercados, etc.), puede dudar de que la doctrina que había que introducir al
seno de la clase obrera era, según Lenin, el marxismo, y, por tanto, que la base
doctrinal del Partido Socialdemócrata Ruso era el marxismo.
Sobre la base de la experiencia
sucintamente reseñada, los partidos proletarios comenzaron después a consignar
expresamente en sus programas su adhesión al marxismo-leninismo. Así procedió
en octubre de 1928 el PSP, con Mariátegui a la cabeza: «El
marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y
de los monopolios. El Partido Socialista del Perú, lo adopta como su método de
lucha.» (Ideología y política, p. 160).
Así procedió también el PCCH, con Mao a la cabeza: «El
Partido Comunista de China tiene al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung
como la base teórica que guía su pensamiento.» (Documentos del Décimo Congreso Nacional del Partido Comunista de China,
Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1973, p. 63)(1).
Entonces, por las razones expuestas,
en el programa del Partido debe establecerse expresamente su adhesión al
marxismo-leninismo.
Pues bien, el presente artículo era
necesario, porque, como posiblemente se sepa, hay quienes, con el designio de
promover un partido sin una base de unidad doctrinal válida para todos sus militantes, niegan sin más la necesidad de
que la doctrina proletaria aparezca consignada en el programa del Partido.
Esta negación es de hecho una
sibilina e injustificada crítica a Mariátegui, quien, como ya recordamos, acordó
consignar en el programa del Partido el marxismo-leninismo como la base de
unidad doctrinal del PSP.
Notas
[1] No está en discusión aquí si la formulación de la
verdad universal del X Congreso del PCCH es correcta o no. Con respecto a este
tema, nuestra posición está esclarecida y es de conocimiento general. Lo que aquí
importa subrayar es el hecho de que el PCCH –incluso desde antes de su X
Congreso– consideraba de necesidad absoluta dejar consignado en su programa su
adhesión a la verdad universal del proletariado revolucionario.
25.08.2019.
Lineamientos programáticos
Las
Minorías Sexuales en el Programa del Partido
Eduardo
Ibarra
La homosexualidad, masculina y femenina, es una
realidad social, y nadie que quiera cambiar el mundo puede cerrar los ojos ante
la misma.
En la sociedad feudal la
homosexualidad fue discriminada, estigmatizada y reprimida en nombre de Dios, y
en la actual sociedad capitalista continúa siéndolo, no solo ya por los
resabios feudal-religiosos en la mentalidad de la gente, sino también por la mentalidad
de los sectores más reaccionarios de la burguesía (que llegan incluso a hacer
bandera de la represión a los gays y a las lesbianas).
Sin embargo, en las últimas décadas,
los homosexuales han logrado que, un poco en el papel y otro poco en los hechos,
sean respetados sus derechos civiles. Decimos «un
poco en el papel», pues a cada paso se constata que en gruesos sectores
sociales, oficiales y no oficiales, la actitud habitual continúa siendo la de la
estigmatización, la discriminación, la represión.
Ciertamente
los marxistas no tenemos ninguna razón para no oponernos a tal estigmatización,
a tal discriminación, a tal represión, y para hacer que los derechos civiles de
los homosexuales se cumplan realmente, pues la lucha de los mismos produce fisuras
en los juicios y prejuicios feudales y burgueses, y, por esto, tiene un indudable carácter
democrático.
En consecuencia, el programa del
Partido no puede dejar de considerar la defensa de los derechos civiles de los
homosexuales. No tener en cuenta esta necesidad sería una flagrante falta de
realismo político, una inadmisible falta de flexibilidad mental, y ello significaría, por tanto, mantener desactualizado nuestro programa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.