miércoles, 1 de julio de 2020

Política

Lineamientos programáticos



El Marxismo-Leninismo en el
Programa del Partido


Eduardo Ibarra


EL MARXISMO-LENINISMO o, lo que es lo mismo, la doctrina de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao, ¿debe consignarse en el programa del Partido a fin de expresar su filiación doctrinal, o no?

Aquí nos limitaremos a dar una breve respuesta a la  interrogante.

Como se sabe, el marxismo-leninismo es la doctrina del proletariado revolucionario, y, por esta razón, el Partido debe asumirlo expresamente. Quien se asimila al Partido debe saber desde el primer momento que el marxismo-leninismo es la doctrina que debe encarnar en su labor teórica y su actividad práctica.

El marxismo-leninismo es el arma estratégica del Partido. Precisamente de su aplicación a la realidad particular deriva el contenido de su programa.

Negar, pues, la necesidad de consignar en el programa del Partido su adhesión al marxismo-leninismo encierra la intención de promover un partido doctrinariamente indefinido, un partido-amalgama.

Pues bien, desde el principio mismo de la organización marxista a escala mundial, encontramos una directa referencia a la doctrina proletaria como su base de unidad: el inciso c del segundo artículo de los estatutos de la Liga de los Comunistas, estableció que una de «las condiciones para ser miembro de la Liga», era la «profesión de fe comunista». Es obvio que con esta frase se hace referencia al marxismo. Por eso el manifiesto de la Liga se llama Manifiesto del Partido Comunista, donde, como es de conocimiento general, se expone la teoría marxista de la revolución proletaria.

El concepto de base de unidad y la necesidad de que la doctrina proletaria aparezca establecida en el programa del Partido, son cuestiones cuya necesidad se impuso finalmente en el movimiento comunista internacional.

Así, el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán tenía por base de su unidad el marxismo, y lo mismo ocurrió en los partidos de la Segunda Internacional. Así también, cuando en diciembre de 1895 Lenin escribió el Proyecto de programa del Partido Socialdemócrata, dejó escrito algo que no deja lugar a dudas: «El Partido Socialdemócrata de Rusia proclama como misión suya ayudar a esta lucha de la clase obrera rusa, desarrollando la conciencia de clase de los obreros, contribuyendo a su organización y señalando las tareas y los objetivos de la lucha.»  (Obras completas, t. II, Editorial Progreso, Moscú, traducción al castellano de 1981, p. 86). ¿Con la frase «desarrollando la conciencia de clase de los obreros» quiso decir Lenin que había que introducir el anarquismo en el seno de la clase obrera? ¿Que había que introducir la doctrina populista? Ciertamente ningún marxista que conozca la literatura leninista anterior a diciembre de 1895 (El contenido económico del populismo y su crítica en el libro del señor Struve (reflejo del marxismo en la literatura burguesa, Quiénes son los «amigos de pueblo» y cómo luchan contra los socialdemócratas, Acerca de la llamada cuestión de los mercados, etc.), puede dudar de que la doctrina que había que introducir al seno de la clase obrera era, según Lenin, el marxismo, y, por tanto, que la base doctrinal del Partido Socialdemócrata Ruso era el marxismo.

Sobre la base de la experiencia sucintamente reseñada, los partidos proletarios comenzaron después a consignar expresamente en sus programas su adhesión al marxismo-leninismo. Así procedió en octubre de 1928 el PSP, con Mariátegui a la cabeza: «El marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y de los monopolios. El Partido Socialista del Perú, lo adopta como su método de lucha.» (Ideología y política, p. 160). Así procedió también el PCCH, con Mao a la cabeza: «El Partido Comunista de China tiene al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung como la base teórica que guía su pensamiento.» (Documentos del Décimo Congreso Nacional del Partido Comunista de China, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1973, p. 63)(1).

Entonces, por las razones expuestas, en el programa del Partido debe establecerse expresamente su adhesión al marxismo-leninismo.

Pues bien, el presente artículo era necesario, porque, como posiblemente se sepa, hay quienes, con el designio de promover un partido sin una base de unidad doctrinal válida para todos sus  militantes, niegan sin más la necesidad de que la doctrina proletaria aparezca consignada en el programa del Partido.

Esta negación es de hecho una sibilina e injustificada crítica a Mariátegui, quien, como ya recordamos, acordó consignar en el programa del Partido el marxismo-leninismo como la base de unidad doctrinal del PSP.
 
Notas
[1] No está en discusión aquí si la formulación de la verdad universal del X Congreso del PCCH es correcta o no. Con respecto a este tema, nuestra posición está esclarecida y es de conocimiento general. Lo que aquí importa subrayar es el hecho de que el PCCH –incluso desde antes de su X Congreso– consideraba de necesidad absoluta dejar consignado en su programa su adhesión a la verdad universal del proletariado revolucionario.

25.08.2019.




Lineamientos programáticos



Las Minorías Sexuales en el Programa del Partido


Eduardo Ibarra


La homosexualidad, masculina y femenina, es una realidad social, y nadie que quiera cambiar el mundo puede cerrar los ojos ante la misma.

En la sociedad feudal la homosexualidad fue discriminada, estigmatizada y reprimida en nombre de Dios, y en la actual sociedad capitalista continúa siéndolo, no solo ya por los resabios feudal-religiosos en la mentalidad de la gente, sino también por la mentalidad de los sectores más reaccionarios de la burguesía (que llegan incluso a hacer bandera de la represión a los gays y a las lesbianas).

Sin embargo, en las últimas décadas, los homosexuales han logrado que, un poco en el papel y otro poco en los hechos, sean respetados sus derechos civiles. Decimos «un poco en el papel», pues a cada paso se constata que en gruesos sectores sociales, oficiales y no oficiales, la actitud habitual continúa siendo la de la estigmatización, la discriminación, la represión.

        Ciertamente los marxistas no tenemos ninguna razón para no oponernos a tal estigmatización, a tal discriminación, a tal represión, y para hacer que los derechos civiles de los homosexuales se cumplan realmente, pues la lucha de los mismos produce fisuras en los juicios y prejuicios feudales y burgueses, y,  por esto, tiene un indudable carácter democrático.

En consecuencia, el programa del Partido no puede dejar de considerar la defensa de los derechos civiles de los homosexuales. No tener en cuenta esta necesidad sería una flagrante falta de realismo político, una inadmisible falta de flexibilidad mental, y ello significaría, por tanto, mantener desactualizado nuestro programa.

28.09.2019.

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