El Orden Geopolítico Global y sus Posibles Derroteros*
Dr.
C. Juan Sánchez Monroe. Doctor en Ciencias
Históricas. Profesor Titular del Instituto Superior de Relaciones
Internacionales, e-mail: jsmonroe@isri.minrex.gob.cu, juans.monroe@gmail.com
_____________
RESUMEN Aunque disentimos de ella, la geopolítica es el
pensamiento impuesto en las relaciones internacionales por la lucha entre los
poderosos. Apenas deja espacio protagónico a los Estados pequeños, cuya
posibilidad de sobrevivencia se reduce aún más ante los retos que plantean la
globalización, el ciberespacio y las nuevas armas subsónicas. Solo la unidad
dentro de la diversidad planteada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños podría brindar la posibilidad de preservar una independencia con
identidad propia.
Palabras
claves geopolítica,
multipolaridad, unipolaridad, modelos espaciales.
_____________
INTRODUCCIÓN
Parece haber consenso en que el orden
geopolítico mundial, resultante de la desintegración de uno de los dos bloques
que formaron el anterior mundo bipolar (1945-1990), todavía es unipolar. Al
iniciarse, parecía que se había concretado el objetivo histórico de toda
geopolítica, que es el establecimiento de un hegemón universal. Pero el orden unipolar alcanzado en la década de
los años noventa, resultaba acto imperfecto debido a la supervivencia de
importantes vestigios de periodos anteriores como la soberanía nacional, el
Derecho Internacional y las estructuras multilaterales. No obstante sus muchos
esfuerzos, el Estado hegemón ha carecido de la capacidad suficiente para
cambiar esa realidad. Ante esto los partidarios del unipolio han propuesto
diferentes alternativas: un orden imperial, un gobierno mundial, un mundo
multilateral.
De
otra parte, los que disienten del unipolio propugnan la idea del mundo
multipolar, que pocas veces nos detallan, si bien señalan que debería ser algo
diferente a lo conocido hasta ahora. El objetivo del presente análisis es
contribuir al debate sobre el momento histórico por el que transitan las
relaciones internacionales, partiendo de cómo las interpreta el propio
pensamiento hegemónico, porque solo el conocimiento cabal del adversario
permite crear los instrumentos adecuados para enfrentarlo.
DESARROLLO
En los últimos años es muy común
encontrar comentarios, análisis y estudios relacionados con el carácter
unipolar o multipolar de las relaciones internacionales. La unipolaridad o la
multipolaridad no son más que el ordenamiento geopolítico resultante de la
interrelación entre las grandes potencias. Sin embargo, da la impresión de que
muchos autores no parecen conscientes de que están tratando con categorías de
la geopolítica, a la que a su vez tratan como si fuera una simple rama de la
geografía. Esto me obliga a hacer algunas precisiones antes de entrar en el
tema, objeto de mi actual preocupación.
En
el pensamiento humano el vínculo entre la geografía y la política existe desde
tiempos ancestrales, pero la geopolítica como tal no aparece hasta principios
del siglo XX. Según afirmó Halford J. Mackinder (1861-1947), uno de sus
primeros promotores, “el inicio del siglo XX representó el fin de la época
histórica iniciada con los descubrimientos geográficos del siglo Xv”
(Mackinder, 1951) y Lenin nos aclara que en ese momento “por primera vez, el
mundo se encontró ya repartido, de modo que en adelante lo que puede efectuarse
son únicamente nuevos repartos, es decir, el paso de un territorio de un ‘amo’
a otro, y no el paso de un territorio sin amo a un dueño” (Lenin, 1975).
La
geopolítica es, pues, un tipo de pensamiento político que nace en la era del
imperialismo. Su rasgo distintivo es que adjudica al espacio y, por tanto, al Estado,
propiedades de actor animado, al que traslada los principios descubiertos por
Darwin en la esfera de la biología. Esto le sirve para fundamentar la
existencia de características especiales de los grupos humanos, que se
desarrollan en determinadas regiones, dando pie así a diferentes teorías
racistas y xenófobas. Nos lo confirma el general chileno Augusto Pinochet,1
uno de los más connotados geopolíticos de Latinoamérica, cuando afirma que en
la obra de Rudolf Kjellen Staten Som
Lifsform (El Estado con forma de vida),
se señala al Estado dominado por dos influencias principales: “el medio
geográfico y la raza y por tres influencias secundarias: la economía, la
sociedad y el gobierno”. (Pinochet, 1967).
Otro
de sus exponentes clásicos, el alemán Karl Ernst Haushofer (1869-1946),
contrapuso sus métodos de análisis a lo que consideró “las vías secundarias y
mezquinas de la concepción materialista de la historia” (Haushofer, 2012). Y es
lógico que la geopolítica represente una visión contraria a la del materialismo
histórico, porque emplean metodologías opuestas. Mientras este último
interpreta el mundo partiendo de lo universal, la primera pretende hacerlo en
base a lo local. Por eso tenemos geopolíticas inglesa, francesa, alemana,
estadounidense o rusa, con criterios muchas veces encontrados sobre el mismo
tema. Y es que la geopolítica es una versión extrema del paradigma realista,
que no se limita a la interpretación de las relaciones en términos de lucha por
el poder y a defender el interés nacional, sino que busca la hegemonía mundial.
Por eso para el geógrafo y politólogo sueco Johan Rudolf Kjellén (1864-1922)
las grandes potencias deberían ser el principal objeto de estudio de la
geopolítica (Stokers, 2016). En ella no hay espacio para el protagonismo de los
pequeños estados.
Por
ser la cosmovisión de los poderosos, la Geopolítica se ha impuesto en las
relaciones internacionales desde principios del siglo hoy determina la
actuación de los grandes poderes con mayor fuerza que nunca antes. Según el
norteamericano Straus, quien a finales de la década de los años noventa fuera
Coordinador por su país del Comité de la Organización del Tratado del Atlántico
Norte para Europa Oriental y Rusia, estructura encargada de preparar a la
organización nortatlántica para la era posterior a la Guerra Fría, el
desarrollo del espacio geopolítico mundial se había movido de la multipolaridad
en la primera mitad del siglo, a la bipolaridad para caer al final de la
centuria en la unipolaridad.
Otro
norteamericano, Cohen, presentó el modelo llamado de policentricidad y
jerarquía, que divide al mundo en zonas geoestratégicas, cada una de estas con
las correspondientes regiones geopolíticas. Su modelo jerárquico tiene varios
niveles:
• Un primer nivel representado por
“las esferas geoestratégicas”, que a semejanza de las de Mackinder, se dividen
en:
− La marina, representada por el mundo
de los estados marítimos dependientes del comercio.
− La esfera euroasiática, que comprende
al mundo continental.
• El segundo nivel son las regiones
geopolíticas, que integran cada una de dichas esferas geoestratégicas. Así, en
la marítima entran cuatro regiones:
− Anglo-América y Caribe.
− Europa Occidental y el Magreb.
− La zona no continental (Off Short) de Asia y Oceanía.
− América del Sur y África
Subsahariana. En la esfera euroasiática entran dos regiones geopolíticas: El
Heardland Asia Oriental.
Fuera
de las esferas geoestratégicas quedan tres formaciones complementarias:
− Asia Sur, que es una formación
independiente con su propio código geopolítico.
− Medio Oriente, que es un cinturón divisorio,
mejor dicho, dividido.
− Europa Centro-Oriental, que es una
región “puerta”, que permite la comunicación potencial entre Occidente y la
esfera geoestratégica continental (euroasiática)
• El tercer nivel está representado
por los estados nacionales de las cinco grandes potencias: Estados Unidos,
Rusia, Japón, China y la Unión Europea.
• El cuarto nivel son varias potencias
de segundo orden, que dominan dentro de sus respectivas regiones, pero carecen
de influencia global, debido sobre todo a su limitada participación en las
relaciones políticas y económicas extra regionales.
• El quinto nivel lo integran los
territorios subnacionales que son la “puerta” y en el futuro servirán como
conductores de los vínculos entre los Estados. En cuestión de estructura se
trata de espacios como las repúblicas que integran la Federación de Rusia, los
Estados de Estados Unidos o las autonomías de España.
Las
regiones geopolíticas se encuentran en diferentes niveles de desarrollo y por
esto no coincide su interacción regional. Ante ello, Cohen propuso el concepto
de “entropía” (del griego thrope =
transformación) para el análisis del balance de los vínculos internos y
externos de las regiones geopolíticas. Aquí, la entropía no se entiende como
medida de incertidumbre (uncertainty)
como en la informática, sino que se caracteriza por el nivel de proximidad de
un sistema aislado al estado de equilibrio.
De
acuerdo con el nivel de entropía se destacan cuatro categorías de regiones:
• Con bajo nivel de entropía:
Anglo-América y los países del Caribe, Europa Occidental y el Magreb, Asia no
continental y Oceanía.
• Con nivel medio de entropía:
Hardland, Europa Centro-Oriental y Medio Oriente.
• Con alto nivel de entropía: Asia Sur
y Asia Oriental.
• Con nivel súper alto de entropía:
África Subsahariana y América del Sur (Cohen, 1994).
En
Europa el escandinavo Johan Galtung vio el espacio unipolar dividido en siete
paralelos y considera que el mundo es menos previsible y diagnosticable que
durante la Guerra Fría. Ahora, los siete paralelos que aspiran a la hegemonía
son:
• Estados Unidos con claros instintos
de convertirse en el hegemón de los hegemones.
• La Unión Europea.
• Rusia y otros países de la Comunidad
de Estados Independientes.
• Turquía y aproximadamente, otros 10
países.
• India.
• China.
• Japón.
De
alguna manera, seis de esos centros son “coordinados” por el hegemón, por lo
que es más profesional hablar de un mundo unipolar con siete paralelos, que de
un mundo con siete centros (Galtung, 1994).
En
Rusia, Anatoli Adamishin, quien fuera Primer Vicecanciller en de 1992 a1994,
escribió: “En las condiciones de una economía y una política mundiales
determinadas por Estados Unidos es imposible imaginarse sin ellos el
enfrentamiento exitoso a las nuevas amenazas. En la coalición con otras
potencias, incluyendo Rusia, el papel dirigente de Estados Unidos es indiscutible”
(Adamishin, 2003).
Es
clara pues, la unanimidad existente entre los geopolíticos de que el actual
mundo es unipolar y que el centro del unipolio son Estados Unidos. Pero esta
unipolaridad coexiste con el sistema de Westfalia, vigente en el principio de
la soberanía y con una serie de instituciones internacionales que expresan el
equilibrio de otras épocas en la historia de las relaciones internacionales,
por lo que el pensamiento hegemónico choca con contradicciones que busca
superar. En el empeño aparecen tres tendencias:
• Los partidarios más consecuentes de
la unipolaridad, que buscan la legalización del estatus hegemónico de “Imperio
Norteamericano”.
• Los partidarios de la “no
polaridad”, que en lugar de una hegemonía norteamericana directa, buscan un
modelo de “gobierno mundial”.
• El otro que es el “mundo
multilateral”, basado en el predominio de los organismos internacionales
controlados por Washington.
La
única diferencia entre los últimos dos modelos es que el primero hace hincapié
en la coordinación entre los países occidentales democráticos, mientras el
segundo incluye también a actores no estatales.
En
cualquier caso, los debates sobre cómo debe ser este mundo unipolar demuestran,
en primer lugar, que este no solo existe, sino que todavía tiene formas para
seguirse desarrollando y esa es una de las cuestiones que deberíamos observar
muy atentamente en el periodo inmediato.
La
concepción geopolítica opuesta a la unipolaridad es la del mundo pluripolar o
multipolar. Sobre su inevitable advenimiento se ha escrito mucho e incluso se
han hecho pronósticos exactos. El 20 de noviembre de 2008, en el informe
“Global Trends 2025” del National Intelligence Council de Estados Unidos se
indicaba que la aparición de un “sistema multipolar global” debe esperarse en
un plazo de dos décadas (Global Trends, 2025). De esto se habla en muchos
documentos gubernamentales bilaterales y multilaterales, pero ninguno describe
exactamente cómo será la multipolaridad. Al parecer los que más han intentado
avanzar en ese camino son algunos teóricos rusos. En el 2002 el politólogo,
Viacheslav Nikonov, en un artículo titulado “Atrás, hacia el Concierto”,
defiende abiertamente la idea de crear una especie de Santa Alianza mundial. “Ahora,
en las condiciones de la globalización, el concierto se realizaría en una
escena global, con participación como mínimo de Rusia, Estados Unidos, Europa,
Japón, India, ante todo China y alguien más” (Viacheslav, 2002).
La
propuesta más acabada la hace el también ruso Alexandr Duguin (2016), quien destaca
seis elementos esenciales:
• El mundo multipolar sería
estructurado en unos pocos centros de toma de decisiones estratégicas globales
independientes y soberanos.
• Estos centros deberían estar suficientemente
equipados y ser económica y materialmente independientes.
• Estos centros no deben aceptar el
universalismo de los estándares, normas y valores occidentales y pueden ser
totalmente independientes de la hegemonía espiritual de Occidente.
• Debe haber más de dos polos en un
mundo multipolar.
• El sistema de Westfalia requiere
revisión, porque no es suficiente ser un Estado-nación para defender la
soberanía, que solo puede garantizarse mediante una combinación o coalición de
Estados.
• La multipolaridad no es reducible a
la no polaridad, ni al multilateralismo (Dugin, 2016).
Como
ya vimos, los grandes teóricos de la geopolítica mundial no otorgan ningún
papel protagónico a América Latina y el Caribe y solo nos ven como objeto del
dominio norteamericano o de la disputa entre este y alguna que otra gran
potencia. Aun así, el pensamiento geopolítico ha encontrado servidores,
particularmente en el Cono Sur, cuya mayor expresión es la obra y práctica del
chileno Augusto Pinochet.
La
pugna por la hegemonía regional entre las élites burguesas de Brasil y
Argentina a la que se incorporaba Chile, alentó el pensamiento geopolítico,
particularmente entre los estamentos castrenses y extendió estas ideas a los
Andes: Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia y Venezuela. Pero cometeríamos un serio
error si viéramos solo geopolítica en todo el pensamiento político
suramericano. Como afirma Miguel Ángel Barrios: “la historia de América Latina
transcurre bajo la tensa bipolaridad entre monroísmo vs bolivarismo” (Barrios,
2016) y este último para nada representa un pensamiento geopolítico, aunque
como es lógico también tiene una dimensión espacial.
Bolívar
no competía por el dominio del mundo, sino solo por la independencia de
nuestros pueblos. En sus seguidores, particularmente en José Martí, sus
proyectos se precisaron y profundizaron, especialmente con el concepto sobre el
equilibrio del mundo, otra idea con dimensión espacial, pero con un contenido y
una función totalmente diferentes a la de la geopolítica.
La
Revolución Cubana heredó el proyecto liberador bolivariano y martiano, y lo
amplió en su dimensión geográfica, contribuyendo a incluir en este a todos los
espacios continentales, pero no se ha limitó a ello, sino que lo enriqueció con
su práctica del internacionalismo. Como bien dijo el Maestro Martínez Heredia:
“¿Y qué mayor triunfo sobre la geopolítica que el ejercicio del
internacionalismo?” (Martínez Heredia, 2015). Efectivamente, no es posible
comprender, ni explicar el papel jugado por Cuba en África partiendo de
criterios geopolíticos.
CONCLUSIONES
El pensamiento geopolítico es
dominador y hegemonizante, propio de las grandes potencias y se contradice con
la búsqueda de un mundo de igualdad, solidaridad y justicia. La condición de
pequeños estados de Cuba, el Caribe y la mayoría de los Estados latinoamericanos,
los convierte en presas fáciles de los proyectos geopolíticos que se conciben
ante todo por Estados Unidos, pero no solo, y un futuro mundo multipolar podría
multiplicar la presión sobre nosotros de diferentes polos de tracción y de la
correspondiente competencia entre ellos. En tales circunstancias, solo la unidad
dentro de la diversidad consignada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños podría permitirnos la preservación de nuestra independencia e
identidad.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Adamishin, A (2002). Vesnik Analitiki.
Rusian in Global Affairs, 1.
Disponible en: http://globalaffairs.ru/numbers/1/
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geopolítica actual de América Latina. Disponible en:
https://www.geopolitica.ru/es/article/ anatomia-geopolitica-actual-de-america-latina
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Geography, 22. Disponible en: www. politicalgeography.com
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en el espacio. (en ruso). Centro ARCTOBEA.
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Lenin, V. I. (1975). El Imperialismo, fase superior del
capitalismo. (Ensayo popular) Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras.
Mackinder, H. J. (1975). Geographical Pivot
of History. In: Geograghical Journal,
1904. Antología geopolítica. Buenos Aires.
Martínez Heredia, F. (2015). Entorno
geopolítico latinoamericano y posición de Cuba. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/opinion/2015/04/16/
National Intelligence Council (2008).
Global Trends 2025: A Transformed World. Disponible en: www.dni.gov/nic/ NIC_2025_project.html
Nikonov, V. (2002). Atrás, hacia el
Concierto. (en ruso). Rusia en la
política global, 1.
Pinochet, A. (1967). Introducción a la Geopolítica.
Disponible en: https://derechointernacional.net/publico/doctrina/parte-general-/317-pinochet-introduccion-a-la-geopolitica.html
Stokers, R. (2016). Panorama teórico
de la geopolítica. (en ruso). Disponible en: http://elements.lenin.ru/1geopan.htm
_______________
(1) Augusto José Ramón Pinochet Ugarte
(25 de noviembre de 1915-10 de diciembre del 2006). General chileno que, con el
respaldo de Estados Unidos, derrocó mediante un golpe militar al Presidente
socialista Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, estableciendo en
Chile una cruenta dictadura que se extendió hasta el 11 de marzo de 1994. Es
considerado uno de los principales teóricos latinoamericanos de la geopolítica.
Implicaciones del Bloqueo
Económico contra Cuba
EL 1 DE
ENERO DE 1959 EN PLENO auge de los movimientos de liberalización de las
colonias de Asia y África, estalló la revolución en Cuba. Este país había sido
liberado previamente del yugo colonial español, guerra en la cual colaboraron
los norteamericanos para que Cuba lograra su supuesta independencia. Sin
embargo, después de esa primera liberación y durante el Tratado de París,
España cede la colonia a Estados Unidos y el gobierno norteamericano, el 1ro de
enero de 1899, toma a Cuba como una más de sus estrellas y desaparece las
instituciones representativas del movimiento libertador. El interés
estadounidense por la isla de Cuba es fácilmente comprensible desde la Teoría
del Poder Naval del Almirante Alfred Mahan[1].
Estados Unidos puso en marcha su estrategia de dominación de los mares una vez
había asegurado todas sus fronteras terrestres. Cuba, para los Estados Unidos,
representa la primera posición de avanzada para controlar el mar Caribe y asegurarse
una fuerte posición defensiva que haga de tapón a su lugar más vulnerable desde
el punto de visto geopolítico, la cuenca del Mississippi.
Hacemos esta referencia histórica y nos trasladamos
hasta finales del XIX, porque a la disputa ideológica que surge entre ambos
países en plena Guerra Fría y que inicia el bloqueo de los Estados Unidos, hay
que unir el valor que el Caribe, y más concretamente la isla de Cuba, tienen
para el país norteamericano.
Centrándonos ya en el momento en el cual se inicia
el proceso revolucionario en Cuba, debemos tener en cuenta que en el año 1959
la isla era el club de diversiones de los nuevos ricos norteamericanos y en
este contexto se realizaban grandes inversiones de dinero en el país que habían
convertido a Cuba en un territorio bajo el control total de los EEUU. En poco
más de medio siglo, la lucha libertaria contra la dominación española había
dejado paso a la consolidación del nuevo neocolonialismo dependiente cambiando
una potencia por otra, y en este caso, una potencia mucho más fuerte y mucho
más próxima geográficamente.
Este sistema dependiente y opresor que dejaba al
pueblo cubano ajeno a cualquier tipo de desarrollo económico o social, fue el
caldo perfecto de cultivo para que el pueblo cubano enarbolara las banderas de
una nueva revolución libertadora. En esos momentos la discusión fundamental no
pasaba por la disputa Comunismo Vs Capitalismo, sino por la disputa Nación Vs
Colonia.
Luego de varios intentos de derrotar la revolución
con las armas, el gobierno de EE.UU. decidió bloquear económicamente a Cuba
convencido de que el sofocamiento económico haría que la estrella vuelva a su
bandera y que los millones de dólares invertidos en la isla no supondrían una
pérdida para los amigos del poder.
Desde entonces, el bloqueo económico consiste en un
entramado de leyes y regulaciones económicas y financieras que impiden el
comercio con Cuba. La legislación madre es la “Ley de Comercio con el Enemigo”
de 1917, que fue votada para que se aplique contra Cuba en el año 1963.
¿Qué implica el Bloqueo?
·
Prohibición a los
norteamericanos nacionalizados o toda persona sujeta a esa jurisdicción de
realizar transacciones financieras con Cuba. Asimismo se prohíbe a terceros
hacer transacciones en dólares a ese país, es decir, se prohíbe la utilización
de la moneda.
·
Se congelaron activos
cubanos en EE. UU.
·
Se prohibió la
importación de bienes cubanos a EE. UU.
·
Se denegaron las
autorizaciones para exportar y reexportar a Cuba
·
Se prohíbe que las
subsidiarias de compañías estadounidenses en terceros países comercio con Cuba
o con Cubanos
·
Prohíbe a los barcos de
terceros países que toquen puerto cubano, entrar a territorio de EE. UU por 180
días
·
Sanciona a directivos de
empresas extranjeras que realicen transacciones con propiedades de
estadounidenses nacionalizadas en Cuba
·
Prohíbe en EE. UU el
registro de marcas asociadas a propiedades nacionalizadas por Cuba
·
Prohíbe a todo ciudadano
estadounidense viajar a Cuba
Si agregamos a estas medidas que la
distancia entre Cuba y Estados unidos es de 144 kms, queda más que claro el
carácter colonialista de la disputa.
Ante este bloqueo imperialista, Cuba no
solo adoptó el socialismo como su ideología gobernante, sino como forma de
supervivencia en contra de la dependencia y la asfixia del expansionismo
norteamericano. La solidaridad del pueblo liberado no solo sostuvo su soberanía
e independencia, sino que logró, a pesar del bloqueo que coarta su capacidad de
desarrollo, erradicar el analfabetismo, la desnutrición infantil y desarrollar
las ciencias médicas.
A 58 años de la revolución y a pesar del
acercamiento diplomático entre EEUU y Cuba, los primeros siguen aplicando estas
medidas en contra del pueblo cubano.
¿Cuáles
son los efectos de las medidas?
·
Encarecimiento de todos
los productos que se necesita importar desde semillas y libros hasta
maquinarias, en muchos casos más del doble a los que se podrían acceder si no
tuviera el comercio bloqueado
·
Imposibilidad de acceder
a financiamiento en dólares para el desarrollo de la agroindustria
·
Imposibilidad de acceder
a equipos deportivos de primer nivel obligatorios para acceder a competencias
internacionales
·
Demoras e imposibilidad
de acceder a insumos, medicamentos y aparatos médicos
·
Falta de acceso a
tecnologías de punta en construcción
·
Limitaciones al
desarrollo turístico
·
Impedimento al acceso de
servicios informáticos. Por ejemplo, la imposibilidad de acceder a Google desde
la isla.
Los efectos sobre la economía cubana del
bloqueo siguen siendo muy perjudiciales e implican unas fuertes pérdidas año
tras año. Tomando en cuenta los datos del Informe de Cuba sobre la resolución
70/5 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Necesidad de
poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados
Unidos de América contra Cuba”, hemos elaborado el siguiente cuadro donde
tenemos los datos de las pérdidas económicas de los sectores estimables.
PÉRDIDAS ECONÓMICAS COMO CONSECUENCIA DEL BLOQUEO
EN SECTORES ESTIMABLES. PERIODO ABRIL 2015- ABRIL 2016
Sector
|
Subsector
|
Monto
|
Salud
|
82.723.846
|
|
Alimentación
|
605.706.289
|
|
Educación
|
245.000
|
|
Cultura
|
29.483.800
|
|
Desarrollo
|
Biotecnología
|
171.665.137
|
Agroindustrial
|
3.305.600
|
|
Comunicaciones
e informática
|
59.208.700
|
|
Turismo
|
2.058.250.000
|
|
Construcción
|
30.868.200
|
|
Energía
y minas
|
106.352.561
|
|
Transporte
|
232.111.000
|
|
Comercio
Exterior e Inversión extranjera
|
4.106.878.558
|
|
Total
|
|
7.486.798.691
|
Moneda:
Dólares a precios corrientes
Fuente:
INFORME DE CUBA Sobre la resolución 70/5 de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y
financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.
Al respecto, durante la visita del
Presidente de los Estados Unidos Barak Obama a la isla en marzo del presente
año, éste hizo referencia al fracaso del bloqueo con respecto al objetivo que
su país había perseguido al instalarlo y reconoció los perjuicios que el mismo
implicaba a los derechos del pueblo cubano. Su visita y la intención mutua de
recomponer la relación entre ambos países, permitió algunos avances en el marco
del bloqueo como el permiso de algunos norteamericanos a viajar a Cuba, la
autorización de exportar algunos productos y servicios de telecomunicaciones,
la autorización al comercio humanitario de alimentos, equipos médicos y
médicos, y se levantaron las restricciones a la utilización del dólar. Sin
embargo, el miedo a las multas millonarias que hasta el día de hoy se aplica a
bancos y empresas por las distintas regulaciones vigentes, impide que estas
mejoras muestren sus frutos. El levantamiento del bloqueo depende de la
decisión del Congreso de los Estados Unidos, pero está en manos del presidente
dejar sin efecto las medidas más perjudiciales del mismo.
Como todos los años, Cuba presentará el informe
sobre la “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto por los Estados Unidos contra Cuba”, aprobado en 23 ocasiones por la
comunidad internacional ante la Asamblea General de la ONU. La votación se
celebrará el día 26 de octubre y Cuba volverá a recibir un fuerte apoyo
internacional para que por fin Estados Unidos deje de utilizar un mecanismo que
tanto daño le hace al pueblo cubano y que en palabras del propio Obama, ha sido
totalmente contraproducente para los intereses de los Estados Unidos. Confiamos
en que esta vez puedan darse pasos efectivos para la eliminación del Bloqueo.
-
Lucía Converti y Sergio Martín-Carrillo, investigadores de la Unidad de Debates
Económicos de CELAG.
Artículo
publicado en http://www.celag.org/informe-implicaciones-del-bloqueo-economico-contra-cuba/
Fuente: América Latina en
Movimiento, 2016
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