El Capitalismo Ha Fracasado, ¿Qué Viene a
Continuación?
(Primera Parte)
El mundo se enfrenta a la elección entre "la
transformación revolucionaria de la sociedad o la ruina de las clases en
pugna"
CASI AL TERMINAR LAS DOS PRIMERAS DÉCADAS del siglo
XXI, es evidente que el capitalismo ha fracasado como sistema social. Hoy el
mundo está inmerso en el estancamiento económico, la financiarización, el
desempleo masivo, el subempleo, la precariedad, la pobreza, el hambre, y la
desigualdad más extrema de la historia. Desde el punto de vista ecológico
vivimos una planeta amenazado por una “espiral de muerte.” (1)
La
revolución digital, el mayor avance tecnológico de nuestro tiempo, que en sus
inicios fue una promesa de comunicación libre se ha transformado en un poderoso
medio de vigilancia y control de la población. Las instituciones de la
democracia liberal están a punto de colapsar, mientras que el fascismo, la
retaguardia del sistema capitalista, está de nuevo en marcha, junto con el
patriarcado, el racismo, el imperialismo y la guerra.
Decir
que el capitalismo es un sistema fallido no es, por supuesto, sugerir que su
ruptura y desintegración es inminente. (2) Sin embargo, significa que en el
presente siglo el capitalismo ha dejado de ser un sistema necesario para
transformarse en un régimen innecesario y destructivo. Hoy, más que nunca, el
mundo se enfrenta a la elección entre “la transformación revolucionaria de la
sociedad o la ruina de las clases en pugna” (3).
Las
indicaciones de este fracaso están en todas partes.
Los
llamados mercados libres están obstruyendo la inversión productiva y la
especulación financiera trae consigo burbujas que explotan inevitablemente. (4)
Una
creciente desigualdad en los ingresos y la concentración de la riqueza ha
degradado de las condiciones materiales de la gran mayoría. (Los salarios
reales para los trabajadores en los EEUU apenas se han movido en cuarenta años,
a pesar del aumento constante de la productividad). (5)
La
intensidad del trabajo ha aumentado, mientras que la seguridad en las faenas
son sistemáticamente eliminadas. Los datos de desempleo ya no tienen sentido
debido al subempleo institucionalizado. (6) Los sindicatos son meras sombras
del pasado. El capitalismo ha conseguido un control arbitrario de los lugares
de trabajo. Con la desaparición de las sociedades de tipo soviético, la
socialdemocracia en Europa ha fenecido en manos de la ideología del “libre
mercado” (7).
La
plusvalía obtenida por las corporaciones multinacionales – en las regiones más
pobres del mundo – está produciendo una acumulación de riqueza financiera sin
precedentes en el centro de la economía mundial y una extendida pobreza en el
mundo de la periferia, (8). (Alrededor de 21 billones de dólares de fondos
offshore se esconden en paraísos fiscales (principalmente en el Caribe) creando
“un refugio fortificado de las grandes finanzas”). (9)
Los
monopolios tecnológicos impulsados por la revolución de las comunicaciones,
junto con el dominio del capital financiero y los activos especulativos (con
sede en Wall Street) contribuyen de forma permanente al enriquecimiento del
“uno por ciento”. Cuarenta y dos multimillonarios disfrutan de tanta riqueza
como la mitad de la población mundial; los tres hombres más ricos de los EEUU,
Jeff Bezos, Bill Gates y Warren Buffett, tienen más riqueza que la mitad de la
población de su país. (10)
En
todas las regiones del mundo, la desigualdad ha aumentado considerablemente en
las últimas décadas. (11) La brecha en el ingreso per cápita, entre las
naciones más ricas y las más pobres, crece apresuradamente. (12) El 60 por
ciento de la población empleada del mundo, unos dos mil millones de personas,
trabajan en un sector informal empobrecido, formando un enorme proletariado
global. El ejército de reserva del trabajo es un 70 por ciento más grande que
el ejército de trabajadores formalmente empleados. (13)
La
asistencia sanitaria, la vivienda, la educación, el agua y el aire limpio están
fuera del alcance de grandes sectores de la población. En los países ricos de
América del Norte y de Europa el transporte se ha vuelto insostenible, con
niveles irracionalmente altos de dependencia del automóvil y con una pasmosa
falta de inversión en el transporte público.
Las
estructuras urbanas se caracterizan por la gentrificación y la segregación; en
las ciudades se construye para favorecer a la población acomodada, mientras se
margina a amplios sectores ciudadanos. Alrededor de medio millón de personas
(la mayoría de ellos niños) no tienen hogar en los EEUU. (14) Nueva York está
experimentando una gran infestación de ratas, atribuida al calentamiento
global, lo que refleja otras de las tendencias que afectan a todo el mundo.(15)
En los
países de altos ingresos, la esperanza de vida está en pleno declive; hay un
resurgimiento de las enfermedades – de la época victoriana – que está
directamente relacionada con la pobreza y la explotación. En Gran Bretaña, la
escarlatina, la tos ferina, la tuberculosis y el escorbuto han vuelto emerger
después de haber desaparecido por décadas. La llamada enfermedad pulmonar negra
ha vuelto con fuerza en las minas de carbón en todo el norte rico. (16)
El uso
excesivo de antibióticos, utilizados por la industria pecuaria y agrícola, está
provocando una peligrosa resistencia a los antibióticos. Para mediados de siglo
las muertes por la aparición de las súper-bacterias podrían superar las muertes
anuales por cáncer, lo que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a
declarar una “una emergencia sanitaria mundial” .(17) Definitivamente, esta
espiral destructiva de la vida es el resultado del funcionamiento de un sistema
fracasado. (Frederick Engels lo llamó “asesinato social”, en su libro La
Formación de la Clase Obrera en Inglaterra). (18)
A
instancias de corporaciones gigantes, fundaciones filantro-capitalistas y
gobiernos neoliberales, la educación pública se está reestructurando con la
implementación de la Inteligencia Artificial. Este mecanismo está generando
bases de datos entre la población estudiantil, para comercializarlos y
venderlos al mejor postor. (19) La privatización de la educación está pensada
para alimentar la sumisión al mercado. En la practica estamos viviendo la burda
filosofía utilitaria dramatizada en la novela “Los tiempos difíciles” de
Charles Dickens. (20)
En los
EEUU muchas de los colegios más pobres y racialmente segregados son “escuelas
del delito” (21). Más de dos millones de personas están tras las rejas. Los
EEUU tienen la tasa de encarcelamiento más alta del mundo. La población que hay
en prisión es casi igual a la población de Houston, la cuarta ciudad del país.
Los afroamericanos y los latinos constituyen el 56 por ciento de los
encarcelados. Tanto negros, hispanos y nativos americanos tienen casi tres
veces más probabilidades de morir por un disparo de la policía. (22)
La
violencia contra las mujeres y la expropiación de su trabajo no remunerado (así
como la sobre-explotación del trabajo remunerado) son parte integral de la
forma en que se organiza el poder patriarcal en la sociedad capitalista, y de
cómo se trata de dividir, en lugar de unificar a la población trabajadora. Más
de un tercio de las mujeres en todo el mundo han sufrido violencia física o
sexual. Los cuerpos de las mujeres son mercantilizados como parte del sistema
de mercado. (23)
La
propaganda de los medios masivos se ha fusionado con un sistema de publicidad
basado en los medios sociales, concentrando como nunca el dinero y el poder en
manos de tres o cuatro gigantes tecnológicos. Con las modernas técnicas de
mercadotecnia y vigilancia de masas las grandes empresas dominan todas las
interacciones digitales, adaptando sus mensajes sin ningún tipo de control. Diariamente
se generan “noticias falsas” en todos los ámbitos. (24) Han nacido numerosas
empresas que se dedican a manipular tecnológicamente a los votantes (en todo el
mundo) subastando sus servicios a los partidos políticos capaces de pagar este
tipo de manipulación. (25)
La
eliminación de la neutralidad de la red ha permitido una mayor concentración y
control sobre toda Internet por parte de los monopolios proveedores de estos
servicios. Las elecciones son presa del “dinero oscuro” no regulado que procede
de las corporaciones y de la clase multimillonaria. EEUU, aunque se presenta
como la principal democracia del mundo, “tiene sólo una apariencia democrática
pero un contenido profundamente plutocrático” (Paul Baran y Paul Sweezy en El
Capital Monopolista). (26)
Con la
administración de Trump – siguiendo una tradición establecida hace mucho
tiempo- el 72 por ciento de los miembros de su gabinete provienen de los
escalones corporativos más altos, mientras que otros han sido elegidos por el
ejército. (27)
La
guerra, diseñada por los EEUU y otras potencias importantes, se ha hecho
permanente en regiones petroleras estratégicas y amenaza con convertirse en un
conflicto termonuclear global. Durante el gobierno de Obama, EEUU participó en
guerras, atentados y bombardeos en siete países diferentes: Afganistán, Irak,
Siria, Libia, Yemen, Somalia y Pakistán. (28) Washington ha vuelto ha utilizar
la tortura y los asesinatos como instrumentos contra individuos, países y
sociedades enteras, que son arbitrariamente calificadas de terroristas.
Este
último tiempo se está articulando una nueva Guerra Fría y una carrera de
armamentos nucleares entre los EEUU y Rusia, mientras Washington pone todos los
obstáculos posibles al crecimiento de la nación china. La administración Trump
ha creado una nueva Fuerza Espacial como una rama separada del ejército en un
intento por asegurar su superioridad con la militarización del espacio.
Una
prestigiosa revista de los Científicos Atómicos han hecho sonar las alarmas por
el aumento del peligro de una guerra nuclear y por la desestabilización del
clima, colocando el “reloj del fin del mundo a dos minutos para la medianoche”,
el más cercano desde el año 1953. (29)
EEUU
impone sanciones económicas cada vez más severas a países como Venezuela y
Nicaragua, a pesar de sus elecciones democráticas, o debido a ellas. Las
guerras comerciales y de divisas son promovidas activamente por los Estados
centrales del sistema capitalista, mientras se levantan murallas racistas
contra la inmigración en Europa y los EEUU.
Unos
60 millones de refugiados y personas desplazadas huyen de países devastados por
el hambre y la guerra. Las poblaciones migrantes ha aumentado a 250 millones, y
las que residen en países de altos ingresos constituyen más del 14 por ciento
de sus poblaciones. Mientras los países ricos amurallan sus islas de
privilegios (30) más del 10 por ciento de la población mundial, padecen
desnutrición crónica. (31) Alrededor de cuarenta millones de estadounidenses
(uno de cada ocho familias) – incluidos casi trece millones de niños- padecen
de inseguridad alimentaria y crece la producción de alimentos tóxicos y de baja
calidad. (32)
Los
pequeños agricultores están siendo expulsados de sus tierras por el
agro-negocio, el capital privado y los fondos soberanos, en un proceso mundial
que constituye el mayor desplazamiento de personas en la historia. (33)
El
hacinamiento urbano y la pobreza es tan grave que ahora uno puede referirse
razonablemente a un “planeta de ciudades miseria”. (34) Junto al despojo de los
pequeños propietarios el mercado mundial de la vivienda sigue una curva al alza
desmesurada producto de la especulación.(Se estima que tendrán un valor $ 163
billones de dólares; el oro extraído en toda la historia está estimado en $ 7.5
billones). (35)
La
época antropocena, iniciada por la gran aceleración de la economía (después de
la Segunda Guerra Mundial) ha generado el cambio climático y la acidificación
del océano. Se ha puesto en marcha la llamada sexta extinción con la desaparición
de bosques, contaminación tóxica, química, radioactiva, pérdida de agua dulce y
destrucción del nitrógeno y de ciclos del fósforo. (36)
En las
últimas décadas el 60 por ciento de la población mundial de vertebrados
(mamíferos, reptiles, anfibios, aves y peces) y un 45 por ciento de
invertebrados han disminuido peligrosamente. (37) El climatólogo James Hansen
ha explicado que la pérdida de la biodiversidad y el “exterminio de especies”
es el resultado del cambio climático. Los biólogos calculan que a este ritmo
casi la mitad de las especies van a estar en peligro de extinción a fines del
siglo XXI. (38)
Todos
los especialistas científicos advierten que si continúan las tendencias
actuales la catástrofe ambiental está asegurada. (39) De continuar, el
incremento de las emisiones de carbono los daños ecológicos, sociales y
económicos serán irreversibles (en 2018 aumentaron en 2.7 por ciento y en un
3.4 por ciento en los EEUU). Las reducciones de las emisiones que actualmente
se requieren para evitar una desestabilización fatal para el balance energético
de la Tierra, son simplemente incalculables.(40)
Sin
embargo, las principales corporaciones de energía siguen embaucando a la
población con su interesada visión del cambio climático. Promueven y financian
el negacionismo, a pesar que en sus documentos internos admiten la verdad de la
situación. Estas corporaciones están trabajando para acelerar la extracción y
producción de combustibles fósiles (incluidas las variedades más generadoras de
gases de efecto invernadero) obteniendo enormes ganancias en el proceso.
El
derretimiento del hielo ártico producto del calentamiento climático es visto
por el capitalismo como un nuevo El Dorado, que les permitirá explotar enormes
reservas de petróleo y gas, sin tener en cuenta las consecuencias para el
clima. A los informes científicos la respuesta de Exxon Mobil ha sido:
“trataremos de extraer y vender todas las reservas de combustibles fósiles
posibles”. (41)
Las
corporaciones de energía sigue interviniendo en las negociaciones sobre el
clima, impidiendo el control de las emisiones de carbono. Con la
desestabilización del clima los países capitalistas no sólo ponen en primer
lugar la acumulación de riqueza para unos pocos, sino que también amenazan el
futuro de todos los seres humanos.
Como
el capitalismo es un modo de producción que funciona por la acumulación del
capital (con la explotación de la fuerza de trabajo) y con el predominio del
mercado en todas las esferas de la vida su contabilidad económica considera
valor todo lo que circula por el mercado y produce ingresos. Esto significa que
en sus métodos contables los costos sociales y ambientales están fuera del
mercado y los beneficios, por lo tanto son tratados como “externalidades”
negativas.. (42)
Hemos llegado
a un punto en el siglo XXI en el que las “externalidades” de este sistema
irracional (costo de la guerra, agotamiento de recursos naturales, desperdicio
de vidas humanas, alteración del medio ambiente) están superando los beneficios
económicos del propio capitalismo. Ahora la acumulación de la riqueza se está
produciendo a expensas de una ruptura irreparable de las condiciones sociales y
ambientales de la vida. (43)
Se
podría pensar que por su rápido crecimiento China es una excepción. Aclaremos: el
desarrollo chino tiene sus raíces en la Revolución de 1949 (llevada a cabo por
el Partido Comunista encabezado por Mao Zedong) mediante la cual el país se
liberó de la dominación imperialista. La revolución permitió a China un
desarrollo con una economía planificada que construyó una sólida base económica
industrial y agrícola.
Las
reformas post-maoístas crearon un sistema híbrido, que junto con la
planificación estatal estableció relaciones de mercado, que conllevan
contradicciones sociales y ecológicas. Por el momento estas reformas han
resultado particularmente beneficiosas para el gigante asiático, tanto es así,
que los EEUU a través de guerras comerciales – y otras presiones – está
tratando de impedir el crecimiento de China.
La
historia demuestra que el cambio y el desarrollo de China no es el resultado de
un capitalismo tardío. De hecho el actual modelo chino contiene muchas de las
tendencias destructivas propias del capitalismo. Por tanto, en última
instancia, el futuro de China también dependerá de un retorno a un proceso de
transformación revolucionaria.(44)
¿Cómo
se ha desarrollado el actual contexto desastroso que caracteriza al capitalismo
mundial en este siglo?
Para
comprender el fracaso del capitalismo es necesario realizar un examen histórico
del auge del neoliberalismo. También se requiere estudiar cómo este modelo
capitalista ha servido para aumentar la capacidad destructiva del sistema. Solo
así podremos abordar el futuro de la humanidad en el siglo XXI.
El neoliberalismo y el fracaso capitalista
Muchos de los síntomas del fracaso del capitalismo
descritos anteriormente son bien conocidos. Sin embargo, a menudo no se
atribuye el desastre al capitalismo como sistema, sino simplemente a algo que
llamamos neoliberalismo. Hay intelectuales que creen que este modelo particular
de desarrollo capitalista puede ser reemplazado por otra forma de dominio del
capital.
Para
muchos en la ‘izquierda” la respuesta al neoliberalismo es un retorno al estado
de bienestar, a la regulación del mercado o, a alguna otra forma de democracia
social limitada, y por lo tanto a un capitalismo más racional. No es el fracaso
del capitalismo lo que se percibe como el problema, sino el fracaso del
capitalismo neoliberal.
Al
contrario de este pensamiento la tradición marxiana entiende el neoliberalismo
como una etapa del capitalismo en su etapa tardía. Se trata de un periodo en
que el sistema para sobrevivir estar totalmente subordinado al capital
monopolista-financiero.
Por
tanto, para efectuar análisis crítico-histórico del neoliberalismo no solo es
necesario entender cómo funciona el capitalismo actual, sino que también hay
que comprender la razón porque es imposible una alternativa al neoliberalismo
que mantenga incólume el sistema capitalista.
El
término neoliberalismo tuvo su origen a principios de la década de 1920. Fue
Ludwig von Mises en su libro “La Nación, el Estado y la Economía” (1919) quien
colocó las bases fundacionales de la ideología neoliberal-capitalista. (45) En
su trabajo, Mises (entonces empleado por la Cámara de Comercio de Viena)
planteó que: “el viejo liberalismo tiene que regresar para derrotar al
socialismo”. Calificó al socialismo como “destructivo”, defendió la
desigualdad, sostuvo que los monopolios eran parte de la libre competencia y
que los consumidores ejercían la “democracia” cuando compraban, porque esta
actividad era equivalentes a votar en las elecciones.
Ludwig
Von Mises condenó enérgicamente la legislación laboral, el seguro social
obligatorio, los sindicatos, el seguro de desempleo, las nacionalizaciones, los
impuestos y la inflación. (46) Tan extremos fueron sus puntos de vista que
comentando el libro de Dickens “Hard Times” descalificó a Sissy Jupe (la joven
heroína de la novela) porque había “enseñado a millones de personas a odiar el
liberalismo y al capitalismo”. (47)
En
1921, el austro-marxista Max Adler acuñó el término neoliberalismo para
designar los intentos de Mises de restaurar un orden liberal en plena
decadencia a través de una nueva ideología “fetichismo del mercado”. Por su
parte la austro-marxista Helene Bauer y el marxista alemán Alfred Meusel
elaboraron documentadas críticas a Mises, para la revista teórica alemana Die
Gesellschaft, editada por Rudolf Hilferding. (48)
Sobre
la base de un análisis marxista, Adler, Bauer y Meusel demostraron que es falsa
la afirmación de Mises: “que un capitalismo no regulado es el único sistema
económico racional” y combatieron con argumentos consistentes la idea de “un
capitalismo armonioso” basado en el libre mercado.
En el
análisis de Mises los sindicatos eran un obstáculo al mercado, mientras las
patronales y las empresas monopólicas eran totalmente compatibles con la libre
competencia. Del mismo modo, Mises abogaba por un estado fuerte con el objeto
de coartar la lucha de la clase trabajadora, en nombre de un mercado autorregulado
porque, “cualquier acción contra el libre mercado son una forma de terrorismo”.
Para
Meusel, Mises era “un ferviente servidor del capital financiero internacional”
y para el economista Othmar Spann (1926) “sus ideas eran un intento atávico, de
volver a una versión extrema del liberalismo clásico”.(49)
En
1927, en su obra “Liberalismo”, el propio Mises distinguió entre “antiguo
liberalismo y neoliberalismo”. Según su opinión, el primer liberalismo aceptaba
equivocadamente el concepto de igualdad. En contraste, el neoliberalismo
rechaza la igualdad y la reemplazaba por lo que llamó “igualdad de
oportunidades”. (50)
El
neoliberalismo, tal como surgió de la pluma de Mises, estaba muy alejado de los
nociones del liberalismo clásico. Los críticos marxistas –e incluso algunas
figuras de la derecha- lo vieron como un intento de ofrecer algún tipo de
racionalidad al capital financiero y a la era de los monopolios. Desde su
origen, el neoliberalismo fue un proyecto para proveer una base intelectual a
la guerra de clases de los capitalistas; una guerra no solo contra el
socialismo, sino contra todo intento de regulación social y de democracia: un
ataque sin cuartel a la clase trabajadora.
Junto
con su protegido Friedrich Hayek, el ataque de Mises al socialismo fue una
reacción contra la Viena Roja donde destacaban las figuras de Adler, Otto Bauer
y Karl Renner. (51) En esa misma época el economista Karl Polanyi desarrolló
una aplastante crítica a los dogmas neoliberales que formarían la base teórica
de su libro “La Gran Transformación”. (52)
En los
años 1930 a 1960 (después de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial) la
ideología neoliberal perdió influencia en medio de una profunda crisis del
capitalismo. A principios de la década de 1930, cuando las nubes de la tormenta
se acumularon en Europa, Mises se desempeñó como asesor económico del dictador
austriaco Engelbert Dollfuss. (53) Más tarde con el apoyo de la Fundación
Rockefeller Mises emigró a Suiza y luego a los EEUU, donde enseñó en la
Universidad de Nueva York. Mientras tanto, Hayek fue reclutado por la London
School of Economics, a instancias del economista neoliberal británico Lionel
Robbins.
Sin
embargo, en el mundo occidental las tesis del economista británico Keynes se
impusieron en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Las economías
capitalistas crecieron rápidamente durante un cuarto de siglo animadas por el
aumento del gasto estatal, (en medio de la Guerra Fría) la reconstrucción de
las economías europeas y japonesas, la expansión del comercio, la era del
automóvil y dos grandes guerras (Corea y Vietnam)en Asia. (54)
Mientras
tanto, ante la amenaza de un modelo alternativo representado por la Unión
Soviética y la creación de sindicatos fuertes, los gobiernos de los países
occidentales aplicaron políticas keynesianas con el llamado “estado de
bienestar”. Sin embargo, se mantuvo la tendencia al estancamiento económico –
como un defecto estructural del sistema – que temporalmente se disimuló por la
llamada Edad de Oro.
Durante
esta etapa las gigantescas corporaciones del capitalismo monopolista lograron
apropiarse de un superávit cada vez mayor, tanto en términos absolutos como
relativos. Este proceso que provocó una sobreacumulación productiva (y de
capital) fue en parte compensada por una expansión de las ventas, el
militarismo y el imperialismo.
Finalmente,
la excesiva propagación de billetes de dólares por el mundo, provocaron la
ruptura de los acuerdos de Bretton Woods que habían estabilizado el comercio
mundial, de tal manera que Richard Nixon se vio obligado a poner fin al patrón
dólar-oro en los 70. Esta medida estaba relacionada con la desaceleración de la
economía estadounidense a partir de finales de la década de 1960.
El fin
de la guerra de Vietnam marcó el comienzo de décadas de estancamiento
económico. Lento pero seguro, se inició un largo declive de la economía con una
tendencia a la baja de la tasa de crecimiento en las economías capitalistas
avanzadas. Los principales estímulos que provocaron el auge posterior a la
Segunda Guerra Mundial se habían desvanecido, dejando a las economías
capitalistas en crisis. (55)
La
primera respuesta a la crisis del sistema –que surgió en la década de 1970- fue
utilizar las tesis keynesianas para expandir el gasto estatal. El gasto civil y
gubernamental de los EEUU en bienes y servicios alcanzó un pico durante la
administración de Nixon. (56) Como consecuencia de esta política económica las
empresas elevaron los precios agresivamente y los sindicatos lucharon por mantener
los salarios reales de los trabajadores. El efecto fue un período de
estancamiento económico más inflación.
Como
la inflación disminuye la riqueza acumulada –en forma de activos monetarios- es
una amenaza directa para la clase capitalista. Entonces, surgió un movimiento
anti-keynesiano que descalificó cualquier posición a la izquierda del más
extremo neoliberalismo. Esta resucitada ideología se propuso revertir décadas
de las modestas conquistas de los trabajadores. (57)
Hubo
un giro brusco hacia la austeridad y la reestructuración económica. En sus
inicios bajo el disfraz de monetarismo y el aumento de la oferta, pero bajo
cuerda se llevó a cabo un programa para destruir los sindicatos por medios
políticos, económicos y jurídicos. Se eliminó lo que John Kenneth Galbraith
llamó “el poder compensador” del trabajo. (58)
La
clave para el resurgimiento del neoliberalismo fue la Sociedad Mont Pèlerin,
llamada así por el balneario suizo donde Mises, Hayek, Robbins, Milton
Friedman, George Stigler, Raymond Aron se reunieron en 1947 para promover la
economía neoliberal y sus ideas políticas. Los miembros de la Sociedad Mont
Pèlerin generalmente se referían a sí mismos como liberales, en el sentido
europeo, como una manera de contrarrestar las devastadoras críticas marxistas a
la ideología neoliberal . Evitaron de manera sistemática la etiqueta de
neoliberal – que el propio Mises había adoptado en 1927 – en el Coloquio
“Walter Lippmann” de 1938 en París, al que asistieron Mises y Hayek. (59)
En
cambio, el neoliberalismo no fue presentado como una ideología política sino
como una extensión del liberalismo clásico y como parte inseparable a la
naturaleza humana. Como argumentó Michel Foucault, el neoliberalismo, de esta
manera se convirtió en la primera forma de la llamada biopolítica . (60) Aunque
en apariencia sus teóricos abandonaban la etiqueta neoliberal, la Sociedad Mont
Pèlerin, a través del Departamento de Ecoe la Universidad de Chicago, se erigió
en el bastión de esta ideología.
En la
era keynesiana, de los años cincuenta y sesenta, figuras como Mises, Hayek,
Friedman y James Buchanan se mantuvieron al margen de las grandes decisiones,
aunque fueron fuertemente financiadas por fundaciones privadas. (61) Pero, con
el regreso del estancamiento económico, los intelectuales neoliberales fueron
reclutados por la cúspide del capital monopolista para proporcionar la base
ideológica de una campaña para reestructurar la economía capitalista. Su
principal objetivo era batir a los trabajadores, al estado, al gobierno y a las
economías del sur global.
Desde
el principio, los economistas neoliberales fueron presentados como paladines
del libre mercado y del espíritu empresarial aunque su tarea fue la defensa del
capital monopólico y de las dinastías de la clase burguesa. (62) La virulencia
del programa anti-socialista tenía como propósito la completa privatización del
mercado y de la vida social.
En el
Londres de Margaret Thatcher y en el Washington de Ronald Reagan, las figuras
de Hayek y Friedman se convirtieron en los símbolos de la era neoliberal. El
Premio Nobel en Economía, o el Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas
(establecido por el Banco de Suecia en 1969) fue controlado desde sus inicios
por economistas neoliberales ultraconservadores. Siete miembros de la Sociedad
Mont Pèlerin, incluidos Hayek, Friedman, Stigler y Buchanan, recibieron el
Nobel entre 1974 y 1992, mientras que economistas ligeramente socialdemócratas
fueron totalmente excluidos. (63)
A
pesar de su persistente fracaso en la promoción del crecimiento, el
neoliberalismo se ha impuesto. Su propósito siempre fue ofrecer cierta
racionalidad a una economía dominada por las grandes empresas y el poder de los
monopolios. (64) En efecto, el neoliberalismo, no fue más que una estrategia
político-económica eficaz para la clase multimillonaria, en una época en que el
capital financiero buscaba tomar el control de todos los flujos monetarios de
la sociedad (65).
Si
bien las economías capitalistas continuaron estancadas y las tasas de
crecimiento disminuyeron década tras década, el capital excedente en manos de
las grandes corporaciones no sólo aumentó sino que organizó nuevas formas para
acumular riqueza.(66) El cambio de una economía productiva a una economía de la
financiarización abrió vías para la especulación y la formación de riqueza,
alejando de manera relativa la inversión en la producción (es decir, la
acumulación de capital real).
La
globalización implicó no sólo nuevos mercados, sino, lo que es más importante,
la apropiación de enormes excedentes económicos por la sobreexplotación del
trabajo con los bajos salarios de la periferia. Esta sobreexplotación terminó
en los arcas de las corporaciones multinacionales y de los multimillonarios del
mundo. (67)
Las beneficios
que los trabajadores habían obtenido -en los países centrales del capitalismo–
empezaron a dejar de existir, mientras las empresas multinacionales aumentaron
sus ganancias con un trabajo asalariado desvalorado y con un sistema de
subcontratas. Paralelamente la tecnología digital creó las bases materiales
para un nuevo capitalismo global de vigilancia y control económico
constituyendo un sistema de compra y venta que utiliza los datos privados de
centenas de millones de seres humanos. (68)
El
crecimiento de la desigualdad y de la riqueza han sido justificados como
necesarios para la innovación. Con este pretexto se han beneficiado a unos
pocos con los avances cque son producto del conocimiento colectivo acumulado
por muchos años. En esta nueva era de la expropiación, todo está en el mercado:
educación, sistemas de salud, transporte, vivienda, tierras, ciudades,
prisiones, seguros, pensiones, alimentos, entretenimiento.
Los
intercambios han sido completamente mercantilizados, corporativizados y financiarizados.
La comunicación humana se ha convertido en una mercancía más. Todo en nombre de
la “sociedad de libre mercado”. Para las monopolios globales esta estrategia ha
sido enormemente exitosa. Ahora el capitalismo (a pesar de Adam Smith) no
estaba referido a “la riqueza de las naciones” sino que a la riqueza de la
clase capitalista.
En
cierta medida el proceso de financiarización logró contrarrestar las tendencias
al estancamiento económico, pero lo hizo a costa de crisis financieras
periódicas. Mientras la acumulación de riqueza se aceleran con ligas crisis se
sigue produciendo una mayor concentración de la riqueza. Hoy los neoliberales
sostienen, sin ambages, que es normal y natural una lógica que comporta despojo
y acumulación de la riqueza como producto de la financiarización.
El
estado también ha quedado atrapado por la política de financiarización. (69) En
la gran crisis financiera de 2007-09, casi todos los bancos fueron rescatados y
los ciudadanos pagaron el coste de la estafa. La Gran Crisis Financiera no
constituyó una crisis para el neoliberalismo, al contrario, le dio un nuevo
impulso. De hecho la política neoliberal se ha convertido en un sistema de
expropiación que lo abarca todo.(70)
Una
característica de esta nueva era del consumo es que ha aumentado el conflicto
entre el valor de cambio y el valor de uso en el proceso económico. (71) El
resultado es que: vivimos una emergencia planetaria social y ecológica (72) con
un rápida destrucción del ambiente natural y las condiciones de vida.
Los
combustibles fósiles se han incorporado como activos financieros, incluso
cuando sólo existen en forma de reservas enterradas en el subsuelo. De esta
manera, el combustible y la energía forman parte integral de todo el proceso de
acumulación financiarizada del capitalismo monopólico. Los trillones de dólares
de activos de Wall Street están amarrados al “capital” fósil.(73)
Hoy es
doblemente difícil pasar del uso de combustibles fósiles a alternativas más
sostenibles, como la energía solar y eólica. Como nadie es dueño de los rayos
del sol ni del viento hay pocos interés en estas formas de energía. En el
capitalismo las ganancias actuales y futuras dictan su manera de funcionar. En
otras palabras, al sistema no le importa que sus beneficios se hagan a expensas
de las personas y del planeta. Vivimos con una población que indefensa que
observa perpleja la destrucción del clima y la desaparición de innumerables
especies. Se trata de desastre anunciado e impuesto por la fuerza
–aparentemente abrumadora– de la sociedad de mercado.
El
neoliberalismo siempre se ha opuesto al “laissez faire” decimononico, ya que su
ideología implica un Estado fuerte e intervencionista al servicio directo del
capital y del mercado: lo que James K. Galbraith denominó “un Estado
depredador”. (74)
En la
visión neoliberal, el absolutismo capitalista no es un proceso espontáneo sino
una forma de administrar un modelo que debe ser creado. El papel del estado no
es simplemente proteger la propiedad (como sostuvo Smith) sino que como
Foucault explicó es un sistema se hace necesario ampliar la dominación del
mercado sobre todos los aspectos de la vida. (75) Por esto, el neoliberalismo
ha reformado el estado y la sociedad, según los patrones del propio mercado.
Según
la reflexión de Foucault, “el neoliberalismo para sostenerse debe modelar el
poder político sobre los principios de la economía de mercado”. El estado no
debe “corregir los efectos destructivos del mercado… más bien debe aprovechar
estos efectos destructivos para imponer nuevas medidas que intensifiquen su
penetración”. (76)
Para
el economista neoliberal Jack Buchanan el objetivo no es limitar la acción del
estado, sino ligarlo a los fines monopolistas-competitivos del capital. (77)
Por tanto, el estado neoliberal ha sido transformado específicamente para
coartar cualquier cambio que afecte negativamente al valor del dinero.
Ahora
la política fiscal y la monetaria están fuera del alcance de cualquier gobierno
que se atreva hacer algún cambio que afecten los grandes intereses creados. Los
Bancos Centrales se han transformado en entidades controladas por los Bancos
Privados. Los Ministerios de Hacienda están atrapados por los límites de la
deuda y las agencias reguladoras están en manos de los monopolios financieros y
actúan, en interés directo de las corporaciones. (78)
En sus
trabajos Karl Polanyi demostró que el intento de construir una “sociedad de
mercado autorregulada”, requiere de intervenciones constantes del estado a
favor del capital, y estas intervenciones terminan socavando los cimientos de
la sociedad y de la vida. (79) Para el capitalismo actual, este proceso no
tiene vuelta atrás porque es la base de la actual organización de su poder
económico. Por tanto sólo una política abiertamente anticapitalista puede
cambiar el sistema.
El
estancamiento, la financiarización, la privatización, la globalización, la
mercantilización del estado, la reducción de las personas a “capital humano” y
de la naturaleza a “capital natural”, han hecho de las políticas neoliberales
una característica obligatoria en la era del capitalismo monopólico-financiero.
En su
fase globalizada el capitalismo monopolista ha desencadenado una crisis
estructural y universal del propio sistema. Ante esta crisis la respuesta neoliberal
es dar otro giro de tuerca, abriendo nuevas áreas de rentabilidad para unos
pocos y perpetuando los problemas que nos causa a todos.
El
resultado de esta lógica irracional no es simplemente un desastre económico y
ecológico, sino la desaparición del Estado “liberal-democrático”. El
neoliberalismo inevitablemente está en camino a un autoritarismo de mercado y a
un neofascismo. En este sentido, Donald Trump no es una mera aberración. (80)
En 1927, Mises lo expresó con claridad: “no se puede negar que el fascismo (y
movimientos similares de la derecha) se propone al establecimiento de
dictaduras, pero su intervención, por el momento, ha salvado a la civilización
europea. La estimación que el fascismo se ha ganado vivirá eternamente en la
historia de nuestros pueblos”. (81)
En
1973 los neoliberales Hayek, Friedman y Buchanan, apoyaron activamente el golpe
de Estado de Pinochet que derrocó al presidente socialista Salvador Allende ,
para imponer la doctrina neoliberal a la nación chilena. En un viaje que
realizó a Chile, en 1978, Hayek advirtió personalmente a Pinochet que impidera
la resurrección de una “democracia ilimitada”. Durante una segunda visita,
afirmó que “una dictadura puede ser más liberal que una República Democrática ”
(82).
El
mismo Hayek había escrito en 1949: “debemos enfrentar el hecho que la
preservación de la libertad individual es incompatible con la justicia
distributiva”. (83) En resumen, el neoliberalismo no es un mero paradigma del
cual el capitalismo pueda prescindir, al contrario representa las tendencias
absolutistas en la “era de las finanzas monopólicas”.
Como
señaló Foucault, “el capitalismo sólo puede sobrevivir por un tiempo mediante
una aplicación de su lógica económica a toda la sociedad”. (84 ) Sin embargo,
como en el Mito del Rey Midas, el capitalismo terminará destruyendo todo que
toca.
Pero,
si el capitalismo ha fracasado, la pregunta pertinente es: ¿Qué viene después?
____________
Notas
(1) George Monbiot, “La Tierra está en una Espiral
de la muerte. Se necesitan medidas radicales para salvarnos”, Guardian, 14 de
noviembre de 2018; Leonid Bershidsky, “El subempleo es el nuevo desempleo”,
Bloomberg, 26 de septiembre de 2018.
(2) Para un análisis histórico perspicaz del
problema general de la descomposición y desintegración de las civilizaciones,
vea Arnold J. Toynbee, Un estudio de la historia, resumido por DC Somerveil
(Oxford: Oxford University Press, 1946), 244–428.
(3) Karl Marx y Frederick Engels, El Manifiesto
Comunista (Nueva York: Monthly Review Press, 1964), 2.
(4) Un análisis del estancamiento y la
financialización, vea Harry Magdoff y Paul M. Sweezy, Estancamiento y la
explosión financiera (Nueva York: Monthly Review Press, 1986); John Bellamy
Foster y Fred Magdoff, The Great Financial Crisis (Nueva York: Monthly Review
Press, 2009); John Bellamy Foster y Robert W. McChesney, The Endless Crisis
(Nueva York: Monthly Review Press, 2012); Costas Lapavitsas, Beneficios sin producción:
Cómo nos explotan las finanzas a todos (Londres: Verso, 2013).
(5) Drew Desilver, “Para la mayoría de los
trabajadores de los EEUU los salarios reales apenas han crecido en décadas”,
Pew Research Center, 7 de agosto de 2018.
(6) Yuki Noguchi, “La economía del concenso renueva
el debate sobre si los trabajadores contratados son realmente empleados”, NPR,
7 de marzo de 2018.
(7) El concepto de capitalismo liberado está tomado
de Henryk Szlajfer (entrevistado por Grzegorz Konat), “Capitalismo liberado”,
de próxima publicación, Monthly Review.
(8) John Smith, El imperialismo en el siglo XXI
(Nueva York: Monthly Review Press, 2016).
(9) Heather Stewart, “£ 13 trn Horda escondida de
Taxman por Global Elite”, Guardian, 21 de julio de 2012; Sam Ro, “Los mega
ricos se mantienen en al menos $ 21 billones en paraísos fiscales en el
extranjero”, Business Insider, 22 de julio de 2012; Nicholas Shaxson, Treasure
Islands (Londres: Palgrave Macmillan, 2011).
(10) Larry Elliott, “La desigualdad se amplía: 42
personas tienen la misma riqueza que 3.700 millones de personas más pobres”,
Guardian, 21 de enero de 2018; Rupert Neate, “Bill Gates, Jeff Bezos y Warren
Buffett son más ricos que la mitad más pobre de los EEUU”, Guardian, 8 de
noviembre de 2017.
(11) Report Informe de Desigualdad Mundial 2018
(Laboratorio de Desigualdad Mundial, 2018).
(12) Lant Pritchett, “Divergence, Big Time”,
Journal of Economic Perspectives 11, no. 3 (1997): 3–17; Jason Hickel, “La
desigualdad global puede ser peor de lo que pensamos”, Guardian, 8 de abril de
2016; John Bellamy Foster, “El nuevo imperialismo de la capital globalizada del
monopolio financiero”, Revisión mensual 67, no. 3 (julio – agosto de 2015):
11–12.
(13) “Más del 60 por ciento de la población ocupada
del mundo está en la economía informal”, Organización Internacional del
Trabajo, 30 de abril de 2018; Foster y McChesney, The Endless Crisis , 144–51.
(14) “State of Homelessness”, Alianza Nacional para
acabar con la falta de vivienda, consultada el 9 de enero de 2019, http://endhomelessness.org
(15) Oliver Milman, “Estamos en guerra”: la crisis
de ratas en Nueva York empeoró por el cambio climático, Guardian, 21 de
diciembre de 2018.
(16) Lisa Rapaport, “La expectativa de vida
disminuye en EEUU y otros países de altos ingresos”, Reuters , 22 de agosto de
2018; “La esperanza de vida en EEUU ha disminuido en dos años consecutivos”,
Economist, 4 de enero de 2018; Rebecca Voelker, “El resurgimiento del pulmón
negro plantea nuevos desafíos para los médicos de los países del carbón”, Red
JAMA, 12 de diciembre de 2018; Thea Jourdan, “Regreso de las enfermedades
victorianas: Fiebre escarlata, tuberculosis, tos ferina, incluso escorbuto”,
Daily Mail , 4 de abril de 2016.
(17) Claas Kirchelle, “Pharming Animals: Una
historia global de los antibióticos en la producción de alimentos (1935–2017),”
Palgrave Communications 4, no. 96 (2018); Amanda Holpuch, “La reunión de la ONU
aborda la ‘Amenaza fundamental’ de las superbacterias resistentes a los
antibióticos”, The Guardian, 21 de septiembre de 2016: “La resistencia a los
antimicrobianos es una ‘emergencia de salud mundial”, ONU, antes de la semana
de concienciación” , Noticias de la ONU, 12 de noviembre de 2018; Rob Wallace,
Big Farms Make Big Flu (Nueva York: Monthly Review Press, 2016).
(18) Frederick Engels, La condición de la clase
trabajadora en Inglaterra (Londres: Penguin, 1987), 127–28.
(19) Stephanie Simon, “K – 12 Student Bases de
datos Jazzes Tech Startups, Spooks Parents”, Reuters, 3 de marzo de 2013;
Sharon Lurye, “Por qué los datos personales de su estudiante podrían ser
comprados y vendidos libremente”, Informe Hechinger, 14 de junio de 2018;
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2018); Howard Ryan, Educational Justice (Nueva York: Monthly Review Press,
2017); John Bellamy Foster, “La educación y la crisis estructural del capital”,
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Pingüino, 1995), 10–15.
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familiares que han sido encarcelados”, Instituto de Igualdad de Justicia, 11 de
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encarcelamiento de EEUU”, CNN, 10 de julio de 2018; La “Hoja de datos de
justicia penal”, NAACP, se publicó el 12 de enero de 2019 (datos sobre el
encarcelamiento a partir de 2015); Jacqueline Howard, “Los hombres negros casi
3 veces más propensos a morir por el uso de la fuerza por parte de la policía,
dice un estudio”, CNN, 20 de diciembre de 2016; Keeanga-Yamahtta Taylor, de
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de las especies se enfrentarán a la extinción a finales de siglo”, Guardian, 25
de febrero de 2017.
(24) John Bellamy Foster y Robert W. McChesney,
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(25) “Quién está trabajando para su voto”,
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(27) Timothy M. Gill, “Por qué la élite poderosa
continúa dominando la política estadounidense”, Washington Post, 24 de
diciembre de 2018.
(28) John Pilger, “Nueva Guerra Fría y amenazas
inminentes”, Frontline, 21 de diciembre de 2018; Christi Parsons y WJ Hennigan,
“El presidente Obama que esperaba sembrar la paz, en cambio lideró la nación en
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medianoche”, Boletín de los científicos atómicos, consultado el 19 de diciembre
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(31) “2018 World Hunger and Poverty Facts”, Hunger
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(33) Farshad Araghi, “The Great Global Enclosure of
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palabras: la tormenta que se avecina”, 18 de diciembre de 2018, 25.
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desde el inicio de la industrialización, consulte trillionthtonne.org.
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se cerraron”, New York Times , 8 de enero de 2019.
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(42) K. William Kapp, Los costos sociales de la
empresa privada (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 1950),
231.
(43) Herman Daly, Del crecimiento no económico a
una economía de estado estable (Brookfield, Vermont: Edward Elgar, 2016),
131–44.
(44) Samir Amin, “China 2013”, Revisión mensual 64,
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(45) Ludwig von Mises, Nación, Estado y Economía
(Indianapolis: Liberty Fund, 1983); Ludwig von Mises, Socialismo: un análisis
económico y sociológico (Indianapolis: Liberty Fund, 1981).
(46) Mises, Socialism, 323–54, 399–406, 413–62,
488–92; Nación, estado y economía, 36–37, 143, 163–65.
(47) Mises, socialismo, 421-22.
(48) Phillip W. Magness, “Los Orígenes del término
peyorativo ‘neoliberalismo'” Instituto Americano para la Investigación
Económica 10 de diciembre de 2018; Alfred Meusel, “La crítica civil-social del
presente: el nuevo liberalismo (Ludwig von Mises),” La sociedad: Revista
internacional para el socialismo y la política1, no 4 (1924): 372-83.
(El artículo “El nuevo liberalismo”, que es el primero de una serie de dos partes.) Peter Goller, “Alfred Meusel como crítico de Ludwig Mises y Othmar Spann: Contra el ‘neolberalismo’ y ‘Neoromantik’ (1924), ‘Messages of the Alfred Klahr Society 2 (2003); Peter Goller, “Helene Bauer contra la ideología burguesa neoliberal por Ludwig Mises (1923),” Comunicaciones de Alfred Klahr Society 4 (2005), http: //klahrgesellschaft.at-includes Helene Bauer, “‘Hombre común’ y un Señor mejor” “Adler criticó enérgicamente el intento de Mises de afirmar que las ideas de Marx estaban estrechamente relacionadas con el tradicional estado prusiano autoritario, sobre la base de que todo lo que estaba fuera del neoliberalismo era esencialmente el mismo y que incluso el socialismo democrático era autoritario en su rechazo al liberalismo. Max Adler, “Excursus on Anarchism”, en Austro-marxismo: la ideología de la unidad, ed. Mark E. Blum y William Smalldone (Boston: Brill, 2016), 207.
(El artículo “El nuevo liberalismo”, que es el primero de una serie de dos partes.) Peter Goller, “Alfred Meusel como crítico de Ludwig Mises y Othmar Spann: Contra el ‘neolberalismo’ y ‘Neoromantik’ (1924), ‘Messages of the Alfred Klahr Society 2 (2003); Peter Goller, “Helene Bauer contra la ideología burguesa neoliberal por Ludwig Mises (1923),” Comunicaciones de Alfred Klahr Society 4 (2005), http: //klahrgesellschaft.at-includes Helene Bauer, “‘Hombre común’ y un Señor mejor” “Adler criticó enérgicamente el intento de Mises de afirmar que las ideas de Marx estaban estrechamente relacionadas con el tradicional estado prusiano autoritario, sobre la base de que todo lo que estaba fuera del neoliberalismo era esencialmente el mismo y que incluso el socialismo democrático era autoritario en su rechazo al liberalismo. Max Adler, “Excursus on Anarchism”, en Austro-marxismo: la ideología de la unidad, ed. Mark E. Blum y William Smalldone (Boston: Brill, 2016), 207.
(49) Magness, “Los orígenes peyorativos del término
‘neoliberalismo’”; Meusel, “Der Neu-Liberalismus”, 383; Bauer, “‘Gemeine Mann’
und ein Besserer Herr”; Othmar Spann, Types of Economic Theory (Londres: George
Allen y Unwin, 1930), 278–79 (referencia a la “tendencia neoliberal” apareció
por primera vez en la edición de 1926). En su libro Tendencias de ideas
económicas de 1925 , el economista suizo Hans Honegger escribió sobre el
neoliberalismo teórico , pero, en contraste con el tratamiento anterior de
Meusel, lo usó para abordar la economía neoclásica en lugar del neoliberalismo
de pensadores como Mises. Ver Dieter Plehwe, introducción a The Road from Mount
Pèlerined. Philip Morowski y Plehwe (Cambridge, Massachusetts: Harvard
University Press, 2009), 10. El término capital móvil a menudo se asocia con
Max Weber, donde hizo una breve alusión en su póstuma Historia Económica
General de 1923 , pero el término es de hecho ingresó a la teoría marxiana con
el análisis anterior del capital financiero (y comercial) internacional de
Rudolf Hilferding. Véase Rudolf Hilferding, Finance Capital (Londres:
Routledge, 1981), 342, 325–30; Max Weber, General Economic History (Nueva York:
Collier, 1961), 242.
(50) Von Ludwig von Mises, Liberalismo
(Indianapolis: Liberty Fund, 2005), 9.
(51) Kari Polanyi-Levitt y Marguerite Mendell, “Los
orígenes del fetichismo del mercado”, Revisión mensual 41, no. 2 (junio de
1989): 11–32; Johannes Maerk, “Plan Oder Markt: La batalla de ideas entre el
austro-marxismo y el neoliberalismo en Viena” (conferencia, Instituto para las
Humanidades, Universidad Simon Fraser, Burnaby, Columbia Británica, Canadá, 13
de septiembre de 2016). Disponible en http://youtube.com.
(52) Karl Polanyi, La gran transformación (Boston:
Beacon, 1944); Felix Schaffer, “Vorgartenstrasse 203: Extractos de una
Memoria”, en Karl Polanyi en Viena, ed. Kenneth McRobbie y Kari Polanyi-Levitt,
(Montreal: Black Rose, 2006), 328–46; Kari Polanyi-Levitt, “Rastreando la
economía política institucional de Polanyi hasta su fuente de Europa central”,
en Karl Polanyi en Viena, 378–91; Eduard Márz, Joseph Schumpeter: erudito,
profesor y político (New Haven: Yale University Press, 1991), 101.
(53) Gareth Dale, Karl Polanyi: Una vida a la
izquierda (Nueva York: Columbia University Press, 2016), 102–3.
(54) Harry Magdoff, “Angustia económica
internacional y el tercer mundo”, Revisión mensual 33, no. 11 (abril de 1982):
3–5.
(55) Estos desarrollos económicos se presentan con
gran detalle, como un comentario continuo, en el extraordinario conjunto de
libros, basados en artículos recopilados, escritos por Harry Magdoff y Paul
Sweezy a fines de la década de los sesenta y finales de los noventa: Paul M.
Sweezy y Harry Magdoff. La dinámica del capitalismo estadounidense (Nueva York:
Monthly Review Press, 1972); Paul M. Sweezy y Harry Magdoff, El fin de la
prosperidad (Nueva York: Monthly Review Press, 1973); Paul M. Sweezy y Harry
Magdoff, Estancamiento y la explosión financiera (Nueva York: Monthly Review
Press, 1987); y Paul M. Sweezy y Harry Magdoff, The Irreversible Crisis (Nueva
York: Monthly Review Press, 1988).
(56) Hannah Holleman, Robert W. McChesney, John
Bellamy Foster y R. Jamil Jonna, “El estado penal en una era de crisis”,
Revisión mensual 61, no. 2 (junio de 2009): 2.
(57) Friedrich von Hayek, El camino a la
servidumbre (Londres: Routledge, 1944). Como Paul Sweezy escribió sobre El
camino a la servidumbre de Hayek , “la elección del liberalismo, en el sentido
de individualismo y competencia, como el criterio de juicio, la desviación de
la cual debe considerarse un error, le permite agrupar todo pensamiento
anti-individualista. y la política juntos como simplemente totalitarios“. Paul
M. Sweezy, The Present as History (Nueva York: Monthly Review Press, 1953),
285.
(58) Kenn John Kenneth Galbraith, Capitalismo
estadounidense: el concepto de poder compensatorio (Londres: Hamish Hamilton,
1957).
(59) Philip Mirowski, Nunca deje que una crisis
grave se desperdicie (Londres: Verso, 2013), 24, 37–50; David Stedman Jones,
Maestro del Universo (Princeton: Princeton University Press, 2012). Mirowski y
Jones, a pesar de proporcionar informes detallados de la formación del
neoliberalismo en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, tienen poca
o ninguna conciencia de las críticas marxistas (y otras) al neoliberalismo en
la década de 1920, ni del conflicto tal como surgió en el siglo XX. Contexto de
la Viena Roja.
(60) Michel Foucault, El nacimiento de la
biopolítica (Nueva York: Palgrave McMillan, 2008), 317. Un ejemplo extremo de
tal naturalización es el uso corporativo del término ecosistema para referirse
a las cadenas de suministro de productos básicos, como el ecosistema de Apple:
una forma de evitar Referencia al sistema de explotación incorporado en el
arbitraje laboral global. Ver John Patrick Leary, Palabras clave: El nuevo
lenguaje del capitalismo (Chicago: Haymarket, 2018), 72–76.
(61) Role El papel de Friedman como portavoz del
neoliberalismo es bien conocido. Sobre el papel de James Buchanan, ver Nancy
McLean, Democracy in Chains (Nueva York: Viking, 2017).
(62) Foucault, El nacimiento de la biopolítica,
133–38; Mirowski, Nunca dejes que una crisis grave se desperdicie, 64; Mises,
socialismo, 344–51. En sus memorias, Stigler enfatizó que un objetivo clave de
la Escuela de Economía de Chicago, y del neoliberalismo en general, fue la
destrucción del concepto de poder de monopolio para contrarrestar “la creciente
crítica socialista del capitalismo [que] enfatizó el monopolio”; “’Capitalismo
monopolista’ es casi una palabra en esa literatura”. George J. Stigler,
Memorias de un economista no regulado (New York: Basic, 1988), 92, 162–63.
(63) Offer Oferta de Avner y Gabriel Söderberg, The
Nobel Factor (Princeton: Princeton University Press, 2016), 101, 130–31.
(64) Ver John Cassidy, How Markets Fail (Nueva
York: Farrar, Straus y Giroux, 2009), 3–110; Foster y McChesney, The Endless
Crisis, 1–28.
(65) Sobre cómo el neoliberalismo adquirió un nuevo
significado en la era de la financiarización del proceso de acumulación, ver
Gérard Duménil y Dominique Levy, Resurgente de la Capital: Raíces de la
Revolución Neoliberal (Harvard: Harvard University Press, 2004), 119–20, 156–
67; Foster y McChesney, The Endless Crisis , 44–45.
(66) Foster y McChesney, The Endless Crisis, 4, 18.
Sobre la concentración de la riqueza, vea Thomas Piketty, Capital en el siglo
XXI (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 2014), 336–76.
(67) Smith, imperialismo en el siglo XXI ; Ernesto
Screpanti, El imperialismo global y la gran crisis (Nueva York: Monthly Review
Press, 2014).
(68) Foster y McChesney, “El capitalismo de la
vigilancia”.
(69) Prabhat Patnaik, El valor del dinero (Nueva
York: Columbia University Press, 2009).
(70) Mirowski, Nunca dejes que una crisis grave se
desperdicie , 1–6.
(71) Karl Marx, “The Value-Form”, Capital &
Class no. 4 (1978): 134.
(72) Fred Magdoff y Chris Williams, Creando una
Sociedad Ecológica (Nueva York: Monthly Review Press, 2017), 25–47.
(73) Andreas Malm, Fossil Capital (London: Verso,
2016).
(74) James K. Galbraith, The Predator State (Nueva
York: Free Press, 2008); Foucault, El nacimiento de la biopolítica, 133.
(75) Mirowski, Nunca dejes que una crisis grave se
desperdicie, 56–57; Foucault, El nacimiento de la biopolítica, 131.
(76) Foucault, El nacimiento de la biopolítica,
131, 145.
(77) Mirowski, Nunca dejes que una crisis grave se
desperdicie, 57; McLean, Democracia en Cadenas.
(78) Marco Boffo, Alfredo Saad-Filho y Ben Fine,
“El capitalismo neoliberal: el giro autoritario”, en Socialist Register 2019,
256.
(79) Great La Gran Transformación de Polanyi fue
una crítica al neoliberalismo de teóricos como Mises y Hayek, quienes en el
contexto de Red Vienna defendieron una economía de mercado autorregulada y
diseñaron los principales principios de lo que ahora se conoce como
neoliberalismo. Sin embargo, la poderosa crítica de Polanyi también debía
reflejar un momento de triunfo, la derrota de las tendencias neoliberales en la
forma de la “gran transformación”. Es irónico, por lo tanto, que la Sociedad
Mont Pèlerin se haya establecido un año después de la publicación de Polanyi.
libro, y fue solo con el ascenso al poder del neoliberalismo en los años 70 y
80 que surgió la fascinación actual por Polanyi.
(80) Ver Robert W. McChesney, prólogo de Trump en
la Casa Blanca, 7–13.
(81) Mises, Liberalism, 30. Ver también Herbert
Marcuse, Negations (Boston: Beacon, 1968), 10.
(82) Hayek citado en Renato Cristi, Carl Schmitt y
Authoritarian Liberalism (Cardiff: University of Wales Press, 1998), 168.
(83) Friedrich von Hayek, Individualismo y orden
económico (Londres, 1949), 22; Paul A. Baran, “Sobre el capitalismo y la
libertad”, Monthly Review 42, no. 6 (noviembre de 1990): 36.
(84)
Foucault, El nacimiento de la biopolítica, 164.
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