sábado, 1 de septiembre de 2018

Religión


Raíces Sociales de la Religión en el Régimen de la Comunidad Primitiva*

A. D. Sujov

LA RELIGIÓN SURGIÓ dentro del régimen de la comunidad primitiva, la formación económico-social primaria de la sociedad humana. El problema de cuándo apareció la religión en determinado estadio de la sociedad primitiva solo se puede resolver con la participación conjunta de la antropología, ciencia que estudia el origen, los cambios y el desarrollo del tipo físico del hombre; la arqueología, que se ocupa del pasado histórico de la humanidad sobre la base de fuentes reales, y la etnografía, que proporciona datos acerca de las tribus primitivas, todo lo cual ayuda a comprender una serie de problemas relacionados con la institución de la sociedad humana.

        La aparición de la religión presupone el desarrollo, tanto del hombre como de la sociedad en que vive, es decir, que son necesarias determinadas premisas sociales y cognoscitivas (gnoseológicas). En contra de las afirmaciones teológicas e idealistas de que la religión es propia del hombre desde sus comienzos, la ciencia avanzada actual, basándose en hechos auténticos, niega categóricamente la posibilidad de que la religión y el hombre aparecieran simultáneamente. En la actualidad la ciencia ha resuelto esta cuestión de una manera definitiva. Lo único discutible es "el establecimiento de la etapa en que surgió la religión.

        ¿Cuáles son las condiciones sociales que motivaron la aparición de la religión en la sociedad primitiva?

        El marxista alemán H. Eildermann, en su interesante libro, dedicado en gran parte al origen de la religión, relaciona ésta con determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas1, pero al mismo tiempo interpreta erróneamente su dependencia respecto de la existencia de las clases y de las contradicciones clasistas. "La religión y la sociedad dividida en clases -escribe- son categorías que dependen una de otra en todos los tiempos.”2 Esta tesis no puede considerarse acertada, ya que la sociedad primitiva no conoce las clases.

        Al vincular el origen de la religión a la aparición de las clases, Eildermann extiende la categoría de sociedad clasista al período de la historia de la humanidad en que las clases no existían. Según él, en la sociedad primitiva los ancianos son una clase especial. En realidad, los ancianos de la tribu no eran más que representantes del poder de la colectividad primitiva, el cual no descansaba en el dominio económico, sino en la autoridad. El poder de los ancianos solo podía apoyar con su autoridad la religión existente en la sociedad, pero era incapaz de originarla. Lenin escribía que la religión debe su origen a la impotencia del salvaje en su lucha con la naturaleza.3 El bajo nivel de las fuerzas productivas, que motiva esta impotencia, fue la principal fuente social de la religión en la sociedad primitiva. Sobre esta base surgieron por vez primera imágenes fantásticas, en las que las fuerzas y los fenómenos de la naturaleza adquirían una encarnación sobrenatural y extraterrena.

        La forma más temprana de religión fue la fe en la existencia de espíritus y almas, es decir, el animismo.4 Sin embargo, esta primera forma de religión no surgió en el vacío. Para su aparición existían ya determinadas premisas. Antes de desdoblar la realidad y "poblarla" de almas y espíritus, el hombre primitivo tomaba las cosas y fenómenos de la naturaleza por seres vivos y por manifestaciones de la actividad de los mismos. En esta fase de desarrollo, el hombre no distinguía aún entre lo vivo y lo inanimado, y no siendo capaz de diferenciarse él mismo de la naturaleza, identificaba los procesos de ella con su propia actividad.

        Todos los conceptos de la realidad circundante se le figuraban al hombre primitivo seres vivos. L. Y. Shteinberg muestra ejemplos de pueblos atrasados de Siberia, que han conservado semejante concepción de la naturaleza junto con creencias animistas surgidas más tarde. Cuenta que los guiliaki (nivji)5 del río Amur le aseguraron numerosas veces que una roca que se alzaba en el mar, no lejos de la costa, había llegado de lejos, del norte, después de haber reñido con su hermana. Shternberg escribe que para él quedaron claros los motivos que habían dado lugar a semejante mito, cuando él mismo vio en aquellas latitudes los enormes bloques de piedras que trasladan los témpanos de hielo empujados por la corriente marítima.

        Tomemos otro ejemplo del propio Shternberg, observado por él en una yurta órochi6 en la Bahía del Emperador. Para determinar cuál era la enfermedad de un hombre que yacía en la yurta, el chamán ataba a una cuerda una pesada piedra a la que preguntaba hasta que comenzaba a oscilar, lo cual era considerado como respuesta afirmativa.7

        V. G. Bogoraz escribía respecto a semejantes concepciones lo siguiente: "Las piedras, los árboles, las colinas, o las nubes y también los fenómenos de la naturaleza (el viento, la lluvia, etc.), se consideran vivos. . . El objeto se mueve; por consiguiente está vivo. Exactamente igual, el hombre primitivo convierte en seres animados a los árboles que susurran, al viento que sopla, a la piedra, que durante largo tiempo permanece tranquila en su sitio, pero que puede hacer tropezar a quien pase junto a ella; a los lagos, los ríos y arroyos y a las colinas que se elevan sobre la llanura y proyectan sobre ella su sombra."8

        Shternberg, haciendo uso de la terminología de Marett, da a semejante concepción de la naturaleza el nombre de animatismo, que en esencia consiste en considerar todas las cosas de la naturaleza como seres vivos, semejantes al hombre. Es la "vivificación general de la naturaleza". Pero en sí, el animatismo aún no es religión.

        La religión comienza con el animismo, el cual se caracteriza porque tras las cosas de la realidad se oculta, según el hombre primitivo, la actividad de numerosas almas y espíritus, que pueden serle favorables o desfavorables al hombre, y a los cuales, mediante determinadas acciones, se les puede inclinar en favor de unos o, por el contrario, predisponerles en su contra.

        La única definición totalmente científica de la religión, es la marxista: ". . . la religión no es más que el reflejo fantástico, en las cabezas de los hombres, de los poderes externos que dominan su existencia cotidiana: un reflejo, en el cual las fuerzas terrenas cobran forma de supraterrenas.”9

        Pero para que las fuerzas terrenas adquieran la forma de extraterrenas es necesario desdoblar el mundo real en el del más acá y del más allá, en terrenal y extraterreno, colocar el mundo no terreno encima del terrenal. Engels dice en Ludwig Feuerbach, que el desdoblamiento del mundo comienza con la creación de las ideas acerca del alma.10

        El animatismo, que surgió en una etapa determinada de desarrollo de la sociedad primitiva, no constituye aún una forma de religión, ya que no existe el desdoblamiento del mundo y la oposición de éste en extraterreno y terrenal. Las fuerzas terrenas no habían adquirido aún la forma de extraterrenas. Aunque el animatismo todavía no es religión, es el camino para crearla.

        En lo que respecta al totemismo, el fetichismo y algunas otras formas de manifestación de la ideología primitiva, hay que reconocer que de hecho no son independientes. De un modo o de otro se hallan relacionados con el animatismo o el animismo. Cuando, por ejemplo, el hombre primitivo ve en el animal un ser idéntico a él, eso es una manifestación de animatismo. En cambio, el considerar que los espíritus existen con apariencia de animales o reconocer que los animales tienen alma, cae de lleno en el campo del animismo. Hay que tener también en cuenta que durante el predominio del animismo existían numerosas reminiscencias del animatismo, que se conservan en parte también en religiones posteriores.

        Por consiguiente, el animismo es la primera forma de religión, que predomina en lo fundamental hasta el fin de la sociedad primitiva.

        Como ya hemos dicho, en las condiciones propias de la sociedad primitiva la religión era consecuencia tanto de las enormes dificultades que encerraba para el hombre la lucha con la naturaleza y la propia existencia, como del carácter primitivo de las fuerzas productivas. La impotencia del hombre ante la naturaleza, condicionada por el bajo nivel de desarrollo de la producción social, era un fenómeno social, el cual creó por vez primera las condiciones para que surgiese la concepción religiosa del mundo.

        Las relaciones de producción del régimen de la comunidad primitiva, relaciones de colaboración y ayuda mutua, no constituían la fuente social de la religión. Pero estas relaciones de producción eran resultado del débil desarrollo de las fuerzas productivas, que condicionaban la impotencia del hombre en su lucha con la naturaleza, la imposibilidad de producir individualmente y, al mismo tiempo, de explotar el trabajo de otras personas, ya que el trabajo del hombre primitivo no proporcionaba aún producto excedente. La base económica de la comunidad primitiva era la propiedad colectiva de los medios de producción. No había clases, no existía la explotación del hombre por el hombre, y la distribución se realizaba en beneficio de todos los miembros de la sociedad.

        Naturalmente, de lo expuesto no se desprende que las relaciones de producción del régimen de comunidad primitiva no influyeran absolutamente sobre el carácter y el contenido de las concepciones religiosas. El sistema económico de aquella sociedad hacía imposible una diferenciación notable de los espíritus en las religiones primitivas, al suprimir en ellos diferenciaciones jerárquicas. Los espíritus aparecen formando una especie de conjunto, están poco individualizados y se diferencian tan solo por pertenecer a una u otra categoría. Así es como se separan de la masa general los espíritus de las aguas, de los árboles y de los bosques, de los volcanes, etc. La diferenciación ulterior de las fuerzas sobrenaturales está relacionada con la división de la sociedad, la aparición de elementos de explotación y el nacimiento de las clases.

        Los ideólogos burgueses tratan por todos los medios de embellecer el papel que desempeña la religión cuando aparece. Por ejemplo, el francés A. Mallver habla de "los enormes méritos de las religiones antiguas para con la humanidad".11 Considera que durante la infancia de la humanidad, la religión ejerció un influencia altamente benéfica. Constituía entonces -escribe- el órgano fundamental del progreso, y sin ella la humanidad seguiría hundida en la barbarie".12 F. Brentano afirma que "la religión proporciona al hombre la máxima felicidad".13

        Pero semejantes afirmaciones de los ideólogos burgueses no merecen siquiera ser objeto de crítica. La religión, que tiene su origen en la opresión que experimenta el hombre bajo el peso de las fuerzas de la naturaleza, no podía por menos de reflejarla, y a consecuencia de ello, debido al propio carácter de la proyección religiosa, que eleva las fuerzas terrenales al rango de supraterrenas, deificó y perpetuó esa dependencia de las fuerzas de la naturaleza. ¿Cómo se puede hablar de carácter progresivo, de "influencia benéfica" y de "enormes méritos" respecto de una ideología que es resultado de la debilidad y la impotencia? ¿Puede una ideología que refleja la opresión de fuerzas externas ser instrumento del progreso histórico? La religión ha infundido siempre en el hombre la esperanza de una ayuda sobrenatural, debilitando su lucha por el progreso social.

        El desarrollo progresivo de la sociedad no se ha llevado a cabo gracias a la religión, sino a pesar de ella. Lenin, al criticar las concepciones de los teógonos que afirmaban que la religión es un complejo de ideas, las cuales despiertan y organizan los sentimientos sociales y refrenan el "individualismo zoológico", escribía: "En realidad, no fue la idea de Dios la que refrenó el «individualismo zoológico» sino que lo refrenaron la horda y la comunidad primitivas. La idea de Dios siempre ha adormecido y debilitado los «sentimientos sociales», sustituyendo lo vivo por la carroña, despertando siempre ideas de esclavitud (de la peor esclavitud, de la irreparable)."14 La religión ha constituido también un gran perjuicio material para la sociedad, ya que los sacrificios, los enterramientos y los demás ritos, han obligado al hombre a gastar de forma improductiva sus bienes de por sí escasos, sus alimentos, etcétera.

        Hay que tener en cuenta, además, otro aspecto de la cuestión: la circunstancia de que la ausencia de religión en los estadios iniciales de la sociedad humana se deba al nivel aún más bajo en que se encontraban la sociedad, el hombre y el pensamiento humano. Por eso, el nacimiento de la religión no solo es consecuencia de la debilidad del hombre primitivo en su lucha con la naturaleza, sino también del desarrollo de su intelecto en dicha etapa.

___________
(1) Véase: H. Eildermann, Die Urgesellschaft. lhre Verwantschaftsorganisationen und ihre Religion.
(2) Ibídem.
(3) V. I. Lenin, Obras.
(4) El término animismo se emplea en las obras científicas con distintos significados. Para nosotros el animisno no es el "mínimo" de cualquier religión (8. Taylor), sino la religión primitiva, basada en la creencia en los espíritus y las almas. Al igual que los términos politeísmo y monoteísmo, la categoría de "animisno" caracteriza una forma de religión en determinada etapa de desarrollo.
(5) Los guiliaki (nivji) son un grupo étnico que vive en la desembocadura del río Amur y en la isla de Sajalín (N. del T.)
(6) Los órochi constituyen un reducido grupo étnico que habita la parte meridional de la región de Jabárovsk, en la RSFSR (N. del T.)
(7) L. Y. Shternberg, La religión primitiva a la luz de la etnografía.
(8) V. G. Bogoraz, Los Chukchis. Los chukhis son un pueblo que habita la península de los chukchis, que es la que forma desde territorio soviético el Estrecho de Behring (N. del T.)
(9) F. Engels, Antl-Dühring, Editorial Grijalbo, S.A., México 1968, pág. 313.
(10) C. Marx y F. Engels, Obras escogidas.
(11) A. Mallevert, Ciencia y Religión.
(12) Ibídem.
(13) F. Brentano, Religión und Philosophie.
(14) V. I. Lenin, Obras.

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