Publicamos a continuación el primer capítulo del
folleto Las Tareas Actuales del
Socialismo Peruano de nuestro compañero Eduardo Ibarra, folleto inédito aún.
Nuestro
Punto de Partida
Eduardo
Ibarra
EN ENERO DE 1927, en carta dirigida a la UPGP,
Mariátegui escribió: “Hace año y medio propuse la organización de una especie
de estudios económicos y sociológicos, que se proponga en primer término la
aplicación del método marxista (1) al conocimiento y definición de los problemas
del Perú. Hoy renuevo mi proposición” (Martínez
de la Torre, Apuntes para una
interpretación marxista de historia social
del Perú, t. II, p. 272).
La
aplicación del método marxista al conocimiento y definición de los problemas
del Perú:
he aquí el método mariateguiano de interpretación de nuestra realidad concreta.
Como es de conocimiento común, en
junio de 1923 Mariátegui dio inicio a un ciclo de conferencias en la UPGP que
culminó en enero de 1924. Este ciclo tuvo como objetivo manifiesto “difundir en
el proletariado el conocimiento de la crisis mundial”. En el fondo, este
objetivo fue la difusión en el proletariado peruano de la posición comunista:
“Una parte del socialismo se ha afirmado en su orientación social-democrática,
colaboracionista; la otra parte ha seguido una orientación
anti-colaboracionista, revolucionaria. Y
esta parte del socialismo es la que, para diferenciarse netamente de la
primera, ha adoptado el nombre de comunismo”. “Aquí, como en Europa, los
proletarios tienen, pues, que dividirse… en colaboracionistas y
anticolaboracionistas, en reformistas y maximalistas”. “Yo participio de la
opinión de los que creen que la
humanidad vive un período revolucionario. Y estoy convencido del próximo ocaso
de todas las tesis social-democráticas, de todas la tesis reformistas, de todas
las tesis evolucionistas” (Historia de la
crisis mundial, pp. 21 y 22).
Y precisó el maestro: “Para que esta
clasificación [entre reformistas y revolucionarios] se produzca con nitidez,
con coherencia, es indispensable que el proletariado conozca y comprenda en sus
grandes lineamientos, la gran crisis contemporánea. De otro modo, el
confusionismo es inevitable.” (ibídem,
p. 22).
De esta forma, pues, Mariátegui
evitó el confusionismo. De esta forma clarificó la situación.
Luego, la publicación del libro La escena contemporánea continuó el
objetivo del ciclo de conferencias, y los escritos compilados en Peruanicemos
al Perú, 7 Ensayos, Ideología y Política, El alma matinal, etcétera, marcaron
importantes hitos de la labor de interpretación de nuestra realidad (incluido
nuestro factor humano).
En el documento Antecedentes y desarrollo de la acción clasista, el maestro señaló:
“Mariátegui regresa en este tiempo de Europa con el propósito de trabajar por
la organización de un partido de clase” (Ideología
y política, p. 100). En la carta colectiva a la célula aprista de México,
precisó: “Los elementos de izquierda que en el Perú concurrimos a su formación,
constituimos de hecho –y organizaremos formalmente– un grupo o Partido
Socialista, de filiación y orientación definidas…” (Martínez de la Torre, Apuntes, t. II, p. 301). En el Programa del Partido, dejó sentado: “El
marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y
de los monopolios. El Partido Socialista del Perú, lo adopta como su método de
lucha.” (Ideología y política, p.
160).
El
Partido Socialista lo adopta como su método de lucha: he aquí el método
mariateguiano de transformación de nuestra realidad concreta.
Pues, sin duda, solo materializada
en un partido de clase, la teoría mariateguiana sirve para la toma del poder.
Así, pues, el método de
interpretación–transformación de nuestra realidad, le permitió al maestro cumplir
cabalmente las diversas tareas teóricas y prácticas, políticas y orgánicas que
implicaba la Constitución del partido del proletariado peruano.
Esta rica experiencia constituye,
huelga decirlo, una invalorable experiencia para el proletariado consciente,
una inapreciable fuente de inspiración, un brillante derrotero a seguir en sus
líneas maestras, en una palabra, nuestro necesario punto de partida en la lucha
por cumplir las tareas actuales que implica la Reconstitución del Partido de
Mariátegui, para cumplir las tareas actuales del Socialismo Peruano (2).
¿Cuáles son estas tareas? ¿Cuáles
son las tareas teóricas y prácticas, políticas y orgánicas del Socialismo
Peruano? ¿Qué tareas tenemos que cumplir para llevar hasta el fin la
Reconstitución del Partido de Mariátegui?
Como se comprenderá, la exposición
sistemática de esta cuestión exige todo un artículo aparte.
Notas
[1] Para evitar equívocos, anotaremos que con la frase
“método marxista” Mariátegui se refería al “método marxista leninista” (Defensa de marxismo, p. 123), cuestión definitivamente
esclarecida y establecida en Principios
programáticos del Partido Socialista, donde el maestro sostuvo que “El
marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y
de los monopolios” (Ideología y política,
p. 160).
[2] El Socialismo Peruano es el Comunismo Peruano, el
Marxismo-leninismo Peruano. Mariátegui escribió: “No queremos, ciertamente, que
el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos
que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, el socialismo
indo-americano. He aquí una misión digna de una nueva generación” (Ideología y política, p. 249); “Tengo
una declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la creación del socialismo
peruano” (Advertencia a 7 ensayos); “El Partido Socialista… adopta
[el marxismo-leninismo] como su método de lucha” (Ideología y política, p. 160). ¿Puede alguien, que no haya perdido
el juicio, dudar de que, con el término socialismo peruano, Mariátegui se
refería al marxismo-leninismo? Ciertamente que no. Entonces la mixtificación
que cometen algunos de dicho término es un intento de diluir el socialismo
marxista en el mapa del nebuloso socialismo en general. Nebuloso, porque,
¿quién podría definir en términos de clase el socialismo en general? Este
término apenas tiene un alcance descriptivo, y alude tanto a tendencias
anarquistas (que se reclaman “socialistas”) como a tendencias del socialismo
burgués y pequeño burgués. Es, por lo tanto, indefinible. En cambio el
socialismo marxista puede ser concretamente definido como la doctrina del
proletariado revolucionario, sustentadora de la dictadura del proletariado y de
la realización del comunismo. Este es el Socialismo Peruano de Mariátegui.
Pugnas y Tretas en el Seno de la Burguesía
César Risso
LA SITUACIÓN QUE BAJO LA FRASE de
“crisis política” venimos enfrentando desde hace algunas semanas, se incubó en
el proceso electoral. Es la expresión de la pugna por el gobierno del Estado de
dos sectores de la burguesía.
De
un lado, el lobbista, con larga experiencia en las instituciones financieras
internacionales, y en el manejo de las instituciones del Estado; y del otro, la
representante del dictador, implementador de las políticas neoliberales
ordenadas por el imperialismo.
Este
jaloneo, cuyo enfrentamiento se da en el marco de la corrupción generalizada de
casi todos los líderes de los partidos políticos que han tenido por lo menos un
periodo de gobierno; y que tiene en la mira, por la denuncias del principal
implicado, a las dos cabezas políticas en el poder (ejecutivo y legislativo), se
nos presenta como una lucha contra la corrupción.
El
caso Odebrecht ha puesto en evidencia lo que es conocido: que el sistema
capitalista es un sistema corrupto, y que como tal hace brotar corruptos por
todas partes.
En
esta situación, en lugar de avanzar en la construcción (por las características
del sistema económico social capitalista) de una ética mucho más humana,
estamos atrapados en una ética que corresponde al sistema capitalista y al
comportamiento de la burguesía. Nos vemos en las calles luchando contra el
indulto, es decir, contra la liberación de quien fuera un dictador burgués (son
harto conocidos todos sus crímenes), que impuso (en esto están todos los
burgueses de acuerdo) un “modelo” neoliberal, es decir, que continuó con la
explotación capitalista en la corriente mundial impuesta por los países
imperialistas a través de las exigencias de los organismos financieros
internacionales.
Estamos,
pues, luchando contra un personaje que aplicó una forma no democrática de gobierno en un sistema social basado en
la división de la sociedad en clases sociales, esto es, basado en la explotación
burguesa; en conclusión, basado en un sistema social que por su contenido es la dictadura de la burguesía. Lucha en la que un sector de la burguesía
nos dirige cuestionando una forma de
gobierno, pero protegiendo el contenido
de clase del sistema capitalista.
Es
decir que, este movimiento, si se queda tal como está, luchando contra la forma de gobierno aplicada por un títere
del imperialismo, será un movimiento estrictamente burgués. Por ello, de lo que
se trata es de transformar esta lucha dirigida contra una forma de gobierno de la burguesía, en la lucha contra el contenido del sistema capitalista.
Fíjense
cómo opera la dominación ideológica de la burguesía. El pueblo es capaz de
organizarse y luchar activamente contra el indulto, que es lo más político (participación
masiva) por lo que está luchando el pueblo a nivel nacional; así como se ha manifestado
masivamente contra la sanción a Paolo Guerrero, y por otros temas fútiles. Pero
no ha logrado organizarse para luchar por sus propios intereses, pues no ha
tomado conciencia de la explotación capitalista. No ha podido encontrar el modo
de construir la unidad para la lucha contra las diversas formas de explotación burguesa, y menos aún contra la explotación
capitalista.
Sin
embargo, al igual que en la lucha de los jóvenes contra la ley de promoción del
empleo juvenil, en la que se les privaba legalmente de una serie de derechos,
se ha obtenido como resultado, aparte de la derogación de la susodicha norma,
la organización permanente de los jóvenes; igualmente, uno de los resultados en
esta lucha concreta es darle organización permanente al pueblo, a través del desarrollo
de la propaganda por el socialismo, esclareciendo el contenido de la
explotación capitalista y la dominación burguesa.
Así,
la lucha concreta contra PPK y el indulto, se transformará en una lucha por
ganar al pueblo para luchar contra el capitalismo.
Los
crímenes perpetrados por la dictadura fujimorista, fueron diseñados por el
imperialismo. La desregulación de la economía, también fue práctica corriente
de las instituciones financieras internacionales. No fue la originalidad ni la
genialidad, del títere Alberto Fujimori, sino las exigencias del imperialismo
en la lucha por la defensa del sistema capitalista a nivel planetario, lo que
se ejecutó.
Cualquier
representante de la burguesía en el poder, hubiera actuado de forma parecida;
hubiera aplicado las mismas recetas económicas y políticas.
Tal
como están las cosas, no se nos ocurriría decir que se deje de luchar contra el
indulto. Es una manifestación sincera, en muchos de los casos, sobre todo de
los sectores populares, contra las aberraciones cometidas por la burguesía en
la defensa de sus intereses de clase. Es el rechazo a las desapariciones, a las
detenciones arbitrarias, a las torturas, y a los asesinatos que cometieron los
ejecutores de las órdenes del representante de la burguesía nacional e
imperialista en el poder. Es también, en menor medida, un rechazo al robo, a la
dilapidación de los recursos del Estado. Es el repudio a los vínculos con el
narcotráfico, así como al despido masivo de trabajadores, de la destrucción de
los sindicatos, etc.
Pero
este nivel de conciencia, no alcanza a la comprensión de que el sistema
capitalista es la organización de una forma de explotación de los trabajadores.
La burguesía se ha encargado, a nivel mundial, de hacernos creer que este
sistema es el ejercicio de la libertad; que el dinero es el dios más preciado
que puede existir. Pero llegados a este punto, no hay más que un paso para
justificar su adquisición bajo cualquier forma, como por ejemplo por las
diversas formas de delito.
La
conciencia colectiva, en el caso actual, puede asumir tanto la posición
contraria al indulto, como la posición a favor del indulto. La propaganda
burguesa ha creado esta situación. En ambos casos funcionan mecanismos ideológicos,
que se han interiorizado por medio de la propaganda burguesa en general, así
como por medio de la propaganda política electoral de cada agrupación (los
regalos de los fujimoristas en las campañas electorales a los pobladores en
situación de pobreza). Esta propaganda, asociada a la esperanza de salir de la
situación de pobreza en que se encuentran, reforzada por los regalos en los
periodos electorales, y de algún beneficio obtenido en el gobierno fujimorista,
independientemente del origen de los recursos, se transforma en una defensa
cerrada del criminal Alberto Fujimori.
Estas
dos posiciones en pugna, son la confrontación de la conciencia burguesa con la
conciencia burguesa; es el reconocimiento del capitalismo como forma superior y
única de organización de la producción (Todas las fuerzas políticas en el
gobierno y en el congreso, incluido el Frente Amplio y Nuevo Perú); es la
defensa del sistema capitalista por medio de la crítica o aceptación a
determinados métodos de gobierno; es, en fin de cuentas, la renuncia a la
liberación de todos los trabajadores de la explotación capitalista.
Es
decir, que esta manifestación sincera de lucha contra el indulto al criminal
Alberto Fujimori, es expresión de la dominación ideológica de la burguesía.
Lo
más radical que se propone en esta lucha es que se vayan todos, tanto los
integrantes del poder ejecutivo, como los miembros del poder legislativo.
Se
propone explícitamente que se vayan todos los corruptos, pero se propone
implícitamente que siga el sistema capitalista, que siga la explotación
capitalista, justamente el sistema que no solo explota a todos los
trabajadores, sino el sistema que produce a los corruptos.
El
sistema capitalista no es solo la explotación de los trabajadores, sino que promueve
una ética individualista, en la cual se manifiestan las aspiraciones
individuales, fomentando la competencia por tener más, por desplazar a los
demás de sus puestos de trabajo, por sobrepasar a los demás, sin importar que
somos parte de una sociedad en la que todos jugamos un papel en nuestro
autosostenimiento. Sin obreros no hay posibilidad de producción industrial; sin
campesinos no tendríamos acceso a los alimentos, etc. Pero estos dos sectores
de la sociedad son despreciados por la burguesía, desprecio que se ha extendido
hasta los empleados, que siendo mejor remunerados por la burguesía por el papel
que cumplen de preservar directamente los intereses de la burguesía, se sienten
burgueses.
En
consecuencia, la solidaridad, la reciprocidad, etc., van desapareciendo, para
dejar paso a la “riqueza” material, por la defensa del sistema capitalista como
ejercicio de la libertad, por la remota posibilidad de “ascender” hasta llegar
a ser un burgués.
Esta
mentalidad es casi una necesidad, pues en la búsqueda de solución a la
situación de pobreza, se ve como una salida el negocio propio, el llamado emprendedurismo;
mecanismo de explotación promovido por la burguesía para desarrollar una forma
de explotación en la que la familia entera es explotada, aunque el emprendedor
se sienta propietario de su propio negocio, es decir, se sienta burgués, aunque
en los hechos viva peor que cuando era un obrero dependiente.
Vale
decir, que tanto las condiciones materiales de los trabajadores, como la
propaganda burguesa, atenazan la conciencia de los trabajadores, y con ello
logran enfrentar trabajadores contra trabajadores.
Los
sectores llamados de izquierda, como el Frente Amplio y Nuevo Perú, entre
otros, nos hacen creer que es necesario contar con personas honestas. Pero esto
acarrearía dos cosas: una, crear esperanzas en los sectores populares en que la
honestidad de los gobernantes puede mejorar su situación, desviando así la
lucha contra el sistema capitalista a la lucha contra los individuos en el
gobierno; y, reforzar al sistema capitalista, aunque controlando o reduciendo
de alguna forma el grado de explotación.
La
honestidad en el capitalismo es algo así como veneno recubierto con azúcar. Es
un gobernante honrado dirigiendo los negocios de la burguesía, conservando la
pobreza, el desempleo, protegiendo la explotación de los trabajadores y las
ganancias de los burgueses, etc.
En
esta predica del ala izquierda de la burguesía, y de los sectores “menos
agresivos” de la burguesía, está justamente el planteamiento de luchar contra
el mal menor. Esta política se ha repetido muchas veces. Pero resulta que el
mal menor siempre es una alternativa burguesa. No hay una propuesta de
alternativa de poder que sea de los trabajadores, de las clases explotadas, del
proletariado como representante de los intereses de todas las clases explotadas.
La lucha por el socialismo se ha diluido en la lucha por un gobierno “honesto”,
explotador pero “honesto”.
El
indulto al criminal Alberto Fujimori ha sido una maniobra de PPK para seguir en
el gobierno del Estado burgués, y continuar siendo el administrador de los
negocios de la burguesía, para agenciarse, no del sueldo de presidente, que es
lo que menos le importa, sino de las ventajas de los grandes negocios de la
burguesía con el Estado, tal como los fujimoristas y los demás partidos de
derecha aspiran a representar.
Por ello, independientemente de si el
indulto fue un intento de ganarse a un sector del fujimorismo para tener mayor
capacidad de maniobra, o de si fue una negociación para evitar la vacancia, esta
ha sido una treta política para seguir dirigiendo los negocios de la burguesía,
y con ello cumplir con el encargo de la burguesía imperialista y nacional de
continuar con la explotación capitalista, y así seguir siendo acreedor de las
dádivas y migajas de sus amos.
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