J.
V. Stalin
Es
indudable que la teoría universal del triunfo simultáneo de la revolución en
los principales países de Europa, la teoría de la imposibilidad de la victoria
del socialismo en un solo país ha resultado ser una teoría artificial, una
teoría no viable. La historia de siete años de revolución proletaria en Rusia
no habla en favor, sino en contra de esa teoría. Esa teoría no solo es
inaceptable como esquema del desarrollo de la revolución mundial, ya que está
en contradicción con hechos evidentes. Es todavía más inaceptable como
consigna, porque no libera, sino que encadena la iniciativa de los distintos
países que, en virtud de ciertas condiciones históricas, adquieren la
posibilidad de romper ellos solos el frente del capital; porque no estimula a
los distintos países a emprender una arremetida enérgica contra el capital,
sino a mantenerse pasivamente a la expectativa, en espera del momento de
"desenlace general"; porque no fomenta en los proletarios de los
distintos países el espíritu de decisión revolucionaria, sino el espíritu de
las dudas a lo Hamlet: "¿y si los demás no nos apoyan?". Lenin tiene
completa razón al decir que la victoria del proletariado en un solo país es un
"caso típico", que "la revolución simultánea en varios
países" sólo puede darse como una "excepción rara" (v. t. XXIII,
pág. 354).
Pero
la teoría leninista de la revolución no se circunscribe, como es sabido, a este
solo aspecto del problema. Es, al mismo tiempo, la teoría del desarrollo de la
revolución mundial. La victoria del socialismo en un solo país no constituye un
fin en sí. La revolución del país victorioso no debe considerarse como una
magnitud autónoma, sino como un apoyo, como un medio para acelerar
el triunfo del proletariado en todos los países. Porque la victoria de la
revolución en un solo país, en este caso en Rusia, no es solamente un producto
del desarrollo desigual y de la disgregación progresiva del imperialismo. Es,
al mismo tiempo, el comienzo y la premisa de la revolución mundial.
Es
indudable que las vías del desarrollo de la revolución mundial no son tan
sencillas como podían parecer antes de la victoria de la revolución en un solo
país, antes de la aparición del imperialismo desarrollado, "antesala de la
revolución socialista". Porque ha surgido un factor nuevo: la ley del
desarrollo desigual de los países capitalistas, que rige bajo las condiciones
del imperialismo desarrollado y evidencia la inevitabilidad de los conflictos
armados, el debilitamiento general del frente mundial del capital y la
posibilidad de la victoria del socialismo en algunos países por separado.
Porque ha surgido un factor nuevo: el inmenso País Soviético, situado entre el
Occidente y el Oriente, entre el centro de la explotación financiera del mundo
y el teatro de la opresión colonial, un país cuya sola existencia revoluciona
el mundo entero.
Todos
estos factores (por no citar otros de menor importancia) no pueden ser pasados
por alto al estudiar las vías de la revolución mundial.
Antes
solía suponerse que la revolución iría desarrollándose por
"maduración" proporcionada de los elementos de socialismo, ante todo
en los países más desarrollados, en los países "adelantados". Ahora,
esta idea debe ser modificada de modo substancial.
"El sistema de las relaciones internacionales --
dice Lenin -- es actualmente tal, que uno de los Estados de Europa, Alemania,
se ve avasallado por los Estados vencedores. Por otra parte, diversos Estados,
por cierto los más antiguos del Occidente, se hallan, gracias a la victoria, en
condiciones de poder aprovechar esa misma victoria para hacer a sus clases
oprimidas una serie de concesiones, que, si bien son insignificantes, retardan
el movimiento revolucionario en estos países, creando una apariencia de 'paz
social'".
"Al
mismo tiempo, otros muchos países -el Oriente, la India, China etc.-, se han
visto definitivamente sacados de su carril, precisamente por causa de la última
guerra imperialista. Su desarrollo se ha orientado definitivamente por la via
general del capitalismo europeo. En esos países ha comenzado la misma
efervescencia que se observa en toda Europa. Y para todo el mundo es ahora
claro que ellos han entrado en un proceso de desarrollo que no puede por menos
de conducir a la crisis de todo el capitalismo mundial".
En
vista de esto y en relación con ello, "los países capitalistas de la
Europa Occidental llevarán a término su desarrollo hacia el socialismo… de un
modo distinto a como esperábamos anteriormente. No lo llevan a término por un
proceso proporcionado de "maduración" del socialismo en ellos, sino
mediante la explotación de unos Estados por otros, mediante la explotación del
primer Estado entre los vencidos en la guerra imperialista, unida a la
explotación de todo el Oriente. Por otra parte, el Oriente se ha incorporado de
manera definitiva al movimiento revolucionario, gracias precisamente a esta
primera guerra imperialista, viéndose arrastrado definitivamente a la órbita
general del movimiento revolucionario mundial" (v. t. XXVII, págs.
415-416).
Si
a esto se añade que no sólo los países vencidos y las colonias son explotados
por los países vencedores, sino que, además, una parte de los países vencedores
cae en la órbita de la explotación financiera de los países vencedores más
poderosos, de los Estados Unidos e Inglaterra; que las contradicciones entre
todos estos países constituyen el factor más importante de la disgregación del
imperialismo mundial; que, además de estas contradicciones, existen y se están
desarrollando otras contradicciones, profundísimas, dentro de cada uno de estos
países; que todas estas contradicciones se ahondan y se agudizan por el hecho
de existir al lado de esos países la gran República de los Soviets; si tomamos
todo eso en consideración, tendremos una idea, más o menos completa, de la
peculiaridad de la presente situación internacional.
Lo
más probable es que la revolución mundial se desarrolle del siguiente modo:
nuevos países se desgajarán del sistema de los países imperialistas por vía
revolucionaria, siendo apoyados sus proletarios por los proletarios de los
países imperialistas. Vemos que el primer país que se ha desgajado, el primer
país que ha vencido, es apoyado ya por los obreros y las masas trabajadoras de
los otros países. Sin este apoyo no podría mantenerse. Es indudable que este
apoyo irá cobrando mayor intensidad y fuerza. Pero también es indudable que el
mismo desarrollo de la revolución mundial, el mismo proceso por el que se
desgajen del imperialismo nuevos países se operará con tanta mayor rapidez y
profundidad cuanto más firmemente se vaya consolidando el socialismo en el
primer país victorioso, cuanto más rápidamente se transforme este país en una
base para el desarrollo sucesivo de la revolución mundial, en una palanca de la
disgregación sucesiva del imperialismo.
Si
es cierta la tesis de que el triunfo definitivo del socialismo
en el primer país liberado no es posible sin los esfuerzos comunes de los
proletarios de varios países, no menos lo es que la revolución mundial se
desarrollará con tanta mayor rapidez y profundidad, cuanto más eficaz sea la
ayuda prestada por el primer país socialista a los obreros y a las masas
trabajadoras de todos los otros países.
¿En
qué debe consistir esta ayuda?
En
primer lugar, en que el país que ha triunfado "lleve a cabo el máximo de
lo realizable en un solo país p a r a desarrollar, apoyar y
despertar la revolución en todos los países " (v. Lenin,
t. XXIII, pág. 385).
En
segundo lugar, en que "el proletariado triunfante" de un país,
"después de expropiar a los capitalistas y de organizar la producción
socialista dentro de sus fronteras, se enfrente con el resto
del mundo, con el mundo capitalista, atrayendo a su lado a las clases oprimidas
de los demás países, levantando en ellos la insurrección contra los
capitalistas, empleando, en caso necesario, incluso la fuerza de las armas
contra las clases explotadoras y sus Estados" (v. Lenin, t.
XVIII, págs. 232-233).
La
particularidad característica de esta ayuda del país victorioso no sólo
consiste en que acelera la victoria del proletariado de los otros países, sino
también en que, al facilitar esta victoria, asegura el triunfo definitivo del
socialismo en el primer país victorioso.
Lo
más probable es que, en el curso del desarrollo de la revolución mundial, se
formen, al lado de los focos de imperialismo en distintos países capitalistas y
junto al sistema de estos países en todo el mundo, focos de socialismo en
distintos países soviéticos y un sistema de estos focos en el mundo entero, y
que la lucha entre estos dos sistemas llene la historia del desarrollo de la
revolución mundial.
Pues,
"la libre unión de las naciones en el socialismo -dice Lenin- es imposible
sin una lucha tenaz, más o menos prolongada, de las repúblicas socialistas
contra los Estados atrasados" (v. lugar citado).
La
importancia mundial de la Revolución de Octubre no sólo reside en que es la
gran iniciativa de un país que ha abierto una brecha en el sistema del
imperialismo y constituye el primer foco de socialismo en medio del océano de
los países imperialistas, sino también en que es la primera etapa de la
revolución mundial y una base potente para su desenvolvimiento sucesivo.
Por
eso no sólo yerran quienes, olvidando el carácter internacional de la
Revolución de Octubre, afirman que la victoria de la revolución en un solo país
es un fenómeno pura y exclusivamente nacional; yerran también quienes, sin olvidar
el carácter internacional de la Revolución de Octubre, propenden a considerarla
como algo pasivo, sujeto únicamente al apoyo que pueda recibir del exterior. La
realidad es que no sólo la Revolución de Octubre necesita del apoyo de la
revolución de los otros países, sino que también la revolución de estos países
necesita del apoyo de la Revolución de Octubre para acelerar e impulsar el
derrocamiento del imperialismo mundial.
17
de diciembre de 1924.
Las Raíces Históricas del Leninismo*
J.V. Stalin
Lenin llamó al imperialismo
"capitalismo agonizante". ¿Por qué? Porque el imperialismo lleva las
contradicciones del capitalismo a su último límite, a su grado extremo, más
allá del cual empieza la revolución. Entre estas contradicciones, hay tres que
deben ser consideradas como las más importantes.
La primera contradicción es
la existente entre el trabajo y el capital. El imperialismo es la omnipotencia
de los trusts y de los sindicatos monopolistas, de los bancos y de la
oligarquía financiera de los países industriales. En la lucha contra esta
fuerza omnipotente, los métodos habituales de la clase obrera -los sindicatos y
las cooperativas, los partidos parlamentarios y la lucha parlamentaria-
resultan absolutamente insuficientes. Una de dos: u os entregáis a merced del
capital, vegetáis a la antigua y os hundís cada vez más, o empuñáis un arma
nueva; así plantea la cuestión el imperialismo a las masas de millones de
proletarios. El imperialismo lleva a la clase obrera a la revolución.
La segunda contradicción es
la existente entre los distintos grupos financieros y las distintas potencias
imperialistas en su lucha por las fuentes de materias primas, por territorios
ajenos. El imperialismo es la exportación de capitales a las fuentes de
materias primas, la lucha furiosa por la posesión monopolista de estas fuentes,
la lucha por un nuevo reparto del mundo ya repartido, lucha mantenida con
particular encarnizamiento por los nuevos grupos financieros y por las nuevas
potencias, que buscan "un lugar bajo el sol", contra los viejos
grupos y las viejas potencias, tenazmente aferrados a sus conquistas. La
particularidad de esta lucha furiosa entre los distintos grupos de capitalistas
es que entraña como elemento inevitable las guerras imperialistas, guerras por
la conquista de territorios ajenos. Esta circunstancia tiene, a su vez, la
particularidad de que lleva al mutuo debilitamiento de los imperialistas,
quebranta las posiciones del capitalismo en general, aproxima el momento de la
revolución proletaria y hace de esta revolución una necesidad práctica.
La tercera contradicción es
la existente entre un puñado de naciones "civilizadas" dominantes y
centenares de millones de hombres de las colonias y de los países dependientes.
El imperialismo es la explotación más descarada y la opresión más inhumana de
centenares de millones de habitantes de las inmensas colonias y países
dependientes. Extraer superbeneficios: tal es el objetivo de esta explotación y
de esta opresión. Pero, al explotar a esos países, el imperialismo se ve
obligado a construir en ellos ferrocarriles, fábricas, centros industriales y
comerciales. La aparición de la clase de los proletarios, la formación de una
intelectualidad del país, el despertar de la conciencia nacional y el
incremento del movimiento de liberación son resultados inevitables de esta
"política". El incremento del movimiento revolucionario en todas las
colonias y en todos los países dependientes, sin excepción, lo evidencia de
modo palmario. Esta circunstancia es importante para el proletariado, porque
mina de raíz las posiciones del capitalismo, convirtiendo a las colonias y a
los países dependientes, de reservas del imperialismo, en reservas de la
revolución proletaria.
Tales son, en términos generales, las
contradicciones principales del imperialismo, que han convertido el antiguo
capitalismo "floreciente" en capitalismo agonizante.
La importancia de la guerra imperialista
desencadenada hace diez años estriba, entre otras cosas, en que juntó en un haz
todas estas contradicciones y las arrojó sobre la balanza, acelerando y
facilitando con ello las batallas revolucionarias del proletariado.
Dicho en otros términos: el imperialismo
no sólo ha hecho que la revolución sea prácticamente inevitable, sino que se
hayan creado las condiciones favorables para el asalto directo a la fortaleza
del capitalismo.
Tal es la situación internacional que ha
engendrado al leninismo.
Todo eso está bien, se nos dirá; pero
¿qué tiene que ver con esto Rusia, que no era ni podía ser el país clásico del
imperialismo? ¿Qué tiene que ver con esto Lenin, que actuó, ante todo, en Rusia
y para Rusia? ¿Por qué fue precisamente Rusia el hogar del leninismo, la cuna
de la teoría y de la táctica de la revolución proletaria?
Porque Rusia era el punto de
convergencia de todas estas contradicciones del imperialismo.
Porque Rusia estaba preñada de
revolución más que ningún otro país del mundo, y eso hacía que sólo ella se
hallase en estado de resolver estas contradicciones por vía revolucionaria.
Señalaremos en primer lugar que la Rusia
zarista era un foco de todo género de opresión -capitalista, colonial y
militar- en su forma más inhumana y más bárbara. ¿Quién ignora que, en Rusia,
la omnipotencia del capital se fundía con el despotismo zarista; la agresividad
del nacionalismo ruso, con las atrocidades del zarismo contra los pueblos no
rusos; la explotación de zonas enteras -Turquía, Persia, China-, con la anexión
de estas zonas por el zarismo, con las guerras anexionistas? Lenin tenía razón
cuando decía que el zarismo era un "imperialismo militar-feudal". El
zarismo era la condensación de los aspectos más negativos del imperialismo,
elevados al cubo.
Además, la Rusia zarista no sólo era una
importantísima reserva del imperialismo occidental porque abría sus puertas de
par en par al capital extranjero, que tenía en sus manos ramas tan decisivas de
la economía nacional de Rusia como los combustibles y la metalurgia, sino
también porque podía po ner al servicio de los imperialistas occidentales
millones de soldados. Recordad el ejército ruso de catorce millones de hombres,
que derramó su sangre en los frentes imperialistas para asegurar fabulosas
ganancias a los capitalistas anglo franceses.
Además, el zarismo no sólo era el perro
de presa del imperialismo en el Oriente de Europa, sino también el agente del
imperialismo occidental para exprimir de la población centenares de millones:
los intereses de los empréstitos que el zarismo obtenía en París y en Londres,
en Berlín y en Bruselas.
Finalmente, el zarismo era el aliado más
fiel del imperialismo occidental en el reparto de Turquía, de Persia, de China,
etc. ¿Quién ignora que el zarismo hacía la guerra imperialista aliado a los
imperialistas de la Entente y que Rusia era un elemento esencial en esta
guerra?
Por eso, los intereses del zarismo y del
imperialismo occidental se entrelazaban y acababan fundiéndose en una sola
madeja de intereses del imperialismo.
¿Acaso podía el imperialismo del
Occidente resignarse a la pérdida de un puntal tan poderoso en el Oriente y de
una fuente tan rica en fuerzas y en recursos, como era la vieja Rusia zarista y
burguesa, sin poner a prueba todas sus fuerzas para sostener una lucha a muerte
contra la revolución en Rusia, a fin de defender y conservar el zarismo?
¡Naturalmente que no!
Pero de aquí se desprende que quien
quería golpear al zarismo, levantaba inevitablemente la mano contra el
imperialismo; que quien se sublevaba contra el zarismo, tenía que sublevarse
también contra el imperialismo, pues quien derrocara al zarismo, si en realidad
no pensaba sólo en derribarlo, sino en acabar con él definitivamente, tenía que
derrocar también al imperialismo. La revolución contra el zarismo se aproximaba
de este modo a la revolución contra el imperialismo, a la revolución
proletaria, y debía transformarse en ella.
Entretanto, en Rusia iba en ascenso la
más grande de las revoluciones populares, a cuyo frente se hallaba el
proletariado más revolucionario del mundo, un proletariado que disponía de un
aliado tan importante como los campesinos revolucionarios de Rusia. ¿Hace
falta, acaso, demostrar que una revolución así no podía quedarse a mitad de
camino; que, en caso de triunfar, debía seguir adelante, enarbolando la bandera
de la insurrección contra el imperialismo?
Por eso Rusia tenía que convertirse en
el punto de convergencia de las contradicciones del imperialismo, no sólo
porque en Rusia, precisamente, estas contradicciones se ponían de manifiesto
con mayor facilidad a causa de su carácter tan escandaloso y tan intolerable, y
no sólo porque Rusia era el puntal más importante del imperialismo occidental,
el puntal que unía al capital financiero del Occidente con las colonias del
Oriente, sino también porque solamente en Rusia existía una fuerza real capaz
de resolver las contradicciones del imperialismo por vía revolucionaria.
Pero de esto se desprende que la
revolución en Rusia no podía menos de ser proletaria, no podía menos de
revestir, desde los primeros momentos de su desarrollo, un carácter
internacional, y no podía, por tanto, menos de sacudir los cimientos mismos del
imperialismo mundial.
¿Acaso los comunistas rusos podían, ante
semejante estado de cosas, limitarse en su labor al marco estrechamente
nacional de la revolución rusa? ¡Naturalmente que no! Por el contrario, toda la
situación, tanto la interior (profunda crisis revolucionaria) como la exterior
(la guerra), los empujaba a salirse en su labor de ese marco, a llevar la lucha
a la palestra internacional, a poner al desnudo las lacras del imperialismo, a
demostrar el carácter inevitable de la bancarrota del capitalismo, a destrozar
el socialchovinismo y el socialpacifismo y, por último, a derribar el
capitalismo dentro de su país y a forjar para el proletariado un arma nueva de
lucha -la teoría y la táctica de la revolución proletaria-, con el fin de
facilitar a los proletarios de todos los países el derrocamiento del
capitalismo. Los comunistas rusos no podían obrar de otro modo, pues sólo
siguiendo este camino se podía contar con que se produjesen en la situación
internacional ciertos cambios, capaces de garantizar a Rusia contra la
restauración del régimen burgués.
Por eso, Rusia se convirtió en el hogar
del leninismo, y el jefe de los comunistas rusos, Lenin, en su creador.
Con Rusia y con Lenin
"ocurrió" aproximadamente lo mismo que había ocurrido con Alemania y
con Marx y Engels en la década del 40 del siglo pasado. Entonces, Alemania
estaba preñada, como la Rusia de comienzos del siglo XX, de una revolución
burguesa. Marx escribió entonces en el Manifiesto del Partido Comunista:
"Los comunistas fijan su principal
atención en Alemania, porque Alemania se halla en vísperas de una revolución
burguesa y porque llevará a cabo esta revolución bajo las condiciones más
progresivas de la civilización europea en general, y con un proletariado mucho
más desarrollado que el de Inglaterra en el siglo XVII y el de Francia en el
XVIII, y, por lo tanto, la revolución burguesa alemana no podrá ser sino el
preludio inmediato de una revolución proletaria."
Dicho
en otros términos: el centro del movimiento revolucionario se desplazaba a
Alemania.
No
cabe duda de que precisamente esta circunstancia, apuntada por Marx en el
pasaje citado, constituyó la causa probable de que fuese Alemania la cuna del
socialismo científico, y los jefes del proletariado alemán, Marx y Engels, sus
creadores.
Lo
mismo hay que decir, pero en mayor grado todavía, de la Rusia de comienzos del
siglo XX. En ese período, Rusia se hallaba en vísperas de la revolución
burguesa y había de llevar a cabo esta revolución en un ambiente más progresivo
en Europa y con un proletariado más desarrollado que el de Alemania en la
década del 40 del siglo último (sin hablar ya de Inglaterra y de Francia),
además, todo indicaba que esta revolución debía servir de fermento y de prólogo
a la revolución proletaria.
No
puede considerarse casual el hecho de que ya en 1902, cuando la revolución rusa
estaba todavía en sus comienzos, Lenin dijese, en su folleto ¿Qué
hacer?, estas palabras proféticas:
"La historia plantea hoy ante nosotros (es decir, ante
los marxistas rusos. J. St.) una tarea inmediata, que es la
más revolucionaria de todas las tareas inmediatas del
proletariado de ningún otro país".
"La realización de esta tarea, la demolición del más poderoso baluarte, no ya de la reacción europea, sino también (hoy podemos afirmarlo) de la reacción asiática, convertiría al proletariado ruso en la vanguardia del proletariado revolucionario internacional" (v. t. IV, pág. 382).
Dicho
en otros términos: el centro del movimiento revolucionario debía desplazarse a
Rusia.
Sabido
es que el desarrollo de la revolución en Rusia ha justificado, y con creces,
esta predicción de Lenin.
Y,
siendo así, ¿tiene algo de asombroso que el país que ha llevado a cabo
semejante revolución y que cuenta con semejante proletariado haya sido la
patria de la teoría y la táctica de la revolución proletaria?
¿Tiene
algo de asombroso que el jefe del proletariado de Rusia, Lenin, haya sido, a la
par, el creador de esta teoría y de esta táctica y el jefe del proletariado internacional?
____________
(*) En Fundamentos del leninismo.
Conferencias pronunciadas en la Universidad de Sverdlov, 1924.
Definición del Leninismo*
J. V. Stalin
En el folleto Los
fundamentos del leninismo se da la
conocida definición del leninismo, que ha obtenido ya, por lo visto, carta de
ciudadanía. Dice así:
"El leninismo es el marxismo de la
época del imperialismo y de la revolución proletaria. O más exactamente: el
leninismo es la teoría y la táctica de la revolución proletaria en general, la
teoría y la táctica de la dictadura del proletariado en particular".
¿Es
exacta esta definición?
Yo
entiendo que sí lo es. Es exacta, en primer lugar, porque indica acertadamente
las raíces históricas del leninismo, conceptuándolo como el marxismo de
la época del imperialismo por oposición a algunos críticos de
Lenin, que entienden equivocadamente que el leninismo surgió después de la
guerra imperialista. Es exacta, en segundo lugar, porque señala acertadamente
el carácter internacional del leninismo, por oposición a la socialdemocracia,
que entiende que el leninismo solo es aplicable a las condiciones nacionales
rusas. Es exacta, en tercer lugar, porque señala acertadamente la ligazón
orgánica que existe entre el leninismo y la doctrina de Marx, conceptuándolo
como el marxismo de la época del imperialismo, por oposición a
algunos críticos del leninismo, que no ven en éste un nuevo desarrollo del
marxismo, sino simplemente la restauración del marxismo y su aplicación a la
realidad rusa.
No
creemos que sea necesario detenerse a comentar esto.
Sin
embargo, en nuestro Partido hay, por lo visto, quienes consideran necesario
definir el leninismo de un modo algo diferente. Así, por ejemplo, Zinóviev cree
que:
"El leninismo es el marxismo de la época de las
guerras imperialistas y de la revolución mundial, revolución que se ha
iniciado directamente en un país en que predomina el campesinado".
¿Qué
pueden significar las palabras subrayadas por Zinóviev? ¿Qué significa
introducir en la definición del leninismo el atraso de Rusia, su carácter
campesino?
Significa
convertir el leninismo, doctrina proletaria internacional, en un producto de
las condiciones específicas rusas.
Significa
hacer el juego a Bauer y Kautsky, que niegan la posibilidad de aplicar el
leninismo a otros países más desarrollados en el sentido capitalista.
Es
indudable que la cuestión campesina tiene para Rusia una importancia
grandísima, que nuestro país es un país campesino. Pero ¿qué importancia puede
encerrar este hecho, a la hora de definir los fundamentos del leninismo? ¿Acaso
el leninismo se formó exclusivamente en las condiciones de Rusia y para Rusia,
y no en las condiciones del imperialismo y para los países
imperialistas en general? ¿Acaso obras de Lenin como El imperialismo, fase
superior del capitalismo, El Estado y la revolución, La
revolución proletaria y el renegado Kautsky, La enfermedad infantil
del "izquierdismo" en el comunismo, etc. sólo tienen importancia
para Rusia y no para los países imperialistas en general? ¿Acaso el leninismo
no es la síntesis de la experiencia del movimiento revolucionario de todos los
países? ¿Acaso los fundamentos de la teoría y de la táctica del leninismo no
son válidos y obligatorios para los partidos proletarios de todos los países?
¿Acaso Lenin no tenía razón cuando decía que "el bolchevismo puede
servir de modelo de táctica para todos"? (v. t. XXIII, pág. 386).
¿Acaso Lenin no tenía razón cuando hablaba de "la significación
internacional del Poder Soviético y de los fundamentos de la teoría y
de la táctica bolcheviques"? (v. t. XXV, págs. 17I-172). ¿Acaso no son
exactas, por ejemplo, las siguientes palabras de Lenin?
"En Rusia, la dictadura del proletariado tiene que
distinguirse inevitablemente por ciertas particularidades en comparación con
los países avanzados, como consecuencia del inmenso atraso y del carácter
pequeñoburgués de nuestro país. Pero las fuerzas fundamentales -y las formas
fundamentales de la economía social- son, en Rusia, las mismas que en cualquier
país capitalista, por lo que estas particularidades pueden referirse
tan solo a lo que no es esencial " (v. t. XXIV, pág. 508).
Y
si todo eso es cierto, ¿no se desprende, acaso, de ello que la definición del
leninismo que da Zinóviev no puede considerarse exacta?
¿Cómo
se puede compaginar esta definición del leninismo, que lo limita a un marco
nacional, con el internacionalismo?
___________
(*) En Cuestiones del Leninismo.
Lo Fundamental en el Leninismo*
J. V. Stalin
En el folleto Los fundamentos del
leninismo se dice:
"Algunos piensan que lo fundamental en
el leninismo es la cuestión campesina, que el punto de partida del leninismo es
la cuestión del campesinado, de su papel, de su peso específico. Esto es
completamente falso. La cuestión fundamental del leninismo, su
punto de partida, no es la cuestión campesina, sino la cuestión de la dictadura
del proletariado, de las condiciones en que ésta se conquista y de las
condiciones en que se consolida. La cuestión campesina, como cuestión del
aliado del proletariado en su lucha por el Poder, es una cuestión
derivada".
¿Es
exacto este planteamiento?
Yo
entiendo que sí lo es. Este planteamiento se desprende íntegramente de la
definición del leninismo En efecto, si el leninismo es la teoría y la táctica
de la revolución proletaria, y si lo que constituye el contenido fundamental de
la revolución proletaria es la dictadura del proletariado, resulta evidente que
lo principal en el leninismo es la cuestión de la dictadura del proletariado,
es el estudio de esta cuestión, es su fundamentación y concretación.
Sin
embargo, Zinóviev no está, por lo visto, de acuerdo con este planteamiento. En
su artículo En memoria de Lenin, dice:
"La cuestión del papel del campesinado es, como ya
he dicho, la cuestión fundamental del bolchevismo, del
leninismo".
Como
veis, este planteamiento de Zinóviev se desprende íntegramente de su falsa
definición del leninismo. Por eso, es tan falso como su definición del
leninismo.
¿Es
exacta la tesis de Lenin de que la dictadura del proletariado forma "el
contenido esencial de la revolución proletaria"? (v. t. XXIII, pág. 337).
Indiscutiblemente, es exacta. ¿Es exacta la tesis de que el leninismo es la
teoría y la táctica de la revolución proletaria? Entiendo que es exacta. ¿Qué
se deduce entonces de esto? De esto se deduce que la cuestión fundamental del
leninismo, su punto de partida, su base, es la cuestión de la dictadura del
proletariado.
¿Acaso
no es cierto que la cuestión del imperialismo, la cuestión del desarrollo a
saltos del imperialismo, la cuestión del triunfo del socialismo en un solo
país, la cuestión del Estado del proletariado, la cuestión de la forma
soviética de este Estado, la cuestión del papel del Partido dentro del sistema
de la dictadura del proletariado, la cuestión de los caminos de la edificación
del socialismo; acaso no es cierto que todas estas cuestiones fueron
esclarecidas precisamente por Lenin? ¿Acaso no es cierto que son precisamente
estas cuestiones las que forman la base, el fundamento de la idea de la
dictadura del proletariado? ¿Acaso no es cierto que sin esclarecer estas
cuestiones fundamentales sería inconcebible el esclarecimiento de la cuestión
campesina desde el punto de vista de la dictadura del proletariado?
Es
indudable que Lenin era un profundo conocedor de la cuestión campesina. Es
indudable que la cuestión campesina, como la cuestión del aliado del
proletariado, tiene grandísima importancia para el proletariado y es parte
integrante de la cuestión fundamental, la cuestión de la dictadura del
proletariado. Pero ¿acaso no es evidente que si ante el leninismo no se hubiera
planteado la cuestión fundamental, la de la dictadura del proletariado, no
habría existido tampoco la cuestión derivada de ésta, la cuestión del aliado
del proletariado, la cuestión de los campesinos? ¿Acaso no es evidente que si
ante el leninismo no se hubiera planteado la cuestión práctica de la conquista
del Poder por el proletariado, no habría existido tampoco la cuestión de la
alianza con el campesinado?
Lenin
no sería el ideólogo más grande del proletariado como indiscutiblemente lo es,
sino que sería un simple "filósofo campesino", como con frecuencia lo
pintan los filisteos literarios del extranjero, si en vez de esclarecer la
cuestión campesina sobre la base de la teoría y la táctica de la dictadura del
proletariado, lo hubiese hecho independientemente y al margen de esta base.
Una
de dos:
o
bien la cuestión campesina es lo fundamental en el leninismo, y entonces
el leninismo no es válido ni obligatorio para los países desarrollados en el
sentido capitalista, para los países que no son campesinos;
o
bien lo fundamental en el
leninismo es la dictadura del proletariado, y entonces el leninismo es la
teoría internacional de los proletarios de todos los países, válida y
obligatoria para todos los países, sin excepción, incluyendo los países
desarrollados en el sentido capitalista.
Hay
que optar por una de las dos cosas.
______________
(*)
En Cuestiones del Leninismo.
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