En el 89
Aniversario de la Fundación del Partido Socialista del Perú, republicamos un
artículo de nuestro compañero Eduardo Ibarra que desenmascara con toda
precisión la falsificación que comenten los liquidadores, que son, sin duda,
actualmente, los enemigos más furibundos de la verdad histórica del Partido de
Mariátegui.
Como es de conocimiento general, los liquidadores
falsifican la filiación doctrinal de José Carlos Mariátegui y la verdad
doctrinal y orgánica del PSP a fin de acreditar su partido-amalgama. Por eso,
hoy, cuando el problema teórico más importante que afronta el proletariado
peruano es esclarecer el tipo de organización política que requiere en su lucha
por el poder, la defensa del marxismo-leninismo de Mariátegui y de la verdad histórica
de su partido es una necesidad fundamental.
Ya se sabe que el liquidador exacerbado, Miguel Aragón,
niega de plano la existencia histórica del PSP, y que los demás liquidadores no
van muy a la zaga cuando califican de “cementerios” a los diversos aspectos que
encierra la verdad histórica del partido fundado por José Carlos Mariátegui el
7 de octubre de 1928.
Así pues, celebramos el 89 Aniversario de la Fundación
del Partido Socialista del Perú defendiendo su verdad histórica y la verdad
histórica de José Carlos Mariátegui.
Comité de Redacción.
¡Defender el Pensamiento de Mariátegui de
toda tergiversación y desarrollarlo en función de la realidad actual!
El Aniversario del PSP y el Liquidacionismo
de Derecha
Eduardo Ibarra
EN EL PROGRAMA DEL PARTIDO, José Carlos
Mariátegui dejó sentado: “El marxismo-leninismo es el método revolucionario de
la etapa del imperialismo y de los monopolios. El Partido Socialista del Perú,
lo adopta como su método de lucha”.
Así, pues, a más de reconocer la verdad universal del proletariado (“El
marxismo-leninismo es el método…”) y establecer la obligatoriedad de este reconocimiento (“El Partido Socialista del
Perú, lo adopta…”), el maestro definió su
personal filiación doctrinal.
Sin embargo, en el artículo El movimiento comunista, Ramón García
escribió: “… de las tres consignas básicas [de la Revolución de Octubre], sólo
queda el Marxismo-Leninismo, pero cada vez más limitada geográficamente a la
URSS (1). Este término sólo se encuentra dos veces en la obra de JCM, y ambas
indicando el método marxista, no la doctrina. Y menos como nueva época. No es
casual que su obra se llame Defensa del Marxismo, a secas, y no, por ejemplo,
Defensa del Marxismo-Leninismo” (2).
Con estas falacias nuestro personaje
niega el marxismo-leninismo: 1) como la verdad universal del proletariado; 2)
como la base de unidad del PSP; 3) como la filiación doctrinal de Mariátegui.
De
esta forma, pues, García falsifica la verdad doctrinal del PSP y de su fundador.
En la Moción aprobada por la Reunión del
C.C. del 4 de marzo de 1930, se señala: “El P.S. es un partido de clase, y por
consiguiente, repudia toda tendencia que signifique fusión con las fuerzas u
organismos políticos de las otras clases. Condena como oportunista toda política
que plantee la renuncia momentánea del proletariado a su independencia de
programa y de acción, que en todo momento debe mantenerse íntegramente”
(Martínez, Apuntes para una interpretación
marxista de historia social del Perú, t.II, p.487).
Es decir, el PSP fue un partido
doctrinariamente homogéneo en toda su composición. Por eso: 1) rechazaba toda
fusión con fuerzas políticas diversas; 2) así defendía su independencia
ideológica, política y orgánica.
No
obstante, en el artículo 80 aniversario
(5), García escribió: “El PSP tenía dos niveles: internamente funcionaba
como ‘facción orgánica y doctrinariamente homogénea’ (como ‘célula secreta de
los siete’); externamente aspiraba a ser ‘el primer gran partido de masas e
ideas (sic) de toda nuestra historia republicana’”.
Con esta
falacia, nuestro personaje niega el carácter orgánicamente homogéneo del PSP.
De esta forma, pues, García falsifica la
verdad orgánica del Partido de Mariátegui.
En conclusión, García falsifica la verdad
histórica del Partido de Mariátegui.
Para
decirlo de otro modo, nuestro personaje se ha aderezado su propio PSP conforme
a su designio liquidacionista.
Así, pues,
la imagen del PSP que intenta vender solo existe en su cabeza y en la cabeza de
quienes, mostrando su incapacidad de discernir teóricamente la cuestión o, en
su defecto, revelando desvergonzadamente su espíritu servil, simplemente
repiten la falsificación.
¿Por qué
García falsifica de la manera más monstruosa la filiación doctrinal de
Mariátegui y la verdad histórica del PSP?
Porque,
para acreditar su proyecto de un partido doctrinariamente variopinto, necesita
utilizar tanto a Mariátegui como al PSP como coartada y aun como señuelo.
A un
Mariátegui y a un PSP oportunistamente falsificados, desde luego, y, no falsificados
por incapacidad, sino de forma premeditada, tendenciosa, malintencionada.
En
conclusión, el proyecto liquidacionista de un partido-amalgama no tiene ningún
punto de contacto doctrinal y orgánico con el Partido de Mariátegui.
Esto
explica que García terminara renunciando fácilmente a la Reconstitución, y que
fácilmente arrastrara a sus parciales a la asunción de esta renuncia (3).
En efecto,
en el artículo Organización: contenido y forma, García escribió: “La propia experiencia, la propia lucha enseñó a través de la
investigación de continuadores, que la Reconstitución se hundía en un círculo
vicioso”. “La ‘reconstitución’ ha devenido fiasco en el país”.
Pero la realidad es que lo que
devino fiasco fue la reconstitución de García, entre otras cosas porque desertó de la obligación que tenía de
mantenerse a la cabeza de su grupo, como la tiene cualquier político del
mundo ante sus parciales.
Como es de conocimiento general,
en el último verano García ha cumplido ¡cuarenta
años sentado en su pedestal de cristal!
Habiendo, pues, renegado de la
Reconstitución, García promueve desde hace algunos años una “organización de
proyección nacional” con el concurso de toda clase de oportunismo y
revisionismo (4).
En conclusión, el PSP de García
(“marxista” a secas; con dos niveles orgánicos doctrinariamente disímiles, etc.),
no es en modo alguno el PSP de Mariátegui que los marxistas conocen y
reconocen.
Tampoco el Mariátegui del que
habla (marxista a secas, socialista no
comunista, etc.) es el Mariátegui histórico que los marxistas conocen y
reconocen.
Por eso, la publicación, el 7 de
octubre pasado, de un artículo de Manuel Velásquez conmemorando el 86 aniversario
del PSP, no es sino una expresión más de la tramposa actitud del grupo
liquidacionista de utilizar al PSP y a Mariátegui como señuelo a efecto de pescar
algunos incautos para consumar su proyecto de un partido pluriclasista (5), contrario
por principio al Partido de Mariátegui.
En el Manifiesto Comunista, Marx y Engels sostuvieron: “Los comunistas
consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos”.
Por eso, no sorprende que, los
liquidadores –que al convertirse en tales dejaron de ser comunistas– no sean
capaces de plantear francamente sus ideas y sus propósitos; así, desde hace un
tiempo –y a fin de pescar incautos– ocultan
su negación de la filiación marxista-leninista del PSP y de José Carlos
Mariátegui, su conjetura de que este partido tenía dos “niveles” orgánicos
doctrinariamente disímiles entre sí, su pretensión de liquidar el partido de clase
en toda la extensión de la izquierda peruana.
Extendiendo pues el valor del
concepto citado del Manifiesto, la
actitud de los liquidadores se revela como una actitud indigna.
José Carlos Mariátegui señaló: “tenemos la obligación de reivindicar el derecho de la
clase obrera a organizarse en un partido autónomo” (Correspondencia, t.II, p.490).
En cambio
Haya de la Torre dijo: “El Apra es partido, alianza y frente. ¿Imposible? Ya
verá Ud. que sí. No porque en Europa no haya nada parecido no podrá dejar de
haberlo en América” (ibídem, p.378).
Hoy como ayer, la esencia del debate con los
liquidadores es: partido de clase o partido pluriclasista.
Por eso,
siguiendo a Mariátegui, afirmamos: “tenemos la obligación de reivindicar el
derecho del proletariado a organizarse en un partido de clase, y, por esto,
nuestra tarea es Reconstituir el Partido de Mariátegui”.
En cambio,
siguiendo su camino revisionista, los liquidadores dicen: “fundemos un partido
doctrinariamente heterogéneo, un partido-frente, un partido-alianza, y con este
fin utilicemos al PSP y a Mariátegui como señuelo”.
De esta
forma pretenden hacer pasar como de Mariátegui el proyecto de partido de Haya
de la Torre.
Esto revela
la descomposición ideológica, política y moral de los liquidadores.
Así, pues,
el artículo de Velásquez y cien artículos más que puedan escribir él mismo o
algún otro liquidador sobre el PSP y su fundador, siempre serán inútiles, pues siempre se sabrá que detrás de su letra se
encontrará la falsificación de la verdad histórica del PSP y de José Carlos
Mariátegui, o, para decirlo comprimidamente, la negación del partido de clase.
Esto es una
verdad que ninguna falacia puede negar sin revelar una torcida fisonomía
mental.
Notas
[1] Observe el
lector que García reduce el marxismo-leninismo a la condición de una simple
“consigna”, siendo que es un concepto que expresa el desarrollo de la teoría
del proletariado.
[2] Este barato
argumento estadístico (tomado sin rubor del renegado Kautski), y, en general,
las falacias citadas fueron objeto de una puntual crítica de nuestra parte,
ante la cual lo mismo García que sus repetidores no pudieron presentar ni un
solo argumento que al menos pueda llamarse serio.
[3] En realidad,
García se opuso a la Reconstitución desde principios de los años de 1970 con su
ocultismo y la desactivación que llevó a cabo del Comité Regional de Lima del
PCP, y, desde hace más de quince años, renegó de la Reconstitución desde que
comenzó a falsificar la verdad doctrinal y orgánica del PSP. De modo que cuando
finalmente llegó a lo que tenía que llegar: al abandono de la palabra
Reconstitución, fue porque hacía mucho la había renegado como concepto, pues la Reconstitución es la Reconstitución del
Partido de Mariátegui o no es nada.
[4] Expresión de
ello fue que, en 2012, el grupo liquidacionista hizo todo lo posible por
fusionarse con el PCP-Unidad, representante tradicional del revisionismo en
nuestro medio, fracasando sin embargo en el intento.
[5] El
partido de masas que propone García, es un partido pluriclasistanopor el diverso origen de clase de sus
militantes, sino por su diversaposición
ideológica, es decir, es un partido pluriclasista en el sentido
socialdemócrata del término. En esta misma línea, el grupo liquidacionista
pretende hacer pasar el Centenario de la revista Nuestra Época como el Centenario del Socialismo Peruano.
Oportunamente hemos demostrado que ambas cosas no son lo mismo. Pero a fin de
que el lector se percate con toda precisión de qué hay detrás de aquella
pretensión, citaremos una afirmación de Miguel Aragón que Velásquez repite
servilmente, afirmación que expresa el hecho de que los liquidadores no
distinguen entre socialismo reformista y socialismo marxista, o, hablando más
expresivamente, con la cual mezclan tendenciosamente el socialismo reformista y
el socialismo marxista: “el año 1918 [se refiere a la aparición de Nuestra Época]… es un año clave para el
Socialismo Peruano, porque marca la
orientación definitiva deMariátegui” (carta a Miguel Aragón del 29.01.2011;
cursivas y elipsis mías). ¡El socialismo a lo Araquistain de Mariátegui marcó
su “orientación definitiva”! Esta falsificación de la verdad histórica del
proceso ideológico de Mariátegui no reíste el más mínimo análisis: cualquier
marxista con dos dedos de frente sabe que lo que marcó “la orientación
definitiva de Mariátegui” fue su asimilación al marxismo-leninismo en la
segunda mitad de 1920. La afirmación de Aragón, repetida por Velásquez,
demuestra pues algo que hace mucho hemos sostenido: la intención de pasar el Centenario de Nuestra Época por el Centenario
del Socialismo Peruano es diluir el socialismo marxista en el variopinto mapa
del socialismo en general.
02.04.2015.
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