Un Ataque Terrorista en París, un
Mundo de Horrores y la NECESIDAD DE OTRO CAMINO*
David Alfaro Siqueiros, El eco del llanto |
EL 13 DE NOVIEMBRE,
ataques simultáneos en París dejaron al menos 129 personas muertas. Al parecer,
al Estado Islámico (también llamado EIIL, EIIS o Da’ash), el reaccionario
movimiento islamista armado que ahora domina a partes de Siria e Irak, se ha
atribuido el “mérito” de estos ataques. Las víctimas eran gente común y
corriente. Comían en los cafés, asistían a un partido de fútbol o caminaban por
la calle. Había personas de diversos sectores sociales, de Francia y de todo el
mundo. La naturaleza horrorosa y arbitraria de la matanza —la que incluyó la
masacre de 89 personas atrapadas en una sala de conciertos donde tocaba una
banda de rock— sólo podía tener el objetivo de crear un ambiente de caos y
miedo en la sociedad. Y es obvio que llevaron a cabo el ataque, conscientes de
que Francia y Estados Unidos lo invocarían para justificar nuevas rondas de
represión y guerra. Hay que denunciar sin equívocos el cruel horror de los
atentados en París.
Al
mismo tiempo, el presidente de Francia lo declaró un “acto de guerra” y que respondería
“de manera inmisericorde”. Que quede claro: son muy ominosas esta amenaza de
parte de Francia — y las formas en que este ataque se ha apoderado de los
medios de comunicación y la vida política en Estados Unidos desde que ocurrió.
Hay algo que casi a ciencia cierta implica: más guerras y ataques militares en
el Medio Oriente por parte de Francia, las otras potencias europeas y el propio
Estados Unidos, causando aún más muerte y generando muchos refugiados más en
adición a los millones que en efecto ya buscan desesperadamente sobrevivir y
quienes a menudo pierden la vida en el proceso.
Y por
lo tanto se intensifica y acelera la horrorosa dinámica en la que se encuentran
encerradas miles de millones de personas en el mundo de hoy. El mundo clama por
otro camino. Para alcanzar ese otro camino, tenemos que entender en primer
lugar las causas fundamentales de la dinámica que YA está en marcha.
Un MUNDO de horrores
Una vez más, que
quede claro: El ataque en París tenía como objetivo impulsar un programa reaccionario
sembrando el terror. Fue cruel, injusto y horroroso.
Al igual que el bombardeo estadounidense de
un hospital de Médicos sin Fronteras en Afganistán el 3 de octubre —un acto
deliberado de terrorismo de Estado— lo que destruyó un hospital que la gente
necesitaba desesperadamente y segó la vida de una docena de médicos valientes
junto con voluntarios de todo el mundo y pacientes afganis. Desde 2001, la
invasión y ocupación estadounidense de Afganistán ha causado la muerte de
decenas de miles de civiles. Y la invasión y ocupación estadounidense de Irak
—el crisol en que se formó y creció el EIIL— causó la muerte directa de muchas
decenas de miles de personas e “indirecta” de cientos de miles de otros.
Al igual que el atentado terrorista, por el
cual EIIL se adjudicó la responsabilidad, contra un barrio pobre chiíta de
Beirut, El Líbano el 12 de noviembre. Su blanco era una comunidad en la que las
fuerzas islámicas aliadas con el gobierno sirio, Irán y Rusia tienen una base
de apoyo, pero lanzaron las bombas sobre civiles y dejaron docenas de civiles
muertos. La guerra multifacética entre reaccionarias potencias y fuerzas en
contienda en Siria ha causado 250.000 muertes y más de 12 millones de personas
desplazadas de sus hogares a campos de refugiados o la peligrosa travesía a la
persecución y los campos de concentración en Europa.
Al igual que el bombardeo de una fiesta de
bodas en Yemen el 8 de octubre por parte del régimen saudita, armado y
respaldado por Estados Unidos. Esta fue la segunda vez en un mes que
cazas de combate sauditas atacaron a una fiesta de bodas en Yemen, con 30
muertos en esta ocasión. A fines de septiembre, cohetes sauditas cayeron sobre
otra fiesta de bodas en Yemen, con un saldo de 130 muertos. El blanco del reino
de terror saudita es la población civil en las zonas donde las fuerzas
anti-sauditas están en control. Y los sauditas han librado la guerra en Yemen
desde el verano con bombas de racimo suministradas por Estados Unidos —un arma
prohibida en la mayor parte del mundo— para masacrar a miles de civiles, entre
ellos cientos de niños.
Hay que poner fin a todo este ciclo
horroroso e inhumano.
Dos reaccionarios polos de opresión
En
esta situación general, los gobernantes de Estados Unidos se hacen pasar como
“los buenos” del mundo. Encubren el hecho de que su sistema entero sólo puede
funcionar y obrar mediante la explotación brutal e incesante de miles de
millones de personas con el saqueo del medio ambiente y mediante la opresión de
pueblos enteros y de mujeres, la mitad de la humanidad. Insisten que la gente
olvide los cimientos de este imperio en el genocidio y la esclavitud y las
guerras sin fin por imperio por todo el mundo.
Los
fundamentalistas islámicos como el EIIL se hacen pasar como la única fuerza que
se le opone a lo anterior. Su oposición es la de opresores de poca monta con
ganas de ser opresores de pesos pesados. La sociedad que refuerzan incluye la
brutal opresión de las mujeres y la violenta imposición de la ignorancia y la
superstición. Es preciso que nadie con una pizca de justicia tenga algo que ver
con lo anterior y de hecho tiene que oponérsele, con firmeza. La humanidad
efectivamente es capaz de algo mucho mayor: una nueva sociedad, sin explotación
ni opresión.
Como
decimos constantemente en nuestra página web y en nuestro periódico:
“Este
sistema es lo que nos ha metido en la situación en que nos encontramos hoy
y que nos mantiene ahí. Y es por medio de la revolución que se acabe
con este sistema que nosotros mismos podríamos dar origen a un sistema mucho
mejor. El objetivo final de esta revolución es el comunismo: un mundo en
que las personas trabajen y luchen juntas por el bien común... en que todos
contribuyan a la sociedad lo que puedan y reciban lo que necesitan para tener
una vida digna de un ser humano... en que ya no haya divisiones entre las
personas en que algunas gobiernan y oprimen a otras, arrebatándoles no sólo los
medios para obtener una vida digna sino también el conocimiento y un medio para
entender bien el mundo y tomar acciones para cambiarlo.
“Esta
revolución es necesaria y posible a la vez”.
Y,
como también decimos: “Por Bob Avakian y el trabajo que ha hecho durante varias
décadas, de sintetizar las experiencias positivas y negativas de la revolución
comunista hasta hoy y de aprender de una amplia gama de experiencias de la
humanidad, se ha desarrollado una nueva síntesis del comunismo — existen en
realidad una visión y estrategia viables para una sociedad y mundo radicalmente
nuevos y mucho mejores, y existe la dirección crucial que se necesita para
hacer avanzar la lucha hacia ese objetivo”.
Al
leer lo anterior, si se veía atormentado por lo que pasó en París —o sobre lo
que pasó antes en Kunduz o Gaza el año pasado o sobre cualquiera de las decenas
y cientos de otros lugares—, es preciso que investigue el porqué. Este
efectivamente ES un camino para salir de la locura, y todos tienen el deber con
sí mismos, con los demás seres humanos y con el futuro, de explorarlo.
Al
mismo tiempo, en estos momentos, es necesario romper este ciclo de terror y
horror.
Hay que denunciar los ataques despiadados como el de París. Pero que no nos
sumemos a las acciones de nuestros gobernantes para aprovechar esos ataques
para justificar ataques aún peores sino que opongamos resistencia a dichas
acciones. Tenemos que oponer resistencia cuando tomen más medidas represivas
(que según dicen que “nos mantendrán seguros” pero que en realidad intensifican
el problema). Tenemos que oponer resistencia a sus intentos de intensificar sus
invasiones, ataques de aviones no tripulados y bombardeos. Oponer resistencia
cuando azuzan el patriotismo y el prejuicio, como los mezquinos ataques contra
los inmigrantes. Quedarse callado y cómplice ante esta situación es contribuir
al ciclo entero y fortalecer los dos bandos en el choque reaccionario entre el
Occidente y la Jihad.
En ausencia de una alternativa liberadora y
positiva y en ausencia de una oposición decidida y visible en “el Occidente”,
los crímenes de Estados Unidos impulsan a la gente hacia los brazos de la Jihad
reaccionaria.
Lo que se necesita —y lo que es moralmente justo— es una oposición visible y
decidida contra los crímenes de “nuestro gobierno” por parte de nosotros en
Estados Unidos, Francia y otros países imperialistas. Abrir paso hacia otro
mundo y zafarse del círculo vicioso actual requiere que personas en todo el
mundo vean que los gobernantes no hablan por nosotros. Y que tomemos partido
con los intereses de la humanidad.
* Tomado de Periódico
Revolución (PCR). Noviembre 2015. http://revcom.us/a/413/un-ataque-terrorista-en-paris.pdf
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