El
Acuerdo Nuclear Entre Estados Unidos e Irán: 6 Puntos de Orientación*
Periódico Revolución
EL MARTES 14 DE JULIO, la República Islámica de Irán,
por un lado, y Estados Unidos, junto con otras potencias mundiales (Francia,
Gran Bretaña, Alemania, China y Rusia), firmaron un acuerdo importante que se
forjó durante años. El acuerdo se centra en reducir y restringir los programas
de enriquecimiento y tecnología nucleares de Irán a cambio de levantar las
sanciones económicas de la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea contra Irán.
El acuerdo representa un paso estratégico importante de Estados Unidos, Irán y
otras potencias mundiales, y tiene el potencial de grandes ramificaciones
regionales y mundiales, aunque está lejos de ser claro cómo va a desarrollar.
Revolución hará un análisis más completo de este acuerdo en los
próximos días, pero a continuación presentamos unos puntos de orientación
iniciales y básicos para comprender y actuar en relación con este importante
evento:
1. El presidente Obama dice que este acuerdo impedirá
la guerra y detendrá la propagación de las armas nucleares. Pero el acuerdo no
se trata de ponerle fin al peligro de las armas nucleares ni del conflicto
nuclear, ni va a hacerlo. Irán no tiene armas nucleares. Si Irán desarrollara
armas nucleares, eso sería sumamente desestabilizador en el Medio Oriente en
formas que no desean Estados Unidos y sus aliados, incluyendo Israel. Y no está
en los intereses del pueblo del mundo que cualquier país tenga armas
nucleares. Pero si uno quiere saber quién representa el mayor peligro de
terrorismo nuclear, Estados Unidos tiene miles de armas nucleares, y su íntimo
aliado Israel tiene cientos y se ha negado a someterse a ninguna
inspección y control internacional. Los dos han afirmado repetidamente su
derecho a utilizar la fuerza militar en cualquier lugar que consideren
oportuno. Así que, una vez más, ¿quién es la mayor amenaza nuclear en la
tierra?
2. De acuerdo con las condiciones de este acuerdo, Irán
hará grandes recortes y cambios en su programa nuclear (reduciendo sus reservas
de uranio ligeramente enriquecido en un 98 por ciento, reduciendo en dos
tercios el número de centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio en
operación, y reestructurando reactores clave). Irán también se someterá a inspecciones
de sus instalaciones nucleares a cualquier hora, y posiblemente de otros sitios
militares y de investigación — ¡inspecciones que ninguna figura política de
Estados Unidos en absoluto aceptará para el programa nuclear estadounidense! A
cambio, levantarán algunas de las sanciones clave contra Irán cuando cumpla con
estos términos, y Obama afirma que pueden volver a imponer las sanciones en un
abrir y cerrar de ojos si Estados Unidos y sus aliados deciden que Irán ha
violado el acuerdo. La República Islámica de Irán también recibe un cierto
reconocimiento de su legitimidad, con la puerta abierta para una mayor
cooperación y coordinación entre una superpotencia reaccionaria y una potencia
regional reaccionaria donde tienen intereses en común, en la región y tal vez
más allá. Han impulsado este acuerdo las necesidades profundas que enfrentan
cada lado. Para Estados Unidos, las crecientes dificultades que enfrenta en el
Medio Oriente son enmarcadas y moldeadas por graves retos a nivel mundial de
parte de otras grandes potencias, sus rivales. Para el sector predominante de
los gobernantes fundamentalistas islámicos de Irán, ven el acuerdo como una
forma de aliviar la crisis económica y el descontento social, y promover sus
aspiraciones para ser una potencia opresiva regional aún más grande.
3. Las sanciones económicas de Estados Unidos, la ONU y
la Unión Europea contra Irán nunca tenían simplemente el objetivo de detener el
programa nuclear de Irán; su objetivo era crear sufrimiento y descontento entre
el pueblo iraní con el fin de debilitar y posiblemente desestabilizar al
régimen iraní. Las sanciones paralizaron la economía de Irán, causando el
desempleo masivo. El bloqueo de importaciones vitalmente necesarias como
alimentos y medicinas ha tenido efectos devastadores. Irán es un país de 80
millones de personas, y las sanciones han perjudicado gravemente a muchos
millones de ellas. Muchos cientos, quizás miles, de ellas han muerto.
Perjudicar deliberadamente a la población civil constituye el castigo colectivo
y un crimen de lesa humanidad. Así es la “diplomacia” imperialista.
4. Varias fuerzas de las clases dominantes de Estados
Unidos e Irán, así como Israel, han presentado objeciones virulentas contra el
acuerdo. Un análisis de los varios argumentos de las distintas facciones de
estas clases dominantes está más allá del alcance de estos puntos de
orientación, pero parece que estas diferencias sobre el acuerdo nuclear
compenetran con fuertes conflictos dentro de los establecimientos políticos de
Estados Unidos e Irán sobre una amplia gama de temas. (En cuanto a Estados
Unidos, vea Bob Avakian, “La
guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época
actual”).
5. No hay nada bueno para la humanidad en ninguna parte
de este acuerdo. No tiene nada que ver con ponerle fin al sufrimiento, las
privaciones, los conflictos y las guerras en la región o a nivel mundial. Al
contrario, es un intento de parte de Estados Unidos, Irán y unas otras
potencias mundiales para mantener el orden político-económico que es
responsable de la horrenda ola de muerte y sufrimiento que está arrasando el
norte de África y el Medio Oriente: el capitalismo global, así como el reaccionario
fundamentalismo islámico que la República Islámica de Irán encarna.
6. Los acontecimientos en el Medio Oriente y otros
lugares demuestran que los gobernantes de Estados Unidos e Irán no son
todopoderosos. En sus grandes proyectos les salió el tiro por la culata, y se
encuentran en graves problemas y sin soluciones fundamentales a los horrores
que ellos mismos han creado. La revolución comunista es el único camino para
salir de esta locura, y es urgente hacer la revolución lo más pronto posible y luchar
por la revolución en todas partes mediante la difusión en todo el mundo de la
nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian, la que está encapsulada en EL
COMUNISMO: EL COMIENZO DE UNA NUEVA ETAPA — Un manifiesto del Partido Comunista
Revolucionario, Estados Unidos (disponible en siete idiomas), y de revcom.us, para
establecer otro polo liberador para la humanidad. Existen partidos comunistas
de vanguardia en ambos países que están trabajando concretamente para la
revolución: el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos y el Partido
Comunista de Irán (Marxista-Leninista-Maoísta). Hacer la revolución es un
desafío serio y difícil, pero es posible y la única manera REAL de romper con
las “alternativas” que los gobernantes de Estados Unidos o de la República
Islámica de Irán presentan.
*Tomado del Periódico Revolución, 17 de julio de 2015.
Hablemos
claro sobre el Papa y el cambio climático
Raymond Lotta
EL
PAPA FRANCISCO, líder de la Iglesia Católica, ha publicado una importante
encíclica (documento) sobre el cambio climático. Denuncia la contaminación, la
pérdida de la biodiversidad, el peligro a los sistemas de agua. Declara que “La
tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de
porquería”. Reconoce que el cambio climático sí existe y se refiere a algunos
hallazgos científicos. Convoca a la sociedad humana a “pasar del consumo al
sacrificio, de la avidez a la generosidad, del desperdicio a la capacidad de
compartir”.
Muchas
personas en el movimiento ecológico, entre ellas algunas de sus figuras más
prominentes, han aclamado la encíclica como un “punto de inflexión”. Se dice
que una de las voces religiosas-morales más influyentes del mundo ahora hace
soñar [sic] la alarma sobre el clima, que él está abriendo el discurso en la
Iglesia a la ciencia del calentamiento global, y que es única su capacidad de
inspirar y mover la política pública en el rumbo correcto. Además, se
argumenta, ese documento podría ser nuestra mejor esperanza para detener la
destrucción del planeta antes de que sea muy tarde: apelando a los líderes
mundiales y presionándolos a tomar la acción decisiva. Por lo que debemos
aplaudir la encíclica papal sobre el cambio climático. Al cual respondimos…
NO,
NO, NO.
1.
¿Por qué el papa publicó ese documento?
Miremos
el contexto mayor. La crisis climática ha acelerado de manera muy peligrosa
durante los últimos 25 años. Las emisiones de gases de efecto invernadero han
aumentado en un 60 por ciento. El derretimiento de hielo en los polos ártico y
antártico está provocando la elevación del nivel del mar. El calentamiento
global está disminuyendo el abasto de alimentos a nivel mundial. Ya para
mañana, habrán muerto casi mil niños más, en los países pobres en su abrumadora
mayoría, como consecuencia de los efectos multifacéticos del calentamiento
global.1
Por
todo el mundo se está creciendo una ola de resistencia y lucha para salvar el
planeta. Activistas ambientalistas han sido arrestados, amenazados y
hostigados. Entre sectores cada vez más amplios y diversos, se vislumbra el
catástrofe que se aproxima al no cambiarse dramática y drásticamente el rumbo
de las cosas. Se plasma una amplia insatisfacción con las acciones y programas
de gobiernos, países y los que ocupan los asientos del poder del mundo. Los
poderosos quieren canalizar hacia callejones sin salida ese gran manantial de
inquietud sobre el futuro del planeta.
Es
en las naciones oprimidas y empobrecidas del “Sur Global” donde la Iglesia
Católica tiene el mayor número de adherentes. También en esas mismas regiones,
las sequías, inundaciones y hambrunas han hecho el peor daño — y cobrarán un
precio cada vez más horrendo en términos humanos y ecológicos, al
intensificarse el cambio climático. Al mismo tiempo, la economía global
imperialista ha creado un planeta de vastas zonas de miseria y niveles
grotescos de desigualdad.
Eso
es el contexto mayor en el cual el papa ha publicado su documento de 182
páginas sobre el cambio climático (“Laudato Si”). El papa vislumbra que se
avecinan tormentas, literal y figuradamente: “no pensemos sólo en la
posibilidad de terribles fenómenos climáticos o en grandes desastres naturales,
sino también en catástrofes derivadas de crisis sociales”. (Se le
añadió el énfasis.) Esta preocupación va de la mano con el punto de vista de la
administración de Obama y del Departamento de Defensa de que hay que elevar el cambio
climático global al nivel de un asunto de seguridad global.
Los
que detentan el poder se preocupan por los efectos del calentamiento global y
la desigualdad económica en el funcionamiento de su sistema y en la estabilidad
social. Responden a esta crisis desde dentro del marco de apuntalar, defender
e intensificar el mismo sistema global que está destruyendo el medio ambiente.
Para
tratar de verdad la crisis ecológica y actuar en consecuencia no requiere
salvaguardar este sistema, ni restaurar la decreciente fe en ello, sino al
contrario requiere reestructurar lo más radicalmente posible la sociedad y la
economía. Lo que el papa está haciendo está en contra de eso.
2.
¿El papa confronta y se opone a la verdadera causa del calentamiento global y
la crisis ambiental mayor que amenaza la vida en este planeta? ¿O es su punto
de partida la defensa de todo eso?
El
papa hace ciertas críticas cuidadosas de la devastación que el capitalismo ha
provocado en los ecosistemas. Sin embargo, echa la culpa de la crisis ambiental
a un “paradigma tecnocrática dominante” que se deriva del “poder”. Con
“paradigma tecnocrática” él quiere decir el enfoque científico y tecnológico a
solucionar los problemas de la sociedad y a ganar posesión y maestría sobre la
naturaleza.
En
su encíclica, el papa no condena el sistema económico-social-político del
capitalismo y cómo este sistema ha ocupado y ocupa la tecnología para
explotar y dominar a seres humanos y saquear el planeta. Al contrario, condena
la “actividad humana” en lo abstracto, el camino pecaminoso del hombre, y los excesos
e iniquidades del orden económico capitalista actual.
La
posición del papel es una expresión calculada de inquietud, una crítica
calculada de algunos de los efectos del capitalismo. Acuérdense, la Iglesia, su
adoctrinamiento central y su papel ideológico esclavizador en la sociedad
explotador, no han cambiado durante dos milenios. Pero ¡el mundo social y el
mundo natural sí han cambiado! Así que la Iglesia tiene que ponerse una cara
poquito diferente y publicar un mensaje un poco diferente con fin de mantener
su legitimidad y preservar su control sofocante sobre vastas cantidades de
seres humanos oprimidos.
En
última instancia, la encíclica papal tiene el fin de convencer a las personas
que el capitalismo —con sus gobiernos, enormes monopolios e instituciones
financieras— no es el problema.
Sin
embargo, es precisamente el sistema de capitalismo —basado en la explotación e
impulsado por el lucro y la competición— lo que obliga a las corporaciones y
bancos a expandir o morir. Es este sistema que convierte la naturaleza en un
insumo ilimitado para la producción lucrativa.
Es
el capitalismo, y la necesidad estratégica de aventajar y ganar a todo rival,
lo que obliga a bloques de capital y a estados capitalista-imperialistas a
husmear y acaparar hasta la última gota de combustible fósil. Solamente en los
últimos seis meses, Obama, el “presidente ecologista”, ha autorizado nuevos
pozos petroleros en el Ártico y en el mar de la costa atlántica media de
Estados Unidos.
Defender
todo eso, desorientando a la gente y apaciguando las “crisis sociales” (¡lo que
es un elemento esencial para salvar el planeta!) es el objetivo y el papel
concreto de la encíclica papal.
3.
¿El papa ofrece una oposición o una solución concreta al desastre ecológico que
se avecina?
No,
ninguna. Pide diálogo internacional. Critica las negociaciones internacionales
recientes por falta de resultados. Pronuncia exhortaciones insípidas y vacías
en pro de algún tipo de sistema internacional “de gobernanza” para proteger
ecosistemas.
A
las masas ofrece el siguiente mensaje:
“Sólo a partir del cultivo de sólidas
virtudes es posible la donación de sí en un compromiso ecológico... No hay que
pensar que esos esfuerzos no van a cambiar el mundo. Esas acciones derraman un
bien en la sociedad que siempre produce frutos más allá de lo que se pueda
constatar, porque provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende
a difundirse, a veces invisiblemente”. Ese mensaje aconseja a resignarse ante
las estructuras capitalistas actuales de poder y control.
El
papa reconoce el sufrimiento pero dice a la gente que busque sustento en las
tradiciones de la Iglesia y en las instituciones tradiciones de la sociedad,
como la familia patriarcal, que han sido fundacional para el entramado y el
funcionamiento opresivos de la sociedad. Y tomen nota: en un documento sobre el
cambio climático, el papa se asegura de denunciar el control de natalidad y el
aborto. Pide renovación espiritual y “ascetismo” (renunciación de bienes
terrenales). Lo mismo que siempre ha aconsejado la Iglesia a los pobres que
quedan sin comer: confórmense, al cabo es el destino.
El
papa ensalza las organizaciones de la sociedad civil por concientizar sobre la
crisis climática. Pero en ninguna parte, dios no lo quiera, responde a la
urgencia del momento, convocando al pueblo a ponerse de pie, salir de los
confines del sistema y actuar para salvar el planeta.
4.
Algunas fuerzas progresistas dicen, efectivamente, pueda que el documento tenga
deficiencias. Pero el mero hecho de que el papa se haya declarado,
especialmente al empeorarse la crisis global climática — tiene que ser algo
bueno, algo para abrazar y utilizar.
No,
no lo es. He aquí un programa mayor... para comerte mejor. Cierto, el papa está
diciendo cosas sobre la ciencia y la crisis ecológica que la Iglesia nunca ya
dijo antes. Está diciendo que los gobiernos no han hecho lo suficiente y que
hace falta hacer mucho más.
Pero
el papa no está actuando para salvar el planeta; está actuando para
salvar el sistema que lo está destruyendo.
Pretende
engañar a la gente de que sea posible suplicar y presionar a los gobiernos
capitalistas dominantes a hacer lo correcto. Aboga por seguir el camino de
pedir medidas más decisivas que limiten el calentamiento global dentro del
marco del sistema actual, en combinación con espiritualidad cristiana. Intenta
convencer a la gente de “mantener la fe” en el sistema — en un momento cuando
la confianza popular en el sistema se debilita... en un momento cuando lo que
urge es que la gente rompa con las cadenas ideológicas del sistema.
Ahora
bien, a muchas personas de todo tipo, que incluyen personas con motivaciones
religiosas, les importa muchísimo el planeta. Eso es algo positivo. Pero
efectivamente las personas tienen una responsabilidad de enfrentar la realidad
así como es. Enfrentarla obliga a uno a reconocer que tratar esta situación con
siquiera algo de efectividad requiere una lucha enorme y dura.
Hablemos
francamente: no basta con manejar con auto híbrido... o a “invertir
socialmente” en lo solar (que ahora se promociona, obscenamente, como industria
lucrativa)... o a reducir las emisiones de carbono del individuo. Es
pensamiento mágico y desastroso imaginarnos de que se pueda convencer a los que
reinan sobre esta sociedad, cuyo sistema ha causado esta emergencia ambiental,
que la sostenibilidad ecológica de alguna forma “les conviene”.
Bob
Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, expresa
contundentemente el reto moral y epistemológico ante la gente:
Siga
sus propias convicciones —de que son intolerables los ultrajes que le
conmueven— a su conclusión lógica y esté resuelto a no cejar hasta que sean
eliminados dichos ultrajes. Además, si al hacer eso así como al conocer otros
ultrajes, y las ideas acerca de la manera en que todo eso se articula y surge
de una fuente común —y la manera en que se podría poner fin a todo eso y crear
algo mucho mejor— si todo eso lleva en la dirección de ver no sólo la necesidad
de una resistencia resuelta y osada sino también la necesidad de la revolución
y en lo fundamental el comunismo, pues no le dé la espalda a todo eso debido a
que eso le hace salir de su espacio de seguridad y comodidad, a que eso desafía
lo que han sido sus sentidas creencias o debido a prejuicios y calumnias. Al
contrario, busque activamente conocer más acerca de esta posible solución. De
ahí, actúe en consecuencia. (De "Una Invitación, de Bob Avakian")
La
encíclica del papa y semejantes pronunciamientos de los de arriba o los muy
influyentes en el movimiento ecológico que reconocen una parte del
tamaño del problema pero no la necesidad de librar una lucha masiva y
determinada, no sólo son inútiles, hacen mucho daño.
Requerirá
una LUCHA, una lucha que debe INTENSIFICARSE hasta un nivel completamente
nuevo, para alcanzar una trayectoria de actuar efectivamente para PONER FIN a
la destrucción del planeta.
5.
El capitalismo está destruyendo el planeta... Sólo la revolución puede salvar
el planeta
La
única manera posible de dar a luz un futuro diferente para la humanidad, las
especies y todo el planeta es la revolución comunista. Solamente al derrocar
por completo y eliminar el capitalismo será posible crear una sociedad y un
mundo en que podría vivir como guardianes en vez de saqueadores de la
naturaleza. Solamente una economía socialista sostenible y una sociedad
liberadora, con prioridades y valores muy diferentes, posibilitarían movilizar
el conocimiento y el potencial creativo de la gente y dedicar los recursos
necesarios a bregar de verdad con la crisis climática — a la escala y con la
urgencia que se requiere.
No
será fácil. Pero es nuestra única oportunidad de lograr una sociedad
verdaderamente sostenible — y de restaurar lo que se pueda restaurar de los
ecosistemas de la Tierra y de adaptar en maneras que beneficien a la humanidad.
Cómo
se vería dicha sociedad, y cómo funcionaría un poder estatal nuevo y
radicalmente diferente, se detalla en la Constitución para la Nueva República Socialista en América
del Norte (Proyecto de texto)
del PCR, Estados Unidos.
Es
más, no estamos esperando simplemente. Estamos trabajando y organizando
activamente en ese sentido hoy en día. Estamos construyendo un movimiento para
una revolución concreta.
(*) Tomado del periódico Revolución, 18 de julio de 2015.
1. Climate Vulnerability
Monitor: A Guide to the Cold Calculus of a Hot Planet, 2nd Edition
(Madrid: DARA Internacional, 2012).
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