sábado, 1 de agosto de 2015

Ciencias Naturales

Las Razas Humanas

(Segunda Parte)

M.F. Niesturj


El grupo moreno, europeoide meridional, está formado por la mayoría de los habitantes de España, Francia, Italia, Suiza, Alemania del sur y los Balcanes.

La gran raza asio-americana o mongoloide (amarilla), presenta un conjunto de rasgos que la distinguen de las razas negro-australoide y europeoide: la mayor parte de los representantes de esta raza tienen piel oscura o amarillenta; los ojos son castaño-oscuros; el cabello es negro, lacio y tupido; por regla general no tie­nen barba ni bigotes: presentan poco vello; es típico de los mongoloides el plie­gue (denominado epicanto), muy patente y emplazado de un modo especial, del párpado superior, que cubre al ángulo interior del ojo y determina la posición un tanto oblicua de la abertura visual; la cara es, relativamente, bastante plana; los pómulos están muy separados; no sobresalen mucho la prominencia mentoniana ni los maxilares en general: la nariz comúnmente es estrecha, pero el puen­te es bajo; los labios son de grosor medio; en su mayoría son de talla media o inferior a la media.

Este conjunto de rasgos suele hallarse frecuentemente, por ejemplo, entre los chinos del norte, que son mongoloides típicos aun cuando de mayor talla. Otros mongoloides son de labios más gruesos, o más finos, cabello menos tupido y estatura menor a la normal. Los indios americanos ocupan un lugar especial, pues muchos rasgos los aproximan a la gran raza europeoide.

En la humanidad existen grupos de origen mixto. Uno de éstos es el de Laponia-Urales, al que pertenecen los lapones, de piel amarillenta y pelo negro y lacio. Las peculiaridades físicas de esos habitantes del extremo septentrional de Europa combinan rasgos de las razas europeoide y mongoloide.

Hay, asimismo, grupos que presentan gran similitud con otras dos razas claramente diferentes entre sí. En estos casos la afinidad no se debe tanto al cru­zamiento, como a una antigua relación. Constituye un ejemplo el grupo de tipos etiópicos, que combina rasgos negroides y europeoides y tiene el carácter de raza intermedia. Es el etiópico un grupo muy antiguo. La combinación de dos grandes razas en un grupo pone claramente de manifiesto que las mismas formaban otrora un todo único. Muchos habitantes de Abisinia pertenecen al grupo etiópico.

En general, la humanidad se divide en veinticinco o treinta grupos raciales. No obstante, constituye un todo único, ya que existen grupos intermedios o mix­tos (transicionales) de tipos antropológicos entre las grandes razas.

La mayor parte de las razas humanas y grupos de tipos ocupan, cada uno, un territorio común determinado, en el cual esa parte de la humanidad surgió y se desarrolló históricamente.

Pero en muchos casos cierta parte de tal o cual raza, en virtud de las condi­ciones históricas, ha emigrado a regiones vecinas, o aun lejanas. En algunos ca­sos ciertas razas han perdido todo contacto con su habitat original o una parte considerable de las mismas ha sido aniquilada.

Como hemos visto, aproximadamente la misma combinación de peculiari­dades físicas hereditarias, relacionadas con el aspecto exterior de los individuos, caracteriza a la mayoría de los representantes de una raza. Pero se ha establecido, no obstante, que las características raciales cambian, tanto en el curso del desa­rrollo individual como en el de la evolución.

Los representantes de cualquiera de las razas humanas, a raíz de su común origen, son más afines entre sí que con los integrantes de otras razas.

Hay grandes diferencias individuales entre los miembros de un grupo racial y los límites entre las diferentes razas por lo general no están bien definidos. De este modo cada raza se relaciona con otra por series de transiciones impercepti­bles. En muchos casos es difícil determinar de qué razas se compone la población de un país o todo un grupo de poblaciones.

Se determinan las características raciales y sus variaciones individuales con la ayuda de instrumentos especiales y mediante métodos elaborados por antro­pólogos. Comúnmente se miden y examinan cientos y aun miles de representan­tes del grupo racial. Este método facilita un cuadro bastante exacto de la compo­sición racial de un pueblo determinado, el grado de pureza o mezcla de los tipos raciales, pero no permite incluir en una u otra raza a todos los individuos exa­minados. Esto se debe a que en algunos individuos las características raciales son poco manifiestas o a que esas personas son el resultado de cruzamientos.


Frecuentemente las características raciales varían en el curso de una vida humana. A veces las subdivisiones raciales cambian sus rasgos específicos en un período poco prolongado. En los últimos cien años, por ejemplo, ha cambiado la forma de la cabeza en muchos grupos humanos. Franz Boas, el eminente antro­pólogo progresista norteamericano, estableció que, dentro de los grupos racia­les, la forma de los cráneos cambia mucho más rápidamente, por ejemplo, cuando aquéllos migran de una parte del mundo a otra, como ha sido el caso de los inmigrantes europeos en América.

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