sábado, 6 de octubre de 2012


El Desmonte de una Conspiración Contra Mariátegui y el PSP

Eduardo Ibarra


En un folleto de Ramón García, hay una curiosa lista de “representantes” de la “Primera Generación 1920-1945”, se entiende que del “Socialismo Peruano”, preparada por Miguel Aragón, y asumida, inútil decirlo, por el autor del folleto (1). Decimos “curiosa”, porque ahí aparecen algunos personajes que no tuvieron que ver con el marxismo. En las presentes notas, sin embargo, nos limitaremos al caso de Magda Portal, particularmente ilustrativo de la tendenciosidad de la lista.

En la polémica de los años veinte con el aprismo naciente, Magda Portal tomó decidida posición a favor de Haya de la Torre y, obviamente, en contra del socialismo marxista de José Carlos Mariátegui. La Portal renunció al Apra recién en 1948.

Pero, a más de ser, durante su militancia aprista, contraria al marxismo, la Portal fue también enemiga personal de Mariátegui, tal como quedó demostrado cuando, a poco de fallecido el maestro, publicó un artículo en el cual, entre otras cosas, le llamó “paralítico” (2). 

No obstante estos hechos, que son de conocimiento general, Aragón y García consideran que Magda Portal es una representante de “la primera generación del Socialismo Peruano”. ¡Ni más ni menos!

Pero esa flagrante arbitrariedad no es la única en la lista. Quienquiera que la examine, puede comprobar que ahí aparecen otros antimarxistas y algunos no marxistas, así como que hay, también, ciertas ausencias (3). Lo primero se deriva de la intención de amalgamar las primeras generaciones del socialismo reformista y del socialismo marxista, y, lo segundo, de la mala conciencia del autor de la lista y del publicista de la misma. 

Pues bien, lo señalado hasta aquí da la pauta de la intención del grupo de García: tergiversar la verdad histórica del Socialismo Peruano, mixtificar su carácter doctrinal, disolver el socialismo marxista en el variopinto socialismo en general.

Esto, sin ninguna duda, es una CONFABULACIÓN-CONSPIRACIÓN CONTRA MARIÁTEGUI Y EL PSP.

¿Por qué contra Mariátegui? Porque, si bien el maestro utilizó el término socialismo tanto en su sentido elástico como en su sentido estricto de clase, cuando se refirió al tipo de socialismo que hay que crear heroicamente en América –y por tanto en el Perú–, y, concretamente, cuando, en la Advertencia a los 7 Ensayos, expresó su determinación de concurrir a la creación del Socialismo Peruano, se refirió, como es obvio, al socialismo de clase, proletario, marxista, y no a ningún otro tipo de socialismo. Por consiguiente, considerar que el Socialismo Peruano comprende el variopinto mapa del socialismo en general, es, sencillamente, negar el concepto mariateguiano.  

¿Por qué contra el PSP? Porque, al considerar a la antimarxista Magda Portal, a otros antimarxistas y algunos no marxistas, Aragón y García (y con ellos todos los que, por una causa u otra, se limitan a repetir acríticamente el amaño), buscan cuestionar el carácter de clase, marxista-leninista, del partido fundado por Mariátegui. La lista del mencionado binomio (binomio hasta ayer), encierra un cuestionamiento de la decisión orgánica del grupo fundador del PSP. ¿Cuál decisión? La decisión de incorporar al Partido a unas personas, pero no a otras. Esta decisión se derivó, por cierto, de la adhesión de Mariátegui y su grupo al socialismo marxista y de su rechazo al socialismo reformista. Así se comprende por qué algunos de los personajes que aparecen en la lista de Aragón-García, no fueron incorporados al PSP. Así se comprende, en un plano más general, por qué los socialistas reformistas que venían de las experiencias de la revista Nuestra Época, del Comité de Propaganda y Organización Socialistas y del diario La Razón, no fueron asimilados al PSP. Todo esto prueba, de un modo irrefutable, que este partido fue un partido de clase, marxista-leninista, y no un partido del variopinto socialismo en general (4).

De lo afirmado se desprende que el Socialismo Peruano (el de Mariátegui, valga la precisión), cumple su aniversario en marzo, pues, en este mes de 1921, con la escritura del artículo El cisma del socialismo, el maestro dio inicio a su Creación Heroica, es decir, a su Creación Marxista. Es claro, por tanto, que el Centenario del Socialismo Peruano se cumple en 2021.

Por supuesto, el punto de arranque del socialismo de Mariátegui, así en general, es la revista Nuestra Época, “fuertemente influenciada por España, la revista de Araquistain”, como el maestro mismo puntualizó con ejemplar honestidad en la hoja de vida Del Autor. Por eso, si de la orientación socialista en general de Mariátegui se trata, puede y debe celebrarse el aniversario de Nuestra Época, pero sin confundirlo con el aniversario del Socialismo Peruano. Hacer pasar el aniversario de Nuestra Época por el aniversario del Socialismo Peruano, es utilizar a Mariátegui como coartada a fin de diluir el socialismo marxista en el variopinto socialismo en general.

¿Por qué el aniversario de Nuestra Época no es el aniversario del Socialismo Peruano? Porque, el Socialismo Peruano, es el socialismo marxista y peruano en la medida en que es la fructificación de la verdad universal en nuestra realidad particular. (5). Como bien se sabe, la asimilación de     Mariátegui al marxismo data de su viaje a Europa, y, concretamente, del período julio-diciembre de 1920. Cualquier partidario consciente de la dialéctica sabe que esta asimilación comportó un salto en la orientación socialista general de Mariátegui: del socialismo reformista al socialismo marxista. Es decir, que significó una ruptura. Precisamente esta ruptura se expresó en el artículo El cisma del socialismo, y, por tanto, puede entenderse que no fue casual que el maestro eligiera el tema de dicho artículo para, en un solo acto, expresar su ruptura con el socialismo reformista y su adhesión al socialismo marxista.

Asimismo, puede entenderse que tampoco fue casual que, dos años después, al regresar al Perú “con el propósito de trabajar por la organización de un partido de clase”, lo primero que hizo el maestro, ante un auditorio de obreros y estudiantes, fue renovar su ruptura con el socialismo reformista y su adhesión al socialismo marxista (6). Esto no es un dato menor en su biografía política.

Sin embargo de lo precisado, Ramón García silencia la ruptura de Mariátegui con el socialismo reformista. En su nota titulada Por qué creación heroica, 12.08.10, elude completamente referirse a este hecho (7), que, como lo sabe todo marxista, marcó un hito fundamental en el proceso ideológico de Mariátegui, y, asimismo, con sus consecuencias en la práctica, un hito igualmente fundamental en la historia del proletariado peruano. Es un hecho fuera de discusión que la Creación Heroica de Mariátegui no hubiera sido posible sin su asimilación al marxismo. Del mismo modo, es un hecho igualmente indiscutible que sólo con el socialismo marxista el proletariado peruano alcanzó conciencia de su misión histórica y de las condiciones de su realización (8).

Huelga señalar que el silenciamiento que comete García no es casual ni inocente: con él intenta borrar de la conciencia de los marxistas peruanos (ya la borró de la conciencia de sus partidarios), la trascendental ruptura de Mariátegui con el socialismo reformista, y, de esta forma, sentar una base para su partido-amalgama.

En La carta que no se envió: Testimonio inédito de Anna Chiappe de Mariátegui y en Algunas observaciones a Magda Portal, Javier Mariátegui y Anna Chiappe, respectivamente, dan prueba de su consecuencia con respecto a José Carlos Mariátegui. El lector reflexivo, objetivo, honrado, puede comparar esa consecuencia –ideológica, y no puramente familiar– con la consideración de que la adversaria y ofensora de Mariátegui es una representante de la primera generación del Socialismo Peruano, y, de este modo, sacar sus propias conclusiones.

Pues bien, la CONFABULACIÓN-CONSPIRACIÓN que hemos examinado, breve pero suficientemente, da cuenta, por sí misma, de la posición antimariateguiana de García y su grupo. Su recurso de utilizar a Mariátegui como coartada no impide ni puede impedir al lector perspicaz reconocer esta verdad, aunque, en alguna medida, pueda afrontar la dificultad que significa que esa oposición, relativa a cuestiones fundamentales dirimentes, se da no desde afuera de la fortaleza mariateguiana, sino desde adentro.
  
Ahora, pues, luego de lo esclarecido, puede comprenderse mejor que el “socialismo peruano” que levanta dicho grupo no es el Socialismo Peruano, de clase, marxista-leninista, de Mariátegui.  

Ahora puede comprenderse mejor por qué pretende celebrar el centenario del socialismo reformista, y no el Centenario del Socialismo Peruano.

Ahora puede comprenderse mejor su negación del marxismo-leninismo; su negación de la identidad marxista-leninista de Mariátegui y del Partido Socialista del Perú; su proyecto de un partido-amalgama vía tergiversación del contenido de la frase mariateguiana “partido de masas y de ideas”.

AHORA, HABIÉNDOSELE CAÍDO LA CARETA, PUEDE VERSE EL VERDADERO ROSTRO DEL GRUPO DE GARCÍA.

Pues bien, la CONFABULACIÓN-CONSPIRACIÓN CONTRA MARIÁTEGUI Y EL PSP, es un caso, entre otros muchos, de lo que, confusionistamente, dicho grupo llama “mirar adelante, no atrás”.

Juzgue, pues, el lector.  


Notas:
[1] A dónde va el Perú, Ediciones Perú Integral, Lima, 2001, p.61.
[2] El artículo, titulado La trayectoria de José Carlos Mariátegui, apareció en el número 2 de la revista chilena Índice. Es menester señalar que aquí no juzgamos a Magda Portal como poeta, como intelectual, sino como activa militante del Apra hasta el II Congreso de este partido realizado en 1948.  
[3] Esos otros casos –y las ausencias– son analizados en un capítulo de nuestro libro La creación heroica de Mariátegui y el socialismo peruano, aún inédito. Es menester señalar que el aludido amalgamiento de las primeras generaciones del socialismo reformista y del socialismo marxista, será objeto de tratamiento específico.
[4] Ciertamente hay que saber leer a Mariátegui. El editorial Aniversario y balance (setiembre de 1928) y la fundación del Partido Socialista del Perú (octubre del mismo año), guardan una relación intrínseca y, por esto, esclarecedora. En el editorial, Mariátegui señaló: “En la lucha entre dos sistemas, entre dos ideas, no se nos ocurre sentirnos espectadores ni inventar un tercer término. La originalidad a ultranza, es una preocupación literaria y anárquica. En nuestra bandera, inscribimos esta sola, sencilla y grande palabra: Socialismo. (Con este lema afirmamos nuestra absoluta independencia frente a la idea de un Partido Nacionalista, pequeño burgués y demagógico)” (OC, t.13, Empresa Editora Amauta, Lima, 1975, p.247). ¿Qué significado tiene aquí la palabra socialismo? Para resolver esta interrogante, hay que tener en cuenta lo que sigue: “‘Nueva generación’, ‘nuevo espíritu’, ‘nueva sensibilidad’, todos estos términos han envejecido. Lo mismo hay que decir de estos otros rótulos: ‘vanguardia’, ‘izquierda’, ‘renovación’. Fueron nuevos y buenos en su hora. Nos hemos servido de ellos para establecer demarcaciones provisionales, por razones contingentes de topografía y orientación. Hoy resultan ya demasiado genéricos y anfibológicos. Bajo estos rótulos empiezan a pasar gruesos contrabandos. La nueva generación no será efectivamente nueva sino en la medida en que sepa ser, en fin, adulta, creadora” (ibídem, p.248). Estos conceptos dan cuenta de que Mariátegui trazaba una línea demarcatoria entre la “nueva generación”, así a secas, que, en su momento, había representado “una nueva actitud espiritual” con respecto al colonidismo (primera generación del socialismo reformista), y “la nueva generación” “adulta, creadora” (primera generación del socialismo marxista). Al declarar Mariátegui que, “Para ser fiel a la Revolución, [a Amauta] le basta ser una revista socialista”, estaba señalando que su revista se declaraba categóricamente marxista. (En Antecedentes y desarrollo de la acción clasista, señaló inequívocamente: “‘Amauta’, en su Nº17, el de su segundo aniversario, declara cumplido el proceso de ‘definición ideológica’, afirmándose, categóricamente, marxista”). Entonces, es claro que ese proceso de definición ideológica sirvió para deslindar, categóricamente, con los diversos matices del socialismo reformista, incluida la tendencia aprista. Por eso, al mes siguiente, en los Principios programáticos del Partido Socialista, el maestro estableció el marxismo-leninismo como su base de unidad. Así pues, tanto en Aniversario y balance como en los Principios programáticos… y en el título del Partido, el término socialismo tiene el significado de socialismo marxista, y no de socialismo en general. Esto es una verdad elemental, y no tenemos la culpa de que, en pleno debate ideológico, sea necesario todavía explicarla.
[5] En la carta a Samuel Glusberg del 10 de enero de 1928, Mariátegui sostuvo: “A mi vuelta al Perú, en 1923, en reportajes, conferencias en la Federación de Estudiantes y la Universidad Popular, artículos, expliqué la situación europea e inicié mi trabajo de investigación de la realidad nacional, conforme al método marxista” (Correspondencia, t.II, Empresa Editora Amauta, Lima, 1984, p.331. Las negritas son nuestras). ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que dicha investigación de la realidad nacional marca una ruptura con respecto al “trato de Mariátegui con los tópicos nacionales” (ibídem, t.13, p.16), anterior a su regreso de Europa, pues, como el propio maestro señala, entonces “carecía para enjuiciarlos [a los acontecimientos y cosas del país] de puntos de vista sistemáticos” (ibídem), es decir que, tal trato “con los tópicos nacionales”, no fue, como resulta  obvio, “conforme al método marxista”. No obstante esta realidad, la capacidad del maestro de buscar la verdad en los hechos y su consecuencia con las luchas populares, lo llevó, ya en el bienio 1918-1920, a sostener ideas y posiciones correctas, que, por tanto, aparecen como los antecedentes de su Creación Heroica, y, en algunos casos, como asimilables a esta Creación, tal como lo hemos señalado en otro lugar. Pero, estrictamente hablando, la Creación Heroica de Mariátegui tiene su punto de arranque en marzo de 1921, mes en el que escribió El cisma del socialismo, su primer escrito netamente marxista.  
[6] En la primera conferencia en la UPGP, el maestro señaló: “Una parte del socialismo se ha afirmado en su orientación social-democrática, colaboracionista; la otra parte ha seguido una orientación anticolaboracionista, revolucionaria”. “Aquí, como en Europa, los proletarios tienen, pues, que dividirse no en sindicalistas y socialistas –clasificación anacrónica– sino en colaboracionistas y anticolaboracionistas, en reformistas y maximalistas”. “Yo participo de la opinión de los que creen que la humanidad vive un período revolucionario. Y estoy convencido del próximo ocaso de todas las tesis social-democráticas, de todas las tesis reformistas, de todas las tesis evolucionistas” (OC, t.8, pp.21 y 22.
[7] En esa nota, García se salta del año 1919 hasta el año 1923, es decir, elude completamente la estadía de Mariátegui en Europa, durante la cual el maestro se asimiló al marxismo. Esta omisión es expresiva y sintomática.
[8] Esta afirmación tiene, desde luego, la relatividad del caso. 

01.09.12

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