¡Defender el
Pensamiento de Mariátegui de toda tergiversación y desarrollarlo en función de
la realidad actual!
Acerca de un Caso
de Escamoteo e Impotencia
(Sexta Parte)
Eduardo Ibarra
Aragón
dice: “Ambos, García e Ibarra, coinciden
en suponer que en vida de Mariátegui, y
con su participación directa, se debatió
y aprobó la propuesta Principios
Programáticos, y que el 7 de
octubre se realizó la fundación del Partido Socialista del Perú.
Por lo que se ve, en cuanto al programa del
PSP Aragón escamotea los hechos históricos y mis afirmaciones sobre los mismos.
En mi artículo La reunión de Barranco y el liquidacionismo histórico, anoté
respecto al tema: “Presentando el proyecto de programa escrito por Mariátegui, Martínez
escribió en sus Apuntes: ‘A fin de
unificar doctrinariamente el pensamiento y la acción de los grupos iniciales
del Partido Socialista, Mariátegui elaboró los siguientes puntos programáticos
que fueron remitidos a las células del país y del extranjero’ (Apuntes, t.II, p.398). Y más adelante,
comentándolo, apuntó: ‘Sobre estos principios programáticos se inició, no sólo
el trabajo práctico, sino el proceso de unificación ideológica, el proceso para
la elaboración de una teoría y una acción conscientemente disciplinada y
emprendedora’” (ibídem, p.402). “Ciertamente
en los Acuerdos de la Reunión de Barranco no aparece ninguno relativo a la
aprobación del proyecto de Mariátegui. Pero de las palabras de Martínez se
desprende limpiamente que, previo debate, la reunión tomó dos acuerdos
relativos a dicho proyecto: 1) remitirlo a las células del país y del
extranjero; 2) unificar doctrinariamente, sobre su base, el pensamiento y la
acción de los grupos iniciales del Partido”. “Unificar doctrinariamente el pensamiento partidario significaba
concretar la adhesión de la militancia al marxismo-leninismo: ‘El
marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y
de los monopolios. El Partido Socialista del Perú, lo adopta como su método de
lucha’”. “Unificar doctrinariamente la
acción de los grupos iniciales del
Partido significaba hacer que tal acción tuviera una neta base doctrinal a
fin de “encontrar, a través de cada lucha, la vía que conduce a la victoria
final del socialismo’”. Es razonable, por lo tanto, reconocer que la Reunión de
Barranco aprobó, en primera instancia,
el proyecto de Mariátegui, con cargo, naturalmente, a que, con los aportes de
otros militantes, fuera aprobado por el programado Congreso Constituyente. Esta
es la razón por la cual en los acuerdos de la mencionada Reunión no aparezca
ninguna alusión a la indicada inicial aprobación”. “En conclusión: ‘el grupo
organizador del Partido’, con Mariátegui a la cabeza, tuvo como base de su unidad el marxismo-leninismo”. “En carta a Ravines del 18 de mayo de 1930, Juan Paiva apuntó: ‘El 7 de
setiembre del año pasado, pocas horas antes de que me redujeran a prisión, el
C.E. del P. discutía los puntos programáticos y, recuerdo que en esa ocasión no
hubo una sola objeción sustancial en cuanto al fundamento teorético del
programa’”. “El 10 de marzo de 1930, Mariátegui le escribió a
José Malanca: ‘Dígale a Seoane que no he sabido nunca si recibió la carta que
hace varios meses le dirigí acompañándole copia de los puntos aprobados del programa del P.S.’” (cursivas mías). “Estos dos
testimonios son suficientes para probar que el Comité Ejecutivo del Partido
debatió y aprobó el programa del PSP”. “Así, pues, el
CEP, al tener que adelantar el surgimiento público del Partido, hubo de
adelantar primero la aprobación del programa, pues no hubiera sido posible la
aludida fundación sin un programa que proponerle al pueblo peruano”. “Mariátegui
dejó constancia de que “los puntos aprobados del programa del PS” fueron
remitidos a Seoane, a la sazón residente en Buenos Aires”. “Por cuanto Paiva
dio cuenta de una reunión de setiembre de 1929 donde empezó a debatirse el
programa, y puesto que en marzo de 1930 Mariátegui señaló que hacía ‘varios
meses’ le había enviado a Seoane los puntos aprobados del programa del PSP, puede
suponerse que esta aprobación debió haber tenido lugar en algún momento del
período setiembre-diciembre de 1929”. “En
conclusión: el PSP aprobó su
programa posteriormente a la Reunión de Barranco y, como es obvio, antes del
programado pero no realizado Congreso Constituyente”.
No obstante conocer estas afirmaciones mías, Aragón dice que supongo que “se debatió y aprobó la
propuesta Principios Programáticos”,
(debate y aprobación que él, obviamente, niega) cuando la verdad, sencilla y
transparente, es que no supongo (es decir que no conjeturo, presumo, sospecho),
sino que sostengo directamente que la
propuesta programática de Mariátegui fue debatida, y aprobada en principio, por
la Reunión de Barranco, y que el programa del PSP fue aprobado en algún momento
del periodo setiembre-diciembre de 1929.
Mi posición es, pues, clara y neta, y, por esto, no puede decir Aragón
que “supongo”. Como debe haberse percatado el lector, mis conclusiones se basan
enteramente en los hechos históricos, señalados puntualmente.
Entonces, el fondo de la afirmación de Aragón es el escamoteo sin más
de los hechos señalados arriba, entre los cuales destacan los siguientes: 1) en setiembre de 1929 el Comité Ejecutivo del PSP
discutió y aprobó algunos de “los puntos programáticos” y, entre ellos, el
marxismo-leninismo como la base de unidad del Partido; 2) en carta del 10 de marzo de 1930 a José Malanca, el propio Mariátegui
dio cuenta “de los puntos aprobados del programa del P.S.’”.
Aragón escamotea los hechos relativos a la cuestión del programa del
PSP, con toda seguridad porque no tiene cómo explicarlos, en la medida en que
los mismos dan al traste con su obcecada intención de negar que Principios programáticos fuera debatido
y aprobado por la Reunión de Barranco, y que, después, en 1929, sobre su base
fuera aprobado el programa del Partido.
En conclusión: si a los hechos históricos Aragón opone una ceguera
deliberada, a mis conclusiones opone una actitud confusionista.
La segunda parte de la afirmación de Aragón: que supongo “que el 7 de octubre
se realizó la fundación del Partido Socialista del Perú”, igualmente no tiene
fortuna, pues, para comenzar, debo subrayar que, en este caso, tampoco supongo, sino que igualmente afirmo directamente que el PSP fue
fundado el 7 de octubre de 1928.
Para continuar, debo subrayar que la propia
afirmación de Aragón revela su negación de la existencia histórica del PSP,
negación que dejó en negro sobre blanco en la carta del 4 de noviembre de 2014 a su congénere Gustavo Pérez: “El frente unido en
nuestro país existe desde 1905 hasta el presente. Mientras que el partido del proletariado peruano hasta el presente
nunca ha existido, y no ha existido porque todavía no era ni es necesario. La constitución del partido del proletariado
peruano es una tarea del futuro cuando su existencia sea realmente necesaria,
cuando la maduración de las condiciones objetivas y subjetivas así lo reclamen
y lo exijan, y no cuando a un caudillo personalista se le ocurra como uno de
sus ocasionales caprichos” (cursivas
mías).
Esta confesión es suficiente para que el
lector se percate de qué es la persona que ha comentado mi folleto: un liquidador
exacerbado.
Es necesario que recuerde lo que he
señalado en otro lugar: que la cita de Aragón encierra una acusación y un
agravio contra Mariátegui: puesto que el PSP fue fundado el 7 de octubre de
1928 y fue dirigido por Mariátegui hasta abril de 1930, entonces el maestro fue
un “caudillo personalista” y la fundación del PSP un “capricho ocasional suyo”,
pues, según la especulación del comentarista, esta fundación se habría
realizado cuando “todavía [el Partido] no
era… necesario”.
Esta constatación es prueba suficiente del
antimariateguismo de Aragón, que lleva hasta las últimas consecuencias la
posición de los demás liquidadores, quienes, como se sabe bien, niegan la
verdad doctrinal y orgánica del PSP, lo cual es otra manera de negar la
existencia del partido marxista-leninista, de clase, de José Carlos Mariátegui.
16.03.2017.
Una Crítica al Libro
Memorias del futuro de Hugo Coya
Jan
Lust
EN ESTE AÑO SE CONMEMORA los 50 años del
asesinato del Che Guevara. En el Perú y en otros países, y especialmente en
Bolivia, se están desarrollando diversas actividades en relación al guerrillero
heroico. Nuevos libros y artículos sobre el Che o sobre asuntos en relación a
él mismo se están publicando. En mayo de este año se publicó en el Perú la obra
Memorias del futuro. El Che Guevara y el
Perú 50 años después: Nuevas verdades y grandes mentiras sobre su histórica
gesta.
Con gran interés he
empezado a leer este trabajo de Hugo Coya, pero lo terminé con una gran
decepción. Es un trabajo que no debe pasar a la historia. El título anuncia
mucho sobre el Perú, pero en su contenido hay muy poco. Solamente 6 capítulos
(de los 17 capítulos) hacen referencia específica a asuntos peruanos. Pero eso
es no es todo.
En gran parte, lo
que podemos encontrar en el libro no es nuevo. Cuando uno empieza a revisar las
biografías sobre el Che elaborado por Anderson, Kalfon, Castañada, O’ Donnelly,
Taibo II y Massari, entre otros, se da cuenta que lo que Coya trata de
presentar como nuevo, es viejo. Peor cuando se empieza a leer los trabajos de
Gálvez sobre el Che en Bolivia, de Pombo (el guerrillero que estaba con el Che
en Bolivia) y de Gleijeses. Además, en el cuerpo del texto casi no hay ninguna
referencia a la bibliografía o a las 15 personas entrevistadas. Entonces, es
difícil de comprobar las afirmaciones de Coya y eso puede dar espacio a la
creación (y la publicación) de fantasías que luego se convierten en verdades
históricas. Asimismo, la referencia bibliográfica de una información que
encontramos en el libro no está incluida en la bibliografía, por ejemplo, sobre
el problema de salud de Luis de la Puente (página 130) y cómo fueron capturados
los principales integrantes de la guerrilla liderado por De la Puente en el
Cusco (páginas 130 y 131).[1] ¿Eso no
es plagio?
En el prefacio el
autor dice que ha hecho decenas de entrevistas. Sin embargo, en la lista de
entrevistados solo figuran 15 personas. Uno de ellos fue una persona con el
nombre Juan Pablo Chang (¿Chang-Navarro?). También, Coya hace referencia a
documentos inéditos pero no están sustentados en la bibliografía. Menciona los
archivos históricos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, los National Archives and Records Administration
de los Estados Unidos y los National
Archives del Reino Unido, pero no específica los documentos que ha usado o
que ha consultado. Los documentos de la CIA que menciona están disponibles en
el Internet como también los del White
House Memorandum y del Departamento del Estado ¿Estos son los documentos
inéditos?
Todo eso no es el
problema principal que tengo con este texto. Tampoco la posición política del
autor o lo que quiere demostrar. Las opiniones se pueden discrepar. Lo que
molesta es la burla de la historia revolucionaria peruana que encarna este
libro. A continuación presento los errores u “horrores”, que he detectado, en
relación al Perú o a los peruanos mencionados en el libro.
1) Página 91: Según Coya, en 1958 Hugo
Blanco fue expulsado del PCP. Error:
Hugo Blanco nunca fue un militante del PCP.
2) Página 113: “Un segundo grupo estaba
constituido por quienes habían militado en el Partido Comunista del Perú (PCP),
como Guillermo Lobatón, Mario Rodríguez, Vladimiro Gallegos, Julio Dagnino y
Gonzalo Fernández”. Error: Guillermo
Lobatón y Gonzalo Fernández nunca fueron militantes del PCP. En este apartado
Coya dice que estas personas formaron parte del grupo de estudiantes (los
“becados”) que subieron el Pico Turquino. Error:
Todos los mencionados nunca formaron parte del grupo de estudiantes (como
Javier Heraud) que fueron invitados por el Gobierno cubano.
3) Página 116: El autor habla sobre el
ingreso al territorio peruano por parte del ELN en 1963, a través de la ciudad
de Reyes. El autor dice que el viaje empezaba en Cochabamba para finalizar en
Puerto Maldonado. Error: la idea era
entrar el Perú a través de la ciudad de Reyes. Por diferentes razones los
planes cambiaron y luego los guerrilleros tomaron la ruta por la selva
boliviana, pasando por Cochabamba. Este viaje terminó en Puerto Maldonado.
4) Página 118: “Lama, Márquez y Flores
pasaron la noche en el monte, igual que Elías y Heraud, pero lejos unos de
otros.” Coya refiere a los guerrilleros del ELN que fugaron después del
incidente en Puerto Maldonado. Error:
inicialmente el grupo logró huir, pero esa misma noche fueron detenidos Abraham
Lama y Edilberto Márquez. El guía se entregó. Los otros cuatro todavía podían,
por un tiempo, mantenerse en libertad.
5) Páginas 121-122: “Los guerrilleros, por
su parte, luego de una asamblea en medio del bosque, decidieron diseminarse,
para intentar alcanzar nuevamente la selva boliviana. […] De forma cada vez más
pausada lograron alejarse del peligro y alcanzar algunos pueblos ya en
territorio boliviano.” Coya refiere a los guerrilleros del ELN que no formaron
parte de la vanguardia que se enfrentó con la policía en Puerto Maldonado. Error: estos guerrilleros no regresaron
a la selva boliviana porque nunca salieron de ahí. Fue únicamente la vanguardia
del ELN que partió de la selva boliviana hacia Puerto Maldonado.
6) Páginas 127-128: “El segundo, al que se
llama Pachacútec, estaría comandado por Rubén Tupayachi Solórzano, y actuaría
en el sur, en la provincia de la Mar, en Ayacucho […].” Error: la unidad guerrillera Pachacútec fue dirigida por Luis de la
Puente. El frente luchaba en el departamento de Cusco.
7) Página 128: “El 7 de junio de ese mismo
año [1965], la guerrilla Túpac Amaru del MIR [….] tomó por asalto el puesto
policial de la localidad de Andamarca […].” Error: el 7 de junio dos agentes de la Guardia Civil fueron
capturados en la cercanía del pueblo de Torolumi y fueron liberados cinco días
después. El 9 de junio fue el ataque al puesto policial de Andamarca.
8) Página 132: “Todo se les facilitó porque
en Ayacucho lograron captar a un joven de la comunidad de Chungui, en la Mar,
que no solo conocía bien el área, sino que tenía también una gran ascendencia
en la población local.” Coya habla sobre los preparatorios del ELN en la
provincia de La Mar en el departamento de Ayacucho. Error: este joven fue Horacio Juárez. Él fue miembro del ELN desde
su fundación en septiembre de 1962. Horacio fue un estudiante que llegó a Cuba
becado en 1962.
9) Página 133: “Pronto, en Lima, las
acciones de propaganda dentro de la red urbana, en las que estaban involucrados
Chang, Galván y Ruiz, se intensificaron. Así, para anunciar el lanzamiento del
ELN [en septiembre de 1965], el poeta César Calvo, que había estado en Cuba,
fraguó una entrevista a Héctor Béjar, con fotos de la guerrilla que tomó Elías.
El material ficticio fue deslizado una noche por debajo de la puerta del local
de la revista donde trabajaba Lucio como fotógrafo. El artículo fue publicado y
causó gran revuelo.” Error: el
artículo no anunció el inicio de las acciones del ELN. El artículo fue
publicado bajo el título “Reportaje al último guerrillero” en el periódico Gestos el 31 de enero de 1966. Es decir,
4 meses después del inicio de la guerrilla.
10) Página 136: “A fines de 1966, la
guerrilla [del ELN] era derrotada y desarticulada definitivamente en las
montañas de Ayacucho”. Error: fue al
final de 1965.
11) Página 227: “Después de este incidente
[el alzamiento en Callao en 1948 por el APRA, entre otros] varios apristas se
rebelan conformando el APRA Rebelde.” Error:
en 1960 se fundó el APRA Rebelde.
12) Página 228: Coya dice que Lucio Galván
formó parte de la vanguardia del ELN que entró en Puerto Maldonado. Error: Lucio Galván no formó parte de
esta vanguardia.
13) Página
228: “1 de marzo de 1966. Es capturado Héctor Béjar en Lima”. Error: el 27 de febrero Héctor Béjar
llegó a Lima. El siguiente día fue detenido en la casa de Virgilio Roel,
excuadro del PCP. Ahí había pasado la noche junto con su esposa e hija.
Esta lista
de barbaridades puede extenderse cuando revisamos lo que dice sobre el Che,
sobre Fidel, etc., pero eso es otro trabajo.
Lúcido y Revolucionario en su Vida: Rolihlahla Mandiba
Roque
Ramírez Cueva.
O
TAMBIÉN CONOCIDO COMO NELSON, el primer luchador de origen africano que, por el
color de su piel, conquistó su acceso al poder en uno de los estados racistas
más represivos y sanguinarios, Sudáfrica. Mas llegar a ser presidente de esta
nación que les correspondía por natural derecho, y para recuperar su
reconocimiento y condición ciudadana que les había sido arrebatados, al pueblo
y luchadores sudafricanos les costó la vida, una larga y feroz represión. Todo
esto es conocido para la mayor parte de lectores. ¿Por qué evocar a Mandela?
Porque leyendo su autobiografía desde el
propio relato de vida y de discurso, llegamos a entender que es necesario
ampliar lecturas en ciertos ámbitos de gente preocupada por la revolución y los
cambios sociales que ella origina. A veces, todo un vendaval de flujo social se estanca porque
no abrimos nuestros pensamientos a otras formas de generar esos cambios, me
estoy adelantando con esta conclusión pero ello se desprende nítido de la lectura
del libro Nelson Mandela, el cómic autorizado, publicado en Sudáfrica,
Jonathan Ball publishers, 2008. Con dibujos y textos de Umlando Wezithombe.
Cómo vemos se trata de un cómic, una
historieta decimos, no sonrían es un libro, más que camuflado, teniendo un
soporte acertado de gráficos y viñetas. Un buen libro escrito desde la verdad
del protagonista que no busca disfrazar sus debilidades y errores humanos, sino
muy bien señalados para erigirse ante los lectores como un gran revolucionario
e innovador de luchas, para lo cual asimiló experiencias de su pueblo, de
democracias burguesas internacionales y tampoco descartó la experiencia de las
revoluciones iniciadas mediante guerrillas maoístas.
El soporte del libro, papel couché de 90
gramos, empaquetado a modo de cómic nos trae una historia atractiva no por las
viñetas sino por la historia de vida ya anunciada atrás, deslumbrante desde las
indecisiones del joven hasta la firmeza del adulto luchador. Suscribo con el
protagonista el propósito de que el libro sea leído por jóvenes, ellos son
amantes a los cómic, los cómic en el siglo pasado si bien alienaron a los niños
cumplieron un papel promotor de hábito lector. La otra coincidencia con Madiba
es que “no soy experto en cómics”, pero puede decir que el equipo de dibujantes
ha hecho un buen trabajo sin otorgar concesiones al protagonista, quien debió
autorizar la publicación de las viñetas.
El libro Nelson
Mandela, el cómic autorizado, se
organiza por capítulos. En el primero “El
HIJO DEL CABO ORIENTAL”, nos describe el nacimiento del niño Rolihlahla
(alborotador) en la aldea de Mvezo. El otro nombre conocido, Madiba, es la
nominación del clan de Nelson. Al poco tiempo su padre es expulsado de sus
tierras por no aceptar pagar tributos a la administración terrateniente de las
castas blancas. Llegan a Qunu donde desarrolla su niñez en juegos y abandona
sus pantalones cortos para ir a la escuela que como en toda sociedad
latifundista le era vedada a los hijos de los trabajadores. La escuela
promovida por la iglesia metodista cristiana, al igual que toda imposición de
los invasores en cualquier parte del mundo, le obligó a tener un nombre inglés,
Nelson. En esa infancia errante pierde a su padre y es llevado a vivir con otra
familia para que lo termine de criar, lo cual le era imposible a la madre,
quien deseaba tenga otras oportunidades. Así, llega hasta Mohekezwent, donde
vivía un regente amigo de su padre, llamado Jongintaba. Allí en esa aldea pasa
de la niñez a la pubertad con otros juegos y la escuela que le influye de la moral cristiana.
En Mohekezwent, el Gran Lugar, se
reunían todos los clanes de la región para resolver en asamblea comunal toda su
problemática y decisión de planes, todos participaban, dialogaban todos, los
jóvenes oían y las mujeres observaban. En esta parte de la historia, a los 16
años el cómic nos escenifica un ritual que tienen que cumplir por tradición
quienes cumplían esa edad, y lo hace sin tabúes mojigatos, donde se observaba a
muchachos desnudos y a un estirado pene siendo circuncidado, el ritual termina
con sus chozas quemadas y dando un paso a la plena juventud Rolihlahla Mandela.
En Sudáfrica, los jóvenes africanos
tenían dos opciones, ser aldeanos sometidos al duro régimen que imponían la
administración latifundista y sufrir trabajando en las minas, o podían optar por
seguir estudios parecidos a nuestra secundaria si destacaba en la escuela, los
hijos de linaje en los clanes. Así va a la escuela misional metodista
Clarkebury, supera ese nivel y es enviado a otra mayor escuela en Healdtown,
donde los preparaban para líderes, regentes de su aldea. Sin embargo, las
cualidades del joven Madiba le posibilitaban para avanzar. Y a los 21 años
sigue estudios en la Universidad de Fort Hare, allí estudió inglés, política,
derecho romano-holandés y administración nativa.
En la Universidad empieza a conocer a varias personalidades que
luego harían resistencia al régimen sudafricano de los invasores holandeses; el
primero, Oliver Tambo, destacado activista intelectual anti apartheid. En el año de 1940 enfrenta su
primera decisión difícil de considerarse
sudafricano genuino, o someterse de lleno al sistema que los marginaba como ciudadanos
en su país de origen. Es expulsado de la Universidad por no aceptar un papel de
vigilante y censor de sus compañeros de linaje, a pesar que por la universidad
era el único modo de hacerse de la profesión de abogado.
De regreso al Gran Lugar, Mohekezwent, y
soportar la natural molestia de Jongintaba su gran jefe étnico, el joven Rolihlahla
Mandela enfrenta su segunda dificultad. La tradición le exigía buscar una
esposa impuesta, y junto con su pariente Justice que había estado antes en
Ciudad del Cabo, deciden fugar para Johannesburgo. Robando caballos al regente
consiguen para viajar en tren y auto a su nuevo destino.
Acá empieza el segundo capítulo
“TRANSFORMARSE EN LIDER”. Estaban en una región minera, Johannesburgo por breves
momentos de su vida le permite conocer las condiciones duras de los
trabajadores mineros. Descubiertos de su fuga, se quedan sin empleo y son
alojados por su primo Mbekeni, quien tenía un criado llamado Walter Sisulu,
futuro activista anti apartheid, y que trabajaba de agente estatal en
Johannesburgo, quien lo presenta con Lazar Sidelski, con él se emplea en la
firma de abogados que formó junto con Eidelman. Con el nuevo trabajo decide
continuar sus estudios de derecho por correspondencia, para lo cual estudia
duro a luz de velas. Allí en la oficina conoce al líder sindical comunista Gaur
Radebe, quien le hace notar las duras condiciones de marginación que se les impone
a los africanos negros: “Ley de pases, toque de queda, transporte caro,
separación de comunidades pobres, alta tasa de crímenes y ausencia de
servicios” (p.28) (1).
El año, 1942, muere el regente Jongintaba,
su real padre adoptivo y por eso viaja breve al Gran Lugar para acompañar sus
exequias y dejar como regente sucesor al pariente de su clan Justice. Se
despide de su madre, y regresa a la ciudad para enfrentar en Jonannesburgo a
enfrentar el reto que nos rebela “quedan muchos ríos por cruzar”. El
sindicalista Gau Radebe lo pone al tanto de las nuevas alzas de transporte por
la cual los habitantes de Alexandra, el barrio pobre donde pernoctaba Mandela,
habían decidido realizar una huelga. Así, “En agosto de 1943, Mandela marchó
con 10,000 huelguistas…” (p.30). La huelga obtuvo un triunfo para Union
(sindicato) de trabajadores, el primero del joven universitario del clan
Madiba, pero sin sentirse constreñido a una sola etnia. Su amistad con Walter
Sisulu se fortalece. Ese mismo año se gradúa de abogado en la Universidad Fort
Hare. Sin embargo, continúa estudios en la Universidad de Wits, dónde Mandela “el único africano de su clase. No podía usar
piscinas, campos deportivos, cafeterías o la residencia. ¡Eran sólo para
blancos!” (p. 31).
En Johannesburgo, entabla amistades
gravitantes para él y el movimiento anti apartheid: vuelve a tratar con Oliver
Tambo, futura cabeza del Congreso Nacional Africano (CNA); a William Nkomo; y
conoce al Dr. Lionel Majobomzi, quien sugeriría organizar a las juventudes;
Anton Lembede, primer líder de las juventudes del CNA; a A. P. Mda abogado y
líder de las juventudes. Quienes discuten acerca de la organización nuclear no
sólo de activistas anti apartheid, sino de todos los africanos, es decir, una
organización continental sin exclusión de indios ni de comunistas (los
consideraban extranjeros por sus ideas). ¿No es este la concepción de un gran
Frente Único de mayor amplitud, continental, aunque no considere los principios
clasistas del marxismo?
En abri del año 1944, Mandela estaba
integrando el Consejo Ejecutivo de las Juventudes de la CNA, junto al
presidente Lembede, y a Oliver Tambo y Walter Sisulu. Por ese tiempo se casa
con Evelyn Mase y tiene su primer hijo Madiba Thembekile. Se dan otras huelgas
para la Unión conducida aún por líderes de procedencia comunista, mueren
huelguistas, son arrestados varios líderes por estar en “connection whit the
strike”, entre ellos Rusty Berstein; J. B. Marks y Moses Kotane. Por afecciones
ocasionadas por las exigencias de la lucha muere el Presidente de las
Juventudes, Anton Lembede. Lo sucede A. P. Mda, y deciden hacer labor de
captación en universidades como Fort Hare.
En 1948, sube al poder en Sudáfrica el
Partido Nacional Afrikaner, una poderosa coalición derechista de corte
fascista, que refuerza y extrema con su aparato de poder las políticas de
segregación, separación radical para los negros en todos los aspectos de
convivencia con patrones bancos. Es entonces que el Ejecutivo de las Juventudes
CNA, liderados por Mandela optan por cambio de planes en su lucha, iniciar la
etapa de la resistencia organizada, apelando a acciones no violentas al influjo
de Ghandi. Pero el CNA aún no tenía el control de la lucha en su país.
Muchas huelgas, como la del Primero de
Mayo de 1950, eran conducidas por
líderes comunistas e indios. Después de la represión feroz, se dieron cuenta
que los afrikáner blancos no hacían distingos Y, es cuando deciden dar pelea
por el control en el mismo seno y ambientes de dichas organizaciones, pero sin fracturarlas,
más bien solidarizándose con acciones prácticas, como convocar un día de duelo nacional, el día 26 de Junio
de 1950, por los muertos, heridos y apresados el 1 de mayo. Los del CNA optaron
por oponerse a la ley de expresión y abolición del partido comunista, emitida
por el gobierno. Ello evitó que en el campo del movimiento social se dieran
fracturas insanables.
Con trabajo inteligente tomaron el
control, los comunistas e indios con menos control de masas los siguieron y
apoyaron. De esa manera, en diciembre de 1951, llevan a cabo sus planes de
resistencia pacífica, por lo cual convocan a una campaña de resistencia civil
masiva, la misma que debía empezar violando las leyes del segregacionismo de no
convivencia común y acudir y usar todos los ambientes prohibidos, para ello no
debían resistirse al arresto y llenar las cárceles. Cuatro días antes del 26 de
Junio de 1952, señalado como el inicio de la resistencia civil, Mandela se
reunió en Durban a miles de voluntarios africanos donde dio el siguiente
discurso: “Damos la bienvenida a los verdaderos voluntarios por la vida, sin
pensar en raza, color o credo…para desafiar estas leyes injustas (…) En este
acto juro dedicarme a servir a mi país y a mi gente, participar completamente y
sin reservas con lo mejor de mi.” (p.41).
Llegado el día 26 de junio, los
afrikáners vieron como los sudafricanos iban ocupando en masa los ambientes que
les habían sido arrebatados y prohibidos de usar, durante meses tuvieron que
detener a 8 mil personas, cumplieron su arresto. Y el CNA pasó de 5 mil
militantes a 100 mil, incluidos los simpatizantes. El 30 de Julio de ese año,
la policía asalta las oficinas del CNA y del Consejo Indio, arrestan a 20
líderes, entre ellos Mandela. Después de la condena y libres organiza junto a
Tambo una firma de abogados en Chancellor House que abrió otro campo de lides.
El gobierno presionó más, y prohibió todo tipo de reuniones en lugares cerrados
o públicos, por lo que deciden hacerlas en buses, fábricas, tranvías, chabolas,
casas con el fin de no perder contacto con las masas.
Bajo control y vigilancia, el ejecutivo
del CNA inicia otro nivel de lucha a partir de la elaboración y redacción de
una constitución multirracial que represente a todos los habitantes de
Sudáfrica “sin importar el color de piel”, la misma que se llamó Constitución
de la Libertad. Como se lee en el libro Nelson
Mandela, el cómic autorizado,
“Cuatro organizaciones se unieron a la Constitución de la Libertad: el CNA, el
Congreso Indio, la Organización de los Mestizos y el Congreso Demócrata. Juntos
formaron el Congreso de la Alianza y escucharon propuestas de todo el país”.
Labor de unidad, de frente, sin sectarismo alguno. La campaña del 25 y 26 de
junio de 1950, culminó en un mitin multitudinario en el barrio de Kliptown,
Soweto, donde se aprobó la Constitución de la Libertad. ¿Las organizaciones de
izquierda latinoamericanas y del país entienden esto, de sumar sin sectarismos?
El
régimen del apartheid incrementó sus políticas de segregacionismo, decretó
cambios en el sistema educativo y prohibió la enseñanza occidental y universal
que recibió Mandela, e instituyó la antigua educación Bantú para los africanos.
Educación aldeana, tradicional –campesina- que los vetaba del conocimiento universal
y formaba a los chicos en la idea de la superioridad de personas, los blancos
para gobernar y los negros para dejarse gobernar, el objetivo era evitar que se
formaran otros líderes como los conductores del CNA y del Congreso de
Juventudes y las otras organizaciones. Mandela en un recorrido encomendado
observó y averiguó, no se cruzó de brazos y empezó a preocuparse por el tema de
la educación de los niños, no se sintieron predestinados, los hijos del campo y
las ciudades obreras tenían derecho a una mejor educación.
De regreso a Johannesburgo, se anoticia
de una gran protesta en contra de la ley de pases para las mujeres en general.
Una líder de la Federación de Mujeres, Lilian Ngoyi junto con sus colaboradores
había reunido cien mil firmas para entregarlas al primer ministro. El 9 de
agosto de 1956, casi 20 mil mujeres le entregaron al primer ministro Strijdom.
A quien cantaron la consigna de ellas, “Strijdom has tocado a las mujeres,
golpeas una roca, mueves una piedra. Te aplastaremos” (p.47). La respuesta de
los afrikáners fue la persecución de todo activista político, y en una redada
general detuvieron a 156 líderes, entre ellos Mandela, bajo cargos de alta
traición siendo arrestados en la prisión de Old Fort, “desposeídos de la más
básica dignidad humana y amenazados con la pena de muerte” (p. 48). Mas eso
tuvo algo a favor del movimiento, todos los líderes de Sudáfrica se hallaron
reunidos tras los barrotes, sin planearlo revisan su estrategia y la ajustan.
Allí nace la leyenda de LA PIMPINELA NEGRA, el tercer capítulo de Nelson Mandela, El comic autorizado.
En diciembre de 1956, los 156 acusados
fueron llevados a juicio, los acusaron de querer derribar al gobierno, cuando
en realidad buscaban se promueva un gobierno que integre sin discriminaciones a
todos, blancos y negros. El pueblo los apoyó masivamente en las calles, los
liberaron pagando fianzas. Rompe con su primera esposa, no descuida los
ejercicios de su defensa, mantiene contacto con los activistas. Se da un breve
descanso para reunirse con su familia y su clan, aparte de adquirir tierras
como parte de su tradición. En Johannesburgo trata de mantener el oficio de la
abogacía, en ese lapso conocerá a quien sería su segunda esposa, Winnie
Madikizela, se casaron, y a continuar la lucha. Meses después, en octubre de
1958 se organizó otra protesta contra la ley de pases (salvoconductos), fueron
arrestadas más mil mujeres entre ellas Winnie Mandela, Lilian Ngoyi, y
Albertina Sisulu.
En noviembre de 1958, el CNA de Transval
celebró un gabinete de crisis, la ruptura entre africanistas –comunistas- y
otros causaba división en el movimiento. “El 6 de abril de 1959, Robert Sobukwe
fue nombrado primer presidente del nuevo Congreso Panafricano. El CPA rechazó
la Constitución de Libertad y la política de trabajar junto a otros grupos
raciales” (p.56). En ese año de 1959 el gobierno arremete con las tierras de
los nativos africanos, lo cual origina
revueltas que no pudieron conducir los activistas anti apartheid. Las
fricciones entre los del CPA y el CNA se daban en la realización cambiando de
tácticas pero sin interferir sus convocatorias.
Los del CNA no se inmiscuyeron en las
protestas anti pases organizada por el CPA el 21 de Marzo, las cuales se dieron
con marchas pacíficas, pero una de esas marchas de 5000 personas ante la
comisaría de Sharpeville tuvo una fricción que luego se convirtió en una
matanza de 69 y 200 heridos, baleados por la espalda. Y otras marchas fueron
disueltas a cachiporrazos que dejaron que dejaron dos muertos y contusos. Los
del CNA se obligaron a reunirse para tomar decisiones, la estrategia de no
violencia fue impactada y no aceptada por la mayoría del CNA. De inmediato
hicieron una quema pases, un día de brazos caídos en casa, y un día de duelo el
28 de Marzo. El día 31 de Marzo la respuesta del gobierno fue declarar el
estado de emergencia, otra vez masivas detenciones de gente y de los
activistas. Mandela es vuelto a ser detenido. Y el 8 de abril ilegalizan al CNA
y el CPA, desactivando su capacidad movilizadora. A los 5 meses fueron
liberados y se levantó el estado de emergencia.
En la prisión cambiaron sus planes ante
la situación de ilegalidad del CNA, disuelven las ligas de jóvenes y las
femeninas, en su lugar forman pequeños comité de trabajo y conformar una red no
visible. Mientras atendía asuntos domésticos Mandela recorre Sudáfrica
preparando la conferencia “Todos en
África”. Así en marzo de 1961 dice “llamaremos a la unidad africana y
todos los sudafricanos crearemos una nueva constitución. Mientras tanto, el 29
de marzo de 1961, después de cinco años, un juez los declara libres del cargo
de traición, los tribunales no probaron que eran comunistas. Allí, Mandela supo
que tenía que pasar a reorganizar al CNA, desde la clandestinidad.
Se
reúne con trabajadores del campo y la ciudad, líderes religiosos, trató de
obtener apoyo en la prensa para que no desinforme. Mandela se opone a otro
método que no sea el de la no violencia, en tanto otros la consideraban inútil.
En el CNA se discutía de manera dividida la opción de tomar las armas. Mandela
entonces piensa: “Ha llegado el momento de considerar si los métodos empleados son
los adecuados.” (p.65). En una segunda reunión del CNA la formación de una rama
militar estaba en la agenda del comité ejecutivo como prevención a más
resultados inofensivos del uso de la no violencia. Se plantea un programa de
sabotajes contra estructuras gubernamentales, cuidando de no afectar ni
comprometer a civiles ajenos al conflicto.
Mandela es nombrado Comandante en Jefe
de la lanza de la nación, reclutaría miembros y elegiría líderes para estos
propósitos. Se decide que el brazo militar sería independiente del CNA, sin
dejar de informar directamente. En casa de un periodista amigo se entrena
físicamente y lee a Clausewitz. Se muda a otras granjas de propiedad de
activistas comunistas, discute sobre la nueva opción, lee bastante para conocer
la asignada función de jefe de la insurgencia, preparan planos para sabotear
centros neurálgicos que afecten al estado sin dañar a la población civil. En
diciembre de 1961, las subestaciones eléctricas y los edificios del gobierno de
Johannesburgo y Pretoria fueron los blancos del sabotaje, acción reivindicada
por Umkhonto (la Lanza), en volantes que decían: “Llega la hora en la vida de
cualquier nación donde sólo hay dos opciones: ¡someterse o luchar! Ese momento
ha llegado a Sudáfrica” (p.71)
En tanto en el resto del continente africano
había impactado toda la lucha del movimiento antiapartheid. Habiendo obtenido
el Premio Nobel de la Paz el Jefe Luthuli líder del CNA, y el impacto de los
sabotajes, motivó a que invitaran a la Conferencia Panafricana para organizar
un movimiento por la libertad del África oriental, central y del sur en Addis
Abeba, representó al CNA Nelson Mandela. Así empezó su periplo por el
continente negro en busca del compromiso internacional y apoyo y difusión de su
lucha. Hasta aquí el libro nos anuncia el IV capítulo, EL PROCESADO.
En Addis Abeba, en su conferencia
resumió lo esencial de las acciones y discursos del movimiento liderado por el
CNA, los mismos que ya venimos explicando en este comentario al libro de
Mandela. Después recibe lecciones de uso de armas en Marruecos, vuela a Senegal
y Londres a establecer contactos, junto a Oliver Tambo, regresa a Etiopía para
su entrenamiento militar, y regresa a Sudáfrica. Informa al jefe del CNA los
resultados de sus encuentros con los presidentes y reyes africanos, en uno de
esos viajes el aún clandestino Mandela fichado por la policía como La pimpinela
negra, es detenido en la prisión de Johannesburgo, se crea un comité para la
liberación de Mandela apoyado por una gran masa popular que se encadenó en las
calles. Aprovechó la cárcel para validar su título en la universidad de
Londres.
Luego se inició el juicio al cual se
presentó con una piel de leopardo símbolo del nacionalismo africano, manipuló
el juicio para confrontar a sus acusadores acerca de quién es el culpable, el
que desoye reclamos justos o el que los plantea por considerarlos asuntos
vitales para los ciudadanos. Y le hace saber a los jueces que lo consideran
criminal no por lo que hizo sino por lo que piensa, por lo que defiende –el
derecho a la libertad-, por su consciencia. Es condenado a cinco años de
prisión en dos cárceles diferentes una en la ciudad, y otra en una isla en
Ciudad del Cabo. El resto de líderes ejecutivos del MK –la Lanza de la Nación-
siguieron reuniéndose para decidir acciones de sabotaje pero fueron también
detenidos y confinados en la cárcel de Pretoria, fueron enjuiciados y se
declararon no culpables porque el culpable era el gobierno, sin embargo el
fiscal y la policía lograron la confesión de algunos traidores y los
incriminaron.
En la continuación del proceso le tocó a
Mandela subir al banquillo de la corte, desde
allí lanzó el siguiente discurso:
“He
dedicado toda mi vida a la lucha del pueblo africano. He combatido contra la
contra la dominación blanca y contra la dominación negra. He acariciado el
ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas vivan en
armonía y con las mismas oportunidades. Es un que espero vivir. Pero, si es
necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir.” (p.92).
Mandela
y los demás miembros ejecutivos de MK, se negaron a incriminar a sus
compañeros, fueron declarados culpables, y su sentencia es cadena perpetua. En
este capítulo IV, el libro concluye: “Los acusados de Rivonia condenados a
perpetuidad. La imagen es la de hombres acosados más allá de lo soportable. El
veredicto de la Historia será que el último culpable es el Gobierno en el poder
y ése ya es el veredicto de toda la opinión mundial.” (p.95)
El libro cómic es no sólo un excelente
trabajo de narración a modo de crónica, sino que es importante destacar no
incendia sus páginas con discursos de panfleto. Los dibujos de las viñetas y su
variedad de encuadres, reflejan muy bien las emociones y las tensiones humanas
de los personajes del lado del protagonismo; y las muecas y rostros patéticos
de los anti héroes. No es la voz de Rojihlahla Madiba narrando su performance
política, es la narración de una guía de turistas comprometida con la historia
cierta de la lucha y victoria del movimiento anti apartheid y lo vital de su
protagonista y co protagonistas. El responsable de los dibujos y textos ha
hecho bien su trabajo.
En
una segunda parte, confirmaremos estas apreciaciones de una especie literaria y
gráfica, el cómic, del cual he confesado no ser muy entendido en la materia, a
pesar que siempre he ejercitado mi hábito lector con los chistes le decíamos de
niños, en la secundaria supe que también se llamaban historietas. Aún estamos
en la mitad del relato y las experiencias leídas y observadas son sorprendentes
sobre todo aquellas que nos narran el enorme sacrificio y tenacidad que
desplegaron los líderes y masas del pueblo sudafricano para conseguir
su libertad.
________
(1) Nelson Mandela,
el cómic autorizado,
publicado en Sudáfrica, Jonathan Ball publishers, 2008.