sábado, 12 de julio de 2014

¡Contra la agresión del Estado terrorista de Israel al pueblo de Palestina!

Bolivia: Noticia de un Plantón

Con la participación de organismos políticos y sociales, el día 11 del presente se realizó un plantón en la plaza Venezuela de la ciudad de La Paz, en repudio a la brutal agresión del Estado terrorista de Israel al pueblo palestino, y, naturalmente, a la justa lucha de los palestinos por la defensa de su territorio y de sus propias vidas. El Comité de Redacción de CREACIÓN HEROICA tuvo presencia viva en el plantón.

¡Viva el pueblo de Palestina!
¡Abajo el sionismo israelita!



Pronunciamiento del Bloque Juvenil Antiimperialista Frente a la Sangrienta Invasión Israelí en Palestina


El Bloque Juvenil Antiimperialista, plataforma de organizaciones antifascistas, antiimperialistas y antipatriarcales, de formación marxista, expresa su repudio absoluto a las acciones perpetradas por Israel en contra del Estado de Palestina.

Israel se ha convertido en el dispositivo de acción militar del imperialismo yankee, cobrando la vida de cientos de hermanos palestinos a lo largo de los años de cruel y sangriento ataque. La operación israelita de los últimos días “Borde protector” ya ha superado hasta el 11 de julio los 100 muertos, de los cuales el 25% han sido niños.

El Vivir Bien y la plenitud de los pueblos sólo son posibles mediante la autodeterminación de los pueblos, elemento constitutivo de la política anticolonial del siglo XXI. Palestina es un Estado que tiene el derecho histórico de ser libre, autodeterminado y de vivir sin violencia.

En Palestina no hay una guerra, en Palestina hoy existe un ataque unilateral por parte de una potencia bélica, Israel.

El BJA expresa su solidaridad absoluta con el hermano pueblo de Palestina. La lucha palestina es también nuestra y de nuestras bocas saldrán los gritos necesarios y alzaremos los brazos en defensa de la libertad y en contra del imperialismo asesino.

“La necesidad práctica, el egoísmo, es el principio de la sociedad burguesa y se manifiesta como tal en toda su pureza tan pronto como la sociedad burguesa alumbra totalmente de su seno el Estado político. El Dios de la necesidad práctica y del egoísmo es el dinero (…) El dinero es el celoso Dios de Israel, ante el que no puede legítimamente prevalecer ningún otro Dios. El dinero humilla a todos los dioses del hombre y los convierte en una mercancía”
Sobre la cuestión judía
                                                                                     Karl Marx

¡Ningún fundamentalismo religioso puede convertirse en muerte!
¡Cada gota de sangre derramada en Palestina es sangre nuestra!
¡Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo!




Ni cohetes de Hamás ni amenaza yihadista global: la clave es la posesión de la tierra palestina
La Verdadera Historia Oculta de Gaza que los Israelíes no Están Contando Esta Semana*







OK, así pues hasta esta tarde el balance de dos jornadas de intercambio letal se eleva a 40-0 a favor de Israel. Veamos ahora la historia de Gaza que no oirá contar a nadie en las próximas horas.

Se trata de la tierra. Los israelíes de Sderot sufren el fuego de cohetes lanzados por los palestinos de Gaza y ahora los palestinos están recibiendo su merecido. Claro. Pero, un momento: ¿cómo es que todos esos palestinos —millón y medio en total— han acabado hacinados en Gaza? Bueno, pues resulta que sus familias vivieron una vez en lo que ahora se llama Israel. Y que fueron expulsados —o huyeron para salvar la vida— cuando se creó el Estado de Israel.

Y resulta también que —se aconseja aquí tomar aire con una profunda inspiración— las personas que vivían en Sderot a principios de 1948 no eran israelíes sino árabes palestinos. Su aldea se llamaba Huj. Tampoco eran enemigos de Israel. Dos años antes, esos mismos árabes habían escondido del ejército británico a combatientes de la Haganah judía. Sin embargo, cuando el 31 de mayo de 1948 el ejército israelí se plantó en Huj expulsó a todos los habitantes árabes de la población, ¡a la Franja de Gaza! Y se convirtieron en refugiados. David Ben Gurion (el primer Primer Ministro de Israel) lo llamó una "acción injusta e injustificada". Una pena. A los palestinos de Huj nunca se les permitió regresar a sus hogares.

Y hoy, más de 6.000 descendientes de los palestinos de Huj —ahora Sederot— viven en la misérrima Gaza entre los "terroristas" que Israel proclama querer destruir y que disparan cohetes contra lo que otrora fue Huj. Interesante historia.

Y lo mismo cabe decir por lo que respecta al derecho de autodefensa de Israel. Lo hemos vuelto a oír hoy mismo. ¿Qué pasaría si los ciudadanos de Londres fueran bombardeados como lo son los ciudadanos israelíes? ¿Acaso no devolverían el golpe? Bueno, sí, pero los británicos no tenemos a más de un millón de antiguos habitantes del Reino Unido encerrados en campos de refugiados en unos pocos kilómetros cuadrados alrededor de Hastings.

La última vez que se utilizó este argumento falaz fue en 2008, cuando Israel invadió Gaza y mató al menos a 1.100 palestinos (tipo de cambio: 1.100 contra 13). ¿Qué pasaría si a Dublín la atacaran con cohetes?, preguntó entonces el embajador de Israel. Ahora bien, en la década de 1970 la ciudad británica de Crossmaglen, en Irlanda del Norte, sufrió el ataque de cohetes lanzados desde la República de Irlanda pero no por ello la RAF se vengó bombardeando Dublín y matando a mujeres y niños irlandeses. En Canadá, en 2008, los partidarios de Israel blandieron el mismo argumento falaz. ¿Qué pasaría si a la gente de Vancouver o Toronto o Montreal la atacasen con cohetes disparados desde sus propios suburbios? ¿Cómo se sentirían? Sin embargo, los canadienses no han empujado a campos de refugiados a los habitantes originales del territorio canadiense.

Y ahora vámonos a Cisjordania. Al principio Benjamin Netanyahu dijo que no podía hablar con el "Presidente" palestino Mahmoud Abbas porque no representaba también a Hamas. Luego, cuando Abbas formó un gobierno de unidad [con Hamas], Netanyahu dijo que no podía hablar con Abbas porque se había aliado con la "terrorista" Hamas. Ahora dice que sólo se puede hablar con Abbas si rompe con Hamas, aunque si lo hace dejará de representar a Hamas.

Mientras tanto, el gran filósofo israelí de izquierdas Uri Avnery —90 años de edad y por fortuna tan recio como siempre—, ha llamado la atención sobre la última obsesión de su país: el peligro de que Isis lance un asalto hacia el oeste desde su “califato” sirio-irakí y llegue hasta la ribera oriental del río Jordán.

"Y Netanyahu dijo", según Avnery, que "si no son detenidos por una guarnición israelí permanente estacionada allí (en el río Jordán), llegarán hasta las mismas puertas de Tel Aviv". La verdad, por supuesto, es que la aviación israelí aplastaría a Isis en el mismo instante en que osara cruzar la frontera con Jordania desde Irak o Siria.

La importancia de eso, sin embargo, es que si Israel mantiene su ejército en el Jordán (para proteger a Israel de Isis), un futuro Estado "Palestino" no tendrá fronteras y será un enclave dentro de Israel rodeado por todas partes por territorio controlado por los israelíes.

"Igual que un bantustán sudafricano", dice Avnery. En otras palabras, jamás existirá un Estado palestino "viable". Después de todo, ¿acaso no es Isis lo mismo que Hamas? Por supuesto que no.

Pero no es eso lo que le oímos decir a Mark Regev, portavoz de Netanyahu. No, lo que le dijo a Al Jazeera fue que Hamas era "una organización terrorista extremista no muy diferente de Isis en Irak, Hezbollah en el Líbano, Boko Haram ..." Basura. Hezbolá es una milicia chií que en Siria combate a muerte contra los musulmanes sunitas de Isis. Y Boko Haram —a miles de kilómetros de Israel— no es una amenaza para Tel Aviv.

Pero usted ya ha captado el concepto. Los palestinos de Gaza —y, por favor, olviden para siempre a los 6.000 palestinos cuyas familias son oriundas de Sederot— están aliados con las decenas de miles de islamistas que amenazan a Maliki en Bagdad, a Assad de Damasco o al presidente Goodluck Jonathan en Abuja. Más interesante aún: si Isis se dirige hacia las lindes de Cisjordania, ¿por qué el gobierno israelí sigue construyendo allí colonias para los civiles israelíes de forma ilegal y en tierras árabes?

Todo esto no tiene que ver solamente con el vil asesinato de tres israelíes en la Cisjordania ocupada o con el vil asesinato de un palestino en la Jerusalén Este ocupada. Tampoco con la detención de numerosos militantes y políticos de Hamas en Cisjordania. Tampoco con los cohetes. Como de costumbre, el meollo del asunto es la tierra.

*Tomado de la revista digital Rebelión, del 12.07.14.



GAZA

Eduardo Galeano


Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.

Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.

Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?

El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.

Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.

Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?

Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.


Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.

La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

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